Disclaimer: si, soy rubia pero no soy inglesa ni gano dinero por esto, así que no, no soy Rowling.Sólo uso su mundo de fantasia para escribir.

Y regresarán aquellos que enfrentaron tres veces la muerte,

Aquellos, que un día se alzaron vencedores; ilusos dueños de su vida y su destino.

Aquellos, que no ignoraban su final y lo enfrentaron.

Al final de la segunda era del segundo milenio, el equilibrio se romperá.

Y ellos volverán a la vida.

_ Lily, Lily_ una voz rota de hombre rompió la oscuridad, sonaba a voz que llevaba años sin usarse, una voz que ha pasado demasiado para un hombre corriente_ ¿Lily, dónde estás? No veo nada.

_ James_ la voz de la mujer era mucho más dulce pero también sonaba a años de abandono_ ¿Dónde estamos? lo último que recuerdo es un rayo de luz verde… y todo desapareció

_ Una maldición asesina_ se quedó callado_ ¿crees que estamos muertos?

_ Yo me siento agarrotada y cansada. Me duele todo, sobre todo la cabeza. No creo que estemos muertos.

_ Sigo sin ver nada.

Y en un momento dado, después de permanecer callados largo rato, recordaron que eran magos y quisieron buscar sus varitas. Las llevaban en los bolsos, como si alguien las hubiera dejado ahí, esperando que sus dueños las volvieran a usar algún día.

_ Lumus_ dijeron a la vez y se miraron respectivamente al hacerse la luz.

El hombre vio una hermosa pelirroja de ojos verdes y la mujer un hombre alto sin las gafas que creía recordar llevaba y el pelo muy negro y muy revuelto.

Entonces James Potter deseó tener sus gafas para ver mejor a su esposa y no sólo la mancha de ojos verdes que veía y nada más desearlo unas gafas le aparecieron, se las puso y miró a su bella esposa.

_ Estás preciosa.

Lily sonrió, aunque no era momento para ello.

_ ¿Dónde estamos?_ susurró y por primera vez miraron alrededor suyo. Estaban tumbados en dos camas paralelamente puestas en una habitación grande y cerrada, toda blanca, incluso las camas y las cortinas que tapaban una gran ventana eran blancas inmaculadas.

_Parece un hospital_ murmuró James al rato.

_ ¿Un hospital?_ Lily se tocó la frente mareada_ No tiene ningún sentido… ¿Crees que nos herimos en alguna pelea contra los mortífagos?

_ No, lo último que recuerdo es un rayo de luz verde.

_ Y yo, la maldición asesina pero si estamos aquí no podemos estar muertos.

_ Viene alguien_ susurró James y ambos miraron fijamente como se giraba el pomo blanco y entraba una enfermera que al verlos dio un grito sorprendida y tiró todo lo que llevaba en la mano.

_ ¡¡Han despertado!! ¡¡Han despertado!!_ gritó_ ¡Es un milagro! ¡Por todos los cielos es un verdadero milagro!

_ ¿Quién es usted?_ preguntó James.

_ ¡Y parecen estar bien!

_ Disculpe, ¿Quién es y donde estamos?

_ Ah si, si_ la enfermera muggle (se veía a leguas) se secó los ojos y explicó: Soy Karen McGanner, enfermera de este hospital, encargada de la planta de terminales y personas en coma y llevo cuidando de ustedes siete años.

_ ¿Hemos estado siete años en coma?_ inquirió Lily en un asustado susurro.

_ No_ la voz de la enfermera sonó rota_ ha estado casi quince. Hubo una antes que yo, pero ya se jubiló. Ahora he de llamar al doctor para hacer los teses requeridos en esta ocasión.

_ Y oiga ¿Quién nos trajo aquí?

_ Un hombre muy anciano, muy extravagante…tenía la nariz torcida y vestía una capa violeta y botas de tacón de punta. Nos dijo que ustedes_ los miró nerviosa_ bueno, que tenían un bebé. Le dije si quería que le buscara un hogar, pero me dijo que el niño viviría con sus tíos.

_ Harry_ murmuró Lily en un sollozo.

_ Vino una vez hace hará unos tres años por aquí, tenía el mismo aspecto de la primera vez. Le pregunté si el niño no vendría nunca a visitarlos, y me contestó que él no sabía que estaban vivos. Le dije si le había contado que estaban muertos_ lo último lo dijo en voz muy baja_ y contestó que era mejor así. Era muy extraño todo, pero yo no quise preguntar más, así que las pocas otras veces que vino no hablamos de nada.

Creo que sólo él sabía que estaban ustedes vivos_ se estremeció_ Todo tan raro…_ se quedó pensando, y de repente agitó la cabeza y dijo ya con voz normal: iré a buscar al doctor Spencer.

ooOOoo

_ ¿Porqué Dumbledore no se lo diría a nadie?_ preguntó Lily sin esperar contestación.

_ No lo sé, a lo mejor no creía conveniente que Harry pasará el rato llorando por unos padres que no están muertos pero lo parece.

_ ¡Mi bebé! Que ahora tendrá quince años.

_ ¡Si no cumplió ya los dieciséis! ¿En que mes estamos?

_ No lo sé. Luego preguntaremos, cuando vengan.

_ Lily… ¿Crees que estará bien?

_ Irá a Hogwarts, estará en quinto, o a punto de empezar sexto.

Se quedaron callados, pensando en su hijo hasta que James planteó la pregunta que ninguna de los dos se atrevía a formular: ¿Cómo sobrevivimos? ¿Cómo lo hizo Harry?

_ No lo sé_ la pelirroja se mordió el labio inferior_ Yo sólo se que cuando ese monstruo quiso matar a mi hijo me puse delante, luego el avada kedabra y todo quedó oscuro.

_ Pero estamos vivos.

_ Si, y creo que debemos de estar agradecidos.

James se rió por primera vez y tenía de verdad la sensación de que llevaba catorce años sin reír.

_ Cuando salgamos de aquí iremos a ver a Dumbledore_ dijo Lily_ Y luego le diremos que nos deje ver a todos, a Sirius, Remus, Alice y todos. Y a Harry.

_Si_ asintió James con un nudo en la garganta_ Quiero verlo. ¡Lo echo de menos!

_ Ya será casi un hombre.

James asintió con la cabeza y justo entró el médico acompañado de la enfermera Karen, pareció estupefacto al verlos hablar tan normalmente y procedió a realizar las pruebas requeridas.

ooOOoo

La noche era tormentosa, parecía de todo menos julio, claro que ese mes de julio no estaba siendo normal. No había hecho sol nunca. Es el efecto de los dementores, y eso que él se encargaba de mantenerlos muy lejos del castillo.

Jamás volvería a permitir que un dementor volviese a traspasar los muros del colegio desde aquel que besó a Barty crouch junior.

Era como si el tiempo reflejara el estado de ánimo del viejo profesor, sentado en su magnifico despacho, recordando tiempos aún peores que los que tocaban vivir próximamente y pensando, que a pesar de todos lo que decían de él y de su gran inteligencia, era un estúpido.

Se había sentido tentado, por un segundo volvieron los sueños de juventud, el perdón por haber sido un egoísta. No recordaba que el anillo era ahora un horrocrux.

Y se había condenado, pero eso era lo que menos le importaba. Ya estaba muy mayor, no es que no sintiera la alegría de la vida, era sólo que veía a la muerte como una vieja amiga.

No, lo único que le atormentaba era haber sido tan estúpido y no tener tiempo de enseñar al joven Potter todo lo que debía saber para enfrentarse a su destino.

Picaron a la puerta.

_ Señor_ el celador entró con aire huraño_ Ha llegado una carta para usted.

_ ¿Una carta? ¿Y no viene la lechuza?

_ No, venían por correo muggle.

_ ¿Muggle?_ se sorprendió_ Aquí no pueden llegar cartas muggles, no ven el castillo, amenos que…es imposible. Muchas gracias Argus.

El celador se retiró.

Dumbledore abrió la carta con dificultad por la mano herida…era imposible, ¿pero que otra posibilidad había?

_Estimado señor Dumbledore:

Pidió que le informáramos en el casi de los señores Lily y James Potter despertaron y ha ocurrido la mañana del diecisiete de julio.

Tras realizar las oportunas pruebas hemos decretado su estado de salud como: Muy bueno y hemos procedido a darles el alta.

Me ruegan que le remita que le escribirán a usted, me he tomado la libertad de darles su dirección.

Atentamente: Doctor Mathew J. Spencer, jefe de la planta de intensivos.

No era imposible. Era un milagro.

A pesar suyo y de saber que a Harry le costaría mucho más aceptar su destino con sus padres vivos, sonrió, porque le importaba mucho más ese chico que un montón de caras desconocidas.

Pero debía de pensar en el bien de todos_ se estremeció "por el bien de todos"_ Debía de prepararle igualmente y quien sabe, puede que Lily y james Potter le dieran las fuerzas que necesitaba.

Volvieron a llamar a la puerta y con un presentimiento la abrió, al ver allí a Lily y James Potter plantados, como si vinieran a hacerle una visita de cortesía no pudo evitar un grito de sorpresa, a pesar de saber, en cierto, modo, que eran ellos antes de abrir esa puerta.

_ Sentaros_ les invitó, como si la última vez que los hubiera visto hubiera sido ayer y no hace quince años.

La pareja intercambio una mirada y se sentaron y el anciano director se perdió en recuerdos de un James Potter prepotente y leal junto a un Sirius Black al que todo parecía traerle sin cuidado, sentados en las sillas que ahora ocupaba junto a su esposa, castigados por alguna travesura.

Recordó también una Lily embarazada y una Lily fuerte, luchando por su hijo antes de que los obligaran a encerrarse en casa para terminar de condenarse.

A un James valiente luchando contra los mortífagos…

Y ahí estaban, gracias a algo que el mismo Dumbledore desconocía, pero vivos.

_ Albus_ James lo sacó de sus pensamientos de sensiblerías de ancianos que aman_ ¿Dónde está Harry?

_ Ahora mismo se encuentra a salvo.

_ En el hospital_ dijo Lily_ Nos dijeron que vivía con mi hermana y su marido. ¿Cómo pudo dejarlos con él señor?_ su voz adquirió un matiz de reproche_ Ellos no podía quererlo. Mi hermana me odiaba…me tenía una envidia que la cegaba en el odio.

_ Pero estaba a salvo, ahora sin embargo ha pasado dos semanas en Privet Drive y luego se ha ido a Londres, donde se ha mudado su padrino_ sonrió al ver que James y Lily se miraban felices.

_ Si, el nombre de Sirius Black quedó limpio este año, tras demostrar que no era partidario de Voldemort y Harry ahora acaba de irse a vivir con él.

James soltó una carcajada y Lily sonrió feliz.

_ Hay demasiadas cosas que contar_ sentenció Dumbledore_ Y yo sólo les contaré algunas, las otras lo hará Harry cuando esté preparado.

Asintieron, ya sin reír y procedieron a escuchar al profesor Dumbledore.

Lo único que querían era que terminara de hablar para pedirle la dirección e ir a ver sus amigos, a Sirius, el "hermano" de James.A todos ellos. A Harry.

Su hijo.

¡¡besos!!