Corregido.


Mírame.


Abrió los ojos con lentitud acostumbrándolos a la luz matinal, dando un imperceptible suspiro se levanto de la cama, no es que acabara de despertar, de hecho había dormido muy poco, como ya era su costumbre. Recorrió su fría y desolada habitación buscando algo, lo que sea, que lo ayudara a calmar ese extraño malestar que venia sintiendo desde hace varios días.

No tenía idea del porque se sentía inquieto, como si algo le faltara, cerro los ojos y presiono el puente de la nariz

– ¿Acaso algo malo le pasaba a su hermano? – no, su hermano es fuerte y estaría bien – ¿acaso Madara planeaba algo? – imposible, no tenia pruebas para sospechar de él en estos momentos – tal vez sea el avance de su ceguera – no, eso mucho menos, ya estaba preparado para ello – ¿acaso era la culpa? – ja, hace tiempo que había aprendido a lidiar con ella. Si no era nada de lo anterior, ¿entonces ¿qué demonios era lo que lo hacia sentirse tan extraño?

Ligeramente frustrado salió de su habitación y se dirigió a la cocina; al llegar se encontró con un alegre Kisame quien al verlo llegar solo amplio mas su sonrisa pero no dijo nada. Itachi tomo la primera cosa comestible que encontró y se la sirvió sentándose a un lado de Kisame para empezar a desayunar sin prestar atención a todo lo que este último le decía hasta que alguien más entro a la estancia.

– Buenos días hum– dijo

– Deidara chan ¿como amaneciste hoy?– saludo Kisame,

– ¿A QUIEN LE DICES CHAN ESTUPIDO?– Itachi solo miro de reojo como el rubio frunció el ceño mirando desafiante al hombre pez por el apelativo que uso con su persona,

– JAJAJAJAJA, no es para tanto– río de buena gana el otro. A lo que Deidara solo bufo molesto y se fue a servir su desayuno el cual comió sin mirar a ninguno de los otros dos, al terminar simplemente salió de la habitación.

Itachi se quedo ligeramente sorprendido por ese comportamiento – ¿en verdad ese había sido Deidara?, si eso era cierto, entonces por que demonios el maldito artista de pacotilla no se había dignado a mirarle como lo hacia antes? – un casi imperceptible pliegue surco su frente mientras un brillo de ira apareció en sus ojos y su mano apretó con fuerza los palillos.

– Itachi– San, ¿ocurre algo?– pregunto un curioso Kisame al ver la extraña reacción de Uchiha, a lo que Itachi solo le miro para después seguir con lo suyo.

– Sabes, es extraño, desde hace varios días he notado que Deidara ya no te molesta cada que tiene oportunidad, es más, creo que ya ni siquiera te mira, eso es bueno así ya no tendremos que estar soportando sus arranques de niño malcriado ¿no lo crees?–

– Me da igual– fue su fría respuesta antes de levantarse de la mesa y lavar lo que había usado para salir de la habitación.

Salió de la cueva algo desconcertado; su rostro era un muro impenetrable pero su mente era un caos, ¿Qué rayos le había pasado?, ¿por qué le molesto tanto el hecho de que el rubio no voltease a verlo como antes?, y ahora que lo pensaba fríamente, el comentario de Kisame era cierto, hacia varios días, no semanas que el rubio no se dignaba a mirarle, ¿Cómo sabia que ya eran semanas?, pues porque desde hace un par de semanas se sentía inquieto, vacio, como si algo le faltara, como si extraña…… se detuvo abruptamente abriendo ligeramente los ojos y la boca ante el ultimo pensamiento que tuvo, no era posible ¡para nada!

Cerro los puños con fuerza y por primera vez en mucho tiempo su rostro mostró un extraño rictus de enojo; enojo consigo mismo por los pensamientos tan estúpidos que estaba teniendo, reanudo su caminata cuando escucho unos extraños ruidos en el bosque, ¿Qué demonios pasaba?, al diablo, no le importaba en lo mas mínimo. Lo que es verdaderamente importante para el Uchiha es porque diantres algo tan banal como la simple, o más bien, la falta de una simple mirada de alguien tan insoportablemente escandaloso como lo era el ninja de la roca podía afectarlo tanto.

¡NO!, eso es imposible, no es posible que extrañe los malditos ojos del rubio cuando se entrecierran al punto de parecer dos simples ranuras en su rostro, no es posible que extrañe la curioso forma en que tuerce la boca cuando se encuentran, no es posible que quiera volver a ver sus mejillas cuando inflándose en forma de puchero por sentirse ignorado, no es posible que añore ver esa mirada tan resentida enmarcada de una expresión sumamente infantil, una expresión que solo le dirige a él, a Itachi.

Vuelve a detenerse mas molesto todavía por las idioteces que esta pensando, porque eso son, simples idioteces. Lo mejor de todo esto es que gracias a su entrenamiento como ambu, su rostro se muestra prácticamente inalterable, las ventajas de saber controlar sus emociones. Una explosión lo saca de sus cavilaciones y lo asombra más si es que es todavía posible. Dirige la vista hacia el origen del ruido y se encuentra con la espalda de su actual dolor de cabeza; así que esto fue lo que escucho hace un momento, ¿cómo rayos no lo reconoció?, o ¿si lo hiso y por eso esta aquí?.

Entrecerró los ojos para enfocar mejor a Deidara y esperar que con esa mirada volteara a verlo, pero no sucedió, el artista estaba tan metido en lo suyo que no se percato de la otra presencia, o al menos eso aparentaba. Itachi camino un poco mas para acercarse pero se detuvo, no podía hacer eso, no podía dejarse llevar por sus impulsos, el impulsivo era el rubio no él, el que hacia las cosas sin pensar era ese artista barato no un gran ninja como él, el que perdía el control ante lo que sea era Deidara no el gran Uchiha Itachi y sin embargo…

– Estorbas– fue la fría palabra que salió de su boca, la dijo sin emoción alguna esperando que el rubio volteara a verlo y comenzara a gritarle que había mucho lugar para pasar, pero para aumentar su desconcierto el rubio solo se quedo quieto unos segundos y comenzó a caminar sin molestarse en mirarlo. Itachi solo se quedo viendo en una especie de cámara lenta como el otro se alejaba, como el maldito se iba sin dirigirle una mísera mirada; activando su sharingan mando al diablo todo, él haría que el artista de mierda lo viera a como diera lugar, no importaba si con eso se ganaba su odio eterno, al fin de cuentas eso era lo que quería para sentirse nuevamente tranquilo, ¿o no?

– Pierdes el tiempo....– Con una satisfacción enfermiza vio como Deidara se detenía y apretaba fuertemente los puños, conteniéndose, pero solo eran cuestión de segundos para que explotará, sin embargo esos segundos pasaron y el rubio no parecía dispuesto a ceder, así que desesperado, Itachi recurrió a su último recurso

– Con tu arte– dijo terminando la frase inconclusa.

Ya esta, lo había dicho, había ofendido lo único verdaderamente importante para el rubio, y lo había hecho sin alterar en lo mas mínimo su rostro ni su voz.

– ¿CÓMO TE ATREVES A MENOSPRECIAR MI ARTE MALDITO BASTARDO HNMM?– el rubio había caído en su trampa, volteo y ahora estaba mirándolo con esa curiosa expresión que el tanto extrañaba. Si, ahora que lo veía despotricando en su contra lo reconocía, extrañaba que el otro lo viera de esa forma, extrañaba la forma en la que lo maldecía, pero lo que realmente extrañaba era ser el centro de atención del artista, extrañaba ser la única persona a la que Deidara enfocaba todos sus pensamientos, todas sus maldiciones, todo su odio y sus promesas de venganza, podría ser una locura pero no le importaba. Es cierto que para odiarlo ya tenia a su hermano Sasuke; pero con el rubio era diferente, mientras que con su hermano el lazo era una tortura, con el ninja de la roca el lazo era un juego, un juego psicópata en el que él, Itachi Uchiha era el eje sobre el que giraba el mundo del chico bomba y no permitiría que existiese otro eje en esa vida. Sonriendo de medio lado paso a un costado del rubio mientras este seguía insultándolo y mirándolo con odio.

No muy lejos de ahí, una sombra miraba divertida la escena ocurrida, su sonrisa maliciosa se ocultaba detrás de una mascara naranja y un brillo de maldad se dejo ver en su único ojo.

– Así que quieres tener su atención para ti solo, je, pero…. ¿Qué harás si alguien más compite por ella?, alguien… como yo….– sin más, la sombra desapareció con el viento.


Comentarios.

1.– Es mi primer fic, así que no espero mucho, solo quitarme algo de mi cabeza.

2.– esto es consecuencia de una terrible obsesión que sufro por el ita– Dei, no es mi culpa, es responsabilidad de todas las que escriben ese tipo de historias.

3.– Si, esto es un cliche, y me recuerdo mucho a uno de los capítulos de metafora no se que mas, su historia se llama "una historia para escribir", muy buena, se las recomiendo, y también a otro fic llamado "verguenza" y creo que la autora es algodon, la verdad soy malísima con los nombres así que disculpas si me equivoco, escribí esto de forma independiente, pero supongo que inconscientemente me vi fuertemente influida, ni hablar, mi admiración si llegaron hasta aquí.