~ Zona Konoha (SasuHina) (NaruIno) (ShikaTema) (ANTI-SAKURA)
Genero: Romance/Humor
Categoría: T
Aviso: Este fic puede contener escenas agresivas, actos ilegales y varias muertes.


oOoOoOoOoOoOo~ Zona Konoha ~oOoOoOoOoOoOo
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Nuevo trabajo


Al trabajo le llaman virtud los que no tienen que trabajar,
solo para engañar a los que trabajan.
- S. Ruisiñol. –


Se dejó caer en el sofá, aprovechando que la sala estaba vacía y que los demás andaban ocupados en sus cosas. Kakashi la había dejado intrigada. Sentía curiosidad por saber quien era aquella mujer llamada Anko…
Sacudió su cabeza. A ella no tenían que importarle aquellas cosas.

Decidió preocuparse más por Tobi. El pobre seguía esquivando a Uchiha-san por toda la casa y se negaba a permanecer en una habitación con él si no había otro adulto delante.
Aquello no acababa de ir bien, y lo peor es que nos e le ocurría nada para remediarlo.
Podían volver a la casa en la que Vivian antes, pero comparado con el lugar en el que ahora estaban, se daba cuenta de que las condiciones en las que vivían no eran buenas.

El menor tenía 12 años y ni siquiera savia nada de historia, matemáticas o literatura. Ella a su edad, ya lo savia todo, aunque reconocía que su educación había sido muy estricta. Desde los cuatro años de edad, su padre la obligó a tocar el piano y aprender idiomas. Aun se reía cuando recordaba los pequeños fallos de pronunciación que hacia, pero Neji siempre estaba para ayudarla… Neji.

Su cara se ensombreció, volviéndose seria y triste. Si ella hubiese muerto, su oniisan hubiese sido más capaz de sobrevivir de lo que ella lo había sido. De no ser por el pequeño Romi y Kurenai, ella aun seguiría en la calle, siendo Kami-sama sabe que.

FLASH BACH

Apartó los mechones andrajosos de su rostro. Había estado semanas vagando por la calle y durante todo ese tiempo no había podido asearse. Su rostro pálido estaba lleno de manchas de barro, provocadas por dormir en el suelo o junto a los contenedores, rodeada de cartones y papeles.

Su estomago rugió cuando el olor a pan recién hecho llegó a su pequeña nariz. Lo buscó con los ojos, nerviosa y ansiosa a la vez. La calle estaba llena de gente que corría de un lado para otro, haciendo las últimas compras de navidad. El frío se metía en sus huesos de una forma cruel, haciéndola tiritar desde los pies a la punta del cabello.

Se acercó al puesto de la panadería disimuladamente. Fingía mirar las cosas, pero de reojo miraba al hombre lleno de harina que vigilaba para que no le robasen nada.
Nunca haba hecho aquello, pero estaba desesperada. Hacia casi una semana que no comía y sentía nauseas continuamente. Cada vez le costaba más moverse. Había días en lo que ni siquiera se movía. Simplemente estaba sentada en el suelo desde que salía el sol hasta que se ocultaba.

Trató de deslizar un pequeño pedazo de pan dentro de sus ropas, queriendo llevárselo para devorarlo en el callejón donde siempre iba. Alguien chocó con ella, haciéndola trastabillar y desorientarse. Su cabeza dio vueltas y sintió nuevamente las nauseas.

Una mano se aferró a su hombro, haciendo que diese un pequeño grito de dolor. El hombre lleno de harina la había pillado. Sintió su pulso acelerarse mientras el hombre revolvía sus ropas sucias y le gritaba que le devolviera el trozo de pan. La insultaba y la llamaba ladrona.
Dio gracias de que sus padres estuviesen muertes, sino, aquella humillación los mataría.

-…Disculpa. – La pequeña levantó la mirada, viendo al hombre con una expresión seria pero algo sonrojado por la vergüenza. – Lamento haberte acusado… otra persona debió robarlo.

Aquello la dejó perpleja. Se palpó las ropas, dándose cuenta de que el trozo de pan había desaparecido. Caminó pensativa hasta el otro lado de la calle, maldiciéndose por haber perdido el trozo de pan, su primera comida en una semana. Realmente, era torpe.

Se dejó caer junto a una escalera de incendios vieja y medio rota y se acomodó sobre los cartones. Escuchó un fuerte ruido sobre ella, como si alguien hubiese caído sobre algo metálico. Levantó la vista. Un niño de su misma edad estaba colgado boca debajo de la escalera metálica, mirándola fijamente.
Su cuerpo tembló del susto y dio un pequeño brinco.

-Toma. – El desconocido alargó el brazo, extendiéndole el trozo de pan que Hinata había tratado de robar. – Te lo cogí cuando el hombre te vio. Podrían haberte pillado, el dueño te vio. ¿Sabes?
-N-no se de que me h-hablas. – Su voz sonó como un susurro, realmente, no tenia fuerzas ni para hablar claro.

El niño se dejó caer, dando una pequeña voltereta en el aire y cayendo de una forma un poco torpe. Hinata rió disimuladamente al ver como el chico se sonrojaba. Volvió a ofrecerle el trozo de pan. Esta vez, la menor lo cogió y lo acercó a sus labios. Todavía seguía tibio…
Dio un pequeño bocado y lo saboreó. Su estómago gruñó en protesta, queriendo llenarse y sin pensarlo, lo devoró con dos o tres bocados. Se sintió a punto de estallar por haber comido aquel pequeño trozo, su estomago estaba lleno.

-Puedo enseñarte a coger cosas. – El niño se sentó frente a ella, cruzando las piernas como si fuese in indio.
-¿P-por que?
-Eres una buena distracción. – Sonrió. – Estas sucia y hueles mal… pero si te asearas, serias bonita. – Ante lo dicho, la joven enrojeció como una manzana brillante y madura. – Primero podríamos ver si recoges lo que te doy.
-¿Y s-si nos cogen? – Preguntó tímidamente.
-No lo harán.
-¿Y s-si lo hacen? – Exigió saber.
-Pues… - El pequeño pareció pensarlo, pasándose las manos por sus cabellos rubios. – Tu por tu lado y yo por el mío.
-¿M-me dejas?
-Si me cogen a mi yo no te pediré ayuda. – Le aclaró.

FIN FLASH BACK

Sonrió tiernamente al recordarlo. De eso hacia años…
Romi la había llevado con Kurenai y esta la había obligado a ir al hospital por su apariencia. A su corta edad, no sabía lo que era la desnutrición, pero parecía que ella misma la tenía. Durante unos días estuvo aterrada, pensando que iba a morir, pero Romi le dijo que no iba a morir y la ayudó como nunca nadie lo había hecho.

Sin embargo, él no le había dicho la verdad el día en que se conocieron. Muchas veces él volvió a por ella cuando la pillaban metiendo sus manos en bolsillos ajenos, y ciertamente, ella también volvía a por él unas cuantas veces.

-¿En que piensas? – Tobi apareció frente a ella, con el brazo vendado a la altura de su pecho y mirándola con una ceja levantada.
-Pensaba en Romi. – Admitió. – Tal vez podamos visitarlo dentro de un tiempo.
-Dentro de mucho tiempo. – Sasuke apareció frente a ellos, interrumpiendo su conversación. – Levanta Hyuga, tienes trabajo que hacer. Sígueme.

La chica miró al Uchiha, que caminaba hacia el gimnasio. Luego sus ojos blancos se dirigieron hacia Tobi, el cual sacudía su cabeza con resignación y le hacia un gesto para que se apresurara, murmurando un "lenta" para fastidiarla. La chica pasó junto a él, fingiendo ignorarlo, pero en el último momento, lo cogió por las mejillas y las besó, haciendo que el menor quisiera apartarla por avergonzarlo.

Salió corriendo hacia el gimnasio, esperando que Tobi no le lanzase nada con su brazo bueno. Abrió las puertas y encontró al ojinegro cruzado de brazos, esperándola mientras recargaba su espalda en la pared.

-Felicidades. – Dijo de forma irónica. – Vas a empezar a trabajar.
-Sorpréndeme. – Le retó.
-Vas a ir a los territorios de Akatsuki. – Aquello si que fue una sorpresa para la ojiblanca, pero su surte no acababa ahí. El chico se sacó una hoja con las instrucciones que le había dado Kakashi y con varios arreglos que él y Shikamaru habían echo. – Vas a meterte en la mansión Akatsuki como una mujer de compañía, y una vez dentro, harás lo que te digamos.
-… No hablas enserio… - Murmuró aterrada. – No e-estas hablando enserio… ¡No puedes hablar en serio! – Gritó.
-Hablo muy en serio Hyuga.
-¡Ie! – Volvió a gritar. Se levantó la camisa, mostrando la cicatriz de su vientre, algo más disimulada gracias a las pomadas que Sakura le daba y por las que ella pagaba. - ¡Mira lo que me han hecho! ¡Me conocen!
-Entrarías disfrazada. – Se encogió de hombros. – Un buen tinte, un corte de pelo y unas lentillas.

¿Por qué Sasuke pintaba aquello de un modo tan simple? ¿Por qué le parecía que intentaba hacerlo de una forma fácil? Se encogió. Sentía el terror por todo su cuerpo. Quería gritar, llorar… Salir corriendo y desaparecer. No se sentía capacitada para aquello, ni física ni mentalmente.
Levantó la mirada, borrosa por las lágrimas y suplicó. Algo que hasta ahora nunca había hecho. Le suplicó que no la dejara ir.

-¿Quieres vengar a tu familia no? – Le recordó. – Ten a tus amigos cerca, pero a tus enemigos aun más cerca. – Le entregó la hoja, dejando que la chica la cogiera con manos temblorosas y se dedicara a ojearla.

Según aquello, un integrante de Akatsuki había contactado personalmente con Kakashi, prometiendo que le facilitaría todo lo que quisiera a cambio de que él fuese dado por muerto y pudiese empezar de nuevo, en un lejano lugar.
El plan era que ella fuese a los ojos de los demás, una puta barata para ese hombre, sin embargo ella seria la intermediaria de todo aquello. Estaría en su mano coger las pruebas y entregarlas.

Dejó el papel en un rincón del gimnasio, sobre una pequeña tabla para hacer pesas y se quedó pensativa. La imagen de Tobi le vino a la cabeza. Tan pequeño… tan solo sin ella. Por lo que había podido leer, estaría mucho tiempo fuera.

-¿Q-quien sabe de esto? – Preguntó.
-Kakashi, Shikamaru, Temari, tú y yo. – Le informó.
-… Que no lo sepa nadie más. – Ordenó. – Para los demás, yo voy a estar de viaje. – Lo miró directamente a los ojos. – No me importa lo que inventes pero hazlo. No quiero que nadie sepa donde estoy… Mucho menos Tobi.
-…Como quieras. – Sonrió de lado. - ¿Qué tal si empezamos a entrenar?

La chica lo miró con una ceja levantada. ¿Qué pretendía? Vio como metía varias cosas en sus bolsillos, papeles, llaves, cartera… No quitaba sus ojos negros como la noche de los suyos mientras lo hacia, riéndose de ella en su propia cara.

-Haz lo que sabes. – Le indicó.
-¿Me pruebas?
-Ie… Solo quiero saber hasta donde llegas.

La miró. Aun mantenía su expresión de chica desvalida y asustada. Por un momento sintió lastima de ella. En verdad aquello no lo había sugerido Kakashi, como le había hecho creer, sino que había sido una idea suya. Un plan para vengarse por como se había comportado con él. Quiera verla destrozada y suplicándole y lo había conseguido. Le había suplicado, con los ojos llenos de lágrimas y aquello había sido demasiado placentero para él.
Quien dijo que la venganza era un plato que se servia frío y se degustaba lentamente, había acertado.

La vio acercarse a él como un felino. Una especie de gata traviesa que lo miraba fijamente. Antes de que tuviese tiempo de siquiera rozarlo, le cogió las manos, apresándoselas y desconcertándola.

-Imagina que soy la persona que intentó matarte. – Le ordenó. – Imagina que soy un Akatsuki y que tienes que quitarme lo que llevo en los bolsillos.
-… Desaparece. – Le suplicó en un susurro.
-Eso está hecho.

Sasuke se separó de ella. Alargó el brazo hasta palpar la pared, sin dejar de mirarla y apretó en interruptor. El gimnasio quedó a oscuras. Volvió a acercarse a ella, quedando en la posición en la que estaban antes.

Hinata cerró los ojos y trató de recordar donde había metido el Uchiha cada objeto. Una cartera en el bolsillo trasero de su pantalón, un papel en el bolsillo delantero, unas llaves en la obertura interna de su chaqueta.

-Quiero que te metas en tu papel. – Le indicó. – Estas en la mansión Akatsuki, eres una mujer de compañía y yo soy el hombre que intentó matarte… róbame.

La frase sonó en un susurro muy cerca de su rostro. La peliazul podía notar el calido aliento chocando en su rostro. No era desagradable, sino que su cercanía y su olor la mareaban. Se sentía débil, temblorosa como una flor a punto de ser aplastada.

-Entretenme… Despístame para que no me de cuenta de lo que haces… tienes que…

No acabó la oración. Hinata había estrellado sus labios contra los de él en un acto desesperado y torpe por callarlo. No había alcanzado del todo su objetivo, sino que se había desviado un poco por la oscuridad, presionando con sus labios cerrados la mitad de los masculinos y la comisura. Sasuke se quedó estático, congelado por aquello y sin poder moverse.
Notó como la chica se movía, tratando de ponerse de puntillas para llegar mejor y poder besarlo. Sus pequeñas manos se movieron por el pecho masculino, rozando su clavícula y llegando al cuello de la camisa, acariciando su piel. Una corriente eléctrica recorrió el cuerpo del pelinegro.

Le rodeó la cintura con sus brazos y la apegó a su cuerpo. Se movían de una forma torpe, tratando de mantener el equilibrio. El Uchiha se movió, guiando a la chica hasta la pared, donde la recargó para poder aprisionarla contra su cuerpo.
Acarició sus caderas, levantando un poco la camisa para rozarle la piel. Suave… cremosa y tersa.

Introdujo su lengua en la boca femenina. Calida y húmeda. El calor lo envolvió por completo.
Hinata subió una pierna hasta la cadera del chico, rodeándolo con ella y apegándolo, haciendo notable el entusiasmo del moreno. Él sonrió en el beso. Le mordió la lengua cuando notó el ligero roce en su trasero, como una caricia poco atrevida. Realmente, era vergonzosa…

Se apretó a ella, notando la presión que ejercía su duro pecho en sus firmes senos. Sentía asfixia, pero al mismo tiempo no quería separarse. Hinata le pasó las manos por los hombros, bajándole un poco la chaqueta para poder tener un mejor acceso a él. Los labios de Hinata se separaron lo suficiente como para encontrar un camino por su mejilla, hasta su cuello y parte del pecho descubierto. Sasuke soltó un gemido ronco.

La tomó de los brazos, queriendo capturar de nuevo sus labios pero algo pasó. Ella giró su rostro hacia un lado, no permitiendo que la besara. Se quedó perplejo, intentó nuevamente besarla, pero volvió a ser rechazado.

-…Y-ya lo t-tengo… todo. – La Hyuga mantenía su mirada fija en la pared. Podía ver aun en aquella oscuridad como Sasuke la miraba fijamente, con un extraño brillo en sus ojos que no supo descifrar. Las luces se abrieron, dañándole la vista por la repentina luminosidad.
-Muéstramelo.

El Uchiha se cruzó de brazos, esperando paciente a que ella reaccionara. La examinó de una forma fugaz; labios hinchados y rojos, mejillas coloradas, pelo revuelto y camisa a medio quitar. Sintió deseos de arrancarla de su piel y volver a tocarla…


-Kami… me mareo.

Temari se agarró al asiento del coche. Ino le había suplicado que diese con ella una vuelta en el coche que reciente había adquirido. Ella simplemente había aceptado para tratar de despejar su mente. Shikamaru aun no sabía lo de su embarazo, y lo que este le había dicho sobre el pequeño "trabajo" de Hinata no hacia que el ambiente fuese el indicado para dar la noticia.

-¡Pero si voy a veinte! – Se quejó la rubia. – Lo que te marea es el olor de tu ropa. Apestas a la colonia de Shikamaru. – Rió.
-… Al menos yo no huelo a gasolina.

Le lanzó una mirada siniestra. Como si estuviese tramando algún tipo de tortura maléfica y retorcida. La ojiazul prefirió callar. Dio un giro de volante y giró por una de las calles, de vuelta al taller.

-¡Para!

A la Sabaku no casi no le dio tiempo a abrir la puerta y vomitar el trozo de tarta de chocolate que se había comido horas antes. Ino la miró preocupada.
La había escuchado vomitar varias veces y últimamente no se comportaba del todo normal.

-Deberías ir al medico…
-Estoy bien. – Se limpió los labios con un pañuelo. – Solo tengo el estomago revuelto.

Volvió a cerrar la puerta, levantando la cabeza y respirando con tranquilidad. Notaba el sabor amargo en su garganta, en su boca. La Yamanaka le ofreció una pequeña botella de agua y se la bebió de un trago. Su malestar había pasado, pero su estomago seguía revuelto.

-Quiero una hamburguesa.

Ino la miró con una ceja levantada, incrédula por lo que acababa de oir. Arrancó el coche y manejó hasta llegar a un Mcdonalds que había por aquella zona. Entró en la cola del autoservicio, libre de coches a aquellas horas de la mañana.
Se acercó al pequeño aparato electrónico y bajó la ventanilla.

-Mcdonalds. ¿Qué desea? – La voz robótica le causó gracia.
-¡Yo! – Temari se soltó el cinturón y se abalanzó sobre Ino, asomando la cabeza por la ventanilla e ignorando los pequeños gritos que daba la Yamanaka por no poder respirar. – Quiero una hamburguesa con extra de queso, un paquete de veinte nuggets, una coca-cola grande y patatas fritas medianas. De postre un helado de chocolate. – Sonrió feliz y miró a su amiga. - ¿Tu quieres algo?

La ojiazul se limitó a empujarla, insultándola al ver como esta se reia por su cara roja, producto de la pequeña asfixia que había sufrido.
Avanzó con el coche lo suficiente como para acercarse a la ventanilla. Una chica de cabellos cortos y castaños le dio una bolsa de papel con todo el pedido de la Sabaku no. Lo cogió con enfado y se lo pasó a su amiga, pagando a la chica con un billete y murmurando un "Quédate el cambio".

El paseo no había sido del todo como había planificado, y ver como Temari devoraba la hamburguesa con un hambre feroz la dejó aun más desconcertada.
Temió por la tapicería del coche. Era nuevo y no quería que nadie lo manchara, y si Temari lo hacia, la obligaría a limpiarlo con la lengua.

Por su parte, la Sabaku no estaba de lo más feliz. Ya se había tragado medio paquete de nuggets y la hamburguesa. Medio refresco había sido vaciado y aun tena hambre. Le iba a costar esconder esos "pequeños" antojos durante mucho tiempo. Por las noches se contenía demasiado, mordiéndose los labios para no mandar a Shikamaru a por dulces o cualquier tontería.

Tan absorta estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando uno de los nuggets calló sobre el asiento y dejó una pequeña mancha. Trató de recogerlo de una forma disimulada pero el coche frenó en seco mientras Ino la miraba con enfado.

-¡Ya estoy harta! – Se quitó el cinturón y bajó del coche. Temari la imitó, asegurándose de dejar su comida a salvo.
-¿Qué te pasa? – La miró por encima del techo del auto.
-¡Has manchado mi coche! – Se llevó las manos a la cabeza. - ¡Mi coche! – Lloriqueó.
-… ¡Es solo un nugget! – Le restó importancia.
-¡Ie! – Sus ojos azules parecían puro hielo. - ¡Es tu falta de respeto por la propiedad ajena!
-¡Solo es un jodido nugget! – gritó.
-Señoritas…
-¡¿Qué?!

Ambas se giraron con la mirada colérica. Dos hombres estaban junto a ellas, uno pequeño y delgado junto a la ojiazul y otro bastante más corpulento, junto a Temari. Se notaba que eran más pequeños en edad que ellas, sus rostros seguían siendo el de dos niños adultos.
Las dos se congelaron cuando vieron una pequeña navaja asomando por la chaqueta del primero, apuntando con ella a Ino.

-La llaves… onegai. – El tipo señaló el auto.
-Mira campeón… - Temari apoyó los brazos en el auto y lo miró fijamente. – Aquí mi "compi" sabe karate. – Señaló a Ino. – Y además es mecánica. – Apuntó. – Así que no te imaginas con el artilugio que podría golpearte. Yo, por el contrario… soy una mujer embarazada que sabe boxeo en medio de una crisis emocional por no poder comerme mis putos nuggets tranquilamente y a parte estoy soportando los berridos de una rubia prepotente. – Le lanzó una mirada asesina a su amiga. – Así que lárgate y no me jodas la mañana o te la joderé yo a ti.

Añadió lo último con una falsa sonrisa, demasiado maliciosa como para ser agradable.
Los muchachos parecieron intimidarse un poco, pero el bajito miró la navaja, pensando que si eran ellos los que tenían el arma, no había nada que ellas pudiesen hacer.

Trató de moverla ágilmente hacia la ojiazul, pero fue desarmado y golpeado con fuerza en la cabeza. El otro siguió sin hacer ningún gesto. Miraba al otro lado de la calle y parecía pensar en salir corriendo.
Los ojos miel de la chica de cuatro coletas se clavaron en los de él y sintió pánico. Parecía que lo que había dicho era verdad.

-… ¿Corro? – Preguntó.
-See…

Sonrió cuando vio al chico echar a correr y como el otro lo imitaba, dejándolas otra vez solas a las dos. Ino sostenía en sus manos la navaja de plata y jugueteaba con ella de una forma infantil hasta que su cuerpo se tensó. Miró a su amiga con una expresión en su rostro demasiado rara y gritó.

-¡¿Estas embarazada?!
-¿Nani?
-¡Por Kami! ¡Estas embarazada! – Rodeó el coche y la abrazó. – Por eso estás tan podidamente desagradable… - Calló en la cuenta. – Había oído hablar de eso de las hormonas pero nunca había visto un embarazo…

Parecía hablar más para si misma que para su compañera. La vio moverse de un lado para otro, murmurando cosas que ella no podía escuchar y que en cierto modo, le daban igual.
Sus ojos se clavaron en los nuggets y las patatas fritas que aun le quedaban. Se sentó en el suelo, cruzándose de piernas y estiró el brazo, alcanzando su tan preciada comida.


Estaba tirada en la cama. Había intentado hacerse la maleta para irse pero Sasuke le había ordenado que no lo hiciera. Según Kakashi le había dicho a él, el Akatsuki le compraría toda la ropa que necesitase y la mantendría como su mujer de compañía. Aquello, lejos de tranquilizarla, la había alterado aun más.

No había podido soportar la mirada curiosa de Tobi, ni los ojos curiosos de Naruto. Shikamaru no había dicho nada, tan solo la miraba con un deje de tristeza y reconocimiento, como si ella se tratara de una valiente…
¡JA! Ella no era nada de eso… hacia aquello por obligación, porque era su trabajo y nada más. Había sido como una especie de "voluntaria" a los ojos de los demás, pero lo cierto es que solo podía hacerlo ella por sus habilidades.

Quiso llorar, berrear como una niña y romper algo, pero se contuvo. Primero; nada de lo que la rodeaba era suyo, así que no podía destruirlo. Segundo; no quería armar una escena, no era educado. Tercero;… no tenia fuerzas ni siquiera para llorar.

Se sentía humillada. Denigrada como persona, y no era para menos. Sasuke la había tratado como una cualquiera y ella lo había permitido… todo por que Tobi no supiese nada de aquello. Cuanto antes tuviese entre sus manos lo que debía tener, antes podría volver con el menor y rehacer su vida.

Unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos y se apoyó en sus codos, levantando lo suficiente su cuerpo como para ver quien era. Dos cabezas rubias asomaron sus rostros. Ino y Temari.
La primera traía una cara de felicidad y la segunda, era todo lo contrario. Parecía un poema de disgusto y enfado. Traían un par de bolsas en sus manos con lo que parecía ser ropa, tacones, pelucas y otros accesorios. Hinata quiso morirse en ese instante.

-¡Ya nos ha dicho Sasuke lo de tu trabajito! – La Yamanaka saltó ilusionada. – Mira que tienes suerte… - Suspiró sonoramente. – Hacerte pasar por una millonaria para sacar dinero.
-… Hai. – Sonrió forzadamente. – Una suerte la mía… - Ironizó. Solo Temari se dio cuenta de a que sarcasmo, ya que ella estaba enterada de cual era el "verdadero" trabajo de la ojiblanca. - ¿Qué vais a hacerme?
-Primero te vas a ducharte. – Le ordenó la ojiazul. – Y rápido, no tenemos mucho tiempo, en cuatro horas tienes que estar lista.

Le señaló la puerta, indicándole que corriera al baño y se diera prisa. Hinata suspiró derrotada y se levantó de la cama. Aquellas cuatro horas iban a ser como la misa antes de su entierro… y lo que viniese después, seria el peor de los funerales.


Se llevó los palillos a los labios, saboreando la deliciosa comida. Desde que Hinata había llegado a aquella "casa", estaba seguro que había aumentado de peso.
Normalmente, compraban comida preparada, pero cuando alguna de las chicas cocinaba, eran días completos de ayuno.

Temari solía quemar toda la comida que había a su alcance. Ino, por el contrario, ni siquiera lo intentaba. Preparaba un par de bocadillos y los servía. Pero la peor comida de todas era la de Sakura. No solo apestaba, sino que además, sabia peor de lo que aparentaba.

Se llevó los tallarines nuevamente a la boca y los engulló con ansia. Si Naruto estuviese cerca, tal vez quisiera comer un poco, y no quería compartir aquel manjar con nadie. Se preguntó que estaba pasando en el piso de arriba con las chicas. Se las oía dar pequeños gritos y de vez en cuando se oían risas.
El Inozuka arqueó una ceja. Ese día estaba siendo muy raro…

-¡Kiba! – Se escuchó el grito de Sasuke desde el otro lado de la casa. – Ven al ordenador. ¡Ahora!

El castaño suspiró frustrado. Cogió el plato de comida y salió con él de la cocina, mientras seguía comiendo. Vio en su escritorio a Sasuke tecleando varios teclados mientras miraba las diferentes pantallas que lo rodeaban. Shikamaru estaba detrás de él, con una ceja levantada y mirándolo todo con una mueca. Gaara estaba apoyado en la pared, mirándolos con una expresión neutra.

-¿Qué quieren? – Preguntó mientras se limpiaba la boca con la manga. - ¿No ven que estoy comiendo?
-Necesito que saques los planos de una casa. – El Uchiha se levantó de la silla y le cedió el paso a su amigo. – La mansión Pitrionelli.
-¡¿Nani?! – Su cuerpo se congeló.

Esa mansión había pertenecido durante siglos a una de las familias mafiosas de Italia más importantes. Cuando Akatsuki destruyó esa familia, se instalaron en esa casa para demostrar su poder y como la ley no les inspiraba temor alguno.
Esa mansión era el territorio más peligroso de todos los que había en Japón.

-… Mira Sasuke, si ya era difícil sacar los planos cuando la ocupaban los Pitrionelli, no imagines lo que costara encontrar lo que quieres ahora que la ocupan los Akatsuki.
-Quiero esos planos. – Ordenó. – Y los quiero mañana por la mañana en mi dormitorio. Tienes hasta entonces.

Tanto el ojinegro como el Nara se fueron hacia el gimnasio. Tenían muchas cosas de las que hablar. El Sabaku no se quedó en la pared, cerca de donde se encontraba el castaño con marcas rojizas en las mejillas.

-…Sujétamelo. – Le extendió el plato con comida.

El pelirrojo lo miró con una ceja levantada. Se incorporó y giró sobre sus talones, marchándose del lugar y dejándolo solo. Kiba apretó los dientes, conteniéndose para no arrojarle el plato a la cabeza.
Dejó el plato sobre una de las esquinas del escritorio y se puso al frente de los cinco ordenadores que tenia en funcionamiento y los tres portátiles. Tenia que ponerse a trabajar ya si quería conseguir algo de lo que Sasuke le había ordenado.


Se miró al espejo una vez más. Casi quiso llorar de la rabia, pero no debía hacerlo. Ino y Temari habían intentado cortarle el pelo o tintárselo, pero no les había dejado. Su madre siempre le había dicho que su pelo era precioso por el color, y que cuando le creciera y lo llevara largo, llevaría el pelo igual que el de ella.
No quería que el recuerdo que tenia de su madre se desvaneciera cada vez que se mirase al espejo.
Había accedido a que se lo escalonasen, despuntándolo un poco con una navaja, pero no había querido que ninguna de ellas se le acercara con unas tijeras. Unas lentillas de color negro camuflaban sus ojos blancos.

Llevaba un vestido negro, de escote cuadrado y los tirantes pasaban por detrás de su cuello. Llevaba la espalda al aire. La tela era inexistente hasta la parte baja de su espalda, casi hasta donde esta pierde su buen nombre. Los tacones eran sencillos, ni ninguna pedrería o bordado. Completamente lisos y con un tacón no muy alto.

-¿Ya estas guapa? – Ino gritó al otro lado de la puerta.
-… No me veo mal. – Murmuró para si misma, no queriendo contestar a la pregunta de su rubia amiga.

Suspiró antes de abrir la puerta y encontrarse a las dos chicas sentadas en la cama. La Sabaku no seguia con su cara de enfado y su mirada asesina hacia la Yamanaka, la cual mantenia una sonrisa picara en sus labios.
Ambas la miraron de arriba abajo y sonrieron.

-¡Estas preciosa! – Ino le hizo dar una vuelta, contemplandola detenidamente. – Te ves como una mujer de la alta sociedad.
-Ino… es una Hyuga. – Recordó Temari. – "Es" de la alta sociedad.
-… Ya me entendeis. – Le restó importancia. - ¿Te has guardado el movil?
-…Hai. – La ojiblanca contestó no muy convencida. - No en el volso… no quiero que me lo roben.
-Bien pensado. – Ino le guiñó un ojo.
-Tengo tu documentación. – Temari le alargó un pequeño bolso del mismi color que el vestido. – Tarjetas de credito y pasaporte. Tu nombre es "Hiroshi Amaya".

Amaya… Noche de lluvia. De una forma extraña, el nombre le gustó. Cogió el bolso y salió de la abitacion, siendo seguida por las dos mujeres. Sasuke les habia dado la orden de bajar al piso de abajo en cuanto acabaran. Bajó los escalones cuidadosamente. Nunca habia caminado con tacones y se sentía más torpe de lo normal.

Pudo ver como Naruto y Kiba estavan sentados, mirando los ordenadores con una expresión ausente y como Gaara, Sasuke y Shikamaru discutian sobre algo. Mas vien, los dos ultimos discutian, Gaara solo escuchaba. Sakura se habia pasado todo el dia encerrada en su dormitorio, haciendo experimentos con varios sueros y algun que otro medicamento.

-¡Ya acabamos! – Ino sonrió de oreja a oreja, captando la atención de los presentes.

Kiba se atragantó con la sabia en cuanto vió a Hinata, apollada al final de la escalera y con las mejillas rojas. Naruto abrió la boca ligeramente, en verdad el vestido le quedaba como un guante. Gaara y Sasuke se quedaron estaticos. Podian ver la desnuda espalda, palida y suabe. Los ojos verdes viajaron por toda la figura, deteniendose en esa delgada obertura del vestido en una de sus piernas y que le llegaba hasta mitad del muslo.

-… ¿Lo llebas todo? – Sasuke se acercó a ella. Aun con los tacones, apenas le llegaba a la altura de sus ojos.
-…Hai. – Hinata siguió mirando al suelo.
-Documentacion, dinero, pasaporte…
-Hai. – La chica abrió el pequeño bolso de mano y se lo mostró todo.
-¿Y el mobil?

La cara de Hinata enrojeció aun más. Se apartó un poco La falda del bestido por la pequeña obertura y se pudo ver una pequeña tira elastica sujeta a su pierna. En la parte interna, el movil estaba enganchado a esa tira. Sujeto entre sus piernas y totalmente oculto.

-Pensé que… me lo quitarian si me cacheavan. – Murmuró lo suficientemente audible como para que solo lo escuhara él. – Lo llevo en vibración.
-... Kami, que sexy. – Murmuró Sai, asomando la cabeza por la puerta de la cocina.
-… Casaté con migo Hinata. – Kiba seguia mirandola de una forma pervertida, recibiendo un empujón no muy amistoso por parte de su amigo rubio.

Sasuke, por el contrario, seguia con la mirada fija en la pierna. El calor habia vuelto nuevamente a él y se gritó mentalmente acabar con aquella venganza. En cuanto pudiese, buscaria a Sakura para sacarse aquellas ideas pervertidas.

-… Gaara te llebará. – Murmuró. Le lanzó las llabes del deportivo al pelirrojo, el cual las atrapó en el aire. – Dile la direccion… él no hara preguntas. Yo tengo trabajo que hacer.
-… ¿Y Tobi? – Se abenturó a preguntar.
-El mocoso salió de la casa. Está en el parque de la esquina, despidete de él.

La chica asintió con la cabeza y caminó hasta llegar unto al pelirrojo. Este le hizo una seña con la cabeza para que la siguiera y esta obedeció, saliendo de la casa mientas Ino le gritaba un "hasta pronto" efusibo.
Sintió su cuerpo temblar ante la inminente tortura que se le venia encima.


Dio una nueva calada a su cigarrillo y lo tiró al suelo, pisando la colilla con sus pies y despedazandola en el proceso.
Kakashi seguia mirandolo en silencio, esperando para poder hablar sobre lo que se iba a llebar a cabo.

-La mujer que aparecerá se llama Hiroshi Amaya. Ella será su contacto directo con migo dentro de esa casa. – Le extendió una foto de la chica y él hombre la cogió con dos de sus dedos, mirandola con una sonrisa. – Usted tendrá que facilitarle el cceso a todos los documentos que halla en la mansión y llebarla a todos los eventos a los que usted balla. En caso de que su vida corra peligro, abandoará la mision y el trato con usted serároto.
-… Hyuga Hinata. – Murmuró el Akatsuki. Miró al peliplateado y sonrió nuevamente. – Espero que su apariencia cambie… de lo contrario será reconocida con facilidad.
-…¿La conoce? – Kakashi tembló. No queria que la Hyuga corriese peligro nuevamente por culpa de aquellos sujetos.

El hombre no contestó. Le devolvió la fotografia y dio media vuelta, caminando hacia su flamante deportivo rojo e ignorando las preguntas que el policia le dedicaba.
Estaba deseoso de ver a aquel fantasma que tanto él como su organización, habian creido muerto.

Se acurrucó en el coche. La noche hacia rato que habia ecpilsado la luz del dia y las estrellas plagaban el celo. A un lado de ella, Gaara conducia con ese silencio que lo caracterizaba. Habia dudado en sacar algun tema de conversación, pero ciertamente, no lo apatecia ser la unica que hablase.

Se había despedido de Tobi en el parque. El pequeño la habia admirado con aquel vestido y le abia soltado un par de piropos atrevidos. Ella le habia regañado, preguntandole de donde habia sacado aquel vocabulario, pero el menor se habia limitado a murmurar el nombre de Kiba y de Naruto.

Las calles abanzaban con lentitud. Supuso que Gaara trataba de hacer ese viaje lo más largo posible, ya que le habia visto conducir mmucho más rapido en otras ocasiones. Quiso agradecerselo, pero recordó que él no sabia su verdadero trabajo. Llebó una de sus manos a sus labios, empujando el labio inferior hacia los dientes y mordiendo con fuerza.

Sintió otra mano sobre la suya y se la apartó de los labios con fuerza pero con suabidad a la vez. Los ojos de Gaara seguian fijos en la carretera pero de una forma indirecta, la obserbaba.

El coche se detubo frente a una esquina. A lo lejos podia verse la enorme mansión a la cual tenia que ir. Vió un coche rojo estacionado detrás de ellos y HInata lo recooció. Lo habia visto un par de veces al uir de algun Akatsuki. Suspuso que todos tendrian el mismi coche.
Abrió la puerta, empujandola con el pie y se quitó el cinturón. Quiso salir pero algo la detubo. No se atrevia a hacerlo…

Volvió a sentarse, acurrucandose en el asiento y miró con horror sus piernas. Su corazon se aceleró bruscamente y los temblores invadieron su cuerpo.
Sin poder ebitarlo, se avalanzó sobre Gaara, apretandolo en un abrazo desesperado.

-…O-onegai, abrazame f-fuerte.

Las lagrimas salieron de sus ojos y el chico se quedó estatico. La rodeó con sus brazos y la estrechó con fuerza, tal y como ella habia pedido. Ella apretó su camisa con el puño cerrado y dejó de temblar. Lo miró aun con rastros de lagrimas en sus ojos y le sonrió. Le dio las gracias y salió del coche, cerrando la puerta y caminando hacia el otro auto.

Se dijo a si misma que debia tranquilizarse. Que el Akatsuki que habia hecho el trato con Kakashi era bueno, que queria ayudar a que no hubiesen más muertes y que debia estar tranquila. Observó los cristales tintados del coche y abrió la puerta. Su mirada se clabó en el asinto y se sentó, sin atreverse a mirar a la persona que conducia. Se colocó el cinturón y escondió su mirada, aun temerosa.

-… Siempre es un placer ver un fantasma.

Aquella voz… Giró su cabeza, buscando el rostro de aquella voz tan conocida. Los cabellos rojos de Gaara brillaban más que los de aquel sujeto y los ojos verdes agua marina habian sido sustituidos por unos castaños, de un color parecido al ambar.

Su cuerpo tembló. El primer reflejo que tubo fue el de abriri la puerta y salir corriendo pero no pudo. El seguro estaba hechado. El coche arrancó con brusquedad y aceleró. Sus manos golpearon el cristal un par de veces hasta darse por vencida.
Sasori estaba a su lado, y aquello loso significaba una cosa; su pesadilla iba a ser peor de lo que creia.


Entró al garaje furioso. Buscó a Sasuke con la mirada y lo encontró apoyado en la parde, revisando unospapeles. Se acercó a él, decidido. Cuando sus ojos negros se clabaron el los suyos, le descargó un puñetazo en la mandibula, haciendo que perdiera el equilibrio y callese al suelo.

El Uchiha lo miró con desconcierto. Gaara se limitó a señalar sus ojos, queriendo decirle que lo habia visto. Que sabia lo que pretendia y que no estaba deacuerdo.
Se marchó as u dormitorio, furioso y conteniendose de darle un nuevo golpe. Habia visto la nuve roja en la parte trasera del coche. Habia escuchado los golpes en el cristal y le pareció haber visto la expresión aterrada de Hinata atraves del cristal oscurecido.
Aquello no iba a salir vien y él lo sabia. Lo que podia esperar es que Hinata apareciese muerta a la semana, como la mayoria de las muejres de compañía que esos sujetos tenian.

Aparecería una pequeña foto en el periodico de su cuerpo, lleno de golpes y pinchazos en sus brazos. Heridas ensangrentadas por todo el cuerpo y el letrero "violada repetidas veces" impreso en mayusculas.


NA: ¡No me maten por dejarlo ahí! Si escribía algo más. Se descubriría todo, así que decidí dejarlo en ese momento.
¿Ven? Dos semanas nueva actualización, como prometí =D. En dos semanas más, subiré una conti de otro fic. Espero que les haya gustado y que dejen review.


RebeKyuubi: De donde kakashi conoce a Kurenai se sabrá en el próximo capi. Él va a hacer unas investigaciones por su cuenta y saldran muchas personas del pasado de Hinata y de Sasuke. El tema de Anko… va a ser algo más complicado, aunque ya te digo que Hinata va a conocerla en la próxima conti =)

Akasha: Bueno, no del todo. Sobre experiencias traumáticas… te diré que la de Sasuke es la peor, al menos, es la peor que se le ocurrió a mi retorcida mente. Sep, Sasuke tendrá extrañas molestias con más de uno, y puede que por eso cometa el peor error de su vida muhahahah Espero que esta conti te guste ^^

sakatomo-kirumi: Muchas preguntas y muchas respuestas xD. Lo de Anko es difícil de explicar, pero Hinata lo descubrirá por su cuenta, aunque le costará mucho. Ya sabes lo que ha hecho Sasuke para vengarse de Hinata, así que esa pregunta no necesita respuesta xD. Lo del bebé de Temari… espero nos ser demasiado cruel en un futuro, pero ya aviso que ese pequeño tiene una corta existencia.

pAuL1Na***: Si, Sasuke está celoso de Tobi, pero no como todos creen. En la proxima conti se sabrá porque se comporta así con el pequeño. Bueno, respecto a lo de HInaSasori… confieso que ya estaba en mis planes, como puedes ver xDDD, pero no daré detalles *o*

Caritho-chan: Ten en cuenta que Temari dice que era demasiado pequeña como para acordarse de lo que pasó, pero que sabe que sus padres murieron, aunque no recuerda como. Por su parte, Gaara si que lo sabe, así que ahí tienes el porque no habla, o más o menos, porqué no lo hace.

: Bueno, ya sabes que pasó en el capi xD. Se, Tobi es adorable, pero Sasuke se porta muy mal con él, pero tiene una razón para hacerlo, aunque de una forma subconsciente. Espero tu opinión ^^

Le Petite Vicky: Me alegra que consideres el fic original, la verdad es que se me ocurrió al ver a mi padre viendo una película de Steben Segal (Creo que se escribe así xD ), y no pude resistirme jajaj Espero que esta conti sea de tu agrado =)

xXBlackxxStarXx: Pues… lamento decepcionarle, pero Sakucaracha va a hacer algo tremendamente grande… y con ella matará a un par de personas muhahahhah. Se, Naruto es un detallista con su novia xD espero que este capi también te guste =)

adrifernan19: Bueno, intenté continuarlo pronto. Espero que te guste, aunque es algo más corto, pero el próximo será mucho más largo, prometido *o*

sasuhina-arriva: No soy grande, y punto final xD. Últimamente mi forma de escribir ha decaido, lo noto. Pero la culpa la tienen los estudios. No tengo mucho tiempo y trato de escribir lo más deprisa que puedo ^^ últimamente no he leído muchos fics. No tengo tiempo de nada y pocas veces puedo sentarme al ordenador. Lo lamento T-T, intentaré leer tu fic en cuanto pueda =)

gesy: Momentos SaiHina… no habran muchos, pero GaaHina… ya te aviso que si, y algo fuertes kukukuk. Espero que esta conti sea de tu agrado!

LennaParis: Los planes de kakashi para Hinata son confidenciales por el momento xD Pues si, aun no se si matar a Hinata o a Sasuke, pero alguno de los dos morirá. Aunque ya te aviso que más personas van a morir, aunque no muchas xDD, no soy tan cruel. Sep, Sasuke tiene celos de Tobi, pero no por Hinata, sino por otra cosa que tal vez se diga en el próximo capi ^^

helen: No puedo decirte que no. Gaara se encariñará con Hinata, hasta el punto de casi quebrantar un "pacto" por ella… pero no será el único… y con ello no me refiero a Sasuke… sino a ciertos Akatsukis que pronto revelaran sus intenciones… Kukukuk!

CITLALI: Seee… Neji murió como un valiente. Una muerte muy a su altura en mi opinión, pero muy triste. Como ves, ya empezaron a la acción más o menos…. Unos mas que otros, pero tarde o temprano estarán todos ^^

hyuuga: Me alegra que te guste y espero no haber tardado mucho en la conti. Tuve algunos problemas con las clases pero a partir de ahora, actualizaré más seguido ^^

Chelsea272: Es bueno que luches contra el anti-Sakura xD, a mi, ciertamente me da igual, solo que necesitaba a una fan obsesionada con Sasuke que tuviese motivos para matar a Hinata más adelante xD. Me halaga lo que dijiste sobre no poder resistir a leer un fic mío *o*, en verdad me hiciste sonreír de felicidad y últimamente no es muy normal xD

kuchiki B.: Me alegra que te guste la historia ^^. Es cierto, Hinata tiene mucho valor, aunque a mi no me parece que Sasuke de pena. Él siempre anda pensando en su venganza personal y en vengarse de cómo lo trató la Hyuga. Espero que te guste esta conti =)

hitomi black dark: Espero no haber tardado mucho en la conti. Realmente no he tenido mucho tiempo de escribir. Me alegra que te guste la historia y espero que también te guste esta conti =)


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