Lo siento, lo siento! No me matéis! T-T, sufrí mucho para escribir este capi y aún así no estoy satisfecha con el resultado, es que acabamos de hacer un montón de exámenes y ahora empezamos la tercera evaluación y...

Luffy: a quién le importa?

Yo: oye, y tú de donde sales?

Luffy: quieres continuar con el fic? a nadie le importa tus patéticas excusas!

Yo: eh! Tú espera y verás... Por desgracia One Piece ni sus personajes me pertenecen, sino ya habría unas buenas dosis de romance de las parejas que hay en este fic. Sin más el capi!


10. Lágrimas

Nami no daba reaccionado, tenía la mirada perdida y estaba de rodillas en el suelo. Respiraba con total normalidad y tenía la cabeza hacia abajo, sin hacer ningún movimiento extraño. Vivi se acercó a ella, pero dio unos pasos atrás al ver que Nami estaba totalmente en shock, no sería bueno hacer que reaccionara por la fuerza, era mejor esperar.

Un enfermero de la ambulancia se acercó a la peli azul para ver si estaba herida o algo por el estilo, pero Vivi negó y señaló a Nami, que se dio cuenta de que tenía una herida, no muy grave, en el codo. El enfermero se acercó a la pelirroja pero esta no respondió. El sanitario miró expectante eso y se quedó sorprendido, estaba como perdida y no decía nada, pero aún así tenía que curar esa herida, podía infectarse y podría llegar a ser grave.

-Vamos ¡arriba!-gritó el médico mientras la levantaba, ella se dejó llevar y la metió en la ambulancia mientras que también metían a Luffy en una camilla.

-¿Puedo ir?-preguntó Vivi con preocupación, uno de los médicos que estaban allí asintió y la chica se subió rápidamente en la ambulancia mientras sacaba su móvil con manos temblorosas para marcar el número de Sanji y pedir que fuera al hospital, ahora más que nunca le necesitaba.

Cuando arrancaron con la sirena encendida, la pelirroja ni siquiera notaba como el enfermero que la llevó allí le estaba curando la herida. Se sentía como si estuviera en una burbuja, ajena de todo lo que sucedía, y ni siquiera quería reaccionar, oía las voces de los médicos y la de Vivi muy lejanas, como si estuvieran a metros de ella, no a su lado.

En su mente, que parecía estar algo activa, solo se repetía una cosa que le partía y le rompía cada vez más el alma: Han atropellado a Luffy por mi culpa…

Sabía perfectamente que todo había sido culpa suya. No de Vivi, no de Luffy… tan sólo de ella. Había dudado de él, ¿en realidad lo del beso entre Vivi y Luffy había sido real o tan solo un accidente? No, ella no podía estar teniendo esas dudas, ella… ella… quiere a Luffy, lo ama con locura.

Cuando bajaron de la ambulancia, Vivi siguió a los médicos que llevaban a Luffy en una camilla totalmente preocupada y no se preocupó mucho por Nami ya que sabía que uno de los médicos que iba en la ambulancia estaba cuidando de ella.

Por su parte, la pelirroja se dejó guiar por el médico, que la sentó en uno de los asientos de la sala de espera, donde también estaba Vivi, quien los médicos habían dicho que tenía que quedarse allí.

Dentro de unos minutos llegó Sanji, aún algo sorprendido por lo que Vivi le había dicho por teléfono.

-¡Vivi!-gritó el rubio al verla en la sala de espera.

-¡Sanji!-se acercó la peli azul y lo abrazó, el chico correspondió al abrazo, se veía bastante dolida la chica.

-¿De verdad han atropellado a Luffy?-preguntó el rubio, en realidad aún no lo podía creer. El rubio miró bien la sala y vio a Nami allí sentada, y se asustó al verla en ese estado-¡Nami!

-No te molestes, no reacciona, lo intenté pero no me escucha y no hace nada, estoy empezando a preocuparme por ella.

Ambos se acercaron a la Sakura y vieron que seguían shock y miraba el suelo como si fuera lo más interesante del mundo. Al ver que no hacía nada, Sanji se acercó un poco más y la agarró del hombro y la zarandeó un poco:

-Nami, dime algo… Vamos, reacciona.

La chica estaba tan perdida, notó las sacudidas, pero no quería mirar quien se las daba. Ella seguía sumergida en su mundo, en su burbuja, donde escuchaba las voces que tenía a su lado demasiado lejos, a metros de distancia.

Unos cuantos médicos salió de la sala donde atendían a Luffy y uno gritaba alterado:

-¡El chico ha perdido demasiada sangre y no nos quedan reservas del tipo HB positivo! ¡Cómo vamos a donarle sangre si no tenemos ningún donador disponible!

Vivi se alteró y su corazón empezó a acelerarse en su pecho… Luffy había perdido demasiada sangre y necesitaba que alguien le donara alguna, pero ella era HB negativo, no era compatible con él.

Nami reaccionó un poco ante eso, pero lo único que hizo fue dar un tan pequeño respingo que nadie lo notó, y pensó ida:

-Soy cero positivo, mi sangre no vale.

Después de eso la chica se desconectó de nuevo mentalmente, sumergida de nuevo en su mundo, ignorando todo lo de su alrededor, pero una voz la sacó de su estupor de nuevo.

-Perdone-dijo Sanji mientras se levantaba de su asiento y se señalaba-Es que soy HB positivo, tengo el mismo tipo de sangre que él, podían coger una parte de mi sangre y donársela.

-Muy bien, ven conmigo-dijo uno de los médicos mientras salía corriendo hacia una sala con Sanji pisándole los talones. Vivi tan solo sonrió en cuanto salió de su asombro, gracias a Sanji puede que Luffy se salve la vida.

Por otra parte, Nami miraba en la dirección en la que Sanji había salido, le había sorprendido enormemente que el rubio se hubiera ofrecido a donar su sangre al chico que odiaba. Por una vez desde que la llevaron al hospital, el rostro de Nami mostró una emoción: sorpresa.

-Nami-dijo Vivi al ver que la chica había cambiado su cara, suponía que ya se había recuperado de la impresión-Escúchame, por favor…

La pelirroja desvió sus ojos en dirección a Vivi y esta la miraba con una expresión de preocupación.

-Sé que quizás no me creas, pero necesito que lo hagas… tú y yo aún no somos amigas del todo, aún después de todo tenemos algunas cosas sin resolver pero tú… no puedes desconfiar así de Luffy, él te quiere y tú lo quieres, estoy segura de que más que a nada-decía Vivi, aunque no lo pareciera, Nami prestaba mucha atención a lo que le decía-Sólo fue un accidente, no teníamos pensado besarnos, ni se nos pasó por la cabeza hacerlo… Nami, ¿cómo pudiste desconfiar de él? ¿Qué querías mostrar con eso? ¿Acaso no te dicho que soy novia de Sanji? Luffy es solo un amigo demasiado especial, incluso diría yo un hermano, pero Sanji es diferente, a él sí que lo quiero como chico y no como un hermano o amigo.

Vivi iba a irse del lado de Nami y sentarse en otra silla para que dejara a la pelirroja reflexionar, pero la chica cogió de la mano a la peli azul, cosa que hizo que se sorprendiera y la mirara.

Cuando Vivi miró a Nami no pudo evitar mirarla con preocupación, soltaba lágrimas silenciosas. Estaba segura de que Nami la había escuchado, lo sabía.

-Yo…-empezaba a decir Nami con una voz rota por el llanto-Me siento… tan… tonta.

Vivi abrazó a la chica y ella empezó a llorar desconsoladamente en su hombro, no podía creerlo, Vivi tenía razón, ¿en qué demonios pensaba cuando echó a correr? ¡Ella también podría haber tenido ese estúpido accidente con Sanji, Zoro u otro chico y seguro que Luffy no habría desconfiado de ella!

-Sé que ahora no puedo decirte nada que te consuele Nami, pero siempre estaré ahí para apoyarte, intentaré ser tu amiga-informó con total sinceridad la peli azul. Notó como Nami asentía con debilidad en medio del llanto y dejó que la chica siguiera descargándose, lo necesitaba.

Después de todo Nami se fue a casa acompañada por Sanji y Vivi. El médico, después de donar sangre de Sanji a Luffy, dijo que este ya estaba fuera de peligro. Unas horas después, Luffy había despertado algo adormilado, según dijeron Sanji y Vivi, ya que ella no había entrado en la habitación donde estaba Luffy… no sabría como mirarlo a la cara.

Cuando entró en casa ya había amanecido, ni siquiera había dormido y tenía algo de sueño. Todas las emociones, que había vivido hasta ahora, le habían afectado bastante y ahora necesitaba descansar un poco.

Subió las escaleras de su habitación y se cambió la ropa por el pijama. Rápidamente se metió en la cama, casi se durmió al instante.

-Nami…

Nami notó como alguien empezaba a zarandearla suavemente. La pelirroja empezó a abrir los ojos y vio a su hermana algo preocupada mientras la miraba.

-Nojiko… ¿ya habéis vuelto?-preguntó Nami algo debilitada. Nojiko suspiró con preocupación y preguntó:

-¿Te encuentras bien Nami? Tienes los ojos rojos y muy hinchados…

-No… no es… nada-respondió débilmente, estaba tan deprimida que ni se molestaba en intentar coger fuerzas.

-Luffy no está-dijo Ace entrando en la habitación de la pelirroja algo alterado-Nami, ¿dónde se supone que está Luffy?

Los padres de las chicas y de los chicos, que estaban detrás de Ace, entraron en la habitación siguiendo al pelinegro. Nami sintió una debilidad interior, no sabía cómo decirles a todos que Luffy estaba en el hospital.

-Nami cariño-susurró Dana con tono dulce acercándose a ella-¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde está Luffy?

-Yo… no…-decía Nami intentando retener las lágrimas, pero le fue imposible-No… en… hospital.

Todos los presentes a excepción de la menor abrieron los ojos de par en par.

-¡¿Hospital?-preguntó Ace más alterado de lo normal-¿Cómo que hospital? ¡¿Qué demonios ha pasado Nami?

Nami les explicó todo lo que pasó, obviamente suprimiendo algunas partes. Los adultos estaban completamente pasmados tras eso, sin embargo, cuando Dana, Dragon y Ace dieron reaccionado salieron corriendo hacia el hospital, seguidos de Henzo y Bellemere.

-A pesar de que les dijiste que ya está fuera de peligro, parece que tienen muchas ganas de ver a Luffy… aunque es totalmente normal-dijo Nojiko-Pero, ¿tú no vas a ir? ¿O estás muy cansada?

-Yo…-susurró Nami tragando duro su saliva-Prefiero descansar Nojiko, por favor…

La peli azul asintió y salió de allí, dejando que su hermana se acostara de nuevo en la cama por el cansancio… ese día no iría al instituto, estaba demasiado cansada y dolida… muy dolida.

-¡Cuánto me alegro de que ya estés bien peque!-sonrió Nojiko mirando a Luffy, que resultó ser la última visitante de ese día, junto a Ace. El pelinegro sonrió y dijo:

-Sí, ya me encuentro muy bien.

-Lamento si Nami no pudo venir a verte hoy, estaba muy cansada pero… ya la viste antes ¿no?

Un signo de interrogación se formó en la cabeza del chico y miró extrañado a su hermano mayor.

-¿Verla? No, después de que me atropellaran no vi ni una sola vez a Nami.

Ambos universitarios se quedaron de piedra tras eso… ¿Nami no lo había visitado? Nojiko tomó aire y dijo:

-¡Bah! Seguro que es porque estaba muy cansada, ya verás como viene a visitarte pronto.

-Ya-respondió el chico. Nojiko agarró del brazo a su novio y se dirigió hacia el pequeño:

-Bueno peque… nosotros nos vamos. Adiós.

-Adiós Luffy, recuerda que aún estás muy delicado, así que no hagas locuras ¿eh?-le advirtió el pelinegro mayor sacando su faceta de hermano sobreprotector. Luffy lo miró, asintió y dijo con una sonrisa luminosa:

-Sí Ace, adiós a los dos.

Ace miró eso con sorpresa, pero no dijo nada. Ambos salieron de la habitación y Nojiko dijo con una sonrisa:

-Parece que el peque está bien, ¡qué suerte! Oye…

Nojiko se calló de golpe al ver la preocupada expresión de Ace. Este miraba la puerta de la habitación de Luffy con algo de tristeza, ¿qué era lo que pasaba?

-La sonrisa de Luffy… era completamente falsa-susurró Ace mientras miraba al suelo, haciendo sorprender a Nojiko. La peli azul tragó saliva y preguntó:

-¿Falsa?

-Y tenía los ojos muy brillantes, Luffy estaba a punto de llorar-siguió informando el mayor mirando a su novia.

-Jaja, ¿llorando? ¡Ace! ¡Vamos! ¡Esas bromas no tiene gracia, tonto!-se rió la chica pensando que lo que decía su novio era todo una broma, pero al ver que la expresión de su novio no cambiaba, se preocupó-Pero… ¿es en serio?

-Muy en serio Nojiko… Luffy seguramente estará llorando ahora mismo.

Dentro de la habitación, el pelinegro estaba abrazando sus rodillas mientras intentaba que las lágrimas que salían por sus ojos cesaran de una vez. Se mordió el labio inferior para evitar que un sollozo escapara de sus labios.

-¿Por qué? ¿Por qué Nami? ¿Por qué a pesar de todo no confías en mí?-se preguntaba mentalmente Luffy mientras se limpiaba los restos de las lágrimas que tenía en sus mejillas… si odiaba algo era llorar, pero le dolía tanto que la persona que amara no confiara en él, que se le hacía difícil no ponerse a llorar como el niño lastimado que era ahora… y no solo físicamente, sino también interiormente.

Habían pasado dos semanas desde el accidente. Luffy se estaba recuperando de una manera increíble, ya que pronto le darían el alta.

Sanji iba caminando hacia el instituto, soltó un suspiro de alivio al acordarse de lo que le dijeron los médicos, que pronto le darían el alta a su nuevo amigo… pero no podía evitar sentirse mal por él…

-Me pregunto si Luffy… estará hoy un poco más animado que ayer-susurró el rubio algo triste al acordarse del estado de su amigo.

Flash Back

El día anterior…

Luffy se encontraba en la azotea. Llevaba puestos las sandalias, los pantalones y la chaqueta del hospital. Agarró con su mano la verja que estaba allí mientras miraba hacia la entrada del hospital, entrecerrando sus ojos mientras que estos se aguaban un poco…

-¿Estabas aquí?-preguntó Sanji entrando en la azotea. El pelinegro no hizo falta que volteara para saber quien le llamaba, sabía muy bien quién era. Desde que el rubio empezó a ir a visitar a Luffy, ambos se habían hecho amigos… aunque para eso, Luffy tuvo que insistir.

-Sí, estaba cansado de estar en la cama…

-¿Y por eso vienes todos los días aquí?-preguntó Sanji, sabiendo a la perfección cual era el motivo de que Luffy fuera a la azotea todos los días-Bueno, aunque hay que reconocer que el sitio es acogedor.

-Es que… no me gusta estar encerrado, prefiero venir a ver el cielo y…-susurró Luffy, pero la preocupada voz de Sanji lo cortó:

-Luffy… ¿estás llorando?

El pelinegro dejó escapar un par de lágrimas más cuando abrió los ojos con impresión, se sorprendió al verse descubierto por Sanji.

-Yo…-susurró Luffy mientras intentaba no derramar más lágrimas, pero su pecho le dolía mucho, mejor dicho, su corazón-Nami no… vino a verme ni una sola vez en estas dos semanas. No lo entiendo, ¿realmente me odia? Me duele mucho saber que no confía en mí, es cierto que pudo ponerse celosa, pero no dejó que ni siquiera me explicara.

-Luffy…

-No hace falta que digas nada Sanji-Luffy se dio la vuelta, haciendo que el rubio viera el estado actual del pelinegro… totalmente derrumbado-No es necesario que te preocupes por mí, estoy bien… Es algo que pasó y ya está…

-Luffy, dices que estás bien pero… sigues llorando-dijo un Sanji preocupado mientras se acercaba a él. Luffy mordió su labio inferior para evitar un gimoteo, pero después musitó:

-Es que… duele tanto. Ni siquiera sé porque estoy llorando de esta manera.

Sanji dejó que Luffy apoyara su cabeza en su hombro y se descargara a gusto, lo necesitaba.

-El amor duele amigo… duele mucho por lo que veo.

Fin del Flash Back

-Pobre-susurró el rubio. A pesar de cómo estaba el pobre pelinegro, Sanji no dijo nada de ese estado a la peli azul. Sabía que si Vivi se enteraba del estado de su amigo de la infancia, no reaccionaría muy bien ante eso y no podría imaginar que haría.

Había intentado hablar con la pelirroja, pero Nami había pasado olímpicamente en él… como si poco le importara el estado de Luffy.

-Me enrabia saber que Nami no haya visitado a Luffy, es la primera vez que me enfado así con ella… ¿pero qué es lo que le pasa a Nami?-pensó con algo de molestia el rubio mientras se sentaba en su asiento después de haber intentado hablar con Nami.

Nami se sentía mal. No sabría como mirar a su novio a la cara. Si se encontraba de cara a cara con él, seguramente se desmoronaría al instante.

Se sentía muy mal por haber desconfiado de él, pero precisamente por eso, había evitado a toda costa visitar a Luffy.

Pero eso cambió ese día… Después de volver del instituto se encerró en su cuarto, no tenía ganas de ver a nadie. Las horas fueron pasando en su cuarto sin hacer nada, miraba al vacía con una expresión dolida y cansada… no podría ver a Luffy a la cara.

Cerca de la noche, Nojiko entró violentamente por la puerta de la casa, seguida de Ace.

-No-Nojiko… cálmate un poco, anda-susurró Ace algo asustado. Nojiko lo miró duramente y gritó:

-¡QUE ME TRANQUILICE! ¿CÓMO QUIERES QUE ME CALME CUANDO LA ESTÚPIDA DE MI HERMANA NO ES CAPAZ DE VISITAR A LUFFY EH?

-Tendrá sus razones y…

-¿QUÉ NARICES IMPORTAN SUS RAZONES AHORA?

Nojiko se fue corriendo al piso de arriba, y cuando llegó a la puerta de la habitación de su hermana, la abrió bruscamente. Nami no se molestó en mirarla, no tenía ganas de ver a nadie.

-¿Por qué no has ido al hospital Nami?-preguntó la chica peli azul tratando de calmarse-Eres de lo peor, ¿lo sabías?

-¿Qué sentido tiene que vaya? Creo que él estará mucho más tranquilo si no me ve-informó la pelirroja, sin darse cuenta de que esa fue la gota que hizo que el vaso se derramara, acabando con la paciencia de Nojiko.

La peli azul avanzó hacia donde estaba su hermana, y cuando estaba frente a ella, le dio una fuerte bofetada que le hizo voltear el rostro, eso hizo que Nami la mirara con sorpresa tras eso.

-¡NO ME VENGAS CON ESAS AHORA! ¡ES LO QUE ME FALTABA! ¡Él estaba contento! ¡Era feliz! ¡Por muy mal que te sientas, para él tú eres especial! ¡Cuando estaba a tu lado, sonreía! ¿Crees que los demás podemos conseguir lo mismo? ¡ÉL NO QUERÍA VERNOS A NOSOTROS! ¡QUERÍA VERTE A TI! ¡MALDITA SEA, ABRE LOS OJOS NAMI! ¡HAY COSAS QUE SOLO TÚ PUEDES HACER! ¡ESPABILA! ¡PORQUE POR MUY FUERTE QUE TE PAREZCA LUFFY, ÉL SUFRE Y ESTÁ LLORANDO POR TU CULPA! ¡DEJA DE HACERLE DAÑO! ¡REACCIONA DE UNA VEZ PEDAZO ESTÚPIDA!

Las lágrimas escaparon de los ojos granate de Nami, agradeciendo interiormente a Nojiko por decirle todo aquello.

Ahora se sentía basura, de la peor. No solo había desconfiado de su chico y había hecho que le atropellaran… ¡sino que le estaba haciendo daño! ¡Qué estúpida era!

El día en el que Luffy le dieron el alta, el cielo estaba despejado. El chico salió del hospital algo desanimado. Sus ojos que tres días atrás habían estado rojos e hinchados ahora estaban como antes. Desde que había llorando en el hombro de Sanji, no le quedaron ganas de volver a llorar, no merecía la pena.

Por otro lado, Nami se quedó mirando a Luffy cuando este salió, sin notar la presencia de ella. Una opresión en el pecho apareció en cuanto le vio, había pasado tanto tiempo… ¿cómo pudo mantenerse tanto tiempo lejos de él?

-Luffy…-llamó Nami, haciendo que el pelinegro diera un respingo. El chico se dio la vuelta lentamente y detrás de él vio a la chica pelirroja mirándolo con una expresión caída.

Luffy sintió una gran opresión en el pecho, ¡no! ¡No quería mostrarse débil ante ella! Sin embargo… salió corriendo, Luffy salió corriendo nada más verla. No podía soportar verla sin más después de tanto tiempo y sin tener noticias de ella.

Por su parte, Nami se sintió aún más miserable… si eso era posible. Las cosas parecían ponerse peor por momentos… pero ella quería estar con él, con Luffy.

Mis piernas corren solas huyendo de Nami pero… esto no era lo que tenía pensado hacer. Cuando la viera mi intención era sonreírle, lo tenía completamente decidido, entonces… ¿por qué huyo?

Soy un desastre, está claro. Tal vez me creí demasiado, pensé que era alguien importante en la vida de Nami. Pero a ella no le importa nada, si estoy a su lado o no, quizás solo sea un estorbo en su vida ¿no?

Luffy se detuvo en seco en un parque, no recordaba haberlo visto antes y supo enseguida que él no conocía esa zona de la ciudad. Suspiró sin ganas y se sentó en una banca. Aún le dolía el pecho, no había querido correr, pero la presión pudo con él.

El pelinegro sintió como sus ojos empezaban a escocerle de nuevo, ¡no! ¡No quería llorar otra vez! ¡No quería sentirse así de nuevo! ¡Odiaba llorar! Luffy llevó sus manos hacia sus ojos, intentando impedir que las lágrimas salieran por ellos.

-¡Luffy!-gritó Nami en cuanto le dio alcance. Este levantó la vista y la miró sorprendido… ¿qué era lo que hacía ella ahí? ¿Acaso le había seguido?

-Ah…

Nami sintió como si algo rompiera dentro de ella en mil pedazos.

-Tiene los ojos… rebosantes de lágrimas. ¡Soy de lo peor!-pensó la chica totalmente derrumbada, ¡era peor que escoria! Rápidamente se enderezó y gritó:

-¡Luffy escucha! ¡Es la primera vez que te lo digo! ¡Te amo! ¡Y no me importa repetirlo! ¡Y lo siento! ¡Yo lamento muchísimo no haber confiado en ti! Estaba demasiado celosa en ese momento, ni siquiera me paré a pensar ¡y me odio por todo lo que te hice sufrir!

El chico estaba tan sorprendido que no podía decir nada, pero cuando Nami acabó de decir eso, Luffy se levantó y preguntó:

-Nami, ¿realmente me amas o simplemente soy un capricho?

Nami lo miró sorprendida, pero después dijo con decisión:

-¡Te amo! Estoy completamente segura de eso y… de verdad que lo lamento, tuvo que venir Nojiko a pegarme una bofetada y a gritarme un par de cosas para que me diera cuenta de lo que te estoy haciendo sufrir. ¡Perdóname! ¿Crees que podrás darme una última oportunidad?

Luffy la miró algo impresionado por eso, después sonrió y dijo:

-Bueno… luego no te quejes por como soy.

Nami se rió y se lanzó a sus brazos, se abrazó a él y susurró:

-No, tranquilo… solo me quejaré si te pasas de pervertido.

Fin


Pésimo final, lo sé... Perdonadme en serio, soy un desastre, pero no se me ocurrió otra manera de acabar. Espero que no os haya decepcionado mucho! Hice a Luffy muy llorón pero, que yo sepa el amor duele mucho a veces ¿no? Todos tenemos llorado por amor seguro!

Este capi va dedicado a ti Ari-chan, feliz cumple! Si no me equivoco es mañana, sino lo tengo mal apuntado T-T, espero que no! Subo el capi hoy porque mañana seguramente no tendré tiempo! Así que lo subo hoy. Feliz cumple guapa y que cumplas muchos más!

Quiero agradecer a: Tsukii no Hana, Gabe Logan, LuNa13, Kaizou No Gari, nami333, Gynee (saludos especiales por tu cumple Ari-chan) y mugiwara-carl.

A ver si os pasáis por los fics de Gynee que son fantásticos, en serio y de paso le dejáis algún comentario XD. Bueno, ¿queréis epílogo? Si es así hacédmelo saber inmediatamente vale? Sayo y cuidaos mucho!