Hola, aquí Nyappy con un nuevo capítulo. Espero que el anterior les haya gustado, éste promete menos drama y algo de gracia, o eso es lo que espero…

Quisiera agradecer a las personas que leen esta historia y también a aquellas quienes se toman un momento para dejar un comentario…

En especial a…

Tsukiko no Yoru: ¡Gracias! De verdad, me hace sentir súper al leer que te haya gustado, sin pausa seguiré actualizando lo que mi tiempo me permita y trataré de actualizar pronto. Gracias y nos leemos más tarde. ^^

Yuuram Neko: Gracias por tu comentario; si, Kanda no pone "stop" cuando se trata de Allen! ^^ jeje. Si, a mí también me fascina el Yullen, y un poco del Layuu, pero bueno, eso es otra historia ^^. Gracias de nuevo!! ^^

Himeko Sakura Hamasaki: ¡Qué bueno que te haya gustado! –Nyappy llora de felicidad- aquí traigo el segundo capi, espero que te siga gustando!! ^^ Nos vemos!

Recomendaciones antes que todo…

Cambio de escenario: +.+.+.+

Secuencia de ideas: ·.·.·.·

Diálogos: -

Pensamientos: «con cursiva»

Diálogos en susurros: solo en cursiva.

Disclamer: DGM no me pertenece, sino a la totalmente "Nyappy" Hoshino Katsura-san…

Bueno, y dando comienzo al nuevo capítulo, me despido. Esperaré sus comentario, y gracias de nuevo! Nyappy!

+.+.+.+

- K-Kanda... K-Kan... –decía entre suspiros y jadeos Allen.

- No esperé demasiado como para detenerme ahora, Moyashi... –dice con una sonrisa aún rozando su respiración contra el cuello del albino.

- ¡Detente! –pidió casi en un grito; tenía las manos por los hombros del japonés, pero al sentir la lengua de éste seguir inspeccionando su cuello, los cerró fuertemente arrugando la bata de Kanda. -¡¿P-Por qué… lo haces?!

Kanda detuvo su labor para dirigir su mirada hacia la del inglés y encontrarse con sus mejillas sonrojadas, cabello revuelto, respiración agitada y los ojos tiernamente húmedos.

- Y aún lo preguntas… -dijo en un murmuro que casi fue imperceptible por el albino.

- ¿Q-Qué?

- Eres un estúpido guisante, con rostro de niña que me hace actuar así… Es tú culpa. –dijo desviando la mirada un tanto sonrojado por sus palabras.

- ¿Mi culpa? Perdón, pero no es mi culpa ser un estúpido guisante con rostro de niña… Si eso es lo que tanto te gusta, mírate en un espejo… -explotó molesto Allen.

Kanda frunció el ceño molesto por la acotación del menor pero luego sonrió vanidosamente, haciendo que Allen frunciera el ceño con molestia.

- Y me faltó agregar… No solo eres un estúpido guisante con rostro de niña… -Se acercó hasta el oído de Allen para así susurrarle de manera provocativa. -Tienes esa maldita costumbre de rebelarte contra mí…

- Hmp… -Musitó con fastidio el menor para desviar la mirada, pero luego una sonrisa satisfecha se formó en su rostro. -¿Te gusta que me revele contra ti…?... Pues, ya que insistes… -y así Allen con rapidez levantó su pierna con intensiones de patear a Kanda en su entrepierna… Solo que… -¿Nani?

- Y a parte de todo eso… Sigues siendo un niño. –Kanda respondió a las intenciones de Allen, sujetando la pierna de éste con máxima velocidad. El rostro del menor emitía un terror por lo que Kanda podría llegar a hacer, después de todo, estamos hablando de Kanda, "el chico misterio"

Kanda comenzó a acariciar el muslo del menor con delicadeza y ternura; Allen no sabía si tener miedo a que termine violándolo, o el miedo a que Kanda lo esté tocando con ternura… Si, ternura.

Los rubores de Allen se hacían cada vez más notorios en su nívea piel, provocando que éste emitiese gemidos ahogados por la frustración del momento. Kanda seguía con su labor, pero el hecho de tener a Allen contra la puerta, a medio vestir, y dando gemidos de placer lo "obligaron" a subir de nivel.

Sus caricias comenzaban a subir y a adentrarse a través de la larga bata que portaba el albino y eludir los calzoncillos de éste.

- Al parecer sabías que vendría… De no ser así… Te hubieras puesto al menos un pantalón que ésta mísera bata… -sonrió arrogante el nipón.

- B-Bakanda… -dijo entre suspiros ahogados el menor.

Kanda aprisionaba aún más a Allen contra la puerta; el pequeño dio un respingo, para dar paso a un rubor más notable que los anteriores; pues Kanda acercó sus labios a los de Allen, éste cerró los ojos fuertemente esperando simplemente el acto del japonés, pero había pasado varios minutos y nada.

Abrió primero un ojo despacio y se encontró a Kanda mirándolo fijamente con una sonrisa altanera en los labios; Allen abrió ambos ojos y enrojeció de la vergüenza en esos momentos haciendo que Kanda ampliara aún más su sonrisa.

- ¡Eres un idiota! –dijo molesto el menor con el ceño fruncido y los cachetes sonrojados a más no poder.

- El idiota eres tú… Cierras los ojos como una niña a punto de ser violada, ¿de qué tienes miedo? –dijo con sarcasmo el japonés llegando con su mano al trasero de Allen.

- ¡Ey, pues si no te das cuenta, tienes tu mano en una zona restringida, bakanda! ¡¿Cómo esperas que no reaccionara así?! ¡Un descuido mío y terminaré desvirginado! –reprochó molesto Allen.

- Pues si de verdad no lo quieres, ¿ya me habrías apartado, no te parece, Moyashi? –dijo con tono divertido.

- ¡Cállate!

Kanda se acercó de nuevo hacia el rostro del menor, provocando que éste retrocediera lo que la puerta le permitía; Kanda comenzó a besar la comisura de los labios del menor delicadamente. Allen sintió un cosquilleo en el estómago, haciendo que el inglés se aferrara más a Kanda inconcientemente.

El mayor sonrió interiormente al sentir que Allen se juntaba más hacia él.

- Kanda… -murmuró levemente.

Fue entonces que el mayor dirigió sus labios hacia los de Allen y fundió la distancia en un leve y superficial beso. Ambos al rozar sus labios, se dieron un poco de distancia. El albino alzó esos bellos orbes grises hacia los oscuros y profundos del mayor.

- Y-Yo… -era Allen quien hablaba; bajó la mirada mientras que se mordía el labio inferior, al igual que apretaba con fuerza la yukata de Kanda; éste lo miró con extrañez. –Y-Yo… No sé por qué… tus labios saben… bien… -sin previo aviso, llevó sus manos hasta el cuello del mayor y poniéndose en cuclillas se elevó hasta llegar a los labios del japonés.

Nuevamente fue un rose de labios, hasta que Allen abrió la boca dando paso a la lengua insaciable de Kanda al interior de la cavidad bucal del menor. Ambos intensificaban aún más el beso volviéndolo terriblemente fogoso, y eso a ambos, les encaba.

El japonés volvía a introducir sus manos en las ropas del albino, dándole un vuelque tremendo de placer, y eso era notorio en los gemidos ahogados que emitía mientras aún estaba besando a Kanda. Allen jugaba con la cabellera del samurai; despeinando, jalando, divirtiéndose y volviendo loco al dueño de éste.

Todo sería perfecto hasta que…

TOC TOC…

Allen y Kanda se separaron de inmediato, y al escuchar la voz proveniente detrás de la puerta, Kanda se abofeteó mentalmente el hecho de no traer consigo a mugen.

- ¡Allen, estás ahí! ¡Soy Lavi!... ¡¿Estás dormido?!

- Usa… -no pudo terminar de "nombrar" al pelirrojo, pues Allen le había tapado la boca, y haciendo un gesto con su dedo índice para que callase.

- Escóndete debajo de mi cama… -pidió en un susurro al samurai, éste alzó una ceja como "me crees capas de eso" o algo parecido, mientras que las insistencias aún seguían por parte del bookman jr.

- ¡Allen, ¿estás allí?!

- Kanda, ¡por favor! –rogó Allen para que Kanda se escondiese.

- No se que tanto quieres que el usagi viera… Le haríamos un favor. –dijo Kanda cruzándose de brazos.

- ¡Kanda! –insistió de nuevo el menor.

- Bien… Pero si ese complejo suicida trata de hacerte algo raro, lo moleré a golpes… -y así se dirigió hasta la cama y entrar debajo de ella.

Al entrar por completo, Allen se dirige hasta la cama y se agacha para ver a Kanda, y con una tierna sonrisa en los labios dice…

- Gracias…

- Che… Solo apúrate. –desvió la mirada con pequeños rubores en su mejilla.

- ¡Allen! ¿Estás bien? –era de nuevo el insistente pelirrojo.

- ¡Si, espera ya abro! –anuncia el menor dirigiéndose hasta la puerta y girar la cerradura para así dar paso al aprendiz a bookman.

- ¡Moyashi-chan! –gritó para lanzarse a abrazar al pequeño

«Maldito conejo…» –Maldijo interiormente el japonés al ver como el "usagi" violaba el espacio personal del moyashi.

- L-Lavi… Aire, aire… -pidió el menor con el rostro morado casi asfixiado.

- Gomen… -Soltó al albino y sonrió avergonzadamente, para después cerrar la puerta y dirigir de nuevo su vista al menor un tanto preocupada.

- ¿Sucede algo, Lavi? –preguntó un tanto preocupado Allen por la actitud de su amigo.

- Esto… Bueno, perdón por el horario, pero… -Se comenzó a rascar la nuca, indeciso. – Bueno, lo cierto es que venía para disculparme… -se dirigió hasta la cama del menor y se lanzó sobre ésta; mientras que Kanda asesinaba mentalmente al pelirrojo por tremendo salto sobre él.

«Estúpido Usagi… Prometo matarte»

- A-Ah, Lavi… No deberías de saltar así sobre mi cama… -decía Allen con una gota en la cabeza.

- Naa… Es solo una cama, mira… -dicho esto se incorporó y comenzó a saltar sobre la cama sin ningún cuidado machacando al pobre de Kanda.

- ¡Lavi, detente! –pidió Allen con sumo de preocupación por el estado físico del japonés.

- ¿Tiene algo de malo? –preguntó inocentemente Lavi.

- B-Bueno… Julia no le gusta que salten sobre ella… -Lavi alzó una ceja en forma de interrogación por la acotación del albino.

«V-Vaya plan, Moyashi… ¬¬»

- ¿Quién es Julia? –preguntó Lavi.

- E-Es mi cama… -De nuevo, la ceja del pelirrojo se enarcó. –E-Es que a todas mis cosas las nombro… P-Porque… ¡Son mis amigos! … -Y de nuevo, tanto Lavi como Kanda enarcaron una ceja totalmente confundidos y un tanto asustados por el tema de "Julia".

- ¿Y por qué querías disculparte, Lavi? –cambió rápidamente de tema el menor.

- Ah, casi lo olvido. –Allen suspiró interiormente por la falta de atención que posee su amigo en ocasiones. –Bueno… -El pelirrojo se acomodó más en la cama aplastando aún más a Kanda. –Y-Yo… No creí que te fueses a molestar, pero… Creo que también me pasé con lo del beso…

« ¿Beso? … ¿Qué beso?»

- A-Ah, por eso… No te preocupes, sabemos que no fue apropósito… Así que… ¡Buenas Noches! –dijo ya abriendo la puerta con una sonrisa atrayendo al pelirrojo hacia ésta.

- ¡Es que no lo entiendes, Allen! –dijo Lavi, soltándose de la mano del menor. -¡T-Tu me gustas…! Y…- Con su mano izquierda, tomó a Allen de la cintura, atrayéndolo hacia él; y con la derecha, tomó el mentón del menor. –Y-Y… te amo…- y así comenzó a romper distancia entre el menor y él. Allen se quedó de piedra ante lo que su amigo estaba diciendo y se petrificó aún más al ver lo que estaba a punto de suceder…

- ¡Maldito Usagi, retrocede de inmediato! – Kanda explotó con toda la rabia existente en su cuerpo, saliendo de debajo de la cama casi tirándola.

- ¡¿Yuu?! ¿Qué hacías aquí? –preguntó Lavi ya soltando a Allen.

- Chicos…

- ¡No te importa! ¡Ahora lárgate o te partiré en dos en este mismo instante! –dijo acercándose hacia donde estaba el Bookman Jr.

- Chicos…

- ¡No me importa tus amenazas, Yuu… Por Allen yo haría todo incluso enfrentarte! –defendió el pelirrojo.

- Chicos…

- Haber que tanto puedes resistir, estúpido iluso. ¡Allen es mío! –gritó ya lazándose hacia Lavi.

- ¡No, es Mío! –y así también Lavi se lanzó a por Kanda…

Pero Allen activó su inocencia Clown Crown y con un golpe leve de ésta mando contra las paredes paralelas a los dos jóvenes.

- ¡Ouch! ¡Eso dolió, Moyashi-chan! –se quejó el pelirrojo sobándose la cabeza.

- Che, ¿qué te pasa por la cabeza como para atacarnos de esa manera, Moyashi? –dijo molesto Kanda reincorporándose del suelo.

- Agradezcan que no lo hice tan fuerte… Y ¡¿Por qué demonios tienen que estar haciendo estas escenitas de celos en mi habitación?! Digo… ¿Qué tanto les atrae de mí? Soy albino, maldito y con un brazo quita y pone… Esperen… Eso es un insulto… ¡¿Ven lo que me hacen hacer?! Aggg… Voy por un vaso de agua. –dice molesto el inglés ya dirigiéndose hacia la puerta.

- ¡Te acompaño, Allen! –dijo contento Lavi, pero Kanda lo jala para atrás. -¡¿Qué te suce…?!

- Míralo. –dijo Kanda refiriéndose a Allen.

El pelirrojo dirigió su vista al menor y una gota fría recayó por su nuca; Allen estaba en su faceta de "demonio de compacto" o algo así. Abrió de un jalón la puerta y aún con los ojos de muerte puestos en los dos mayores salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí.

Al no sentir la presencia demoníaca del albino; tanto Kanda como Lavi suspiraron con algo de alivio, para después dirigirse miradas de odio entre ambos.

- ¡¿Tenías que venir a interrumpirnos, no Usagi?!

- ¿Interrumpir? ¡Al menos no estoy debajo de las camas vigilando que haga el moyashi! –contesta Lavi.

- Hmp… Para ser exactos… Fuiste tú quien nos interrumpió. –volvió a decir Kanda cruzándose de brazos.

- ¿Qué tanto estabas haciéndole a Moyashi-chan? – Lavi preguntó sin confianza alguna hacia el azabache.

- No solo yo lo hacía, Allen correspondía, que es diferente… Y digamos que ambos lo estábamos disfrutando de no ser por tu "asfixiante" aparición.

Lavi solo pudo fruncir el ceño con molestia y desviar la mirada con rencor hacia otro punto, mientras que Kanda sonreía de manera victoriosa al haber herido de esa manera al orgullo del Jr.

- Como si fuese que quieres a Allen de verdad. –murmuró por lo bajo Lavi.

- ¿Lo dudas? –preguntó aún con una sonrisa altanera en su rostro.

- Hmp… ¡Simplemente lo estás usando para pasártela bien durante unos momentos, en cambio yo, quiero a Allen por lo que es en realidad y no por lo que pueda ofrecer! –contesta Lavi con suma molestia.

- ¿Y crees que él corresponderá ese afecto, Usagi? … -Lavi abrió los ojos sorprendido para volver a fruncir el entre-ceño. –Digo… Si dices que puedes darle todo el amor que sientes hacia él, ¿podrá al menos corresponderte?

- ¡Allen… Allen lo hará!

- ¿Quieres apostar?

- Di tu mejor oferta… -Lavi se puso en pie y se dirigió hasta donde Kanda y así estar frente a frente.

- Una semana; si logras conquistar al Moyashi antes que yo, en una semana y hacer que corresponda al "amor" que tienes para ofrecer… Ganas.

- Dalo por hecho. –Lavi extendió su mano con suma confianza en el ojo visible.

- Espera, aún no he acabado… -Lavi confundido mira el rostro de Kanda. –Pero si durante toda esa semana, no logras nada con él… Despídete y aléjate con el poco orgullo que posees. ¿Aún estás dispuesto a aceptar? ¿Aún en contra de tus principios de futuro Bookman?

Lavi hizo un momento de silencio para después mirar con determinación al samurai y exteder de nuevo la mano y cerrar el trato entre ellos dos… Una semana es el plazo fijo… Y durante toda una semana… Varias cosas pueden acontecer que hagan totalmente irreversible una decisión.

Mientras que detrás de la puerta, dos grandes y platinados ojos se veía totalmente húmedos. El dueño de la cabellera blanca como la nieve, se sentía totalmente destrozado al escuchar tal cosa que sus "amigos" estaban planeando hacer.

«S-Simplemente… Me ven como un objeto…»

Apretó fuertemente los puños, cerró los ojos con fuerza e impotencia para así echar a correr lejos de allí, tratando de dejar todo atrás, todo recuerdo y toda herida que minutos antes comenzaban a brotar en su pecho como un molesto dolor que nunca antes había experimentado… No de esa forma, ni por ese motivo… Quizás sea algo a lo que Mana llamaba "experiencia".

«Seguir adelante… Sin detenerse… Mana, me duele mucho…» –decía en su interior mientras que trataba de alejarse lo más posible de aquel lugar.