- Aunque… es realmente un estorbo que sea ciega pero… siendo tan bella no puedo rechazarla… -el hombre rió-. Estoy seguro de que mis otras esposas se sentirán muy celosas cuando la lleve a casa.

Las tres voces rieron en la sala.

- Oh… al parecer ya despertó… -la madre se aproximó a la joven-. Hija, despabílate, Deiron ya está aquí, saluda a tu esposo.

Toph se negó, era como saludar a su padre, aquel hombre era tan adulto.

El hombre la tomó de la mano apreciando a la joven que tenía en frente.

- No temas Toph, te trataré como a una princesa.

Esas palabras le recordaron tanto a su verdadero amor, agachó la cabeza con la mirada posada en la nada. Separó su mano de la de aquel hombre con suavidad. Abrió sus labios para corromper aquel silencio que abundaba en la sala.

- Lo siento señor pero… yo ya estoy comprometida.

El hombre se la quedó mirando inexpresivo ¿Cómo le faltaban el respeto esa manera aquellas personas? Lo humillaron entregándole una joven ya comprometida con otro hombre…

- ¿Es esto una broma? –preguntó Deiron mirando encolerizado a los padres de la muchacha.

Ambos quedaron atónitos sin saber qué decir, sólo movían la cabeza mudos del pánico.

El hombre se puso de pie y dio zancadas fuertes hacia la puerta de salida, Toph respiró agitada, ahora sus padres iban a escucharla. Deiron cerró la puerta de un golpe y los padres de Toph se quedaron atónitos, con la huída de aquel hombre desaparecían las tierras y las riquezas, tenían deseos de estrangular a su propia hija.

- ¡¿Qué te sucede a ti?! ¿Acaso estás de mente? –gritó su padre acercándose a ella con una furia incontrolable.

- ¡Yo ya estoy enamorada de alguien! ¡No puedes obligarme a casarme con otro! –gritó intentando zafar su brazo de las garras de su padre que la zamarreaba con desprecio.

- ¿Cómo te atreves a desobedecerme? ¡Niñita malcriada! Ahora mismo me aclararás todo esto: ¿Quién es ese imbécil y en donde lo conociste?

- ¡Suéltame! –gritó a sollozos.

- ¡Respóndeme Toph!

- Es de la Nación del Fuego…

Su padre la observó con ojos rojos.

- ¡Encima eso! ¡Tienes la desdichez de querer comprometerte con un maestro fuego…!

- ¡No es un simple maestro fuego, deberían respetarlo: es el Señor del Fuego de esa Nación!

Sus padres se observaron con el ceño fruncido, el Señor Bein Fong liberó a Toph de la mano que aprisionaba su delicado brazo.

- Mientes… -dijo su madre demasiado extrañada como para creer.

- No, es cierto… Es el nuevo Señor del Fuego: el hijo de Ozai –sus ojos aun húmedos tenían un gesto de angustia.

- Es… ¿Zuko? ¿El nuevo Señor del Fuego Zuko?

- Si, es él.

Sus padres aun no podían creerlo, casarla con un Señor de la zona les daría riquezas pero casarla con el Rey de una Nación haría llover dinero a la familia Bein Fong, no deberían preocuparse por su vejez ya que su yerno los atendería enviándoles las mejores compras y vivirían con mayores lujos de los que tenían hasta ahora: era todo un logro.

- Oh hija mía… ¿Por qué no nos dijiste eso antes? –la mujer abrazó a la joven.

- Van a casarse ¿verdad? ¿Lo harán? –un "sí" era la respuesta indicada para la pregunta de su padre, que mordía sus uñas con ansiedad.

- Es mi sueño papá –Toph sonrió, esta vez lloraba pero de felicidad, sus padres la abrazaban, aceptaban su pareja con Zuko a quien más amaba en la vida.

Sospechó que sus padres estaban realmente interesados en su yerno y aun no comprendía por qué, lo único que deseaba era ir a casa, con su verdadero amor.

- Entonces… ¿Me permitirán ir a la Nación del Fuego? –preguntó sonriente.

- Claro que sí hija. Pero no olvides enviarnos cartas, estamos ansiosos por conocer a Zuko.

La voz de sus padres sonaba feliz.

Toph no tardó más tiempo en reunir sus pertenencias (con la ayuda de sus padres) y dirigirse hacia el barco. Ya no tenía de qué preocuparse: estaría junto al amor de su vida, sus padres aprobaban esto y ya no había rocas en el camino para ambos, todo era perfecto.

Bajó del navío muy alegre, Zuko la esperaba en la entrada del Palacio, la abrazó y le dio todo el calor de sus brazos. La besó otra vez deseando que ese momento no acabara jamás. Se separó de ella.

- Te extrañé mucho…

- También yo –rozó suavemente sus labios con los de Zuko.

- ¿Qué dijeron sus padres?

Toph sonrió.

- Estuvieron de acuerdo.

Caminaron hacia el palacio, en donde permanecerían por el resto de su amor y compartirían su afecto hasta el cansancio. Debían agradecer al destino por unirlos, ahora serían felices y nadie lo impediría.


Bueno, creo que es el momento de decir "fin". Espero les haya gustado. Doy gracias a todos los que me escribieron en el transcurso de mi historia, fueron todos muy dulces. Agradezco a:

Razoku

onlyzutara

neverdie

Danika44

Murtilla

orquidblack

yuki Ironhand

Fueron todos muy amables, leyendo sus reviews me daban ganas de seguir escribiendo. Gracias por todo. Saludos y Besos.