CRUZ DE HIERRO

Eiserne Kreuz



N/A: A pesar de que este fanfic tiene un marco histórico, no pretendo profundizar mucho en el tema. ¿La razón? Primero porque la historia universal jamás fue mi fuerte, segundo porque no pretendo aburrir ni abrumar a nadie poniendo información de más. Simplemente pretendo poner lo necesario, todo aquello que relate y ubique al lector a donde quiero que vaya. Sin más preámbulos iniciamos el primer capítulo...


Me encontraba emocionada, hace ya tres meses que conocí a esta chica y finalmente tendré la oportunidad de salir con ella. Su nombre es Kuga Natsuki, trabaja para mi padre en una de sus industrias farmacéuticas. Supe que tenía que conocerla en cuanto le vi y tuve la oportunidad casi al mismo tiempo que nuestras miradas se cruzaron, ya que mi padre notó mi presencia en su oficina y me llamó para presentarme a su joven especialista, quien fue ampliamente recomendada por sus maestros de la universidad.

- "Fujino Shizuru" - dije en cuanto la tuve de frente.

- "Kuga Natsuki, gusto en conocerte"

¡Ah! Kuga-san, una belleza por donde se le vea, naturalmente disimulé muy bien mi interés en su persona. No sólo porque mi padre estaba presente sino por ese 'algo' pertubador que la mirada de Kuga-san tenía, un aire solitario e intimidante. Aún así, mi atención fue sólo para ella desde ese momento y desde ese momento, me atrevería a asegurar que yo también capté la suya.

Encontré mil y un pretextos para acercarme a esta mujer, pretextos que secretamente, ambas disfrutamos. Kuga-san me rechazaba o me ignoraba, con todo y eso yo insistí e insistí hasta que un día finalmente, fue la misma Kuga-san quien me buscó. Los juegos comenzaron a partir de ese punto, roces, sonrisas, intercambios de miradas cargadas de cierta complicidad; todo lo que un cortejo conlleva. Finalmente después de un tiempo excesivo, al menos en mi récord personal lo fue, me pidió salir con ella. ¡Bingo!

- "¿Qué pasa Shizuru? Has estado muy distraída en todo el día, durante la comida no dijiste una sola palabra y eso que tu padre trajo a colación los temas de corte político que a ambos les gusta discutir todos los días"

- "Tengo una cita"

- "Eso no es raro"

- "Con una chica"

- "Eso tampoco"

- "Con Kuga-san"

- "¿No es la muchachita que casi explotó el laboratorio de tu padre hace un mes?"

- "Fue un accidente madre, uno de sus colegas dejó encendido un mechero y el fuego alcanzó una hoja de papel, las llamas casi llegaron a los tanques de gas pero no lo hicieron porque Kuga-san extinguió el incendio"

- "Ya veo, le gustan las emociones fuertes"

- "Espero que le gusten las esposas..."

- "¿Dijiste algo?"

- "Nada madre, originalmente me decías que necesitabas de mi ayuda"

- "Es verdad, lo había olvidado por completo, tu tía me dijo que vendría a pasar unos días a la casa y me gustaría sorprenderla con algunas fotos de nuestra querida madre"

-"Suena bien"

- "Es por eso que necesito de tu ayuda para ir al ático y revisar los viejos álbumes para colectar todos esos recuerdos en un sólo lugar"

- "Aburrido"

- "Lo harás de todas formas"

- "Pero mi cita es en una hora"

- "Estoy segura que Kuga-han podrá esperar a que te alistes, vamos ya"

La tarea de revisar viejas fotografías con mamá no fue tan fastidiosa como pensaba, en realidad fue un interesante viaje a través del tiempo al observar las fotografías familiares. Por supuesto, las que aparecieron de primero son todas aquellas tomadas recientemente, en otras palabras las de nuestra familia. Yendo un poco más para atrás, encontramos las fotos de la juventud de mi madre, las cuales me parecieron muy curiosas, puesto que su cuerpo lucía muy parecido a como es el mío ahora. Finalmente encontramos las fotos que ella buscaba, las de su niñez con mis tíos, fotos de ellos con los abuelos y muchos recuerdos que se encontraban en kilos de cajas y más cajas que seguían apareciendo.

Mi madre se puso a hacer una 'interminable' selección de aquellas que le gustaría conservar y otras que le pretendía sacar copias para mi tía. En lo que ella continuaba con su labor, yo proseguí revisando el contenido de las cajas que se encontraban en la parte más escondida del ático. Estas cajas olían todavía a más humedad que las anteriores y la cantidad de polvo era enorme; a mi parecer eran fotos de la abuela en su juventud, sólo que ya no eran tantas como las de nosotros. Habían muchas postales, recortes de periódico viejo, ropas, objetos y demás chucherías; pero entre éstas encontré una en particular que llamó toda mi atención, un alhajero que en mi opinión era muy antiguo.

- "¿Era de la abuela?" - Pregunté de la nada, mi madre sólo miró sobre su hombro y continuó con su labor.

- "No. Ese alhajero ha estado en la familia desde hace mucho tiempo, pero creo que perteneció a una tía de mi mamá, no supe bien esa historia"

- "¿Cuál historia?"

- "Creo que son recuerdos que datan de tiempos de la segunda guerra mundial"

- "¿Ara? Sí que son antiguos"

Mamá no volvió a responder, continuó en su interminable búsqueda de fotos en lo que yo continué observando este objeto. No se podía abrir, eso explicaba el por qué nadie le había prestado mucha atención en todos estos años; sin embargo el tener las iniciales NK en el frente, era motivo suficiente para mantener mi curiosidad. El alhajero era bastante pesado si me lo preguntan, con muchas piedras de decoración, se veía muy fino y me atrevería a aseverar, que era todavía más antiguo que lo que mi madre pensaba.

En la búsqueda de algún objeto con qué forzar el alhajero fui distraída de mi labor por una de las sirvientas, quien me avisó que Kuga-san había llegado a recogerme. Salí disparada a verla, no tomé en cuenta el tiempo que pasó y se me hizo tarde para mi cita con ella. Al llegar al recibidor donde Kuga-san se encontraba, ella me recibió con una amplia sonrisa.

- "¿He llegado muy temprano acaso o se te olvidó nuestra cita...?" - ¿No es linda esta niña?

- "No es eso Kuga-san, ocurre que tuve que ayudar en una tarea a mi madre y se me pasó el tiempo"

- "¿Quieres que regrese otro día?" - Su expresión de cachorro abandonado me derritió en ese momento, de no ser porque no tengo la suficiente confianza la hubiese consolado ahí mismo.

- "De ninguna manera, si no te molesta aguardar un poco más, bajaré en diez minutos y prometo recompensarte por la espera" - El rostro se le iluminó cuando terminé de decir esto.

- "Yo espero, no te preocupes"

- "Ven siéntate aquí en lo que regreso"

- "Ese alhajero es muy bonito..." - No había notado que aún lo tenía, al bajar tan de prisa debí habérmelo quedado sin darme cuenta.

- "Es un viejo cacharro familiar, pero parece que no se puede abrir"

- "¿Puedo verlo?"

- "Sí, regreso en diez minutos, si gustas algo de tomar pídeselo a la servidumbre"

- "Así estoy bien, gracias"

Obviamente no me tomé diez minutos, ni siquiera veinte, debo haberme retrasado como una hora, aún así Kuga-san permaneció donde la dejé pacientemente en lo que terminaba de alistarme. No podía salir sólo así como así, era nuestra primera cita y definitivamente quería que fuese algo especial para las dos. Posiblemente abusé de la palabra de mi pareja pero estaba segura que la vista sería suficiente para compensar la espera, no me equivoqué.

- "Estás muy guapa, sin duda alguna este tiempo valió la pena"

- "Discúlpame Kuga-san, ¿nos vamos ya?"

- "Por supuesto, toma" - Al entregarme el alhajero, noté que ya no se encontraba cerrado.

- "¿Cómo lo abriste?"

- "¿No habías podido? Es un mecanismo muy sencillo, mira"

Lo abrió para enseñarme cuál era la maña de este cachivache, en el cual se encontraba en su interior unas cartas viejas, más olor a guardado y algunas joyas que no parecían de mucho valor. Kuga-san tomó una de las reliquias que se encontraba en la caja y me la enseñó preguntándome si sabía lo que era.

- "Una cruz negra" - Respondí sin mucho interés.

- "Se llama cruz de hierro, es la misma insignia de las chopper"

- "¿Perdón?"

- "Chopper es... Digamos que un modelo de motocicleta y algunos motociclistas utilizan este tipo de símbolo en sus motos"

- "No sabía que a Kuga-san le gustaran las motocicletas, debes ser algo rebelde entonces" - Tal vez la idea de las esposas sí se pueda aplicar...

- "En realidad sí me gustan las motocicletas pero no soy fan de las alemanas ni americanas, prefiero las italianas son un poco más deportivas"

- "Kuga-san me habla en clave, no le entiendo mucho"

- "Te explico en el restaurant si prometes no llamarme Kuga-san"

- "¿Ara? ¿Y cómo desea Kuga-san ser llamada entonces?"

- "Natsuki, prefiero que me llames por mi nombre, Kuga-san suena muy formal"

- "Natsuki entonces quiere que olvidemos las formalidades y vayamos al grano, ¿no es así?"

- "Me gustas mucho Shizuru, me gustaría tener una relación formal contigo"

- "¿Ara?"