EPÍLOGO

Sasuke y Sakura habían elegido el domingo para ir juntos de nuevo a esa casa de campo que les traía tantos buenos recuerdos. Ellos viajaban a bordo de un Porsche 997 Turbo color azul que adquirieron poco antes de casarse a los 23 años. Su boda había sido privada pero no menos lujosa, pues el Uchiha quería sólo lo mejor para su novia y mandó confeccionarle un vestido diseñado por un famoso modista italiano. Sakura les contaría a sus amigas más tarde que la luna de miel fue la noche más cansada de su vida porque su nuevo marido no la dejaba en paz ni un solo segundo y agotó sus reservas de energía, ya que por mucho que ella se esforzaba para escapar, nunca lo conseguía. Como ambos todavía estudiaban la universidad en aquel entonces, sólo fueron ellos dos en los próximos tres años hasta que nació su primer hijo, Daisuke.

Que bien recordó la noche en que Sasuke se encontraba de viaje en Londres porque lo habían llamado para resolver un caso de secuestro especialmente difícil. Estuvo en esa ciudad por un mes sin grandes avances, cuando su hermano le habló por teléfono avisándole que el parto de Sakura se había adelantado e iba de camino al hospital. La pelirrosa le aseguró que ella estaría bien, pero eso no bastó para detener al moreno y de inmediato tomó un vuelo de regreso a Tokio. Cuando tuvo la oportunidad de llegar, su esposa le esperaba con una sonrisa de orgullo y con su hijo recién nacido en brazos. El bebé era idéntico a él, exceptuando por su carita de durmiente angelito y al parecer su nacimiento fue de gran suerte porque antes de que acabara la semana, Sasuke pudo rescatar exitosamente a la víctima de rapto, una niña de primaria, y devolverla a su hogar.

- Mamá, ¿aún falta mucho para llegar a la casa de los abuelos?.- preguntó su hijo de cuatro años.

- Todavía nos queda un pequeño tramo, cielo.- respondió Sakura con dulzura.

Conforme crecía su primogénito, Sasuke y Sakura se daban cuenta de que Daisuke tal vez era un Uchiha, pero tenía un comportamiento impetuoso y alegre que no era demasiado común en la familia. Su naturaleza curiosa y traviesa les recordaba mucho a Naruto, al que eligieron para que fuera el padrino. Por supuesto, también heredó la inteligencia de su padre y a Sakura le daba risa que su marido no pudiera engañar fácilmente a Daisuke porque éste parecía estar un paso adelante. Como llevaban dos años sin visitar la villa Uchiha, su hijo no recordaba bien los rostros de sus abuelos y por eso se mostró muy emocionado cuando le dijeron lo que le esperaba en el campo. Los padres de Sasuke llevaban seis años viviendo en esa magnifica casa porque deseaban disfrutar más de ellos mismos y por eso casi no veían a sus hijos y nietos.

- Te prometo que algún día, cuando seamos viejos, tú y yo viviremos en esa casa. Solo nosotros dos.- le dijo Sasuke a Sakura tomándola de la mano y besándosela.

- Ya ansío ver a ese adorable anciano caminar por toda la casa con un overol y sombrero de paja.

- ¿Me pondrás a trabajar de granjero?

- Por supuesto. Y yo seré la vieja loca que prepara pasteles caseros en las tardes.

Ambos rieron por la ocurrencia de Sakura y su hijo también se les unió a su broma aún cuando no entendía bien el motivo. Prácticamente él se reía por todo.

Delante de ellos iba el Quattroporte V de Itachi. Él tampoco viajaba solo, pues lo acompañaba Amane, su ahora esposa y la madre de sus dos hijas. La mayor era Hikari, y con siete años era descrita como la niña más encantadora y hermosa de la primaria Konoha. Por supuesto, su carisma natural era de parte de su padre mientras que sus ojos llenos de vida eran herencia de su progenitora. Ella se esforzaba por ser lista y sacar las mejores notas de su colegio porque estaba consciente de la importancia de su apellido. Sin embargo, sus padres le habían dicho que no se exigiera demasiado a sí misma porque la felicidad era lo que más valía para ellos y si a ella no le placía heredar el emporio familiar, ya se las apañarían para elegir a otro candidato. Al ver a su hija, Amane recordaba lo patética que debió haberse visto cuando pensó que estaba preñada durante su primer año en la universidad y al final todo había sido un mero desajuste hormonal causado por el uso de la píldora.

Itachi se había casado con ella en su último semestre en Todai y la castaña contaba con 23 años cuando tuvieron a Hikari. Ellos se llevaron un susto enorme durante el octavo mes porque los médicos les habían dicho que el cordón umbilical estaba enredado en el cuello de la pequeña y fue necesario practicarle una cesárea. A Amane le desesperó mucho no poder sostener a su hija durante dos semanas porque al nacer prematura, la tuvieron en la incubadora. Itachi fue el único que sí pudo verla de lejos y nada más echarle un vistazo, determinó que su hija se llamaría Hikari.

Su segunda hija, de cuatro años recibió por nombre Mitsuki para recordarles lo hermosa que había sido la noche de luna llena cuando ella nació. No era tan distinta a su hermana mayor porque también era inteligente y se parecían físicamente, pero a Mitsuki le gustaba más las cosas en las que intervinieran la música y el ritmo. Por este motivo, Itachi aceptó llevarla a clases de arte a una academia especial cada tarde después de la escuela y Mitsuki destacaba maravillosamente.

- Mira, papi, ¡ya estamos cerca!.- señaló Hikari emocionada levantándose de su asiento.

- Tranquila, hija.- le dijo Itachi sonriendo.- No querrás que tu madre nos regañe, ¿verdad?

- Oye, ¿Por qué se supone que soy la mala aquí?

- ¡Porque papá siempre nos compra helados cuando tenemos ganas de comer uno!.- respondió Mitsuki levantando los brazos.

- Niños…- suspiró Amane tratando de no reírse.

- Niñas, mejor no hagamos enojar a mamá porque pueden despertar a su hermanito.- finalizó Itachi echándole una suave mirada a su hijo recién nacido.

Para ambos había sido una gran sorpresa saber que tendrían un tercer hijo porque siempre pensaron que sólo se quedarían con dos hijas, pero la castaña pronto tomó la noticia con tranquilidad al recordar lo grande que era su familia. Amane eligió nombrar al niño Yuuki y a la fecha apenas tenía ocho días de haber nacido, y sin duda los abuelos iban a estar sumamente emocionados con él. Pero de momento, el pequeño dormía en los brazos de su madre con una mantita blanca bordada con hilo dorado que lo hacía verse como un principito. A Itachi le ilusionaba mucho ser la cabeza de una familia como la suya y siempre se dirigía a su esposa e hijas como "sus mujercitas" mientras que a Yuuki no le tenía un apodo en concreto. Los cuatro eran su motor para continuar trabajando día a día en esa oficina tan aburrida que sólo cobraba vida por las fotos de Amane, Hikari y Mitsuki; pronto añadiría una más a la colección.

Itachi encendió las luces traseras de su auto para señalarle a Sasuke que ya estaban a punto de llegar a la casa de campo y el Uchiha menor vislumbró a sus sobrinas moverse en sus asientos con alegría. Después echó un vistazo por el espejo retrovisor para ver cómo Daisuke por fin se quedaba tranquilo. Intercambió miradas con Sakura, igual a la que hacía cuando se proponían tener intimidad e inquirió:

- ¿Cuándo tendremos un segundo hijo?

- Bueno… creo que eso ocurrirá dentro de algunos meses.- respondió la pelirrosa tocándose su plano estómago.

- Te amo.- le susurró Sasuke sonriendo.

- Yo también.- correspondió Sakura besándolo.

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Y con esto concluye mi primer fanfic largo de Naruto. Me gustaría muchísimo saber sus opiniones y las reacciones que tuvieron a lo largo de la publicación de esta linda historia de amor, en serio no me importa si hacen posts de más de cien renglones, adoro leérmelos todos y cada uno de ellos.

Ahora, les contaré como fue que nació "Quédate Conmigo" y todo lo que pasé mientras llevaba este proyecto a cabo de la forma más resumida posible.

"La idea se me ocurrió mientras estaba dizque rezando en una iglesia por la boda de la hermana de una amiga y, como no soy católica, abrí un ojo disimuladamente para ver a los novios y me imagine lo emocionante que sería ver a Sasuke casarse… pero ¿con quien?

Entonces, la primera candidata fue mi personaje original Kaoru Kanzaki (la que aparece en el capítulo de la graduación tomando las fotos). Esa misma noche en la recepción, tomé unas cuantas servilletas de la mesa y aprovechaba cualquier distracción de mi amiga para escribir. Primero empecé haciendo diálogos a lo menso y en mi casa los estructuré de forma parecida a los libretos de una película. Así lo continué durante una semana hasta que tuve el script de los primeros ocho capítulos. Fue entonces que el cerebro se me secó y pensé que con eso tendría para un par de meses en lo que encontraba nueva inspiración. De inmediato me di a la tarea de hacer los episodios de forma normal y los publiqué primero en bajo el nombre de "Stand by Me"… ¡Oh decepción! Tuve éxito nulo porque no muchos se atrevieron a leerlo y apenas me dejaron 2 reviews en toda la maldita historia. Solté la pluma por tres días sin hacer nada de nada.

Con nuevos ánimos, releí la historia y me pregunté que era lo que había fallado… rápidamente caí en la cuenta de que Kaoru, mi Kaoru-chan tenía la culpa. Desgraciadamente los personajes originales no llaman mucho la atención y con todo el dolor del mundo decidí sustituir a Kaoru por Sakura, y fue entonces cuando surgió "Quédate Conmigo". Volví a intentarlo y publiqué esta versión modificada en ¡y a las primeras dos horas ya tenía 3 reviews! No saben lo mucho que me jodió eso porque a mí no me gusta el SasuSaku, pero también me hizo ganar confianza en que mis escritos no apestaban como yo creía.

Así le continué y no fue sino hasta tres meses más tarde que me atreví a traer este fanfic a Foros DZ y fue cuando los conocí a ustedes mis queridísimos lectores (as). Tal vez no haga demasiada falta decirlo, pero me quedaba encantada con los comentarios que me dejaban y eso me inspiraba a escribir. Hubo una ocasión en la que me atoré por un mes y estaba desesperada porque pensé que esta historia quedaría incompleta como otras en mis labores pasadas, pero la insistencia de los fans por que lo terminara me hizo mirar telenovelas y películas de amor a morir. Con eso recobré la iluminación y continué escribiendo y escribiendo y escribiendo hasta que llegamos a esta parte mi gente bonita. Si no hubieran suplicado y ovacionado, "Quédate Conmigo" habría permanecido en un rincón acumulando tierra y arañitas. Afortunadamente, no fue así.

No me queda más que darles las gracias a todos ustedes por su infinito apoyo, su preferencia y sus palabras de aliento. Unos me han dicho que si tantas ganas tengo de retribuirles todo, que me ponga a escribir otra historia y yo encantada de la vida me doy unas semanas sabáticas para encontrar otro fanfic que les pueda gustar. Tal vez este también sea un SasuSaku porque aún cuando todavía sigue sin gustarme esta pareja, ya me he acostumbrado a ella. Los que gusten que les avisen cuando la tenga lista, no tienen más que decirlo y yo con gusto se los anuncio. De nuevo, ¡¡muchas gracias a todos los que me siguieron fielmente!!"

Firey Girl Out.