N.A.: gomen por la demora… enserio, no sé que pasó!! Bueno sin más aquí les dejo el 8vo cap!!

Enjoy it!!


Capítulo 8: "Conociendo a mi suegro…que peste Parte 2"

---PoV Sasuke---

- Oi muchacho ¿te sientes bien? Te sangra la nariz –

Desperté de mi profundo letargo cuando volví a oír la misma voz del que me abrió la puerta hace unos minutos, y eso me hace recordar a mi anterior pregunta… ¿Quién demonios es él?

- Naruto ¿quién es ÉL? – Pregunto con recelo remarcando notoriamente el "ÉL", a lo cual mi dobe me responde con una mirada llena de confusión e inocencia.

- Soy Hatake Kakashi, y supongo que tú eres Uchiha Sasuke, mi nuevo yerno – Respondió ante mi pregunta mi "nuevo suegro".

Ante tal revelación fijé mi mirada hacia Naruto, y luego hacia el peliplateado, y viceversa. Estuve realizando esa acción por un buen minuto, que resultó algo incómodo, lo sé; pero trataba de encontrar algún parentesco entre ellos que cerciore de que este sujeto, que decía ser mi nuevo suegro, sea el padre de MI dobe.

- Etto…Sasuke…él es el koi de mi tutor –

Ante lo dicho por MI rubio todo comenzó a tener sentido. Asentí lentamente. ¡Demonios! Y yo que planeaba hacer mío a MI dulce kitsune. Por lo visto tendré que esperar hasta que "mi suegro" me de la aprobación de pretender a su hijastro.

- Ven, pasa – Dijo mi suegro al ver que el ambiente se ponía tenso entre nosotros.

Pude notar, por la mirada que este me dirigía, que no me iba a dejar las cosas fáciles con MI kitsune. Sin embargo, mostré indiferencia. Nunca me importó ganarme la aprobación de la gente, ni siquiera de mis padres, esa es la razón por la cual yo e Itachi vivimos al otro lado del mundo contrario a ellos. Pero bueno no nos desviemos, más parece que MI dobe le tiene mucho afecto a su familia, pues lo veo conversar animadamente con este, así que sólo por él haré un esfuerzo.

Todos nos dirigimos, o mejor dicho me arrastraron, hacia una pequeña y cálida sala; los muebles chicos estaban ubicados en la sala de una forma que dejaba ver, que por el escaso espacio, tuvieron que hacer malabares para que todo se vea ordenado y no apretado. Me senté al lado de mi rubio, y justo al frente de mi suegro, donde no podía perder pista de mis movimientos. Cuando nuestras miradas se encontraron, sentí como pequeños rayos saltaban de la superficie de mis oscuros ojos.

Estaba tan concentrado en mi pelea de miradas matadoras contra mi suegro que no me percaté de la nueva presencia que se aproximaba hacia nosotros hasta que MI rubio ángel dijo:

- Él es mi tutor, Umino Iruka –

En ese mismo momento dirigí mi mirada hacia la puerta donde aparentemente daba hacia la cocina. Ahí estaba parado un hombre de unos 34 o 35 años, no más. Sus cabellos castaños estaba sujetos a una alta cola, sus ojos, a pesar de se negros, daban un aire de calidez, su piel era morena, era alto, pero no más que Kakashi, y de contextura delgada.

- ¡Iru-koi! ¿Qué tanto hacías en la cocina? – Preguntaba con un ojito feliz mi suegro.

No puedo creerlo, que persona tan voluble, hace unos segundos tenía una guerra campal de miradas contra mi, y ahora está feliz de la vida e ignorándome por completo.

- Preparando la cena, ya que tú no haces nada ¬¬* -

- ¡¿Por qué eres tan malo con migo, Iru-koi TToTT?! –

- ¿Tú eres Sasuke-kun, verdad? – Preguntó cándidamente mi otro suegro, ignorando olímpicamente al peliplateado.

- Uchiha Sasuke, mucho gusto - Contesté formalmente.

- Igualmente ¿Te quieres quedar para cenar? –

- Si no es mucha molestia – Respondí; realmente hago un esfuerzo sobrehumano para mostrar mi mejor sonrisa, pero este sujeto si me cae bien.

---Fin PoV Sasuke---

- Bueno, entonces los dejo solos. Vamos Kakashi –Dijo el pelicastaño dando media vuelta con ademán de irse.

- Te estaré vigilando ¬¬ - Decía el peliplateado parándose del sillón en el cual estaba sentado mientras miraba atentamente al azabache.

- ¡Ya vamonos! – Decía el moreno tirando de un brazo de su peliplateado.

Una vez el castaño hubo arrastrado a su novio, el silencio invadió completamente la pequeña sala.

- Pensé que vivías solo – Decía el albino mirando a un punto cualquiera de la cálida sala.

- Vivía solo – Decía suspirando el rubito.- Pero por alguna razón Iruka-sensei no quiere vivir solo con Kakashi-sensei – Se explicaba el ojicielo tratando de encontrar alguna razón posible por la cual el pelicastaño no quería quedarse a solas con el peliplateado.

- Hablando de estar solos, ¿Por qué no aprovechamos este momento que estamos solos?- Decía insinuante el azabache a lo que arrinconaba al rubito posando sus manos en ambos lados del rostro, para impedir que escapase.

- Tienes razón teme – Decía el aludido, sin entender la verdadera razón tras las palabras de su acosador-novio.

- Claro que tengo razón- Atribuía ante lo propio dicho creyendo inútilmente que se rubio ángel seguía su peligroso juego.

- ¡Hay que comenzar de una buena vez con nuestro trabajo-Ttebayo!- Gritó eufórico el de marquitas zorrunas, liberándose de un salto del agarre del cual era preso inconcientemente.

- 'Si sigue así voy a tener que violarlo en el colegio ¬¬' – Pensaba deprimido el azabache mientras se sobaba el leve moretón que se había hecho por caerse de espaldas.

---En la cocina---

- ¡Así se hace Naru-chan! – Decía todo eufórico el sexy peliplata mientras trataba de escuchar más tras la puerta de la cocina.

-¡PLUMB!- Aquel era el ruido provocado por sartenazo de parte del pelicastaño con mucho "cariño" para su pervertido novio.

- ¡No espíes Kakashi! – Le recriminaba el menor de ambos.

A este acto le siguió un montón de excusas vagas por parte del mayor con el único pretexto de querer proteger al rubio del pervertido azabache. A esto Iruka no le tomó mucha importancia, pues sabía de antemano que su novio seguiría justificándose. No sabía en cierta parte el por qué no se ponía igual de desconfiado que su novio. Tal vez si, muy a su pesar, sabía que Naruto había tenido una decepción amorosa a muy temprana edad, según él, pero tampoco podía negarse a querer a más gente. Las personas siempre necesitan alguien a su lado. Es algo que aprendió cuando conoció a Kakashi.

Sonrió inconcientemente al recordar aquel día en que por una misma persona se conocieron.

---Flash Back---

Un pelicastaño de unos 23 años caminaba con un paraguas en mano bajo la nublada mañana, algo común en Tokio. Iba pensativo. Eran 8:30 de la mañana y aún tenía 30 minutos para llegar a su destino. A pesar de la corta distancia que existía entre su hogar y su destino, decidió irse temprano sólo para despejar un poco la mente y tomar aire con calma. Hacía ya dos semanas que no podía dormir bien. La conciencia lo atormentaba día y noche. Y todo esto porque se sentía culpable. Se sentía culpable por la sonrisa apagada de su pupilo. Por el gran cambio de ánimo de su Naruto. Por el despechado corazón de su niño. No había podido hacer nada en el momento en que el rubio había decidido sumergirse en soledad. Se aislaba completamente de todo y de todos. Y esa era la causa por la que ahora se dirigía al colegio.

Un profesor de aquel centro estudiantil, para ser más exacta uno de literatura, lo había mandado a llamar por el resiente y extraño comportamiento de su alegro y vivaz pupilo. Al parecer, aquel profesor le inquietaba el nada usual comportamiento de su niño. Con tal que no intente nada con é, entonces en ese caso todo estaría bien.

Sin darse cuenta ya había llegado al centro estudiantil. El patio de recreo estaba prácticamente vacío debido a que esta hora todos los alumnos deberían estar en sus respectivas aulas. Se dirigió a paso lento a uno de los edificios de por ahí. Caminó con quietud, tratando de provocar el menor ruido posible para no molestar a nadie. Sin saber por qué tenía la impresión de que algo podía ocurrir en esta visita al profesor. Hablando de este, nunca se había molestado en saber como era, ya que era uno de los poquísimos profesores que no lo llamaban para ver sobre el ex – escandaloso comportamiento de Naruto.

Por fin llegó a su destino. Al frente suyo tenía una puerta de metal con un pequeño letrerito colgando que decía: "Profesor de Lengua y Literatura". Tocó levemente y apenas escuchó un audible: Pase; entró.

- Usted debe ser el padre de Uzumaki-kun – Dijo levantando la vista, puesto que leía un pequeño librito, un hombre de unos 25 años de cabellos plateados con un parche en uno de los ojos y una bufando cubriéndolo la mitad del rostro.

Este al ver al joven que tenía enfrente suyo se quedó algo perplejo. Esperaba alguien rubio y de acanelada piel como el de su alumno, o por lo menos unos ojos azules. Más el joven era de piel morena, cabellos castaños recogidos en una alta coleta, ojos color carbón que denotaban cierta calidez, nariz fina, cejas delgadas, y delgados pero rosáceos labios que lo tentaban lentamente a acercársele. No sabía, pero sintió la necesidad de conocer aquel joven de tan cálida imagen.

- Más bien soy el tutor de Naruto, Umino Iruka, de todas maneras mucho gusto en conocerle – Dijo brindando una cálida pero breve noticia. No tenía muchas ganas de sonreír.

Ambos se estrecharon las manos, pero al primer contacto cada uno sintió como una pequeña corriente eléctrica se esparcía por toda la zona del brazo, y cuando se soltaron sólo quedó como un pequeño y agradable hormigueo.

- El gusto es mío. Déjeme presentarme mi nombre es Hatake Kakashi y soy el profesor de Literatura de Naruto-kun – Decía mientras no perdía detalle alguno del moreno del frente, quería guardar cada línea de su rostro en su memoria.- No sé si lo habrá notado, pero he estado viendo a Naruto-kun algo distante, hasta me atrevo a decir que aislado. Se nubla mucho, no pone atención, no habla para nada, es como si algo en él estuviera desconectado – Decía mientras trataba de recordar cada una de las raras acciones de su rubio alumno sin percatarse como los ojos del menor se humedecían levemente.

- Como iba diciendo…disculpe ¿le pasa algo? – Preguntó con claro deje de preocupación, tal vez había tocado algún punto sensible sin darse cuenta.

- No, no…no es nada. Es sólo que él actúa así por un resiente…choque emocional, digámoslo así- Decía mientras trataba de tranquilizarse, cosa que era algo imposible dado que sentía como todas las emociones debido a la impotencia de no poder hacer nada de aglomeraban en su interior tratando de salir de alguna manera.

- ¿Choque…emocional? – Preguntó curioso el sensei de literatura.

- Una fuerte decepción amorosa – Dijo tratando de no entrar en detalles, pues sabía que a Naruto no le gustaría para nada que acusaran a su ex de pedófilo o algo por el estilo.

- … - No dijo nada, pero sabía que algo había, algo que tal vez pudiese comprometer a alguien.

El mayor, con una de sus manos, tocó suavemente una ajena proporcionando una suave caricia, en forma de reconformación.

- Si no quiere no me lo diga – Dijo suavemente como para apaciguar el ambiente – Pero no negaré que me gustaría mucho ayudar a Naruto-kun – Dijo mirándolo fijamente a los ojos.

Ante tal mirada, no sabe como pero terminó contándole todo aquel sujeto extraño. No sabía por qué, pero tenía el presentimiento que podía confiar en aquel apuesto hombre de plateados cabellos.

Kakashi, ante lo recién contado, se sorprendió levemente. Había escuchado ciertos rumores en donde se decía que un alumno salía con un profesor, pero nunca pensó que podría tratarse de Naruto y Zabusa.

- No soy psicólogo ni nada de eso, pero yo creo que debería darle tiempo y mucho cariño, es lo que más falta le hace – Dijo ofreciéndole un ojito cerrado (el único visible) en signo de ayuda.

- Arigato gozaimasu Hatake-san – Respondió ahora con una sonrisa más sincera y prolongada.

- Por favor sólo digáme Kakashi – Dijo amablemente mientras el otro asentía con un leve sonrojo en sus morenas mejillas.

---End Flash Back ---

Luego de aquel día comenzaron a frecuentarse, y todo por ayudar al rubio en su etapa depresiba. Al final terminaron saliendo hasta llegar a ser la actual pareja que son.

- Iruka-sensei – Dijo una suave y angelical voz sacándolo por completo de su ensoñación

- Dime Naru – Dijo al ver a su niño, ya no tan niño, asomando la cabeza por la puerta de la cocina.

- Sasuke-teme ya se va – Dijo mientras volvía a salir.

- Hai – Dijo siguiendo los pasos de su pupilo dejando a un Kakashi hablando solo.

---En la mansión Uchiha---

Un azabache llegaba cansado, pero feliz, aunque algo frustrado por no lograr su cometido de un principio. Entró lentamente por la puerta principal, ya era algo tarde a lo mejor su aniki ya estaría durmiendo. Más apenas prendió las luces se sorprendió al verlo parado enfrente suyo con un mirada seria, muy seria.

- ¿Qué pasa? – Preguntó como si nada.

- ¿Estabas con Naruto? – Preguntó ignorando olímpicamente la anterior pregunta.

- Y eso a ti que – Dijo con cierto tono de claro fastidio.

- Pensé que sólo era un juego – Dijo bajando el tono, sería mejor ir con calma si las cosas eran serias.

- No, esta vez voy en serio – Dijo determinado.

- ¿Y qué pasó con tu plan de un principio? ¿O ya te olvidaste? – Preguntó con una sonrisa amarga.

- … -

- Pues déjame decirte que tu "grandioso" día ya ha llegado – Dijo a lo que se daba media vuelta y decía: - mañana seguiremos hablando, por ahora descansa –

Continuara….


N.A.: Sinceramente agradezco sus reviews!! Espero no se hayan aburrido!! Nos leemos pronto!! Matta ne!