Bueno hoy tarde menos en subir capitulo jaja eso es algo bueno:) muchas graxias por todos sus reviews jeje se los agradezco:D espero que les guste este capitulo ahora si es un pooco mas largo que el anterior xD
Bella...
Podía sentir un escalofrió recorrer por mi espalda, sintiendo que mis cabellos se erizaban de una manera casi anormal.
La mata de mi cabello se esponjaba más de lo que ya estaba. Era como si me sintiera aterrada, o mejor dicho intimidaba por aquellas personas que se encontraban frente a mi persona. No sabía el porqué era aquella intimidad pero claro, con solo verlos podía sentir que eran los más populares del instituto. Todos y cada uno de ellos con diferentes formas de ser, pero también combinaban entre sí con sus ropas extravagantes y de buena marca a simple vista.
Voltee a ver a Simon que me sonreía completamente enseñando sus blancos dientes relucientes.
Se acerco lentamente a los chicos que estaban sentados sobre el escritorio del profesor.
¿Tal vez no vendría el profesor?
Seria demasiada mala suerte para mí.
-¡Chicos! –exprese de forma alegre Simon acercándose a Edward y a Tanya, haciendo un rápido movimiento despeinando la cabellera perfecta de Tanya.
Mi primer pensamiento fue su enojo viviente hacia Simon por haberla despeinado, pero para mí grata sorpresa no fue así. Ella se rio con una voz que no se parecía nada en absoluto a la que había usado cuando me llamo vagabunda, si realmente era extraño, pero se miraba diferente cuando estaba con todos ellos.
-Basta Simon –dijo ella riéndose de aquel movimiento de su amigo.
El chico robusto y con una sonrisa más brillante y extravagante que un actor de comercial se coloco frente a Simon con la intención o al menos eso me parecía de jugar con él.
-Ya te conseguiste una novia –dijo el chico vigoroso. Dándole un codazo en las costillas a Simon.
-Oh, no. Chicos les presento a una amiga, Bella Swan –dijo acercándose a mí, y a la vez con una de sus manos sobándose la parte donde le habían dado ese delicado golpe amistoso.
-Hola –respondí tímidamente ante todos los ojos que me miraban ante la presentación de Simon.
Tanya me miraba con indiferencia como si no le importara mi presencia en absoluto, sus manos estaban entrelazadas con las de Edward, y por una extraña razón una punzada cruzo por mí pecho, como si me doliera ver aquella imagen de un chico desconocido con otra chica desconocida, aunque Edward para mí no era desconocido, no en aquellos momentos cuando hable con él en el pasillo y se porto de aquella forma tan gentil y caballerosa conmigo.
Pero alguien tan perfecto no estaba a mi alcance, en realidad creo que nadie lo estaba. Era la pequeña oveja asustada del rebaño. En una esquina de aquel enorme lugar, esperando ser acorralada por el enemigo.
-Hola –dijo una voz fina y a la vez alegre.
Voltee y me encontré con aquella chica de cabello castaño, corto y puntiagudo, con una sonrisa en sus labios. Bailando hasta acercarse a mí.
-Soy Alice –dijo ella enseñando los finos dientes de su mandíbula.
-Compañera Bella, yo soy Emmett –dijo el chico robusto, acercándose a mí y dándome un inesperado abrazo hasta levantarme del suelo.
-Rosalie –dijo la chica rubia y exuberante con la misma pose fría.
-Mucho gusto, soy Jasper –dijo el chico serio con un refinado saludo.
Daba un poco de miedo si lo miraba de un lado extraño, como en las películas de terror donde el más callado terminaba siendo el asesino sicópata, y terminaba masacrando a toda la gente.
-Me presentaría contigo pero ya nos conocemos, ¿no es así, Bella? –pregunto Edward con la sonrisa mas floreciente que había visto en mi vida. Como un sol al amanecer, tan brillante y hermoso.
-Si –murmure nerviosa ante su presencia.
-Oye tú. Siento lo que dije de ti, sé que me escuchaste y que no fue apropiado de mi parte haberte dicho vagabunda. Me disculpo sinceramente –dijo Tanya acercándose a mí.
Extendió su mano hacia mí en forma de saludo.
-Disculpas aceptadas –dije no muy convencida.
Había algo de sus palabras que me hacían sentir rara, como si Tanya no estuviera siendo completamente sincera conmigo.
-Bueno, Edward, Alice, y Emmett son los chicos Cullen, Rosalie y Jasper los Hale. Y aquí la princesa Tanya es Harrison. –dijo Simon apuntando a cada uno de ellos.
Cullen, Hale y Harrison.
Probablemente no todo era un asco en este lugar….solo, probablemente.
Edward Cullen…ese era su nombre, tan cálido y a la vez tan fuerte. De una manera que jamás pensé sentir. Había algo en Edward, algo ilógica e inexplicable. Me sentía completamente atraída hacia él.
Su sonría era como una cálida oleada del sol atravesar mi cuerpo, su presencia era como la misma noche inundándome el alma. Su mirada era como la de un feroz pero apacible león asechando a las personas.
Todo Edward, era como una droga para mí. Como la heroína consumiéndose solo con cada mirada que me lanzaba.
No podía distinguir si era solamente atracción lo que sentía por él, o si realmente estaba empezando a sentir algo por un desconocido.
-Chicos recuerden la cena, prometieron asistir. –dijo Edward mirando a cada uno de sus amigos y hermanos.
-Cierto la cena de Esme, lo había olvidado –dijo Rosalie sonriéndole a Edward por su torpe y olvidadiza memoria.
- ¿Formal o informal? –pregunto Jasper sin parpadear.
Miedo. Daba miedo.
-Jazz, has ido a casa siempre, sabes que es informal –expreso Alice tomandolo del brazo y dándole un pequeño, pero delicado beso en la mejilla de este.
Una cena, donde claro que era la excluida, la chica invisible del instituto. No podía si quiera en tener esperanza de una invitación para asistir a una cena donde claro no encajaba en lo mas mínimo, ellos eran los chicos populares y lo más seguro deportistas y las chicas porristas…yo, yo solo era la vagabunda de este lugar.
A veces quisiera ser humo, sería tan fácil desaparecer. Solo tenía que esperar un poco de la brisa del aire y de esa manera esparcirme por el cielo azul, esfumarme en un solo parpadeo.
Pero era algo imposible, al menos para un ser humano.
La muerte es mucho más fácil, apacible y sencilla…al contrario de la vida, es un horror y solo hay lamentaciones.
Pero para desgracia de las personas, o podemos dejarla para mi desgracia, suicidarse no era algo que cualquiera podía hacer. No al menos que consumieras una buena dosis de heroína.
-Bien, una buena cena con el doctor Carlisle y el dulce sazón de Esme, nada mejor para una buena noche –dijo Simon riéndose.
-¿Qué cenaremos? –le pregunto Emmett.
Aunque fuera el hermano de Edward, parecía como si no supiera lo que haría su propia madre en la cena.
Una holeada de melancolía paso por mi cabeza, que suerte tenían al tener familias normales, donde se juntan a cenar tranquilamente charlando de su magnifico dia para acabar en la sala viendo una vieja película que han visto unas treinta veces riéndose de los actores y sus complexiones.
Pero era algo que por mi parte no podía ocurrir.
No, sería una cena silenciosa y amarga, y yo temerosa como siempre, rogando amargamente que Phil no entrara a mi habitación y que se quedara con Ginger. Pero a veces no todo lo que deseas se hace realidad.
-Lasaña, un poco de ese espagueti verde con queso, champiñones y no recuerdo lo otro –contesto Tanya sonriendo.
¿Cómo supo ella?
-¿Cómo lo sabes? –le pregunto Alice sorprendida.
-Ya sabes, ayer que fui a su casa. Platique con Esme y me dijo que haría la comida favorita de cada uno. Yo amo su espagueti verde –expreso Tanya.
-Vaya, no pierdes el tiempo Tanya –dijo Emmett con una risita entre dientes.
-Pues en realidad, hoy me voy temprano con Edward a su casa. Le dije a Esme que la ayudaría con la lasaña, se que te encanta Edward –dijo ella volteando hacia él, y dándole un cálido beso.
Otra punzada en mi corazón.
Si seguía así, probablemente terminaría con un agujero negro en mi corazón marchito.
-¿Puedo llevar a alguien? –pregunto rápidamente Simon.
-Pues claro. Ya sabes que será bienvenida –dijo Edward.
Simon sonrió ante la respuesta de Edward.
Ta vez llevaría a una chica porrista o a lo mejor una chica guapa de alguna clase de francés o química. Todo podía pasar.
-Cullen, Harrison. Bájense de mi escritorio –dijo el profesor que entraba por la puerta principal.
Ni siquiera lo había escuchado venir.
Edward se bajo de un solo salto tomando de la mano a Tanya de una manera dulce.
Ella se sentó en la parte trasera de la clase. Claro era Tanya, debía ir atrás.
Como una estúpida, yo me quede quieta mirando la hermosa figura de Edward. Solo me falto abrir la boca y babear para ser la chiflada de la clase.
-Vamos Bella. Sentémonos –dijo Simon agarrándome de la mano y llevándome también a la parte trasera del salón, casualmente sentándome atrás de Edward.
Creo que la suerte estaba pensando en mí.
-Bbsst….-escuche un susurro.
Voltee hacia Edward y lo vi encorvado hacia mí.
Me apunte a mí misma, preguntándole a señas si era a mí a quien le hablaba o era solo mi imaginación jugando con mi mente.
-¿Quieres ir a cenar a mi casa? –me pregunto.
La sorpresa invadió mi mente.
Edward Cullen me estaba invitando a mí, la chica rara y nueva del instituto a su casa.
Amaba este día, bueno solo una parte de él.
Asisti torpemente con la cabeza.
¡Habla Bella! ¡Habla!, me gritaba a mí misma.
Quería decirle si con mis palabras pero no podía emitir palabra alguna.
-Bien, te espero allí. Simon te da la dirección –dijo y después poso su mirada a la pizarra.
Mi corazón bombardeaba a mil por hora.
Era la chica que Edward había invitado a su casa.
No había nada que pudiera arruinar este día especial.
*
*
*
*
*
CONTINUARA....
jeje edward invito a Bella a su casa bueno por algo se empieza:)
dejen su review!!XD