-"…"-Arte escrito por mi

Nuestra Felicidad ¿En Peligro?

Había intentado por varios minutos y con todas sus fuerzas calmar los apresurados latidos de su corazón pero simplemente no había podido, comenzó a correr tratando de alcanzar al muchacho, porque necesitaba respuestas, verdaderas respuestas. Dio vuelta a uno de los pasillos y chocó contra alguien, cayó al suelo y con la misma se levantó a prisa.

-"Lo siento, lo siento"-se disculpó, continuando con su apresurada carrera; vio al muchacho entrar a una habitación un tanto distante y se apuró hasta llegar, entró y cerró la puerta tras ella, colocando el seguro, no le dejaría escapar; más cuando se dio la vuelta, notó que la habitación estaba aparentemente vacía –"Pero si lo vi entrar aquí"-pensó, recorriendo con la mirada una vez más, toda la habitación.

Entonces escuchó ruidos provenientes de lo que debía de ser el baño de la habitación, sonaba como alguien ahogándose… o más bien, devolviendo el estomago, con mucho afán, aparentemente. Pero no le importó, cerró ambas manos en puños y caminó hasta la puerta del sanitario pateándola para abrirla y captando al muchacho en plena faena.

-"Explícate ahora mismo"-demandó, frunciendo el ceño y mirándolo sin piedad alguna.

Pero como respuesta solo consiguió que el muchacho siguiera en lo suyo, ¿Necesitaba sacar tanto? Hanna lo estaba dudando, bastaba ver lo delgado y pálido que era el chico como para saber que su estomago no debía de contener muchos alimentos que se dijese pero… pero ese no era le punto.

-"Deja eso ya y habla de una maldita vez"-masculló.

-"Mejor vete a disfrutar de tu tiempo"-murmuró con voz cansada el chico, antes de seguir con sus propios asuntos.

-"No, hasta que no me des respuestas"-contradijo, cruzándose de brazos y moviendo su pie impacientemente.

-"Llamaré a seguridad"-advirtió, la verdad era que no tenía gana alguna de aguantar a una chica como aquella, o más bien, a alguien en la situación en la que ella se encontraba, con su vida pendiendo de un hilo, un hilo que a él le habían ordenado cortar.

-"Llamaré a la policía"-contestó ella, vaya, debió suponerlo.

-"Bien… pero después me dejarás en paz"-accedió al fin, le jaló a la palanca del escusado y se sentó con la espalda contra la pared, abrazando sus piernas y sintiendo la mirada expectante de ella –"Se supone que tu ya estabas fuera del juego, al igual que tu hermano el emo, entonces solo quedaban tu hermano el "Yo lo puedo todo solo" y su doctorcito, me pagaron para sacarlos del camino… agradezcan, pensaba hacerlo rápido, sin dolor, no como la que le espera al buen Li, pero… ese no es el punto, yo… ya no quise hacerlo, no más"-ocultó la cabeza contra sus rodillas, porque le dolía y porque las nauseas volvían, además, con eso debía de ser suficiente como para que la "Princesa" Darko estuviera contenta.

-"Tú… por un momento pensaste en hacer daño a mi familia… maldito"-murmuró, no podía con su rabia, por más desvalido que se viera el sujeto, ella simplemente quería molerlo a golpes y… -"Ya veo, como te negaste, a quien quisieron mandar al otro mundo fue a ti ¿no?"-retó, sonriendo con burla y arrogancia.

-"Equivocada, estas me las hice yo"-contestó, enseñando apenas sus manos con ambas muñecas vendadas. –"Lo dije antes, ya no quería más esa vida"-agregó, la sensación de mareo y nauseas no se iba, de hecho, estaba pensando seriamente en seguir con lo que estaba haciendo antes de que ella llegara –"Ya vete, te di lo que querías así que déjame solo"-se movió apenas solo para volver donde su más reciente amigo, el escusado, estaba decidido, seguiría ahí hasta que las nauseas se fueran o simplemente, desmayara, o lo que pasara primero, le daba igual.

-"¿Quién te contrató?"-lo había pensado antes, hacer caso, dejar al maldito idiota en paz pero, la incertidumbre por saber quién era quién iba tras su familia le iba a poder más.

-"Deberías saberlo, tu también fuiste uno de sus juguetes pero, aparentemente lo que hiciste no fue suficiente porque aun va a deshacerse del heredero Li, y también enviará a otra persona tras los Darko, mejor sería que tomes precauciones en vez de seguir aquí viéndome sacar las tripas"-murmuró, al menos su conciencia estaba mejor porque había advertido del peligro a una de esas personas inocentes que no merecían ser dañadas, un acto bueno después de todo lo que había hecho, estaba bien.

-"Ese maldito desgraciado…"-la oyó murmurar, sintió el momento en que ella se daba la vuelta y salía apresurada de ahí, dejándolo por fin solo, eso… justo lo que quería, estar solo.

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Tenía muchas cosas por hacer, pero de todas ellas, no estaba llamar a la policía, ¿Qué se suponía iba a decir? No podía simplemente ir y decir "Hola, en el hospital un suicida me ha dicho que cierto hombre quiere matarnos a mí, a mi familia y a Li Syaoran" porque era más que seguro que la mandaran a un asilo para locos.

Volvió a prisa a su habitación, sacó su teléfono móvil y volvió a salir de la habitación, teniendo en cuenta que Syaoran aun debía de andar por ahí con la doctora, solo le quedaba buscarlo y rogar porque la escuchara; mientras buscaba, abrió su móvil y picó a la tecla de marcado rápido tratando de localizar a su hermano, un timbre… dos… tres… y… solo entró el buzón de voz…

-"Hola… Nii-sama, escucha con atención, ve a tu departamento, toma a Lex y todo lo que puedan, salgan ambos de ahí, vayan a Londres con madre y reúnan al resto de la familia… antes de que siquiera lo pienses, no estoy loca, solo haz lo que te digo sin preguntar, solo hazlo, por favor…"-dejó su mensaje, deseando fervientemente que su hermano estuviera bien y que lo escuchara a tiempo, mientras tanto siguió buscando a Syaoran, después le quedaría asegurarse de que Elliot estuviera bien.

Regresó al sitio donde había visto por última vez al par de castaños pero ya ninguno de los dos estaba ahí; tal vez las demás personas en el hospital debían de verla como una loca por andar correteando por ahí buscando y buscando, pero en realidad en esos momentos no le importaba. Picó al botón del elevador y trató de esperar, pero la impaciencia le estaba ganando porque… nada le aseguraba que algo fuera a pasar ese preciso día pero, era mejor que tomaran sus precauciones desde ya ¿Qué no?

Desesperada e impaciente dio media vuelta y corrió rumbo a las escaleras bajando apurada y recorriendo piso tras piso hasta que por fin divisó la cabellera castaña dorada de la doctora Kinomoto pero… estaba sola.

-"¡Doctora Kinomoto!"-llegó hasta la aludida y frenó de golpe, inclinándose sobre sus rodillas tratando de recuperar el aliento.

-"Darko-san, no debería de ir corriendo por ahí, debería de descansar"-musitó Sakura, sonriéndole leve y amablemente.

-"¿Dónde… dónde está Li?"-preguntó, tratando de calmar su respiración.

-"Syaoran-kun se ha ido ya"-contestó la castaña, esta vez sin sonrisa, seguramente debía de creer que ella estaba buscando al castaño por otra razón.

-"Mira… no es lo que crees, en realidad no me interesa en lo absoluto"-dijo, después de soltar un desanimado suspiro –"Es solo que se trata de una cuestión de vida o muerte ¿ok? Él… él está en peligro"-explicó, impacientándose cada vez más.

-"Acaba de irse, debe de estar en el estacionamiento"-dijo Sakura después de unos instantes, observando la expresión desesperada y preocupada en el rostro de la joven pelirroja.

-"Gracias, gracias"-alcanzó a decir, luego simplemente se dio la vuelta y emprendió de nuevo la carrera.

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Bueno, sobraba decir que estaba de mal humor, por… por las estupideces que le había dejado cierta hermana suya en el buzón de voz de su móvil; razón por la cual en esos momentos estaba entrando a la habitación 313 buscándola pero, no había ni rastro de ella, ni hablar, tendría que buscarla por todo el hospital. Salió de ahí y se dirigió a abordar el elevador más cercano; un par de pisos más abajo, las puertas se abrieron y al asomar pilló a su hermana por el pasillo en plena carrera, fue hasta ella y la alcanzó de inmediato.

-"Haber, quiero oír tu buena explicación sobre cierto mensaje que me has dejado"-chistó, demostrando su mal humor, enarcando una ceja y frunciendo el ceño.

-"¿Por qué Kami-sama? ¿Por qué no me diste un hermano más comprensivo?"-se lamentó ella con verdadero pesar –"Pedazo de idiota, te dije claramente que hicieras lo que te pedí… en lugar de eso has dejado a mi valioso cuñado solo y en peligro"-le reprochó queriendo darle cuando menos un zape.

-"Mira, seguro te has pegado un buen golpe de nuevo porque nada está pasando"-replicó Joshua negando con la cabeza y revolviéndose su cabello un poco.

-"¡Solo hazme caso por una maldita vez en tu vida!"-exclamó Hanna reemprendiendo su carrera y antes de que su hermano la alcanzara de nuevo, corrió escaleras abajo, tan solo estaba a 2 pisos del estacionamiento y no pensaba detenerse.

Joshua suspiró hondamente, su hermana a veces realmente conseguía sacarlo de quicio, metió sus manos a los bolsillos de sus pantalones y mejor optó por deambular por el hospital con tal de despejar su mente de las locuras del día.

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Cuando por fin distinguió la puerta que llevaba al estacionamiento, la mirada se le iluminó y al llegar empujó con fuerza para abrirla y atravesar corriendo captando el momento en que Syaoran salía con su auto del espacio en el que este estaba antes aparcado. Corrió más a prisa tratando de alcanzarle.

-"¡¡Syaoran, Syaoran espera!!"-gritó, por un momento el auto pareció detenerse pero al siguiente aumento la velocidad mientras ella seguía corriendo para alcanzarlo hasta que finalmente salió del estacionamiento, entonces ella detuvo su carrera –"¡¡Tonto, tonto, eres un tonto odioso Syaoran!!"-le gritó a la nada tratando de recuperar el aliento.

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De alguna forma había terminado en el último piso del hospital, aunque no era la primera vez que estaba ahí, esta se sentía algo diferente, durante los pasados 5 años había estado incontables veces en aquella zona, de hecho, durante el último año aquello había incrementado, y eso porque sabía que en ese piso se encontraba la escalera que daba a la azotea, uno de sus lugares favoritos en el hospital, uno en el que podía relajarse y despejar su mente, uno en el que…

De pronto sus ojos captaron de reojo un vistazo de una cabellera roja, tan roja como la propia, junto con ella una silueta bastante conocida; creyendo aquello un espejismo y queriendo deshacer la ilusión corrió en aquella dirección, más al dar vuelta al pasillo la ilusión se volvió mayor, porque según él no había modo alguno de que aquello fuera cierto, porque no había modo de que estuviese contemplando a su hermano menor ahí de pie y observando todo con una curiosidad casi felina. Se acercó aprisa y alargó su brazo con tal de tocar aquello irreal y que desapareciera, pero antes de que su mano alcanzara su objetivo, el espejismo se volvió hacia él, observándolo con unos enormes y profundos ojos obsidianas casi sin brillo.

-"¿Quién eres y por qué me miras así?"-preguntó una voz que casi había olvidado por completo.

-"¿Disculpa?"-fue lo único que logró decir.

-"Mi miras como si fuese un fantasma o algo parecido"-explicó sin siquiera apartar en lo más mínimo sus ojos de él.

-"Es que eres un fantasma, uno que me atormenta a cada momento"-contestó sin apartar tampoco la mirada, creyendo que si lo hacía entonces definitivamente aquello dejaría de estar ahí.

-"¿Yo hago eso?"-preguntó curioso, ladeando la cabeza en un gesto de inocencia pura –"No lo creo, ni siquiera sé quién soy"-dijo contestando a su propia pregunta y negando levemente con la cabeza –"¿Acaso tu si lo sabes?"-cuestionó, sus orbes color obsidiana mostraban aun más curiosidad, una ingenua, pura y genuina curiosidad pero, además de ello, un creciente anhelo por saber.

-"Elliot…"-musitó en un susurro; lo siguiente de lo que fue consciente era de que lo había jalado y ahora lo abrazaba con fuerza no queriendo dejarlo ir, una de sus manos acariciaba los sedosos y tozudos cabellos rojizos del otro mientras que su otra mano lo retenía por la cintura.

-"¿Ese es mi nombre?"- cuestionó en voz baja –"La persona que me vio antes me llamó del mismo modo"-dijo, tanto para él como para Joshua que no se resistiera al abrazo era extraño, para él porque de algún modo encontraba aquello extrañamente cómodo, cálido y familiar pero no sabía el porqué de ello, para Joshua, quien siempre había estado acostumbrado a que el otro peleara ante semejante muestra de afecto era algo realmente extraño, aun más cuando le oyó decir aquello de que alguien lo había visto antes y lo había reconocido.

-"¿Qué persona?"-preguntó un tanto serio, teniendo un mal presentimiento sobre aquello.

-"No sé quién era, era un muchacho de cabello albino y bonitos ojos del color del agua, estaba acompañado por un muchacho rubio, no sé porque pero… cuando me miraron de algún modo sentí que tenían miedo de mi pero… al verlos tampoco sé porque pero, me sentí muy triste, el corazón me dolía"-contestó, suspirando hondamente luego.

Para el mayor aquellas dos personas recién descritas le resultaban tremendamente conocidas, ambos habían sido los principales culpables de lo que a su hermano menor le había sucedido, y pensar que ellos lo habían visto primero le causó cierto enojo; decidió que en cuanto tuviera oportunidad llamaría al "albino" para recordarle que iba a matarlo si se acercaba de nuevo y que no quería verlo nunca más.

-"Dime… ¿Quién soy? ¿Quién eres?-pidió en un tono algo suplicante, entonces lo soltó y se apartó un poco para mirarlo fijamente a los ojos.

-"Elliot… soy tu hermano, Joshua, ¿no me reconoces?"-dijo lentamente mirándolo más. El otro muchacho lo recorrió de arriba abajo: analizándolo, para luego negar con la cabeza.

-"No… ¿Por qué estoy en un hospital? ¿Qué me pasó?"-preguntó mirando a todos sitios igual que si tratase de hallar una respuesta por su cuenta.

-"Eso también quiero saberlo… ven conmigo por favor"-ofreció su mano y aunque al principio el otro pareció dudar, al final aceptó.

Dejó que lo guiaran de vuelta a aquella habitación en donde había despertado, una vez ahí, como se sentía algo cansado, volvió a la cama, trepando con cuidado y acomodándose sobre la sábana y mirando en todo momento al extraño que decía ser su hermano.

Joshua por su parte si bien estaba el doble de feliz que antes por tener de vuelta a sus dos hermanos menores, aun estaba bastante preocupado por su reciente reencuentro con Elliot, pulsó el botón para llamar al médico y esperó, sin perder de vista a su hermano menor, aun aguardando el momento en que desapareciera mostrándole que aquello no era más que una ilusión.

Pero Elliot seguía ahí, incluso cuando para sorpresa del mayor, fue Kinomoto Toya quien ingresó a la habitación acompañado por un par de enfermeras, los tres habían mirado a Elliot con cierta sorpresa aunque después habían recuperado la compostura y al final Joshua se había mostrado molesto porque el Dr. Kinomoto lo había mandado fuera a pesar de que él se había negado una y otra vez.

Después de eso y conforme más pasaban los minutos, más ansioso se ponía ¿De verdad aquello estaba pasando? Se preguntó, la puerta se abrió entonces dando paso primero al par de enfermeras y luego al Dr. Kinomoto; no esperó más y se acercó de inmediato.

-"¿Cómo esta…?"-preguntó casi temiendo que Kinomoto le contestara con algo como "¿Cómo esta quién?".

-"Después de hacerle un rápido análisis debo decir que presenta un caso bastante serio de amnesia, parece no recordar nada sobre su persona o sobre su familia, aun así es capaz de desarrollar actividades practicas, además de eso, esta algo débil, aunque luego de memorizar su historial médico creo que eso es relativamente normal en él"-contestó luego de unos instantes en silencio.

-"¿Amnesia?"-repitió dudoso.

-"Podría ser un efecto secundario del coma inducido por las drogas o simplemente inconscientemente bloqueó todo recuerdo que no le fuera agradable"-explicó –"No sé si recuperará la memoria, por el momento solo puedo ordenar que le hagan estudios y lo mantengan en observación, por lo demás, será mejor no presionarlo demasiado"-agregó, luego sin esperar una respuesta o comentario se fue de ahí dejando al 2do de los hermanos Darko aun más preocupado que antes.

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Durante todo el camino a la empresa no pudo quitarse la imagen de ella corriendo tras su auto ¿Qué demonios quería ahora? ¿No ya había hecho suficiente? Por eso al final había optado por ignorarla por completo.

Después, al llegar, luego de estacionar su auto y bajar su portafolios, se dirigió a su antigua oficina, no pudo pasar por alto el hecho de que todos lo miraban de nuevo, con curiosidad, lástima o hasta cierto placer, pero para sorpresa de todos ellos, optó por sonreír ampliamente y continuar su camino, ya no tenía porque mostrar la patética cara que había mostrado tiempo atrás.

-"¿Li…?"-interrumpió la vocecita de Hiiraguizawa.

-"Dime…"-contestó volviéndose hacia él.

-"No, no es nada, solo estoy algo sorprendido de que estés aquí"-contestó sonriendo ligeramente.

-"No veo el porqué"-se limitó a decir siguiendo con su camino.

En lo que vino el resto de ese día, se la pasó revisando informes, cuentas, balances y demás papeles aunque no sirvió de mucho, suspiró algo cansado y miró descuidadamente toda la extensión de su oficina, su mirada se detuvo en la fotografía que aun seguía en el escritorio, la tomó entre sus manos y la miró unos momentos justo antes de arrojarla a la basura, ya no más, aquello se había acabado por fin.

Sacó su móvil entonces y decidió llamar a Sakura, aquello era mucho mejor que perderse en algún mal recuerdo; mientras marcaba los números observó a Tomoyo entrar con la que debía de ser su tercera taza de café en el día, le sonrió levemente como agradecimiento aunque su mejor amiga no pudo más que mirarlo extrañada ¿Tan raro se veía sonriendo? Nah, debían de ser tonterías de Tomoyo y Eriol decidió; del otro lado de la línea aun no había respuesta, hasta que por fin su llamada fue contestada.

-"¿Moshi moshi?"- musitó la vocecita de Sakura, ligera, suave y dulce, haciéndolo sonreír más.

-"Hola… soy yo ¿Recuerdas lo de nuestra cena?"-contestó sonriendo un tanto más y notando como la mirada de Tomoyo se clavaba en él.

-"Etto… claro"-su respuesta fue algo dudosa y tímida y hasta le pareció imaginársela sonrojándose, aquello sin duda hacia que su sonrisa no pudiera borrarse de su rostro.

-"Estaba pensado que… antes de eso podríamos pasar el día juntos"-propuso, entreteniéndose mientras jugando con un bolígrafo.

-"Yo… creo que eso estaría bien"-contestó en ese mismo tono dulce que al joven castaño tanto le estaba encantando.

-"Bien… ¿A dónde te gustaría ir?"-preguntó, sintiendo cada vez más que la mirada de Tomoyo no se apartaba en lo absoluto de él.

-"Etto… yo… el parque de diversiones"-murmuró, haciéndolo sonreír más, por la forma en que ella había contestado, estaba casi seguro de que ahora el sonrojo en sus mejillas debería de ser bastante notorio.

-"Bien, pasaré por ti al medio día el domingo"-con el bolígrafo trazaba garabatos sobre una hoja, sonriendo tonta, feliz y enamoradamente.

-"Yo… te estaré esperando"-contestó tímidamente.

-"Estaré, no te preocupes, nos veremos y, Sakura… te quiero"-al decir aquello se sintió sonrojar pero eso no le impidió seguir sonriendo, estaba feliz, y aunque aun debía de luchar mucho por sacar a flote su empresa, al menos las cosas con el resto de su vida estaban saliendo bien.

-"Yo… yo también te quiero Syaoran-kun"-contestó ella tartamudeando y colgando después el teléfono.

-"¿Li-kun?"-llamó Tomoyo mirándolo con cierta curiosidad y algo de preocupación.

-"Estoy bien ahora"-contestó sonriéndole levemente, su mejor amiga tan solo suspiró y le sonrió de vuelta.

-"Me alegro mucho pero, recuerda que aun tenemos pendientes"-dijo Tomoyo sonriéndole un tanto más.

-"Gracias, lo sé, saldremos de esto de algún modo"-accedió continuando después con su trabajo.

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Después de su fracaso en lo de advertir a Syaoran del peligro terminó deambulando a lo tonto por el hospital, o eso hasta que su móvil comenzó a vibrar, lo sacó del bolsillo de sus shorts notando que era un mensaje de texto con su hermano mayor como remitente. Lo leyó y al ver su contenido de nuevo echó a correr temiendo que algo malo estuviera pasando, corrió lo más rápido que pudo, de vuelta al último piso, hasta la habitación de quien había sido su otro hermano mayor, empujó la puerta y sus ojos se abrieron sorprendidamente al ver a sus hermanos mayores hablando tranquilamente y sonriéndose levemente de vez en cuando.

Sintió que la visión se le nublaba por las lágrimas y se acercó lentamente a ellos temiendo que solo fuera un truco de su confusa mente.

-"Elliot, te presentó a nuestra hermana menor, Hanna"-dijo Joshua, volviéndose hacia ella al igual que el otro pelirrojo, ambos mirándola, analizándola.

-"Nii-sama…"-logró decir ella conteniendo un poco su llanto.

-"Nee-chan, ya no llores, te ves terrible cuando haces eso y vas a asustar a Elliot Nii-san"-contestó Joshua sonriéndole.

Pero ella solo lo ignoró y corrió a abrazar a su otro hermano, después de tantos años de creer que lo había perdido, ahora él estaba de vuelta y ya no le importaba nada más en ese momento.

-"Elliot Nii-san, te extrañé mucho, no vuelvas a dejarnos así"-dijo tratando al menos de dejar de llorar.

-"Etto… está bien, me quedaré con ustedes así que ya no llores"-musitó tocando ligeramente el cabello de ella –"Pero… a cambio, me gustaría que me ayudaran a recordar"-agregó, mostrando una expresión algo preocupada.

-"¿Hoe?"-

-"Hanna Nee-chan, hay algo que debes saber, Elliot Nii-san tiene amnesia y no nos recuerda en lo absoluto ni tampoco lo que le pasó"-explicó Joshua, los tres se miraron con cierta tristeza, más Hanna y Joshua, porque en el fondo no deseaban que su hermano recordara la razón por la que estaba en ese hospital.

-"Bueno, no te preocupes Elliot Nii-san, Hanna Nee-chan te ayudará"-contestó ella forzando una sonrisa y limpiando sus lágrimas para luego separarse de su hermano y sentarse entre ambos tomándolos de la mano,

Porque no quería que de nuevo estuvieran separados, más aun, porque la sola idea de perderlos le aterraba, ya que al menos para ella, su familia era lo más importante y no deseaba dejarlos ir por nada.

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Dormía tan profunda y tranquilamente en esos momentos, no recordaba la última vez que había dormido tanto, aquello le era por demás agradable, y tener el pequeño cuerpecito de su mascota entre sus brazos haciéndole compañía hacía aquello aun mejor, aunque por supuesto, estaba algo ansioso por volver al trabajo, porque después de todo, amaba trabajar en el hospital y lo consideraba parte importante de su vida.

Pero precisamente porque dormía jamás se dio cuenta del momento en que 4 personas ingresaron a su departamento, 4 personas contratadas con un solo fin y que estaban a punto de llevarlo a cabo con éxito, o al menos ese era el plan hasta que uno de ellos accidentalmente tiró uno de los porta retratos sobre el escritorio frente a la cama haciéndolo despertar por el ruido.

Se frotó los ojos y miró a su alrededor advirtiendo la compañía desconocida y casi palpando al instante el peligro, agradeció en esos momentos estar propiamente vestido y sin más bajó de la cama a prisa, optando por hacer lo más inteligente según él en esos momentos y que fue echar a correr siendo seguido de cerca por su felina mascota rubio rojiza.

Aunque la mala suerte quiso que su carrera durara poco porque uno de los desconocidos lo tomó del brazo con fuerza haciéndolo frenar y comenzar al instante a forcejear para soltarse.

-"¡¡¡Déjeme ir, salgan de mi casa!!!-gritó aun luchando por zafarse aunque de poco estaba sirviendo y además ninguno de los extraños se había dignado a obedecer o contestar siquiera.

Pero Alexis estaba determinado a no dejar que aquello que sospechaba querían que sucediera, pasase por eso seguía luchando; su mascota dejó salir un gruñido de alerta y después oyó a uno de los extraños quejarse y el sonido de algo siendo golpeado, se detuvo tan solo para ver que había sido aquello tan solo para encontrar a su gato en el suelo sin moverse.

-"¡¡No, Chatrán!!"-chilló llamando al felino pero este no se movió haciéndole sentir latentes deseos por llorar y entonces reemprendió la lucha por zafarse.

-"Ya quédate quieto doctorcito"-le ordenó otro de los extraños pero obviamente ignoró aquello y siguió luchando casi maldiciendo su tamaño y su debilidad.

-"¡¡No, ya suélteme!!"-gritó como respuesta.

Alguien lo sujeto desde atrás por la cintura haciéndolo temer por su vida y que luchara con más ganas sin ver en realidad a donde dirigía sus puños o sus patadas hasta que sintió una certera y fuerte bofetada que le hizo percibir un sabor metálico en la boca, seguramente proveniente de su labio, más a pesar de estar aturdido siguió forcejeando.

-"Ponle ya la maldita droga, está causando muchos problemas"-otra voz dijo, ¿droga? No, no podía permitir de ningún modo que las cosas siguieran igual…

-"¿Qué? ¡¡No!!"-replicó comprendiendo que probablemente había fallado en su intento de defenderse y defender su hogar.

Y aunque siguió luchando no pasó mucho antes de lo obligaran a oler una sustancia fuerte en un trapo, en sus últimos momentos de conciencia comprendió que aquellas personas sabían perfectamente lo que estaban haciendo porque de otro modo no habrían colocado tanto de aquella droga para dormirlo, obviamente eran personas que sabían que él había desarrollado tolerancia a esas sustancias y por eso le habían aplicado una dosis más fuerte de lo común.

Pronto todo fue negro para él, por eso nunca se percató del momento en que lo sacaron de su departamento ni mucho menos se dio cuenta de que entre su lucha y forcejeo había perdido algo de suma importancia para él.

Aquel departamento ahora estaba vació y lo único que había quedado de la presencia de Alexis Mattews había sido una sortija de oro blanco con una esmeralda tirada junto a un portarretratos roto y felino lastimado.

Fin del capítulo XIII

Haber, primero que nada lamento un buen mi demora, realmente no era mi intención, nunca lo es de hecho, pero con todos mis exámenes de la universidad y problemas tanto en mi familia como en la familia Darko además de otras situaciones, de algún modo mi musa huyó despavoridamente y no quería salir, por lo cual, de la semana en que publiqué el capitulo anterior hasta hoy, solo llevaba 4 páginas pero, ayer, una linda chica que sigue esta historia me ayudó a levantar el ánimo eso y un review que me llegó esta semana además de un mensaje dejado en mi MSN

Así pues, ya sé que en este capítulo no hubo prácticamente nada de SxS pero, ya lo había comentado, que no me puedo centrar solo en ellos porque para contar toda la historia necesito contar también lo que sucedió con los demás personajes, siendo así al menos pude complacerls con que el par de castañitos hayan acordado su primera cita formal y, también los demás aunque parecía que por fin iban a tener un momento de felicidad, ya ven que no duró, no, no soy mala, es solo que a veces mi inspiración domina y mejor la dejo trabajar.

Con esto entonces al menos uno de los objetivos que me propuse al iniciar esta historia va a ser por fin resuelto, y eso era darle un final merecido a uno de mis más queridos personajes, porque Elliot merecía un final y no lo que sucedió con él en noviembre pasado debido a la en envidia de ciertas personas. Por otro lado, debo decir que no soy muy afecta a los finales felices pero, esta vez estoy determinada a ello, si, lo admito de una buena vez, los chicos sufrirán pero al final valdrá la pena.

Así pues, agradezco sus reviews y apoyo a:

Lara-chan no kajitsu: Nueva lectora, me alegra que te encante el fic, en realidad no creí que fuera dulce y lindo pero luego de releerlo veo que si, no es que Hanna haga de las suyas, es que una tiene que hacer a veces lo que tiene que hacer, gracias por decir que es interesante y espero te guste este capítulo n.n; Ely-Destiny: Si, me gustan, me encantan de hecho n.n descuida, yo igual soy nocturna, escribo más por la noche y la madrugada que de día, aun estoy meditando lo de los lemmons, de ley aviso que nunca he escrito uno tal cual pero, si he leído bastantes, de todos tipos, excepto Yuri claro esta Etto… a Hanna no le gustan los fotógrafos, como podrás haber notado en este capítulo, además, no es como que Akira sea un fotógrafo, solo fue una fachada suya más y gracias por el mensaje en el MSN pero, si a tus amigas también les gusta el fic, por favor que igual dejen reviews, es que soy un monstruo come reviews bueno, nos leemos en el próximo, espero que esta vez sí salga pronto . Yusi-chan: Disculpa, es que no recuerdo quien eras de acá y para no equivocarme mejor te llamo del otro modo, muchas gracias por el apoyo de ayer me fuiste de mucha ayuda, sigue leyendo y dejando reviews, nos leemos luego en el MSN ¿vale?

Esperando que les haya gustado el capitulo y agradeciendo también a mi hermano por regalarme los CDs de Yui Makino que resultaron dándome el empujón final a mi inspiración, me despido, nos leemos la próxima vez y por favor, recuerden, 5 reviews mínimo por fis, por fis nOn

Atte. Hanna H. Darko