NOTA DE AUTORA: Hola a todos!! Bueno, después de un largo receso de no escribir nada nuevo aquí me tienen con una historia relativamente nueva. Y digo relativamente porque… aunque es un original, está basado en una historia también de mi autoría llamada "I Will". Por ahí en algún momento, alguno de ustedes picó en mi el gusanito de saber qué habría pasado si los lugares hubieran sido a la inversa en aquella historia y aquí me tienen investigándolo. Espero que me acompañen en este proyecto. Besos a Todos!!


CONTIGO

CAPÍTULO 1

Dentro de su cabeza solo había valor, levantar la mirada y enfrentar sin miedo aquello que le aterrorizaba y que le hacía sentir cada vez más fuera del mundo. Había gritos, había movimiento. Su cuerpo se levantó del suelo. Creía sentir dolor pero ni siquiera de eso tenía seguridad. Su vida se agotaba mientras era arrancada con sinistros sorbos. Lo vio pasar todo… sintió mas que nunca sus ausencias, sus tristezas, sus errores… su corazón vomitó sin reservas todo lo que había dentro justo antes de perderse…

Las manos de Harry temblaban presa de pánico. La Señora Weasley corría y gritaba desesperada hacia su hijo después de correr con un fulminante hechizo al último mortífago que quedaba mientras otros miembros de la Orden hacían actuar a sus patronus tratando de alejar a aquella apabullante cantidad de dementores.

Nadie habría imaginado que serían cercados de esa forma y en un momento y lugar tan imprevisto, pero con un ataque comandado por Bellatrix Lestrange cualquier cosa podía suceder. Incluso que se hiciera acompañar por la mitad de los dementores de Azcaban… Ninguno de los miembros de la Orden parecía comprender aún qué era lo que había sucedido, apenas eran capaces de verificar si conservaban su propia vida.

Pero una madre, una madre no puede evitar vigilar a aquellos quienes ella cree que aún dependen de ella. Harry también vio algo entre el caos, lo suficiente para mandar a su gran ciervo en auxilio. Pero había sido tarde. Mortífagos y dementores solo hacían ataques cobardes.

Trataron de moverse lo más rápido posible, el lugar seguro más cercano era La Madriguera y nadie pensó en otro en ese momento. Al menos ahí estaba Arthur con Ginny y los gemelos creyéndose seguros. Había que advertirlos y… encontrar ayuda.

Arthur y Ginny se encontraban sentados en la sala; él observando mapas y ella con un libro en la mano mientras los gemelos husmeaban en las alacenas de la cocina. Los demás se habían ido a una excursión de rutina, no esperaban contratiempos.

De pronto, con un intenso zumbido apareció en medio de la pieza Molly Weasley abrazando un cuerpo entre sollozos con Bill detrás sosteniéndola a ella. Instantáneamente fueron apareciendo los demás para inmediatamente levantar del piso el cuerpo resquebrajado de Ron.

Todos querían levantarlo, Arthur se abalanzó sobre él con los ojos desorbitados antes de que pudieran hacerlo.

–¿Qué fue lo que pasó? Ron, hijo…

–¡Pronto, a mi recámara! – dijo Molly sin detenerse a las explicaciones pero tomándose de la mano fuertemente con su esposo.

A ellos los siguieron Alastor y Bill con la cara más pálida que Ginny había visto jamás. Ella había tratado de colarse para saber qué había sucedido pero Hermione la jaló del brazo e inesperadamente se vio abrazada por ella mientras sollozaba en su hombro. Ginny empezó a sentir que su sangre se diluía, de pronto su sangre era sólo agua que corría helada y sin sentido por su cuerpo. La mirada que Harry le dirigió la dejó petrificada… parecía atónito y devastado al mismo tiempo.

Ginny se soltó fríamente del abrazo de Hermione y con una mirada intensa buscó en la de su amiga, pero las manos de la castaña cubrían cualquier expresión, sus dedos temblaban. Entonces un minuto después entró Remus para finalmente decir por su boca las palabras que Ginny no había logrado escupir desde que se aparecieron todos ahí.

–Recibí el mensaje, ¿qué pasó?.

–¡Si, ¿qué diablos pasa?.! – dijo George quien tampoco parecía haber encontrado palabras antes.

–Se nos vinieron encima todos los Lestrange con un ejército de dementores. ¡Así, de la nada! No tengo idea de cómo nos encontraron.

–¡Por Merlin! ¿Hay alguien herido?

–Si- respondió Harry en apenas un susurro, –Ron.

–¿Qué es lo que le pasó? ¿qué le hicieron? – preguntó finalmente Ginny inquieta porque nadie decía realmente qué había pasado.

–Nadie lo sabe claramente. Eran tantos que apenas podíamos ver lo que teníamos enfrente.- respondió Tonks angustiada.

Harry movió la cabeza suavemente y bajó la cara con la mirada perdida. Ginny supo que él sí lo sabía, él sabía más. Todos los demás se quedaron en silencio pero ella fue con él discretamente y lo acercó a la ventana.

–Dime lo que sea Harry, por favor.

–No lo sé Ginny, no lo sé.

–Harry me estas asustando más, ¡dímelo!.

–Pasaron muchas cosas a la vez. Ron estaba a merced de esos perros… apenas me di cuenta mandé mi patronus pero… eran al menos 4 dementores y Rodolphus Lestrange.

–¿Crees que está grave?

Harry se mantuvo en silencio un momento, Ginny era una mujer muy sagaz y podría notar en su mirada que dolorosamente pensaba que no sobreviviría. Pero a Ginny el silencio y el desvío de su cara ya le había dicho mucho.

De pronto, un grito llamó la atención de todos.

–¡ROOONNN! Hijo…. ¡Noo, noooo, suéltenme!

Su mirada se disparó como una flecha hacia las escaleras y su cuerpo con ella. Ginny apenas si percibió que Remus había tratado de detenerla. Los gemelos venían varios pasos detrás. Ella empujó la puerta apenas llegar.

Su madre estaba echada sobre el cuerpo de Ron, mientras a ambos lados su padre y Bill trataban de levantarla de ambos brazos.

–¿Cuánto? ¿Cuánto tiempo?

–No lo sabemos Molly, no hay nada qué hacer.- respondió Alastor con seriedad.

–Noooo, nooo. ¡Mi hijo muerto en vida! ¡Pero esos perros pagarán esto aunque me cueste la vida!.

–Mamá… - Se acercó Ginny tentativa buscando con mirada ansiosa el cuerpo de Ron.

–Lo han dejado muerto en vida esos canallas. Esos malditos dementores, criaturas infernales, lo han exprimido hasta secarlo. No hemos podido hacer que vuelva…- decía Molly hasta interrumpirse ahogada por un sollozo.

Ginny había escuchado pero no creía entender bien lo que se decía y comenzaba a desesperarse. Ron debía estar vivo, sino habrían dicho que estaba muerto, pero ¿Qué significaba eso de "no hay nada qué hacer"?

–Debemos sanar primero sus fracturas y después… - sugirió indeciso Arthur buscando la mirada de Alastor.

–¿Mamá, tienes poción reparadora de huesos? – Preguntó Bill

–Noo, no. – Dijo Molly con lágrimas en los ojos poniéndose de pie al recordar que abrazar a su hijo con 2 costillas rotas podía ponerlo más delicado.

–¿Qué hacemos Ojoloco? – preguntó Bill preocupado mirando hacia la hinchadísima, amoratada y rota pierna de Ron.

–Esa poción tarda al menos 3 lunas. Ya no podremos hacerla. Pero… creo que Remus sabe una forma muggle para esto… aunque no sé qué tan efectiva sea.

Remus subió de inmediato y se encargó de vendar el abdomen de Ron y entablillarle la pierna izquierda. Parecía poca cosa simplemente vendarlo pero no podían hacer más. Cuando Remus terminó, Ginny continuaba cosiéndole algunas puntadas en una ceja.

–Molly, lamento mucho decirte esto pero estamos perdiendo tiempo. La Madriguera es ahora un lugar muy peligroso. Mataste a Rabastan y no tardarán en venir aquí, estoy seguro.

–No me moveré de él, esos malnacidos…

–Escucha Molly. Esto es realmente serio. Es seguro que ellos vendrán a buscarte aquí y arrasarán con lo que hallen a su paso. Tenemos que irnos todos de aquí y protegerte. – dijo Ojoloco con firmeza.

–Pero él…

–No creo que sea conveniente moverlo, Ojoloco.- dijo Bill.

–Podemos dejarlo protegido por un hechizo desilusionador y... no sé, después volver por él para llevarlo a… no sé…

–¡En el ático! – habló Ginny imprevistamente, a quien la mente parecía chispearle tan fuertemente que los destellos escapaban por sus ojos. –Yo me quedo con él. No darán con el ático mamá, y además pueden poner algún hechizo de seguridad. Díganme qué debo hacer.

Todos voltearon a verse. Parecía una buena idea pero… ¿Ella sola? Podía suceder cualquier cosa.

–No sé… - deliraba Molly angustiada.

–¿Estás Segura? – preguntó Arthur a su hija.

–Absolutamente. Me quedaré con él. Váyanse. – dijo la pelirroja con seguridad.

La decisión parecía tomada, Bill se encargó de bajar con su madre a la Sala mientras Arthur y Alastor instruían a Ginny en mil y un cosas antes de partir. Los gemelos bajaron a Ron con un rústico catre y Arthur puso una caja con algunos alimentos y un par de mantas dentro del ático.

–Debes cuidar que su corazón no se detenga. – dijo quedamente Alastor a Ginny cuando se quedaron solos un momento en el ático. –Está hipotérmico y lo seguirá estando por culpa de los malditos dementores. Pueden venirle crisis y tienes que evitarlo a como dé lugar. Si su temperatura baja demasiado su corazón simplemente se detendrá.

Ginny lo miraba con los ojos tan abiertos y atentos que Alastor pensó que saldría a escuchar su corazón en ese momento.

–Y, ¿qué le voy a dar de comer?

–Diablos, no tengo idea.

–Remus le daba a Harry chocolate después de que lo atacaron los dementores.

–No tengo idea, inténtalo. Intenta… lo que puedas.

–Si pasan varios días y no sucede nada… sé precavida.

Ginny asintió. Estaba preocupada por su madre y por lo que sucedería cuando todos los demás se fueran pero una parte de ella deseaba que se fueran ya para ir donde Ron.

Los gemelos subieron por penas un par de cosas y todos se dispusieron para irse. La casa debía parecer abandonada de repente por lo que no podían llevarse gran cosa. Ginny estaba lista para acompañarlos pero Ojoloco les recordó que ella debía entrar en el ático antes de que ellos se fueran para poner las protecciones.

Molly entró una vez más donde Ron estaba acostado y miró a Ginny.

–Que se quede contigo me da paz.

–Nada le pasará mamá, yo estaré con él.

–Lo sé Ginny. Adiós.

Molly se alejó con lágrimas en los ojos mirando a ambos hijos. Su padre tomó de la mano a su madre y salieron del ático. Ginny sintió que por dentro, en alguna parte cerca de su corazón, algo se rompía. Caminó hasta donde se hallaba Ron acostado y con sumo cuidado para no lastimar sus costillas apoyó el oído en su corazón. Tenía miedo de lastimarlo más. Estaba helado. Era como si estuviera sobre una figura de mármol. El color de su piel era opaco, parecía que en verdad no había sangre circulando por sus venas. Las lágrimas salieron de sus ojos silenciosamente y cayeron sobre su corazón, el corazón que ella vigilaría con celo.

Tum…………… Tum……………… Tum…………….. Tum…………………Tum…………

N/A: No olviden que a falta de aplausos los reviews son mi alimento xDD Gracias!!