1. Noticia

Nami se levantó más temprano que de costumbre. Hay que entender que eso era algo totalmente anormal para ella, pero tenía que hacerlo si quería aprobar ese examen… ¡Malditos exámenes! No podían hacer otra cosa para comprobar que de verdad saben algo…

-Vaya día que me espera…-pensó agotada, presintió que algo iba a pasar, puede que no fuera algo especial, pero estaba segura de que alguna cosa sucedería. Bajó las escaleras rumbo a la cocina y allí encontró a su hermana y a su madre tomando un café las dos juntas.

-¿Cuándo se lo piensas decir a Nami mamá?-preguntó Nojiko sin enterarse de que su hermana estaba delante de la puerta. Bellemere suspiró y advirtió:

-Hoy. Pero no le digas nada, prefiero decirlo si vuestro padre está conmigo…

-Pero, ¿qué es lo que tenéis que decirme papá y tú?-preguntó Nami con curiosidad. Bellemere y Nojiko dieron un brinco, les dio un susto de muerte. Nojiko para escapar de esa situación dijo:

-La curiosidad mata, hermanita…

Nojiko se levantó y se dirigió hacia la universidad dejando a su madre con todo el cargo de la situación.

-Hoy te lo diré cariño, pero espero que no me odies ni a mí ni a tu padre después de lo que vamos a comunicarte.

-Bueno, esperaré a que me lo digas-dijo Nami algo insegura. Se dirigió a la mesa y cogió una tostada, mientras la iba comiendo subía las escaleras hacia su habitación, tenía que repasar para el examen de inglés…

Robin miró a Nami algo sorprendida. Ella estaba pegada al cuaderno de inglés y no podía quitarle la vista de encima, ni siquiera había decidido jugar un poco al tenis antes de clase, que es lo que acostumbraba a hacer.

-Nami, ¿estás segura de que no tienes fiebre? A lo mejor se te pegó algo de esa gripe…-dijo Robin posando su mano sobre la frente de su amiga. Nami la miró con los ojos entrecerrados y le advirtió:

-No te pases de lista, quiero aprobar este examen cueste lo que cueste.

-¡Bien dicho Nami swan!- dijo un chico rubio con corazones en los ojos.

-¡Anda Sanji! Dime, ¿estudiaste para el examen de inglés?-preguntó Robin con una sonrisa. Sanji desvió la vista hacia la chica del pelo negro y dijo con corazones aún en los ojos:

-¡¡Claro que si Robin chwan!!

El timbre sonó y Nami miró hacia el asiento del lado algo extrañada, no era normal que su amigo se retrasara tanto. De repente, en la clase penetró un chico de pelo verde, respiraba algo agitado por la carrera que echó para llegar a clase antes que el profesor, y parece que lo había conseguido.

-Vaya Zoro, pensé que no llegabas-dijo Nami soltando una risita. El chico gruñó algo y se sentó en el pupitre del lado de la chica.

-Tú como siempre tan graciosa Nami-dijo con el ceño fruncido. Nami miró a Zoro con algo de interés, a Zoro no le gustaba nada esa mirada, conocía a Nami desde pequeña, sabe que cuando ponía esa mirada es porque quería pedir algo.

-A ver Nami, dispara que quieres-dijo Zoro resignado. Nami sonrió y dijo con voz melosa:

-Explícame esto de la pasiva y la activa de inglés…

-No-la repuesta de Zoro fue fría y cortante. Sanji miró a su "amigo" con el ceño fruncido y gruñó:

-¡No trates así a las damas cabeza de marimo!

-¡Ni pienses que las voy a tratar como lo haces tú playboy!

-¿Pero no se cansarán nunca de discutir?-se preguntó Robin a sí misma en voz baja.

El profesor de inglés entró en la clase y dijo todo lo necesario para dar a entender que debían retirar los libros y separar un poco más las mesas, aunque ya estaban individuales. Repartió los exámenes y en Nami se podía ver como el terror se reflejaba en su rostro.

-¡Eso ha sido demasiado fuerte para mí!-dijo Nami con cara de depresión mientras caminaba hacia casa con la mochila en sus hombros. Robin sonrió y dijo tranquilamente:

-A mí me salió bien, deberías aceptar mi ayuda para estudiar. No estaría mal que empezaras a aplicarte.

-No gracias, prefiero estudiar sola.

-Creo que lo que quieres decir es que prefieres vaguear sola-la contradijo Robin. Nami la miró con el ceño fruncido y suspiró pesadamente.

-Tengo que ir pronto a casa, quiero saber qué demonios me quieren decir mis padres, según me dijo mi madre, era algo importante.

Robin se separó de Nami en una calle que tenía dos salidas, la casa de ella quedaba en lado contrario a la de Nami. Al ver la cara de preocupación de Nami, Robin sonrió y dijo:

-Ya verás cómo no será para tanto, no te preocupes más, ¡venga anímate!

Nami le sonrió y le agradeció por esas palabras, en verdad Robin era una buena amiga, sabía consolar a las personas cuando lo necesitaban, aunque algo le decía ella que cuando llegara a casa, nada iba a ser como antes.

Nojiko observó como la puerta de la casa se abría y se dejaba ver al intruso que acababa de entrar, su hermana.

-Nami, por lo que veo has llegado, mamá y papá te esperan en el comedor para decirte algo, yo voy a salir ahora, nos vemos-dijo la chica saliendo de casa. Nami fue rápidamente a su cuarto y dejó la mochila encima de su cama, acto seguido se cambió el uniforme del instituto por una minifalda blanca y una camiseta morada.

-Vaya, ya has venido-dijo Henzo, su padre, cuando la vio entrar en el comedor. Nami asintió y avanzó hasta sentarse en una silla enfrente de sus padres, se limitaron a observarse durante un rato hasta que Nami habló.

-¿Y bien? ¿Qué es lo que me queríais contar?-preguntó con curiosidad. Henzo y Bellemere se miraron y dijeron a la vez:

-¡Hemos pensando en divorciarnos!

A Nami es como si le cayera un cubo de agua fría.

-¿¿¡¡ESTÁIS DE BROMA!!?? ¡¡SI ES UNA BROMA NO TIENE GRACIA!!-gritó Nami a pleno pulmón. ¿Cómo podían decir tan tranquilos que se divorciaban?

-Verás hija, resulta que nuestro viaje a Hawaii como vacaciones no resultó como nosotros esperábamos-dijo Bellemere-Allí nos dimos cuenta de que aún nos queríamos, pero como amigos. En aquel lugar conocimos a otra pareja y resulta que nos enamoramos de ellos, yo de Dragon y Henzo de Dana.

Nami miraba a sus padres incrédula, no podía estar pasándole esto, estaban diciéndole que se separan, y para más humillación, que se enamoraron de otra pareja.

-¿Dragon y Dana? ¿Quiénes son?-preguntó Nami sin ánimos y sin fuerza.

-Una pareja que conocimos en Hawaii hija-dijo Henzo contestando-La razón por la que te contamos esto es para que sepas que aunque nosotros nos separemos todo seguirá siendo como antes. Por cierto, esta noche habrá una cena, Nojiko ya me dijo que no podría asistir por asuntos de la universidad, pero tú vendrás y los conocerás, ya verás que son muy simpáticos.

Nami miró a sus padres con terror. ¿Conocer a la pareja que separó a sus padres? ¿Cómo esperaban que les cayera bien? ¿En qué demonios estaban pensando sus padres?

El restaurante era lujoso, y para qué negarlo, era bonito y, aunque debía de tener bastantes años, estaba muy bien cuidado.

-¿Dónde nos sentamos?-preguntó Nami algo incómoda por las dos personas que acababa de conocer. Dragon y Dana sonrieron y el hombre dijo:

-Nos sentamos en aquella mesa del fondo.

Los cinco fueron hacia la mesa y Nami estaba maldiciendo a su hermana por no poder venir.

-Ace me ha comentado que no vendrá y Lu…

-¿Quién es Ace?-preguntó Nami cortando a Dana. La mujer sonrió y dijo:

-El hijo de Dragon y mío.

Nami se quedó pensativa y también maldecía a ese chico por no presentarse.

-Es una pena que Ace no venga, de seguro que te caería bien y todo. Y…

-No pasa nada papá, de todas maneras no contaba con nadie.

Pasaron unos minutos y Nami seguía callada mientras las dos parejas hablaban animadamente.

-Son todos unos tíos raros-pensó Nami al verlos, no podía creer que sus padres, que siempre se llevaron tan bien entre ellos decidieran separarse.

-¡Ah! Luffy ha llegado-dijo Dana con emoción. Nami levantó la vista dubitativa, ¿quién demonios era Luffy? Desvió la vista y…no podía creer lo que estaba viendo.

Ver para creer. El chico que acababa de penetrar en el comedor era el chico más atractivo que, sin duda alguna, vio en toda su vida. Pelo negro, revuelto, ojos negros y vivos, un cuerpo fuerte y esbelto…y esa curiosa cicatriz debajo del ojo izquierdo. ¡Y aquel uniforme negro le quedaba tan bien!

-Siento haber llegado tarde, no pude venir antes, me liaron en clase-dijo Luffy acercándose a Dragon y Dana. Nami observaba totalmente sonrojada y embobada al nuevo chico que acababa de entrar.

-Es muy atractivo, ¿verdad?

Nami dio un brinco y vio a su madre mirando hacia ella. La chica algo extrañada y preguntó algo confundida:

-¿Qué…?

-Encantado de conocerte, soy Monkey D. Luffy-dijo el chico acercándose a ella con una tierna sonrisa. La chica se sobresaltó al sentir la voz de ese chico. Se levantó sonrojada y dijo:

-Yo también estoy encantada de conocerte, soy Nami Sakura.

Luffy se sentó en la silla que había al lado de Nami. La chica pensó que Luffy quizá estaba pasando lo mismo que ella, así que decidió ponerse en contra de la situación actual.

-Yo…-dijo Nami, todos voltearon a ver qué es lo que quería decir-nunca estaré de acuerdo con esta decisión que habéis tomado.

-Eres demasiado fría Nami-dijo Henzo tratando de tranquilizar a su hija.

-Sí, deberías ser más alegre y despreocupada-dijo Bellemere mirándola con una sonrisa. Nami se enfadó y dijo levantándose de la silla enfadada:

-¿¡Cómo pretendéis que sea despreocupada y alegre!? ¿¡No pensasteis como nos podríamos sentir Luffy y yo por vuestra egoísta decisión!?

-A mi no me importa-dijo Luffy comiendo de su sopa. Nami lo miró extrañada y preguntó:

-¿Cómo dices?

-Si es una decisión que tomaron ellos y así se sienten mejor, yo no veo el problema que hay-dijo Luffy mirando hacia ella-Se te va a enfriar la sopa.

-Es otro… ¡Otro tío raro!-pensó Nami desesperada y con la cara desencajada.

-Por lo que veo, Ace no ha vendió-dijo Luffy. Dragon miró a su hijo y dijo:

-Dijo que tenía un trabajo que hacer, pero no te preocupes, la última persona que falta por conocerle es Nami.

-¿Mi hermana ya conoce a Ace?-preguntó Nami algo extrañada. Bellemere miró hacia su hija con una sonrisa y dijo:

-Pues claro que sí, y enseguida conectaron, es como un amor a primera vista.

-¿Entonces están…?-preguntó Nami alarmada y con los ojos abiertos desmesuradamente. Bellemere la miró con la sonrisa aún más ampliada y negó con la cabeza, Nami suspiró con alivio.

-Aún así yo no voy a tolerarlo, es una locura, me parece una estupidez esto de los intercambios de pareja y…-dijo Nami aguantando, pero empezó a derramar lágrimas cristalinas-Sé que mis padres no son los mejores, que no son iguales que los demás padres, son unos compradores compulsivos, se levantan tarde, no saben cocinar y no se preocupan por mis notas, pero… ¡Maldita sea! ¡Son mis padres y no quiero separarme de ellos!

Los cuatro miraron sonrientes a Nami, era muy bonito lo que dijo.

-Nami, deberías saber algo-afirmó Henzo-Tu madre y yo nos queremos mucho, pero solo como amigos, sin embargo, Dana me conquistó a mí, y Dragon a tu madre. Verás, para que no os sintáis incómodos ninguno decidimos vivir en una casa más grande.

-Así viviremos todos juntos, y no tendréis que preocuparos por cambiaros los apellidos porque tanto Ace y Luffy, como Nojiko y tú seguiréis estando bajo la tutela de vuestros padres. ¿Qué te parece? ¿A qué no es tan mala idea?-dijo Dana.

Nami estaba al borde del delirio.

-¿¡Cómo!? ¡Por supuesto que sigo estando en contra!

Nami se sorprendió al ver que todos la estaba mirando con pena, como si no supieran que hacer con ella. La chica estaba pensando que a lo mejor ella estaba equivocada, pero eso era imposible, ¡era una locura lo que estaban pensando hacer sus padres! Vivir en la misma casa que ellos… ¡No! No quería separarse de sus padres, pero tampoco quería juntarse con las personas que le arruinaron la vida.

-Será mejor que te rindas, no tienes nada que hacer-dijo Luffy con indiferencia.

-Pero, ¿¡cómo es que no te importa lo que hagan tus padres!? ¿¡Es que no los quieres!?-gritó Nami con desesperación. Luffy la miró y dijo algo cansado:

-Ya te lo dije, no importa lo que hagan si así son felices. Y sí que los quiero, y la manera de demostrar afecto hacia una persona es dejar que sea feliz.

Nami se sorprendió al oír las palabras del chico y se sonrojó levemente, no podía creer lo que estaba pasando, es como si ella fuera un bicho raro en medio de personas…

Pasaron 2 meses después de la cena y todos se mudaron a una casa más grande. Aún estaban con la mudanza y ordenando las cosas para saber donde iban a estar y donde iban a colocarlas.

-Nojiko y yo iremos a la tienda a comprar algo para la hora de la comida-dijo Ace desde la puerta, Nojiko que estaba a su lado añadió:

-Pero antes iremos a la biblioteca a terminar un trabajo para la universidad.

Nojiko y Ace, sorprendentemente, habían decidido estudiar la misma carrera, profesor de literatura. Cuando salieron de la casa se encaminaron hacia la biblioteca hablando animadamente.

-Luffy, Nami, ¿podéis traer todo lo que está en esta lista? Son demasiadas cosas, y nosotros tenemos que ordenar todo esto-dijo Dragon señalando una montaña de tablas, tornillos…

Tanto Luffy como Nami se sorprendieron al ver aquel desorden, sus padres eran tan considerados como un tráiler sin frenos. Luffy le dio una rápida colleja a Nami para que espabilara, a lo que ella respondió con un gruñido amenazante al cual el chico no le hizo mucho caso. Los dos muchachos salieron a comprar lo que les mandaron Dragon.

-Por cierto, el otro día no te lo pregunté, ¿cuántos años tienes?-preguntó Nami.

-17, ¿y tú?-dijo Luffy sin hacerle mucho caso. Nami frunció el ceño al ver la atención del chico y respondió:

-16, a punto de cumplir 17 años.

-Ya-dijo Luffy saliendo de la tienda con una bolsa, Nami llevaba otra. Mientras caminaban por la calle Luffy se detuvo y le dijo:

-¿Qué te pasa? Estás muy callada, el otro día en la cena hablabas por los codos. ¿Ya te has rendido?

-¿Sabes? Tu aspecto exterior no te pega con lo borde que eres, deberías hacer algo-dijo Nami enfurecida. Luffy sonrió de manera burlona y respondió:

-Sin embargo tú no tienes ese problema, eres tan borde por dentro como por fuera.

-Bueno, ya da igual-dijo Nami cansada. A pesar de lo guapo que era Luffy, no lo soportaba.

El chico siguió caminando y Nami empezó a caminar detrás de él hacia casa. Pasaron por delante de una tienda y vieron algo que los dejó helados.

-Ace…-pensó Luffy sorprendido.

-Nojiko, no…-pensó Nami algo aterrada.

Al día siguiente Nami se vistió rápido, tenía que hablar con Robin, tenía que hablar con Zoro, tenía que hablar con Sanji… ¡No le importaba con cuál de los tres! ¡Pero tenía que hablar con alguien! Bajó a la cocina y cogió una tostada, solo estaban Henzo y Dana, que se despidieron de ella y ella de ellos. Se dirigió a toda prisa hacia el instituto.

-¿De verdad?-preguntó Robin algo sorprendida. Nami asintió y dijo:

-No puedo creer que esto esté pasando.

-¿Desde cuándo se conocen?

-Según dijo mi madre, se conocen desde este año, se conocieron antes de que nuestros padres le dijeran a Nojiko su decisión.

Robin suspiró y dijo:

-Así que Nojiko y Ace…

-Estaban besándose en una tienda-dijo Nami algo enfadada-Y no entiendo el porqué.

-¿Y por qué no se lo preguntas?

-Tienes razón Robin, se lo preguntaré.

El profesor entró en clase y todos se sentaron y dijo:

-Hoy tenemos un alumno nuevo, pasa por favor.

En ese instante entró el alumno nuevo que Nami observó con terror.

-Hola, soy Monkey D. Luffy, es un placer-dijo Luffy con una sonrisa. Nami se sonrojó al ver a Luffy sonriendo:

-¡Qué sonrisa! ¡¡Cómo está!! ¡Me lo comería en un momento!

Nami movió la cabeza de un lado a otro intentando disipar esos pensamientos. Luffy se adentró en el salón de clases hasta el asiento que el profesor había elegido para él. Nami lo miró con rabia, hablaría con él durante el recreo.

-¿¡Por qué no dijisteis que te iban a poner en el mismo instituto que yo!?-preguntó furiosa Nami. Luffy la miró cansado y respondió:

-Porque si no, no pararías de quejarte.

Nami le miró con rabia una vez más y se dio la vuelta para marcharse. Luffy la detuvo y le dijo:

-Ahora también me tendrás que aguantar en el instituto, sería mejor que siguieras el consejo de tus padres, sé más despreocupada.

Nami se estremeció y Luffy se marchó, realmente ese chico era un tío raro para ella.

En la clase de gimnasia estaban todos jugando al baloncesto, los chicos de un lado y las chicas de otro lado. La chica miraba como Luffy jugaba, el chico estaba tan concentrado en el juego que ni cuenta se dio. La chica seguía fascinada observando al chico que no supo que una pelota se dirigió a toda velocidad hacia ella.

-¡Nami! ¡Ten cuidado!-gritó una chica rubia. Nami miró al frente y la pelota de baloncesto se quedó incrustada en su cara, la chica cayó al suelo inconsciente.

-Caray Kaya, podrías haberla avisado antes…-dijo Robin. Kaya miró a Robin con una sonrisa nerviosa y dijo:

-Lo siento, pensé que estaba atenta.

Los chicos se quedaron sorprendidos al ver esa escena. Sanji, Zoro y Luffy fueron a ver lo que pasaba y cuando vieron a Nami inconsciente les salió una gotita en la cabeza y fueron a socorrerla.

Nami despertó algo mareada y se preguntó dónde demonios estaba. Lo primero que vio fue la cara preocupada de Robin, cuando abrió los ojos por completo, esta sonrió alegre.

-¿Dónde estoy?-preguntó Nami algo confundida, lo último que vio fue el balón de baloncesto fue estrellarse contra su cara. Robin sonrió ante la pregunta de su amiga, cualquiera reconocería ese lugar después de recibir un golpe.

-¿Cómo que donde estás? Está muy claro ¿no? Estás en la enfermería-dijo Robin. Nami se levantó un poco y se tocó la cara que le dolía un poco.

-¡Auch!-dijo Nami apartando la mano de su cara. Robin suspiró con una sonrisa y le advirtió:

-No te toques la cara que aún te duele, cuando llegues a casa lávala en agua fría, te ayudará. Voy a recoger tu cartera ¿vale?

-Vale, gracias Robin-dijo Nami viendo a la chica salir de la enfermería. Pero cuando oyó que la puerta se abría reconoció la voz que empezó a hablar con Robin.

-¿Cómo está?

-¡Ah Luffy! Nami está mejor, pasa a verla, está allí-dijo Robin, el chico respondió:

-Gracias.

-¡¡Es Luffy!! ¡Seguro que viene a burlarse de mí! ¡Mejor me hago la dormida!-pensó Nami. Se tumbó en la cama y cerró los ojos haciéndose la dormida. Luffy corrió la cortina y vio a Nami tumbada en la cama.

-Nami, ¿estás dormida?-preguntó Luffy, pero la chica no se levantó. El chico empezó a mirarla detenidamente, intentaba memorizar cada rasgo de ella. Poco a poco se fue acercando a ella hasta…que la besó, fue un beso algo largo y cuando se separó de ella la miró posando su mano sobre sus propios labios mientras se sonrojaba, el chico volvió a correr las cortinas y cerró la puerta al salir de la enfermería. Nami se levantó sobresaltada y completamente sonrojada y tapó su boca con ambas manos y pensó:

-¡¡Pe…pero que!! ¿¿¡¡Qué demonios ha hecho Luffy!!??

Continuará…