Como he dicho Hetalia Axis Power no me pertenece. Le pertenece al adorado Hidekaz Himaruya, que nos ha regalado un poquito de sus locas ideas para crear esta maravilla de serie que tanto amamos.

¡Viva Hidekaz ^^!

Como en el anterior capitulo en este tengo unas cuantas sugerencias ( Todas las pueden encontrar en youtube) que disfruten:

eERIechan- Tsuki no akari (Spanish)

Higasa (The Parasol)-B.S.O. La Tumba de las Luciérnagas .

Lacrimosa from Mozart's Requiem

Bueno son sólo esa tres y si tienen una triste por ahí en su repertorio no duden en ponerla

APH

Una tarde, una semana, ¡Feliz Cumpleaños!

Cap. 9 How it ends

Desde la punta de mis dedos hasta el ligero movimiento de mis parpados. De forma pausada y torturosa recobraba todos y cada uno de mis sentidos. La suave brisa acariciaba mis mejillas y danzaba juguetona con mis cabellos, el pasto rozaba con sus puntas rizadas mi piel reseca y la noche junto con su oscuro manto anunciaba su partida para darle paso al deslumbrante sol.

Ojos, la única forma de contacto visual con el mundo, observaban la despedida de la luna. La luna curaba mi ansiedad, conforme ella desaparecía en el crepúsculo yo me recuperaba, era como un elixir regenerativo.

Estar tirado en el pasto aquí junto a Arthur no me molesta, lo que si, es no poder moverme. Tener el cuerpo inmóvil me da tiempo de pensar y tratar de aclarar un poco mis ideas con respecto a lo que haré. Pensar que en aquel campo de rosas pudimos haber muerto recorre con escalofrió mi espina, pero al ver su cuerpo tan tranquilo junto al mío me llena de paz. Sus heridas son graves y me preocupan, ya ha perdido mucha sangre, esta pálido y tiene los labios partidos. Su perdida de sangre es peligrosa pero ya he pasado por lo difícil ¿no? Ahora solo debo dedicarme a hacer reaccionar a estas estúpidaspierna y estos inútiles brazos, para poder llevarme Arthur a Estados Unidos e internarlo en el mejor hospital lo más pronto posible.

Supongo que Ginger y Chise ya han de haber sentido la presencia de Arthur en este mundo y no tardaran en venir a buscarnos. Después de como las trate no espero un calido reencuentro, mucho menos espero una sonrisa de su parte.

El sol ya ha dejado atrás sus cobijas para bañar con su esplendor los campos. Cerré mis ojos esperando que al abrirlos sintiera mi cuerpo otra vez.

-¡Lo has traído!- repetían eufóricas.

Cuando desperté Ginger y Chise esperaban sentadas en mi pecho. Poco a poco me fui adaptando a la luz del día.

-¿Q-qué?- dije entrecortado.

-¡Lo has traído, a nuestro amo, Inglaterra, Arthur!- dijeron animosas al unísono.

Algo adolorido trate de sentarme en el pasto para poder platicar a gusto con ellas, las hadas revolotearon frente mío y cada una se sentó en una rodilla. Palpe con mi brazo derecho el lugar donde Arthur dormitaba. Me sorprendí al no notarlo y miré a las hadas esperando una respuesta.

-¿Y Arthur?- pregunté exaltado.

-Tranquilo, lo hemos llevado a su casa para cambiarle vendajes y meterle en la cama, crees que para un enfermo es muy saludable estar tirado en el frió suelo.

Me relaje al escucharlas y trate de levantarme para ir con él.

-¡Rayos! ¿Por qué no me puedo levantar?

-Eso es porque tu cuerpo aún esta débil, has partido tu corazón en dos para darle un poco mas de vida al amo y eso te mantendrá algo cansado por un tiempo.

-Ya veo- conteste y me volvía tirar en el pasto.

-¡Ey! No holgazanees, intenta otra vez hasta que puedas.

-Aja, después de ver el crepúsculo otra vez lo haré.

Las dos se retiraron molestas, bueno, una más que la otra, dejándome solo otra vez.

Ahora posaría mis ojos en el reflejo del sol hasta verle partir o en su defecto me quedaría dormido. Sentí mi piel quemarse lentamente con el paso del tiempo hasta dejarle un ligero tono rosáceo. Mis ojos irritados de tanta luz se encontraban llorosos. Quería pensar que lo que vendría después seria una mentira, un sueño, una ilusión. Que de un momento a otra despertaría de una pesadilla (por ver tantas películas de terror) en medio de la sala de juntas. Arthur chillaría otra vez porque no aporte una buena idea para solucionar la crisis mundial y que encima me había quedado dormido en la junta que yo mismo había organizado, Alemania gritaría para poner orden e Italia se pondría a llorar del susto, Austria tocaría el piano para reflejar sus emociones, Hungría estaría tomando fotos comprometedoras con esa brillo tan macabro en su mirada, Prusia dando ordenes a su pollitos para atacar a Austria , Rusia, China, Francia, Canadá, todos, viviendo como antes.

Ahora no me puedo dar el lujo de decir "mañana lo hago" pues ahora depende de mí el que haya un mañana para alguien.

Volví mi mente otra vez al momento que esta viviendo y trate mover mis piernas, fije la vista en el atardecer, ya estaba listo.

Caminé hasta llegar a la casa, no me detuve a mirar atrás ni una sola vez. Sólo quería llegar y ponerle fin a todo.

Llegue a la cocina y abrí la puerta, todo estaba tal cual lo habíamos dejado a excepción de la ligera capa de polvo que se esparcía sobre los muebles. Me detuve en el pasillo que conectaba con la cocina y la sala, pues Chise me esperaba sentada sobre un cojin.

-Hola-Salude a modo de que se diera cuenta de mi llegada.

-Joven Alfred, al fin ha podido pararse, me alegro por usted- contesto risueña.

-Gracias.

-Joven Alfred.

-Si- Tomo entre sus diminutas manos un dedo mío y lo estrecho-Sígame.

Subimos las escaleras y, escoltado por Chise, fui llevado a la habitación donde él descansaba y Ginger le cuidaba.

-Se cuidadoso con ella, aun esta enojada por el golpe que nos diste, mas te vale pedirle una disculpa.

-Y tu, no quieres que te de una disculpa.

-No, no la necesito, pero ella si, así que ve y no la hagas enojar mas de lo que su bilis pueda aguantar.

-Tratare.

Di un ligero toquecito a la puerta esperando que Ginger no me escuchase.

-Pase- pronuncio desde el otro lado de la puerta y recé por una sentencia piadosa.

-¿Qué tal? ¿Cómo esta Arthur?

- Cómo que ¿Qué tal? Tenme respeto niño. El joven Arthur ya esta mejor.

Me senté al lado de Iggy y acaricie su rostro pálido.

-¿Cuándo despertara?

-No lo se- dijo en tono triste.

-Estoy viviendo un sueño del que pronto me despertaran ¿verdad?

-Pero que dices niño, ya lo has traído de vuelta, deberías estar feliz.

Me reí por lo bajo y le revolví los cabellos a la hada- Discúlpame ¿si?

-Eso ya quedo atrás niño.

-Gracias.

-¿Qué vas a hacer ahora?- pregunto con los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido.

-¿Habría algún problema si me llevo en estos momento a Arthur lejos de su nación?

-¿Seria much….

-No- le interrumpí.

-Entonces esta bien, pero bueno, contéstame mi pregunta ¿Qué vas a hacer ahora?

-Me lo llevare a Estados Unidos y hablare con mi presidente. Estoy seguro que viniendo de mí estará alegre de recibir a los inmigrantes y pedir apoyo a nuestros amigos latinos para el recibimiento. De ahí en adelante es un poco confuso.

-Tan negligente como siempre.

-Aja- hice un pausa y pose mi mirada sobre Arthur- nos puedes dejar un rato solos.

-Idiota- balbuceo contenta y a la vez molesta. Hizo un ademán en forma de despedida y salio de la habitación.

Levante las sabanas y moví con cuidado el cuerpo de Arthur para recostarme a su lado, hundí la barbilla entre su hombro y cuello y aspire su aroma. Después de eso caí rendido hasta la mañana siguiente.

Me levante alrededor de la una y media, bese la mejilla de Iggy y llame a las hadas para pedirles algo de ropa, esta vez tomaría una larga ducha. Mientas esperaba por la ropa busque entre la sucia por mi celular. Se nota que el presidente y Matthew no tienen nada mejor que hacer que acosarme, tenía miles de mensajes, correos de voz e infinidad de llamadas perdidas. Opte por borrarlos todos y llamarles después.

Una de las hadas toco a la puerta y recibí la ropa. Era ropa invernal ya que aunque fuera mitades de julio en Inglaterra hacia un frió abrumador. Tome un baño de agua caliente para relajarme, se sentía tan bien, con cada músculo que se relajaba era un maravilloso alivio para mí. Termine mi ducha y no tarde en cambiarme. Baje a preparar algo de comer, deje la televisión encendida, el silencio sepulcral de la casa me asustaba, después de todos estos años nunca he podido ni podré acostumbrarme a la casa tan tranquila de Iggy.

Abrí el refrigerador y tome unos cuantos huevos, tocino, mantequilla y dos rebanadas de pan, lo se, se asemejaba a un desayuno americano de cualquier restauran pero no quería arriesgarme a cocinar algo de calidad inglesa. Puse el sartén en el fuego y lo rocié con el aceite, espere a que se calentara para verter los huevos y dorar el tocino. Embarre la mantequilla en los panes y los metí en la tostadora, espere a que todo estuviera listo, lo serví en un plato, busque un vaso de jugo y puse todo en la mesa. Tome un tenedor y a grandes bocados engullí la comida. Tenía tanta hambre.

Llego la tarde y salí de la casa para sentarme en el pórtico del jardín frontal. Tome mi celular y llame a Matthew, primero la familia después vendría la reprimenda del presidente.

-Hello-contesto tímido.

-Hello Matthew. How are you?

-¿Alfred?-dijo algo dudoso.

-Yes, I am.

-Alfred, en realidad eres tú.

-Sí, ya te dije que sí.

-Eres un bastardo, como te atreves a desaparecerte, luego no asistir a tu fiesta, mandar un mensaje como disculpa y para rematar prohibir el acercamiento a Inglaterra. Ya sabemos que tienes el poder para hacerlo pero eso no quiere decir que debas ¿ME ESTAS ESCUCHANDO?- me regaño molesto, nunca había escuchado a Matthew hablar tan fuerte en mi vida, mas bien, nunca lo había escuchado hablar, él siempre susurra.

-Lo siento- fue lo único que pude decir en mi defensa.

-Bien, un poco atareado alejando a Francia de Inglaterra y tratando de tomar las riendas de tu país en tu lugar- Cambio el tema, nunca antes me había disculpado con Canadá por alguna idotes mía.

-Gracias, te debo una.

-No es nada, pero vuelve pronto. Hay algo de suma importancia tanto para ti como para las demás naciones de lo que es urgente hablar en la próxima cumbre mundial, aunque, estando tu allá supongo que ya te diste cuenta de la situación ¿verd…

-Nos vemos hermano- corte la llamada. No necesito que me lo recuerden, no necesito saber más.

Ahora viene lo duro, el presidente.

Espere a que me contactaran con él, revelando mi identidad seria fácil así que solo fue cuestión de esperar unos minutos.

-¡An idiot! Thats what you are- fue lo primero que escuche.

-I miss you too

-¡Shut up! Listend, you are going to come home right now and when you are here we are going to talk "piiiiiiiiiiiiiiii"- fue lo ultimo que dijo antes de colgarme. Bueno, no me fue tan mal como esperaba.

Entre en la casa para preparar nuestra partida, no necesitábamos ropa extra llegando allá le compraría a Iggy todo lo que el quisiera. No llevaríamos maletas, alguna mochila seria lo único.

Agarre una mochila pequeña y recorrí la casa buscando cosas útiles para nuestra partida. Necesitaríamos dinero para los boletos, comidas, taxis tal vez, así que eche el suficiente. Tome un botiquín de primeros auxilios y una cajita que había escondido de pequeño bajo mi cama. Baje a la cocina para preparar algo de comer en caso de que Inglaterra despertara y quisiera comer algo en el aeropuerto. Revise las repisas y me tope con un frasco de té, también lo eche en la mochila. Prepare unos sándwiches y metí unos botes con jugo. Llame al aeropuerto y reserve los boletos.

Quería darme un tiempo para despedirme de las pequeñas hadas y darles la oportunidad de que se despidieran de Arthur. Subí las escaleras buscando cumplir con mi cometido y me tope con ellas en el borde de estas.

-Hola chicas, ya casi es hora así que despídanse bien, yo esperare aquí si les parece necesario.

-No, queremos que nos acompañes.

-¿Seguras?

-Sí, ven con nosotras.

Nos metimos en el cuarto de Iggy y ellas comenzaron a hablar.

-Joven Arthur, sabemos que ahora no nos escucha, pero hoy, alguien muy querido para usted que lo esta. Por eso hemos venido hoy para dar nuestro mas sincero agradecimiento a usted, que siempre nos dio todo lo que un ser mágico puede pedir, su amistad y cariño incondicional. Queremos decirle que, nosotras que le hemos visto sufrir y vivir en soledad hasta estos días, desde lo más profundo de nuestros corazones le deseamos la felicidad eterna y le ofrecemos nuestra vidas a cambio de ella. No nos da tristeza desparecer, nos da tristeza partir de este mundo sin poder compartir un poco mas con usted. Nos ha dado todo lo necesario para irnos con una sonrisa por eso le ofrecemos nuestra vida, sea feliz en nuestro nombre.

-¿Qué?- fue lo único que atine a decir.

-Joven Alfred recuéstese a un lado del joven Arthur y una sus manos.

-¿Qué?-repetí.

-¡Solo hazlo!-ordeno.

Me recosté a su lado y uní nuestras manos.

-Alfred- dijeron al unísono- te damos las gracias y te pedimos que por lo que queda de su vida le des la felicidad que una vez tuvo y que tanto ha deseado recuperar, debes entender que el tiempo se le esta agotando y que no será para nada fácil de ahora en adelante. Prométenos que hasta el final de sus días será feliz.

Ellas lo sabían al igual que yo, la sentencia de muerte con la que Arthur cargaba era definitiva y yo solo podía retrasarla por muy poco tiempo. Humanos, la escoria que destrozo este hermoso mundo con sus armas, bombas y guerras, excusándose en la fría mentira del progreso. Ellos habían causado la desgracia con la que yo tenía que lidiar y por su culpa perder lo que mas he amado en mi vida, escoria se les queda corto.

-Lo prometo.

Me regalaron su última dulce sonrisa y sus voces cambiaron para proclamar su último conjuro. De ellas un aura celestial les rodeaba y sus diminutos cuerpos se desvanecieron frente a mis ojos. Sentí una fuerte punzada en mi muñeca. El polvo en el que se habían convertido reposaba en la mía y en la de Arthur marcando nuestras manos unos tatuajes; El suyo con forma de luna y el mío con forma de sol.

No sabia si sentirme feliz o triste, tenía poco de conocerlas pero me había encariñado con las dos, aunque seria poca mi tristeza comparada con la que sentiría Inglaterra al saber que sus más fieles y antiguas amigas habían dado sus vida por él.

La noche toco a la puerta y Arthur no despertó. Invente muchísimas mentiras para poder volar a Estados Unidos con un inconsciente por acompañante. Poco convencidos los de la aerolínea me dejaron volar bajo mucha vigilancia.

Al atardecer de la mañana siguiente una limusina esperaba por nosotros donde Matthew, Francis y mi presidente esperaban con el ceño fruncido a mi llegada.

Esa tarde fue bautizada con el nombre de "día del regaño".

Francia y Canda me despegaron de Arthur a la fuerza y le llevaron a un hospital , yo pase la tarde haciendo papeleo y entregando un montón de disculpas a todas las naciones. Mi presidente se convirtió en mi verdugo.

Desde el día que llegamos a Estados Unidos no tenia la mas mínima oportunidad de despegarme del presidente y si lo lograba era llamado inmediatamente para mi regreso, me harte. Tan idiota era él como para no darse cuenta que mi nación pasaba a segundo lugar de importancia en mi cerebro. Al igual que yo el presidente se harto de la situación y sin mas remedio que dejarme en paz me pidió como único requisito siempre llevar mi celular para poder consultar algunas cosas conmigo y que cuando fuera de suma importancia era necesario que me presentase sin falta.

Llegué al hospital y pregunte por la habitación de Arthur Kirkland, una de las enfermeras me informo y me adentre en el lugar.

No fue difícil encontrar su habitación, simplemente me deje guiar por los murmullos de las enfermeras ofendidas por ser tratadas como mujerzuelas en pleno hospital. Francis no descansa ni en los lugares mas delicados.

-Vamos mon chéri, en esta habitación hay un tipo muy cejudo que no nos vera.

-Aléjese pervertido- dijo una de las enfermeras.

-Déjala en paz Francis- pronuncie posando una de mi manos sobre su hombro.

-Mon petit Alfred…emh… yo no estaba haciendo nada, bueno si, pero no…. emh ¿debería gritar o correr?

-Las dos, pero esta vez no.

Poso sus orbes azules sobre los míos y me observo preocupado

-Vamos adentro

-Sí.

Nos metimos en la habitación y me sorprendí de lo bien que se veía Arthur, me extrañaría que Francis no lo violase todavía.

-Tienes suerte de poder tener a esta bestia tan tranquila.

-Ni tanta.

Los dos soltamos una risa estruendosa.

-Y dime no ha despertado aún

-No, pero por lo que le dije hace rato no dudo en que pronto despierte.

-Mas te vale que no le hicieras nada mientras yo no estaba.

-Yo ya no tengo derechos sobre el chéri, los dioses del amour me castigarían si lo toco. El dueño de esta criatura cejuda esta presente- sentí como la sangre se me venia a la cara- y viene a reclamarla.

-Shut up wine bastard.

-Chéri esas sucias palabras no te quedan, le pertenecen a él.

Voltee el rostro y Francis se levanto de su asiento.

-A donde vas- cuestione.

-A buscar a Matthew, ya tardo mucho en buscara la comida.

-See ya.

-À bientôt.

Desde que Francis se fue pose la mirada en la cara de Inglaterra esperando que el despertase.

Llego la noche y pregunte a las enfermeras si me podía quedar a cuidar a Arthur, era un paciente menos que atender así que no se negaron. Francis tampoco regreso, lo mas seguro es que se llevo a mi hermanito por ahí para divertirse con el gyuuu no entiendo como le puede gustar a mi hermano ese pervertido sin causa. Bueno, eso no es de mi incumbencia.

Trate de conciliar el sueño recostándome en el sofá pero estaba muy impaciente por ser el primero en ver despertar a Arthur como para dormirme. Prendí el televisor mientras me comía la cena que le habían traído al enfermo. La comida es malísima. Recibí unas cuantas llamadas del presidente, era sobre asuntos legales y derechos para los inmigrantes. Colgué y volví a posar mi atención al horrible yogurt que me estaba comiendo. Estaba solo y con un inconsciente al frente, que se puede hacer en estas situaciones.

Agarre la cuchara de mi yogurt y comencé a picar la cara de Inglaterra. Era desesperante verle acostado, era un oso ¿o qué? No se supone que ya debió despertar.

Picar, picar, picar, gruñir, picar, picar. Espera ¿gruñir? Comenzó a picarlo con más insistencia. Picar, picar…

-grrr .. alej..fran…grr…que..grr..- lo seguiría picando hasta que el ingles se despertara. Sus gruñidos significaban que ya estaba conciente ¿no?

-¡Deja de aventarme piedras Francis!- Despertó el ingles sulfurado-¿eh? ¿Dónde estoy?

-Mph- hizo un puchero el americano- yo soy el que te cuida y tu sueñas con otro. Me siento engañado.

-¡ALFRED!- El ingles se sonrojo y se tapo bajo las sabanas formando un bultito.

-¡Hey! No te tapes- El ingles puso más fuerzas en su amarre.-Espere mucho para volver a ver tus cejotas fruncirse de nuevo.

-Yo no tengo cej…- El Britanico había salido de su caparazón para defenderse y se topo con lo labios de americano.

-decías..

-Olvídalo.

-Te amo, Arthur- El americano se subió en la cama y con su largos brazos enrollo al británico en un abrazo hundiendo su rostro entre las sabanas- no me vuelvas a asustar así nunca.

-Lo siento- Acaricio su nuca y deposito un dulce beso en su cabellera- perdóname Alfred, vamos levanta la cara.

-Sí-Deposito otro beso en sus labios.

-T-te amo-o, Alfred- titubeo el británico con lagrimas desbordantes.

-No llores Arthur, frente a mi no vuelvas a llorar.

-Pero…-le limpio las lagrimas con el pulgar- es qu..ue estoy feliz d…de volve…verte a ve…r.

-Si es así, permíteme llorar a tu lado.

Pasamos un rato abrazados hasta que se nos entumecieron los brazos, desde que lloramos no había levantado mi rostro el hombro de Inglaterra. Me dio una palmadita en la espalda y por accidente apreté su costilla.

-¡Auch!- soltó con dolor.

-Lo siento, lo siento, no era mi intención Arthur, perdóname.

-Tranquilo, no pasa nada, ya es solo una cicatriz.

-Perdóname-suplique.

-En serio que eres un niñ… un caprichoso.

-Ibas a decir niño ¿verdad? Es increíble que después de todo lo que he pasado aun me veas como un niño- reproché.

Me observo con su mirada fulminante- como dijiste, "iba" a decirte pero el apelativo de niño ya no te queda- me sonrió- no quiero ser un pedófilo- soltó una estruendosa risa que le dolió -auch, auch, auch.

-Te lo mereces por malo.

-Si- y se volvió a recostar en la cama para cerrar lo ojos.

-¡No!

-¿Qué, Alfred?

-No te duermas.

-Pero estoy cansado.

-Si, pero ya dormiste mucho, anda no te duermas, hay cosas mas divertidas que podríamos hacer.

-Alfred- se sonrojo el británico- estamos en un lugar publico.

-Las enfermeras no vendrán en un buen rato, les dije que yo te cuidaría.

-Pero y mis heridas-cuestiono.

-Tendré cuidado.

-Y si nos escuchan.

-Mientras no hagamos ruido todo está bien ¿no?-El ingles se sonrojo furiosamente.

-N-no se, Alf-alfred- titubeo.

Esta noche seria perfecta, así que no quería mostrarme impaciente, espere tanto tiempo para poder hacer esto y lo último que quiero hacer es arruinarlo. Primero me acerque a él para acortar la distancia, acercar su rostro al mío, darle dulces besos y propiciarle algunas caricias. Nos separamos a falta de aire y me dedique a morder su cuello, es inexplicable como un simple roce de nuestras manos me hacia perder el control. Todo su cuerpo, su esencia, la quería grabar con fuego en mi piel, dejarla marcada como signo de mi propiedad, es egoísta pero es lo que siento en mi corazón. A esta persona, de bella sonrisa y hermosos ojos verdes, hasta hace poco no nos podíamos ver ni siquiera a los ojos desde el día de mi independencia. Ahora la quería hacer completamente mío. Sus labios no son como los de cualquiera, son suaves y tienen una bella esencia, sólo podría sepárame de ellos para respirar. Rodee su cintura para que la distancia entre nosotros disminuyera, su agitada respiración chocando contra mi oído me indicaba que buscaba mi boca otra vez. Nos volvimos a besar pero esta vez de una forma mas apasionada, él me dejo entrar en su cavidad húmeda , probando cada parte de su ser. Con una mano apreté su nuca para profundizar el beso. Mientras nos besábamos el trataba de quitarme la camisa con manos temblorosas.

-Estas muy tímido, Iggy- dije entre besos.

-Cállate.

Siguió desabrochando cada uno de mis botones hasta dejar mi cuerpo al descubierto. Yo buscaba, con sumo cuidado, los botones de su bata para desabrocharlos. Mire su rostro y le regale una mirada seductora, se sonrojo y volteo la mirada.

-Vamos no te voltees, que no ves que quiero ver tu lindo rostro.

-No me mires, me da pena.

-Bueno, si no te vas a voltear…- tome su mandíbula para acercar su rostro y mordí su lóbulo derecho, humedeciendo con mi lengua su oído.

-Alfred quien rayos te enseño esa cosas.

-Quien te enseño a seducirme de esa manera.

Se sonrojo y al fin había logrado desabrochar su bata para dejarme ver su cuerpo al desnudo. Mi rostro cambio furiosamente a uno de asombro y preocupación. Todo por lo que había luchado, lo había lastimado tanto, muchas partes de su cuerpo tenían coseduras y algunas no habían tenido ni siquiera la oportunidad de cicatrizar.

-Te da asco ¿verdad? Sabia que no estabas listo para verme así ¡Vete! ¡Aléjate de mí! ¡Déjame en paz!- le volví a abrazar.

-No, no me volveré a alejar de ti jamás. Es normal que me sorprenda ¿no lo crees? Hemos pasado por tantas cosas que es normal que me de miedo. Lo acepto tengo miedo a tocarte, a lastimarte, tengo miedo a perderte otra sorprende haber sido yo el que te causo esa heridas, me lastima verte así porque…

Se acerco a mi y me dio un beso- Lo siento, me asuste por tu rostro.

Pose mi frente sobre la suya y le mire a lo ojos- Nunca, vuelvas a alejarme de ti.

Lo recosté sobre la cama y admire su cuerpo, sino le quería lastimar, tendría que ser lo mas dulce posible. Recorrí con mi lengua el pecho de Inglaterra y me detuve en sus pezones para hacerle sentir mejor, sentí mi propia hombría querer salir de mis pantalones y aumentándose con los gemidos de mi compañero, pero todavía no era mi momento de disfrutar. Arthur se aferraba a mi espalda cada vez que le propiciaba un beso, yo seguía con mi trayecto hasta buscar su pene. Me detuve en su ombligo y le bese.

-¿Continuo?- pregunté.

-No preg..unte..s eso- dijo entre jadeos.

-Pero no te quiero lastimar.

No dijo nada, solo frunció los labios y cerro los ojos, se veía muy lindo. Estaba todo sonrojado parecía una linternita por lo rojo que estaba. Quite lo que impedía encontrarme con su hombría y comencé a lamerlo en movimientos suaves hasta que la respiración de Inglaterra me lo indicara. Cada lamida no era un simple goce para él sino mío también.

-Esto dolerá un poco- Introducí uno de mis dedos por su entrada para prepáralo para lo que vendría después. Deje de de darle placer a su miembro para dedicarme ahora su entrada. Metí el segundo e Inglaterra jadeo intensamente.

-No hagas tanto ruido Iggy, nos puede escuchar- Me acerque a su cara para besarle mientras lo preparaba para el tercero. Pronuncio un jadeo mudo dentro de mi boca y supe que estaba listo. Baje mis pantalones y divise la prominente excitación con la que ya lidiaba. Abrí con delicadeza sus piernas y me pose sobre el para introducir mi miembro en su entrada.

-No tan rápido Alfred, duele- murmuro.

Trate de hacerlo mas lento, pero es que ya era tortuoso tener que hacerlo así, mi cuerpo estaba caliente y necesitaba vaciarlo. Cada vez que introducía mas mi miembro Inglaterra se sonrojaba y su boca buscaba mis labios para saciar su ansiedad. Me acerque para besarle nuevamente y recorrer con apasionadas caricias su cuello, ligeras mordidas que lo marcaban como mió. Disfrutábamos nuestros cuerpos al máximo. Introducí mi completamente mi pene y las embestidas se volvieron un éxtasis sin control, nuestra unión no era solamente física sino de alma y cuerpo. "Las cosas pasan por una razón" esa frase me la habían dicho millones de veces, una frase tan fastidiosa se había vuelto para mí, pero ahora viéndolo de esta manera podría esperar muchos milenios mas si esta fuera la felicidad que me aguardara. Pronto sentí que llegaría al final de mi excitación y por el rostro de Iggy el suyo también.

-Te amo, Arthur- pronuncie antes de descargar mi semilla dentro de él.

-Y yo a ti, Alfred.

Caí rendido al lado de su cuerpo y le dirigí una última mirada antes de que él se quedara dormido. Acaricie su mejilla y le di un beso- Gracias

Después de eso nos quedamos dormidos con las manos entrelazadas.

En la madrugada nos despertaron los rayos del sol y…. Francis.

-Exacto a eso me refiero con amour. Digo, lo ves Matthew, esto es rojo, porque el rojo es pasión, pasión.

-Francis- exclamo Arthur tapándose con la sabana y dejándome a mí al desnudo.

-Arthur.

-Alfred.

-Matthew- grito Canadá. Todos le miraron raro -Es que nadie me iba a decir- entristeció.

Di un salto de la cama y me tape con mis pantalones- Ustedes dos salgan- grité.

Me voltee para disculparme con él –Es culpa de los dos no te preocupes- me adivino el pensamiento.

-Alfred- me llamo mientras me vestía.

-¿Qué paso?

Desvió la mirada- nada.

-¿Seguro? ¿No tienes hambre? O no me digas te duele algo, déjame le hablo a la enfermera- me asome por el pasillo- ¡Enfermera!

-No, no, no, no esa nada de eso.

La enfermera entro al cuarto apurada- ¿Que sucede? – volteo su rostro al paciente- ¡Oh Dios mío, despertó, déjeme llamar al doctor! pero..- reviso la tableta de información-señor Arthur ¿Por qué no tare la bata puesta?

Me miro sin saber que decir- ya sabe los ingleses son raros, se quitan la ropa por todo según él se la quito dizque porque tiene calor.

La enfermera se río- tiene razón. Bueno en un momento llega el doctor, me haria el favor de ponerse la bata, si es necesario yo se la pongo.

-No, no, gracias, yo puedo solo.

-Entonces con su permiso.

La enfermera se fue y Arthur me regaño. Francis y Matthew no tardaron en llegar.

-Bonjour, mes amis ¿Cómo les va?- pronuncio Francis seguido de Canadá- ya descansaron de su derroche de pasión.

-¡Cállate, Francis! sólo dinos a qué viniste y vete.

-oui, oui, mon petit Angleterre, vinimos para avisarles de la próxima reunión, será en dos días así que procura recuperarte hasta entonces.

-¿Cómo, tan pronto?

-Oui

-Pero y Arthur él aún no...

-¡Alfred! Esto no te concierne, conozco mi posición, díganles que estaré encantado de asistir.

-Bon, voyez-vous dans deux jours.

-See ya.

-See ya, brother! I'm glad to see you England, see you soon!

Esperé a que cerraran la puerta y quise hablar, pero Arthur me fulminaba con su mirada.

-¿Qué pasa? Te veo inquieto.

-Es que no entiendo como puedes estar tan tranquilo con ello, tu no entiendes de que va a tratar esta junta y…

-Alfred, ven- se removió un poco para dejarme un espacio y sentarme- Yo he vivido muchos mas años que tu. Sé de que va a tratar esta conferencia y sé como va a terminar, no soy la primera ni la ultima nación en…

-Pero…- le interrumpí.

-Entiendo como te sientes, pero es algo que no se puede cambiar.

Trate de tomar su mano para darle apoyo, pero al ver con que fuerza se aferraba de la sabana para no temblar, me abstuve.

El Doctor llego después de ellos y anuncio que darían de alta a Iggy después de hacerle unas pruebas de rutina. Llego la noche y lo dieron de alta. Las ropas de Arthur estaban algo manchadas y sucias, así que le pedí a Matthew un cambio para Iggy, como no había ropa de Inglaterra en mi casa trajo las más pequeñas que tenia. Debo decir que se veía muy lindo con mi ropa porque le quedaba muy grande.

-Vámonos, Iggy.

-No me llames Iggy, idota.

-Bueno, andando, cejas.

-¡Alfred!

Antes de que dieran de alta a Iggy tuve mucho tiempo libre y pude traer mi auto para pasearnos un rato y celebrar su recuperación.

-A donde te gustaría ir a comer- pregunté.

-No tengo mucha hambre.

-¡Oh vamos! Después de todos esos días enfermo debes de estar súper hambriento ¿no?

-Es en serio. Al, no tengo hambre.

-No te reprimas, anda, dime a donde quieres ir. ¡Ya sé! Si no me dices iremos a Mcdonald´s.

-Alfred no tengo hambre, no quiero comer ¿Qué no lo entiendes?

-Ahora qué te tiene de mal humor.

- No es nad…- paré el carro en seco en medio del trafico y lo voltee a ver.

-No vuelvas a decir que no es nada ¿entendido?

Inglaterra abrió los ojos como platos y titubeó- emh emh pues tú dime a donde tú quieres ir emh.

-En serio que difícil eres, pero bueno, mejor vámonos a casa ya más tarde decidimos a donde ir.

-Está bien.

Llegamos a mi casa y las luces de adentro estaban encendidas. Ayude a Iggy a bajarse del auto y nos metimos en la casa. Se escuchaban voces en la cocina.

-¿Esperabas a alguien?- cuestiono Inglaterra.

-No…-espera aquí iré a ver quien es.

Con paso sigiloso me asome a la cocina, la cual estaba completamente llena de ollas y verduras regadas por todos lados.

-Mon petit Amérique, al fin regresaron. Vayan al comedor la comida estar a lista en unos minutos.

-¡Ey! No invadas mi cocina así como así.

-¿Invadir? ¡Ja! Si lo único que tenía eran golosinas en todos lados, le estoy haciendo un favor a esta cocina.

-¡Calla! Iggy ven,es solo el estúpido de Francia invadiendo mi cocina.

-¡Oye!

-Debía suponerlo, ese wine bastard siempre se mete en mi casa y también se pone a cocinar- dijo Arthur- bueno los espero en el comedor, sorpréndeme con tu cocina, rana.

-Ya veremos Angleterre, ya veremos.

-Ey, ey, no quiero nada de peleas entre ustedes dos, que no ves que acaba de salir de el hospital.

-Muchacho, que no sabes leer entre líneas, Arthur y yo nos estábamos hablando con mucha amistad.

-Si como sea, Francis- estaba apunto de salir de la cocina cuando Francia tomo mi brazo.

-¿Whats up?

- Tu y yo tenemos que hablar, así que apúrate en comer y ayuda a Inglaterra para que se vaya a dormir- Me quite su brazo de encima y me fui furioso.

-¿Qué paso?- pregunto Iggy.

-¿Eh? ¿Por qué lo dices?

-Es que te ves algo alterado.

-Ah, no, no pasa nada. Es que me da coraje que Francis invada mi cocina.

-Ya veo- hizo un pausa y con su mirada me analizo- ¡Oye rana! No tenía mucha hambre pero al ver tu rostro de viejo perdedor me abrió el apetito ¿Cuando piensas servir la comida?

-Eres irremediable, Iggy- me regalo una sonrisa triunfal.

-Tienes que ser tan grosero mon amour. Ya voy.

Francis se abrió paso con los pies mientras cargaba los platos.

-Bon Appéttit.

Nos sirvio los platillos. De entrada, de bebida un Kir acompañado de una creme brulee. De plato fuerte un filet mignon y de postre una tarte aux pommes con un rico Domaine de l'Aure del sesenta y cinco.

-Todo estaba delicioso, Francis- dije.

-Por lo menos él si aprecia mi comida Angleterre.

-Pues, te diré, estuvo decente rana.

-Oui, oui. Dime no tienes sueño Inglaterra.

-No mucho a decir verdad

-Amérique, lleva a la ancianito a su cuarto y cuando termines ayúdame a recoger la cocina.

-¿eh? ¿Pero porque?

-Por que tu querido hermano mayor Francia no puede con todo.

-Pero..

-Solo ayúdale Alfred, entre más rápido lo ayudes más rápido se callara.

-Así es, anda ve.

-Está bien, está bien ¡Fuck!

-¡Ey! Enfrente de mí no hables así.

Gruñí un poco y ayude a Inglaterra a subir las escaleras. Lo lleve a uno de los cuartos mas lejanas a las escaleras porque aún tenia pendiente una conversación con Francis así que si Arthur se levantaba después, tal vez, nos escucharía y adiós tranquilidad hogareña.

-¿Necesitas ayuda para cambiarte?- pregunté

-¡Pervertido!

-¿eh? no lo decía pro eso Iggy, en verdad solo te quería ayudar, tú mente es la que imagino cosas raras.

-No es cierto vi la intención en… en... en tus ojos, si en tus ojos.

-No es cierto, en mis ojos no hay malas intenciones.

-Bueno, como sea, yo me cambio solo.

-En ese caso, necesitas ayuda con otra cosa- dije algo molesto.

-Pues… yo…. ehm…. pensé que tal vez. Sabes, es muy tonto, y no es necesario, tu sabes- titubeaba sin parar.

-No no sé. Anda di lo que sea y lo haré.

-¿Seguro?

-Sí, lo que sea.

-Do…dor…dormi…. ¡Agh! No puedo decir algo así.

-¿Querías que durmiera contigo?

-¿eh? ¿Qué no ser despistado era parte de tu personalidad?

-¡oye! Bueno si no quieres no vengo

-No, no, no. Ven, yo te espero- bostezo- aunque sea dormido, pero te espero aquí.

Me acerque a él, últimamente se veía muy hermoso, me gusta el color carmín que se asienta en su mejillas cada vez que me habla. Él ya estaba recostado así que me tuve que inclinar para darle un beso- Buenas noches, no tardo…amor-Salí corriendo de la habitación con la cara hecha un tomate, nunca antes le había dicho eso a alguien que de verdad amara.

-¡Hey! ¡Tórtolos! ¡Mas les vale no estar haciendo nada en lo que hermano mayor no pueda ser incluido.

-¡Cállate, Francis!

-¡Oh! mon amour, pensé que ya no vendrías, tardaste mucho.

-No estuve arriba más de cinco minutos.

-Bueno, como sea, hermano mayor aprovecho el tiempo mientras ustedes cenaban y limpio la cocina.

-Gracias- pronuncie a regañadientes- Y, de que querías hablar.

-Ustedes los americanos siempre quieren ir al punto de la conversación, sin disfrutar de la plática amena.

-Tengo un compromiso que no quiero tardarme en cumplir, así que, se lo más conciso posible.

-Oui, como Amérique lo desee. Primero que nada te aseguraste que Arthur se durmiera

-Si, el dijo que me esperaría en la habitación, sea lo que sea que vayas a decir dilo ya.

-Veras, Alfred, la reunión que se aproxima no será la primera en tratar un tema como el de Arthur. La mayoría de las naciones ya ha participado en varios, es comprensible que siendo tu primera reunión y no simplemente de alguien ajeno a ti, sino que será de alguien a quien aprecias. No te pediré que estés tranquilo en la reunión, pero, si Arthur te lo llega a pedir, hazle caso.

-Cómo quieres que me mantenga tranquilo tratándose de él.

-Déjame terminar, en cuanto termine me iré, así que después de esto todo depende de ustedes dos, yo no pienso intervenir en nada. El tema a tratar será la disolución del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. No creas…

Cada palabra que salía de su boca me oprimía el pecho, es una sensación asfixiante.

-No creas que esto solo es difícil para ti. No tiene mucho lo que te voy a contar, pero es información de la cual sólo tenían noción el Reino Unido y Francia. No es que yo me quisiera enterar, pero Inglaterra necesitaba un testigo y decidió confiármelo a mí. Aunque en el mapa aún se registran las tierras de los hermanos de Inglaterra ellos ya no existen, todos decidieron que el último en irse seria Arthur para mantener sus tierras intactas y ocultar, mientras fuera posible, su extinción. Es comprensible que no te dieras cuenta de ello, si Inglaterra no me lo hubiera dicho yo tampoco me hubiera dando cuenta, hay que reconocerle que sabe actuar, pero dejando eso de lado. Antes de que su territorio se viniera abajo su moral junto con él se vino abajo. Casi nadie se había percatado, pero el asunto se dio a conocer un día después de tu cumpleaños. Trate por todos los medios posibles de que a nadie le pareciera extraño, pero me fue imposible. Trate de advertir a Arthur pero después me entere que tu me habías prohibido el paso a Inglaterra, días después me entere por Matthew lo que había pasado y pues heme aquí. Ahora por orden de mis superiores estoy obligado a apoyar la disolución de Inglaterra. Lo siento Alfred, pero lo único que puedo hacer por ti es darte algunos meses. Lo siento.

Tomo su abrigo y me echo una última mirada. Desde ese día no volvimos a cruzar palabra mas que para puros formalismos.

Esa noche fui directo adormir con Inglaterra, oprimí tanto mi cuerpo contra el suyo que podía sentir como nos convertíamos en uno solo.

El día de la reunión llego y, como Francis dijo, la disolución del Reino Unido fue definitiva. Aún me oprime el corazón recordar ese día, no por el hecho de la disolución ya que nos darían unos meses por todo el papeleo que se debía hacer, sino que ese mismo día Iggy se entero de lo que habían echo sus queridas amigas, me dijo todas las maldiciones habidas y por haber y múltiples veces me golpeo. Cuando estuvo mas calmado le abrasé y entre sollozos me contó que lo que habían hecho las hadas no fue para darle mas vida fue para que su cuerpo sanara mas rápido, y las cicatrices desaparecieran. Me mostró su vientre y en efecto, todas sus heridas habían desaparecido aun las más antiguas. Cuando una nación obtiene una cicatriz no es por el dolor, es para marcar hechos importantes en su historia, las hadas le habían regalado un cuerpo nuevo, uno sin dolor. Lloro toda la noche hasta quedarse dormido.

Desde entonces Inglaterra no volvió a llorar, es mas hasta se veía más animado que de costumbre. Tuvimos una infinidad de citas, nos disculpamos en persona con Japón, nos metimos a diferentes cursos, hasta acepto meterse a cursos de cocina, obvio, junto conmigo, lastimosamente nos corrieron a la semana del curso porque Iggy quemo dos hornos y le provoco una indigestión a la maestra. No diré que lo corajudo ni lo cejon se le quitaron porque estaría mintiendo. Día tras día los aprovechábamos al máximo. Me dio un poco de pena cuando se lo propuse, pero aunque Iggy me regaño nunca dijo que no, le propuse tener hijos. Seria el hijo más hermoso del mundo, de eso estoy seguro. Tuvimos sexo como locos aún sabiendo que nuestro deseo nunca se haría realidad. No nos hizo falta de nada, nos teníamos a los dos. Deje de ir a las reuniones y mandaba a un sustituto para que informara después. La ciudad se volvió insoportable para nosotros y a petición de Iggy nos fuimos a vivir cerca de la playa

Nuestra alegría no duro tanto como yo hubiera querido. Los papeles de su disolución estaba ya por finalizar e Inglaterra cayó en cama otra vez. Si Inglaterra no me tuviera la confianza que ya me tenia a estas alturas, no me pediría ayuda para hacer sus necesidades diarias, no se encontraba en estado vegetal y mucho menos era una persona sin facultades para hacer las cosas por si mismo, pero era mas divertido ayudarle, le daba de comer aunque se enojara, nos bañábamos juntos, dormíamos juntos, todo lo hacíamos juntos.

Una mañana como cualquier otra escuche mi celular sonar y lo apague sin darle mucha importancia, no tenia ganas de escuchar nada de lo que pasaba en el mundo porque hoy tenía una cita muy importante. Iggy y yo habíamos planeado todo el día. Por la mañana iríamos a comprar ropa y lo necesario para preparar la cena, una deliciosa cena con Iggy.

Me metí a la cocina y lo vi preparando algo.

-No te esfuerces, amor. Estás muy débil, deberías guardar esas energías para después.

-Cállate, que lo estoy preparando para ti.

-Piensas matarme en nuestra luna de miel- Si, nos habíamos casado hace poco y según nosotros hoy celebraríamos nuestro matrimonio.

-Vamos prueba un poco, para que me digas como esta.

-Iggy ya es tarde cuando regresemos lo pruebo ¿si?- No fue cobardía, pero no quería tener una indigestión en nuestra luna de miel.

-Esta bien, pero lo tienes que probar porque me ha quedado estupendo.

Así como nos habíamos artado de la ciudad, también nos habíamos artado de los chochees y todas las banalidades, así que nos íbamos en bicicleta recorriendo las colinas y muelles, me recordaba a mis épocas de infancia. Era más tardado llegar a los mercados, pero cuando Iggy se abrazaba a mi espalda y recostaba su rostro en mi, sentía como la felicidad recorría mis arterias y todo el cansancio desaparecía.

Cuando ya veníamos de regreso el atardecer ya estaba asomándose por las prominentes olas, nos detuvimos en una de las laderas a comer un refrigerio y a contemplar el crepúsculo.

-Te amo muchísimo, Arthur- deposite un suave beso en sus labios y me regalo una sonrisa.

-Yo también te amo, Alfred- saco una cajita de su pantalón y me lo entrego- pensaba dártelo hasta la noche pero quiero entregártelo ahora.

-¡Eh! Me compraste un regalo de aniversario y no me dijiste, me hubieras dicho para comparte algo también.

-Idiota, solo ábrelo.

Abrí la cajita, eran dos anillos de boda.

-Recuerdas que en nuestra boda improvisada usamos tapas de refresco como anillos. Bueno, creí que ya era momento de que usáramos las debidas argollas.

Me incline hacia él y tome su mano para ponerle su anillo- Yo Alfred. F. Jones, acepto- se sonrojo al ver como tomaba la iniciativa.

-Y… yo Arthur Kirkland, acepto.

Nos dimos un dulce beso y cuando nos separamos, Iggy se echo a reír.

-¿Que es tan chistoso?

-Es que…- se limpio una lagrimilla- es que te imaginas, en este momento entraría Francis a la iglesia y gritaría "Yo me opongo".

Nos miramos directamente y…

-Pff jajajajajajajajaja justamente haría algo así.

-¿Verdad? Jajjajajajajaja

Cuando nos calmamos el sol se despedía de nosotros y nos avisaba que ya era hora de que emprendiéramos a nuestra cena.

-Nos vamos- pregunté.

-Sí, ya es tarde.

Lo subí a la bicicleta y nos aseguramos que las compras estuvieran bien sujetas de la bicicleta. La brisa mariana me recuerda a la casa de Inglaterra. Ese aroma salado y refrescante me encanta, y por lo visto, Iggy lo disfruta como nunca. Nuestra casa estaba un tanto retirada, así que el camino fue placenteramente largo.

Cuando llegamos a la casa instantáneamente nos pusimos nuestros mandiles para darle el último toque a la comida, obviamente, yo era el que tocaba más la comida. Inglaterra ponía todo su empeño en ese pudín que tanto quería que comiera.

-Me iré a bañar ¿si?

-Tomate tu tiempo.

Para esta noche, habíamos decidido cenar en el jardín para tener una mejor vista al mar, sacamos una mesa pequeña para dos, dos sillas, velas, hielo para el vino. Incluso decoramos el pedacito donde íbamos a cenar con varios foquitos y una que otra rosa.

De vestimenta, fuimos a las tiendas mas bonitas para comprar algo de ropa formal, ni tan formal porque con el calor que hacia en la playa nos íbamos a asar. Mas bien, era ropa casual, algo playera con un poco de clase.

Salí de mi baño para cambiarme e Iggy ya me esperaba afuera para meterse después.

-Hubieras entrado conmigo, si no puedes me meto contigo…

-No, esta noche me baño solo.

-¿Seguro? No tendrás problemas

-No, y si los tengo yo puedo lidiar con ellos

-Bueno, como tu quieras, amor.

Se sonrojo y se metió al baño, no puedo creer cuantos años pasaron sin que me diera cuenta del bello carmín de sus mejillas.

Fui al jardín a arreglar los últimos detalles. Poner la comida cerca de la mesa y procurar que no se enfriara. Me acerque al pudín de Inglaterra y, aunque no tuviera mala pinta, aun me entraban mis dudas sobre si lo debía comer. Bueno, ya me las ingeniaría para no comerlo. Prendí las luces ya que la noche se hacia mas densa y para hacerlo más romántico encendí las velas, ya solo faltaba la presencia de Arthur. Me senté en el banquito del jardín a esperarlo. Esta seria una magnifica noche.

Arthur llego e igual que yo no traía una ropa tan formal a la que acostumbra a petición mía.

-Hola extraño.

-Hola-saludé- ven- hice un ademán de palmaditas en el banquito para que se sentara conmigo.

-¿Qué paso?

-Sólo quería que te sentaras a mi lado

-Andas muy raro, Alfred.

-¿En serio? No me siento diferente, tal vez sea porque ya no hay tapujos entre tu y yo.

-Desde cuando te pones serio, ese no eres tu- Me recargue en su hombro.

-Bueno más vale tarde que nunca.

-Vamos a cenar.

Tuvimos nuestra hermosa cena a la luz de las velas, todo estaba delicioso, y cuando creí escaparme del pudín de Inglaterra.

-Oye no haz tocado para nada el pudín que prepare, vamos, toma un poco- puso un poco del pudín en mi plato.

-S…sí Iggy- no se como pero me lo metí en la boca, no sabia mal, de echo esta algo bueno.

-Y ¿que tal?- me miro esperanzado.

-Te quedo muy bueno Iggy.

-Vaya ¿En serio?

-Sí, en serio.

Bajo un poco la vista apenado -Gracias.

Me acerque a él para dale un beso- A ti.

Terminamos la cena y nos fuimos a recorrer la playa. Era algo común tener una caminata nocturna recién nos mudamos, pero cuando Iggy volvió a enfermar eran pocos los días en los que él tenia las fuerzas para caminar y, para nada aceptaría la idea de que yo lo cargara por la playa.

Nos quitamos los zapatos y nos arremangamos un poco los pantalones para podernos meter al mar aunque fuese sólo de las rodillas para abajo. Una vez adentro Arthur sujeto mi muñeca.

-Nunca te lo dije, pero estoy muy orgulloso de ti aunque a veces te comportes como un verdadero idiota.

-Haces que esto suene como una despedida.

Me regalo una sonrisa y se apoyo en mi pecho.

-Te quiero mucho, cabeza de hamburguesa.

-Ni porque somos pareja dejaras de insultarme ¿verdad?

No obtuve respuesta así que me agache para quedara la altura de sus ojos, los tenia rojillos y se veía que ya tenia rato conteniendo las lagrimas.

-¿Qué pasa? ¿Por qué estas llorando?- pregunté exaltado.

Se apoyo una vez más a mi pecho.

-No quiero desaparecer Alfred, no quiero. Quiero estar aquí contigo por un poco más, sólo un poco más.

-No llores, estoy seguro que todavía no terminan con ese estúpido papeleo. No te preocupes ¿si?

Trate de calmarlo entre mis brazos y cuando lo estuvo le regale un beso, el cual correspondió.

Regresamos a la casa con las manos entrelazadas. Él al igual que yo no teníamos las ganas de separarnos por nada del mundo. Dejamos todo tirado tanto en la cocina como en el jardín, ya mañana lo recogeríamos. Por hoy ya estábamos cansados.

Me tire en la cama mientras él se ponía sus medicinas que lo ayudaban a no sentir tanto dolor. Cuando termino apago las luces y se recostó a mi lado.

-¿Cómo te sientes ahora?

-Mejor, gracias a ti.

-Ves y luego me tachas de que no soy un héroe.

-Ya tenías bastante sin decir eso.

-Supongo.

Se acerco a mí hasta que nuestros rostros quedaron uno frente al otro. Subió la barbilla y deposito un beso en mis labios. Me echo una tierna mirada con una una bonita sonrisa.

-Estoy muy cansado, Alfred-Sujete su mano y justo cuando le iba a decir cuanto lo amo, el ya se había quedado dormido.

-Descansa, amor- sujete fuerte su mano, como si de un conjuro se tratase, como si sosteniéndola Arthur no se iría a ningún lado. Vi como una sonrisa se dibujaba en sus labios y me pude quedar completamente dormido.

A la mañana siguiente ya no había dos corazones latiendo, ni dos respiraciones tranquilas, sólo una.

Desperté y a mi lado Arthur tenia una cara tan contenta pero estaba frió- Tienes frió verdad, vamos a dormir otro rato- le abrace y me quede dormido.

Creo que ese día no llore. Me levante de la cama fingiendo pensar que Arthur dormía, recogí la casa de pies a cabeza y después llame a la demás naciones para dar el aviso, muchos me daban sus condolencias y otros me preguntaban si necesitaba ayuda, negaba a cualquiera que se me ofreciera. Matthew y Francis fueron los únicos que acepte vinieran al sepelio. Las hadas no simplemente le habían dado más vida a Iggy, me regalaron un cuerpo que velar.

El día del sepelio llego y tampoco llore, Matthew quiso venir conmigo a la casa, pero no le deje. Esta era nuestra casa y quería que se quedara como tal.

-Lo siento Alfred.

Deje una rosa sobre su tumba- Sabes aunque ya esta bajo tierra, aun pienso que de un momento a otro volverá a respirar, si tan solo hubiera un uno por ciento de probabilidad, yo….

El cielo estaba tan triste como yo, pero a diferencia de mi el estaba lloviendo a cantaros sin parar mientras yo no podía ni siquiera llorar. Me fui directo a nuestra casa.

Como ya tenia la casa limpia sólo agarraría mis cosas para volver a la ciudad y asistir de nuevo a las conferencias mundiales. Debajo de nuestra cama encontré una cajita, era la caja que yo había traído de la casa de Arthur, pero en esa caja no solo estaba la mía, había varios DVDs, puse uno en el reproductor y espere a que saliera la imagen. Eran videos de cuando compramos la casa, cuando la amueblamos, de los cursos de cocina, de todo lo que hacíamos juntos, la mayoría estaban gravados por Arthur así que se escuchaban sus gritos como si estuviera a mi lado, por fin me di la oportunidad de llorar aquella noche lluviosa.

Pronto volví a mis actividades, era de saberse que ya solo frecuentaba a Matthew y eran de esa veces de una en un millón. El caos mundial nos pisaba los talones y las conferencias ya no trataban de cómo salvar al mundo, pues ya no tenía remedio, no había país que tuviera los recursos para ayudar a los demás. Así que de forma tranquila la muerte nos fue llevando uno a uno.

Arthur fue de los primeros en irse mientras yo sigo esperando mi turno para reunirme con él.

Fin

Vaya, vaya, vaya~

No lo puedo creer al fin termine esta historia, espero no me quedara tan extraña. Trate de poner todo mi empeño en ella así que discúlpenme por la extrema tardanza, pero ya saben con eso de que ando de un lado a otro con lo de elección de facultad y tareas de hueva ¡ah! y aparte los exámenes que ya parecen casi diarios D: Bueno, dejando eso de lado, quiero agradecer a todas esas personas que se dieron la oportunidad de leer esta historia, pero desde una vez les advierto no es la ultima vez que me verán por aquí *KOLKOLKOL* estoy segura que habrá mucho más angst y romance por repartir :3

De antemano gracias por los reviews y, si es posible, criticas constructivas, opiniones para el próximo fic. De una ves les adelanto que es angst y estaba pensando en que fuera un USAxUK otra vez…. ): no se nota como quiero hacer sufrir a esa pareja, pero bueno, si quieren que aparte de esa pareja a haya otra es bien recibida. Espero que esta vez no sea tan larga.

Respuestas a los reviews

Helzebet: ¡Hola esposa! Muchas gracias por tu review hehehe me mato de la risa las cosas que me ponías, ya sabes como casi no me rió de nada XD Claro que si podemos morir juntas esposa, ya sabes, solo tenemos que buscar una balacera que al cabo hay bien poquitas hahahahaha Bueno ya, gracias por simpre por darme tu opinión y ya veras que algún día venceré a mi Némesis de la ortografía :3 Te quiero nena.

Nyu17: Hahahaha te deje bien escamada con lo del final espero que no hayas muerto todavía porque ya esta la continuación ¡VIVE! Lo se el capitulo anterior estaba bonito y triste era una mezcla extraña ): gracias por el review y espero tu opinión sobre el final que el di.

Ninn: Muchas gracias por los ánimos, pido una disculpa por la tardanza pero bueno ya esta el capitulo ya para que seguirse lamentando. Me da gusto que alguien mas se riera de eso porque cuando yo me acuerdo me da demasiada risa. Bueno sobre lo del calentamiento, más que nada me base en un programa de discovery :3 espero que no quedara tan irreal ): sé que amuchas va a dejar muy triste este capitulo pero así tenia que ser. No de la noche a la mañana el mundo se iba arreglar y pues viendo las noticias sobre todos eso desastres naturales es cuando te das cuenta que ya no hay marcha atrás.

Tsuki no Tsuki: Espero que este capitulo también te gustara aunque, según mi criterio, sea el mas triste el largo de todos, es tortuoso por así decirlo. De antemano gracias pro la espera y espero tu opinión en este ultimo capitulo.

katy star black: ¡wow! Bueno espero recibir otro grito de emoción esta vez :3 y bueno si tienes alguna opinión o sugerencia es bien recibida, lo que sea para hacer mas amena las historias. Muchas gracias por el review y, ya sabes, espero tu opinión.

Ichiru95: ni un solo capitulo sin review tuyo ¡GACIAS! Fuiste de las personas que mas ánimos me daban a seguir este fic. Me da gusto que todos los capítulos te gustaran y en especial el anterior porque fue de los que mas duda tenia, con este tengo mucha confianza en el. Bueno espero tu opinión y de antemano, gracias :3

aki-chan666: Ves lo prometido es deuda y, como dije, hubo lemon hohohoho *se pone bailar junto con ella* espero haber llenado tus expectativas y que no me haya quedado tan mal, porque aun no soy muy buena con eso del lemon pero ya mejorare :3 gracias por tu review y espeor con ansias tu opinión para que me digas que tal me quedo

Muchas gracias a tods y pues bueno espero disfrutaran del capitulo. No saben como las amo a todas. Ya sin nada mas que decir nos vemos en el proximo fic :3