Capítulo XV
by Jenny Acthenz

"Sé que no puedo volar, pero hay alguien que me hace sentir que lo puedo hacer, y esa persona eres tú." Anónimo.

Al fin tú y yo…

Toda aquella época de destrucción -por llamarla de algún modo- estaba por terminar, con tan sólo echar un vistazo alrededor se veía un campo básicamente sin vida a excepción de unas cuantas flores que crecían cerca de la cueva. Todo era silencio en ese momento, parecía que todo se había apagado que se había detenido, el viento soplaba con abrumadora calma y el sol se ocultaba detrás de enormes nubes oscuras que cada vez se apoderaban más del anterior cielo azul.

Sesshoumaru podía verlo desde dentro de la cueva, ya que exactamente arriba de donde se encontraba Kagome con la perla, ahí arria había un agujero que dejaba ver claramente el avance de las nubes. Veía apaciblemente como la oscuridad intentaba apoderarse de todo, tan sólo ahí en ese sitio había un destello de luz, un destello que antes no estaba por lo que éste quiso pensar que se trataba de ella.

Cerró los ojos durante un segundo y al abrirlos nuevamente ya se encontraba sentado en las raíces de un árbol, viendo como esa niña, Rin, corría detrás de Jacken intentando ponerle una corona de flores, volvió a parpadear pero permanecía en el mismo sitio como era de esperarse aunque en el fondo de su ser y de su cabeza sabía que algo hacia falta en aquélla escena, no obstante decidió no darle importancia poniéndose de pie dejó a Jacken a cargo para luego desaparecer entre el bosque, caminaba tranquilamente pero aquélla sensación de ausencia no lo abandonaba sintiéndose un tanto intranquilo, ahora corría por el bosque intentando despejar su mente y aquél instante algo llamó su atención, era claramente el olor de Naraku, una peste como esa era difícil de ignorar, y sin percatarse aquélla ausencia lo abandonó aunque pronto se daría cuenta de que encontraría lo que le faltaba.

Seguía corriendo hacia el lugar de donde se despedía todo aquél nauseabundo olor, no fue difícil pues en cuestión de minutos ya había llegado al lugar donde momentos después llegó su medio hermano, Inuyasha, junto con todo aquél grupo de humanos.

De pronto un aroma le resultó familiar y al voltear a ver se encontró con la achocolatada mirada de aquélla extraña sacerdotisa, la observó durante un momento más y se dio cuenta de que aquél aroma tan familiar y que le erizaba la piel pertenecía a esa chiquilla de ropas extrañas, algo molesto e irritado volvió la mirada hacia Naraku quien ya era atacado por Inuyasha.

Cerró los ojos y aquélla sensación se desvaneció un poco aunque no desaparecía del todo, aún así intentó concentrarse en atacar a Naraku, aunque parecía que sería fácil terminar con él, al fin habían podido encontrarlo en ese instante en el que pierde sus poderes sobrenaturales, estaba en clara desventaja pero no era sabio confiarse demasiado.

En medio de la pelea la sacerdotisa de barro había sido sorprendida por Naraku quien la tenía en una de sus garras lista para matarla, Inuyasha atacaba como demente intentando llegar hasta la sacerdotisa, mientras tanto la chiquilla se defendía como podía de los monstruos que atacaban desde el cielo, los otros humanos peleaban con avidez.

Sin embargo eran demasiados los monstruos y los dos humanos -la exterminadora y el monje- se encontraban exhaustos, malheridos y al límite de sus fuerzas, ya no les era posible seguir peleando por lo que el pequeño kitsune hizo un campo de fuerza en donde estos se refugiaron hasta recuperar fuerzas. Ya sólo quedaban ellos dos -Sesshoumaru e Inuyasha- y la sacerdotisa. Naraku aprovechaba la desesperación de Inuyasha para maquinar un plan distinto a lo que tenía planeado, a Naraku siempre le ha encantado jugar con sus oponentes y que mejor lastimando a alguien más, mientras Inuyasha intentaba liberar a Kikyo, Naraku lanzó su ataque e Inuyasha se quedó estupefacto ante el inminente ataque.

Inuyasha se quedó de piedra al comprender que aquél ataque no iba para Kikyo sino para Kagome, volvió la mirada completamente horrorizada hacia donde se escuchó el grito ahogado de Kagome, sin embargo lo que vio lo dejó confuso aunque inmensamente agradecido.

Allí ante la sorpresa de todos, se encontraba Sesshoumaru frente a Kagome gracias al campo de fuerza de su espada había podido proteger a Kagome. Inuyasha seguía sin entender bien que es lo que había ocurrido, según recordaba Sesshoumaru se encontraba aún más lejos de Kagome que él, y aún así había llegado a tiempo. Naraku había soltado a Kikyo, tan sólo la había utilizado de carnada...

Al ver entonces que las dos estaban a salvo atacó por detrás a Naraku quien no tuvo tiempo de esquivarlo quedando algo destrozado.

Mientras tanto Kagome aún veía a su salvador, a Sesshoumaru, y una sensación familiar hizo que se le detuviera el corazón, algo dentro de su cabeza decía que había algo que había olvidado y que era hora de recordarlo, Sesshoumaru volteó un poco y dijo con tono sereno "¿Estás bien?", Kagome no creía que le estuviera preguntando eso y movió la cabeza diciendo que sí, un momento después Sesshoumaru se había ido contra Naraku.

Luego de eso todo pasó tan rápido, que realmente aún no terminaba de procesar el hecho de que habían logrado derrotar a Naraku, había sido un golpe de lleno hacia él, Inuyasha, Sesshoumaru, Kikyo y ella, quienes habían logrado finalmente la proeza de acabar con Naraku.

Habían pasado días, quizá semanas de eso, ahora nos encontrábamos en la aldea de la anciana Kaede, ya no había nada que hacer, ya habíamos utilizado la perla de Shikon y ahora tanto Kohaku como Kikyo se encontraban vivos, aunque esta última estaba aún un poco debilitada por la batalla.

Todos se me quedaban viendo con algo así como pena, aunque yo ya les había dicho que estaba bien, que no importaba que lo entendía; aunque quizá no estuvieran muy convencidos por el hecho de que cada vez que podía iba a dar una vuelta por el bosque y cuando me hablaban me encontraban distraída, aunque no era por Inuyasha, en absoluto, me alegraba ver que al fin Inuyasha podría estar con Kikyo, yo en cambio cada día salía al bosque en busca de algo específico más bien de alguien... de Sesshoumaru.

Desde aquél momento de la pelea había empezado a recordar lo que había pasado y ahora planeaba encontrarlo, ya que guardaba la esperanza de que él también lo recordara. Era por eso que todo el tiempo estaba atenta a cualquier indicio que le indicara que podía estar por los alrededores.

Ya era mediodía y ella iba llegando de casa, de mi época, me quedó observando como las copas de los árboles se movían suavemente junto al viento, y entonces algo me instó a volver la mirada hacia su izquierda, esa boca, ese rostro, era él... en verdad era él, me quedé en aquél sitio sin saber que hacer, me observaba con penetrante mirada y de la nada una mueca de sonrisa apareció en su rostro, sonreí automáticamente, tomé aliento mientras veía como él extendía su mano, en ese momento sentí como si algo en mi interior estañara... como si toda mi sangre hirviera, sentía como mis mejillas se encendían de un color carmesí, corría hacia él y lo abrasé lo más fuerte que pude, al fin estábamos juntos y sabía que tal como yo él tampoco me dejaría ir.

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Hola!! bueno me da muchísimo gusto escribir al fin esto xD!, jajajajaja ciertamente pensé que jamás terminaría de escribir este fanfic, pero por fin he aquí el final de todo este embrollo xD!.

Sinceramente espero que les haya gustado todo el fanfic, o al menos la mayor parte de él, agradezco muchísimo su apoyo, sus reviews son los que me hacen seguir escribiendo, se los agradezco, y espero que pasen un feliz año nuevo.

P.D.: Por favor, podrían mandarme sus comentarios sobre que les pareció el fanfic en general, se los agradeceré… gracias!!.