Disclaimer: Mai Hime y sus personajes son propiedad intelectual de Sunrise y/o sus autores.
Epílogo
Si alguien está leyendo esto, es porque ya no formo parte de este asqueroso mundo. Quizá nadie recuerde lo sucedido hace un año, cuando la Estrella Roja se posó en el cielo. Por aquél entonces yo usaba a los hombres que se acercaban a mí para poder sobrevivir y pagar las cuotas del hospital donde se encontraba internada mi madre… Mi persona más amada, por la única que valía la pena vivir.
Desde hacía ya mucho tiempo la venia observando en Fuuka gakuen, su modo altivo y prepotente, creyéndose superior a los demás. Ella tenía todo lo que a mi me faltaba, la odiaba, incluso antes de saber que compartíamos un mismo destino. Por azar del destino, quedamos en bandos diferentes y ella se convirtió en mi obsesión, quería dañarla a toda costa.
Las cosas se dieron de forma tal, que fui la única perdedora del asunto y para colmo de males apareció la perfecta kaichou al rescate de esa chica. Aún después de finalizado el carnaval de las hime, mi odio seguía intacto. Mi madre continuaba en el hospital, pero su condición era la misma y el dinero volvía a ser un problema. Entonces lo supe, tenía la respuesta a mis problemas y era ganar su confianza.
Entre tanto Fujino estuviese ocupada con sus estudios universitarios y siempre seguida por la escandalosa y bocona amiga suya, enfrascada siempre en su absurda competencia. No notaría mis avances con su amada princesa de hielo.
Con el pasar de los meses Kuga y yo nos volvimos "buenas amigas", es irónico pensar lo dócil y confiada que se había vuelto. Todo marchaba como lo había planeado, ella empezó a darme dinero para pagar el hospital y lo que hiciera falta.
Después de un tiempo de mantenerme gracias a ella, debo decir que un débil cariño empezó a surgir en mí, había pensado dejar de lado el pasado y empezar a vivir con dignidad.
Sin embargo, sucedió lo peor, mi madre falleció. Entonces el dolor y la rabia volvieron a manifestarse, olvidé todo el cariño y borré los buenos momentos de mi memoria, decidí que esta vez, no sería la única en sufrir. Mantuve oculta la muerte de mi madre y continué sacándole dinero a Kuga, pero aún no era suficiente, aún mi venganza no estaba completa.
Esa noche habíamos bebido, ella más que yo, cuando la tuve frente a mí y sin mediar palabras rodeé su cintura, apretando su cuerpo contra el mío, sintiendo su calor y su estremecimiento al contacto de mis manos que ágilmente se deslizaron por debajo de su jersey.
Aunque en un principio se resistió, casi sin notarlo empecé a arrancarle suspiros y débiles gemidos. La ropa fue desapareciendo y nuestros cuerpos retozaban en el sofá del dormitorio que Kuga compartía con Tokiha y Mikoto. Volverme su amante me generaría más beneficios que el sólo ser simples amigas y aunque se negara entonces usaría el chantaje.
Pero el chiste era mantenerlo en secreto y eso no fue posible. Mientras aún nos revolcábamos en medio del dormitorio. Aparecieron Tokiha y Mikoto acompañadas del tonto de Tate y lo peor, o lo mejor, de todo fue que invitaron consigo a la ex kaichou, Fujino Shizuru en persona.
Lo siguiente que ocurrió sería difícil y vergonzoso de describir, para resumir, por alguna estúpida razón me eché la culpa de lo ocurrido. Kuga estaba lo suficientemente bebida como para no llevarme la contraria, así que dije haberla forzado. Luego me alegré que trajeran consigo al chico que logró apenas contener a Fujino, dándome el tiempo justo para salir de ahí.
Lo que ocurra de aquí en adelante, será producto de la furia de una mujer herida y despechada, se que no tardará en venir por mi.
Me siento satisfecha, pues mi venganza se ha completado.
Aunque si soy sincera, hubiese preferido poder sobrevivir.
Yuuki Nao.
Notas: Estos días he estado haciendo limpieza en mi PC y sorpresa, me encontré con esto que empecé y no había terminado. Si alguien notó que los dos primeros capítulos tenían partes que carecían de sentido, espero haber aclarado sus dudas con este epílogo.