El Lado Oscuro de la Frontera

Intro. : Takuya, Zoe, J.P, Tommy y Koji no son los únicos llamados a cruzar la frontera hacia el digimundo, existen otros, que amparados por la oscuridad no corrieron con la misma suerte.

N.A: esta historia surgió simplemente por la indignación que sentí al ver que un personaje como Ranamon hacia uso de mi elemento favorito, el agua, así que dentro de toda esa indignación planeé algo en contra de ella, y bueno, aquí está la historia. (D. F. no me pertenece y ninguno de sus personajes, salvo Aria, Kai, Daisuke y Hikari)

(Redit)

Capítulo I:Los Otros

Aria despertó bruscamente por turbulencia del avión

Estimados pasajeros estamos llegando a nuestro último destino, el aeropuerto de Tokio, por favor permanezcan en sus asientos y abróchense sus cinturones, por su atención gracias.

A pesar de que apenas podía abrir sus ojos hizo un esfuerzo por mirar hacia su ventana.

"Tokio"pensó con amargura, en ese momento lamentó no haberse despedido de su padre. Tendría que llamarlo en cuanto llegara al apartamento de su mamá. De todos modos él no tenía la culpa de que el juez decidiera que era mucho mejor que ella estuviera con su madre, en Tokio.

Siempre es así, la madre tiene la prioridad.

No es que le molestara vivir con su madre, ella la quería mucho, pero le molestaba él.

Su nueva pareja.

Se llamaba Hideki Susumiya, también era separado y tenía la custodia de su única hija Hikari de 8 años.

Ninguno de los dos le agradaba.

La niña era una mocosa malcriada y mimada, por el hecho de ser hija única y más ahora que sus padres se acababan de separar, su padre por miedo de que ella quedara con algunas secuelas le había consentido en todo lo que ella quería, parecía ser la única beneficiada con todo este jaleo.

Y Hideki, bueno, no sabía exactamente qué era lo que le desagradaba en él, no era un mal hombre, tranquilo, trabajólico, dedicado, esforzado e inteligente. Si, no era de extrañar que su madre se enamorara de él pero le molestaba mucho que le hubiera quitado el puesto a su padre, no podía soportar el hecho de que fuera él y no su padre el que estaba ahí con su mamá, simulando ser una familia que para ella en el fondo no debía ser.

Tampoco le gustaba la amabilidad de ese hombre, sabía que cambiaría en un par de semanas y trataría de imponerse como su padre, y eso, ella no lo aguantaría.

El avión ya había aterrizado y ella era la única en el avión en ese momento.

La azafata se encargo de sacarla de sus pensamientos.

-Ya llegamos- Le dijo impaciente

Aria no se molesto en contestar, apagó su MP3, recogió su bolso y bajo del avión.

Ahí estaba su madre junto con Hiderki y Hikari haciendo otro de sus escándalos.

Quería un dulce.

-Te lo comprare enseguida, en cuanto baje Aria del avión.- el hombre intento en vano tranquilizar a su hija.

-¡No me interesa!, ¡Se está tardando mucho! , ¡Me quiero ir!, ¡Estoy cansada y aburrida! ¡Papá!-

"Y pensar que tendré que coexistir con ella. Dios me libre."Pensó

Aria sintió unos deseos enormes de dar media vuelta e ir a comprar un pasaje de regreso a Alemania, pero en cuanto dio media vuelta su madre la llamó.

-¡Aria! ¡Querida! Estamos aquí detrás de ti.-

Aria maldijo para sus adentros, se dio media vuelta con una enorme sonrisa fingida.

-¡Madre!- dijo apenas manteniendo su falsa sonrisa – Los estaba buscando.

-Ya era hora- dijo Hikari entrecerrando los ojos "¿podía hacerlo más?, así que los japoneses si podían cerrar aún más sus ojos, un gran descubrimiento, "pensó con sarcasmo. Aria miro desafiante a la pequeña Eso de vivir en Japón la tenia de mal humor, tal vez en otro contexto y si sus padres siguieran juntos tal vez a ella no le habría molestado retornar a sus raíces. Siendo mitad japonesa.

- Bien, vamos- sonrió amable Hideki tratando de romper la atmósfera tensa que se había generado entre Aria y Hikari.

-Te va a gustar el apartamento, es precioso, y tenemos una pieza especial para ti- dijo su madre con alegría- Estoy tan feliz de que vivas con nosotros "¿nosotros?, me huele a manada".

-¿Por qué se tiene que ir a vivir con nosotros?- dijo inquisidoramente la niña- ¡No quiero papá! No quiero que viva en nuestro apartamento, ¡Es mío!- la niña se cruzo de brazos y miro con odio a la desconocida que la miraba con un odio similar.

-¿A caso tu lo compraste?- dijo con sarcasmo Aria- ¿Con qué dinero, el que te da tu papito para tus dulces?- "jaque mate"- pensó para sus adentros la alemana

Hideki miró incomodo a Rioko, la madre de Aria.

-Aria, por favor, es una niña- dijo su madre intentando de detener la pelea- Ya tiene 10 años.-

- Ella empezó- se defendió

- Pero ella solo tiene 8 es una niña, ya estas grandecita para estar peleando con niños menores que tu, debes madurar.-

Hikari aprovecho de sacarle la lengua justo cuando la madre de la desconocida se dio la vuelta.

Aria se puso roja de rabia, se sentía impotente, ni siquiera quería vivir en esa isla y mas encima tenía que aguantar a una mocosa que tenia a todo el mundo en su poder.

Su madre no iba a hacer nada al respecto, por miedo de que Hideki se enojara con ella por reprender a su hija y bueno Hideki, ya lo conocen.

¿Esta iba a ser su nueva vida en Japón?

Ya se comenzaba a sentir como la cenicienta

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-No, lo siento no podré ir-

-¿Otra vez?-se oyó la voz de un niño desde el teléfono- ¿Y esta vez porqué?-continuó la voz esta vez cabreada

-Ya sabes lo mismo de siempre, tengo que cuidar a mis hermanos-

-¿Y no se pueden cuidar ellos solos? ¡Sabes que este partido es importante!

-¡Claro que lo sé!- grito molesto el chico de 10 años- Pero es mi responsabilidad, sabes que mis papas trabajan.-

-Kai, siempre es la misma historia, no sé para que estas en el equipo de futbol si ni siquiera vas a los partidos, y apenas al entrenamiento.-la voz de la otra línea se escuchaba resignada y un poco apenada de tener que comentarle la mala noticia que se avecinaba- Kai, sabes que eres mi mejor amigo y he hecho lo posible por mantener esto por más tiempo, pero no da para más.

-¿Qué quieres decir?- Kai comenzaba a asustarse.

-El entrenador dijo que te eliminaría del equipo si no venias a este partido-dijo Yukito con resignación - Lo siento-

-¿¡QUE!- grito histérico, el futbol era su vida, era el mejor de su equipo y así como lo hacían los brasileños él esperaba surgir jugando, su familia era pobre y probablemente tampoco podría ir a la universidad, por eso se había aferrado obsesivamente a la idea de convertirse en un jugador profesional y sacar a su familia de la pobreza, sabía que tenía talento, y además para él no había más vida que el futbol.

Bajo su cabeza consternado y aguanto las lagrimas que se asomaban por sus ojos.

Sentía que todo por lo que había peleado se había acabado.

-¿Kai?-dijo suavemente su amigo, que entendía su condición y lamentaba enserio no poder hacer nada mas por su mejor amigo- Kai…yo…-

-¡Cállate!- grito adolorido, se sentía devastado, y de pronto los envidio a todos y en especial a Yukito, que tenía una vida tan fácil y sus padres lo apoyaban en todo y no le entregaban más responsabilidad que sus estudios.

A todos aquellos niños con dinero que tenían todos los días un plato de comida caliente justo cuando llegaban a sus casas mientras que él y sus hermanos se repartían las sobras de ayer.- ¡Los odio a todos!- grito- ¡Como pueden hacerme esto! ¡Saben que soy el mejor!-

- Lo sé Kai-dijo con amargura- pero no hay nada que se pueda hacer, ya lo intente-

-¡Mentiroso!, ¡Tú no has hecho nada, jamás haces nada porque estas acostumbrado que lo hagan por ti!, ¡Todo porque tienes una vida fácil!, ¡Te odio!-

Esas palabras hirieron a su amigo, le dolió que negara todo el apoyo que le había dado, siempre era él el que hablaba con el entrenador para que no lo suspendiera por sus ausencias, siempre lo ayudaba en todo lo que podía, ¿Qué más podía hacer él? Era todo lo que estaba a su alcance.

-Bien-dijo guardando su compostura- Si tanto me odias entonces creo que no deberías hablarme más, y dejar esta amistad hasta aquí. Adiós-cortó

Kai quedó helado frente al teléfono, con los ojos fijos en él. ¿Qué había hecho?, se dejo llevar por la rabia y la desesperación del momento, y además de terminar con su sueño se había enojado con su mejor amigo.

Yukito era un niño paciente, tranquilo y buen amigo. Pero había cosas que le molestaban mucho, y esa era que lo hirieran de esa manera. Él aguantaba sus mañas con mucha paciencia, pero esta vez se había pasado de la raya. No sabía si lo perdonaría.

O peor aún, si él tendría el valor suficiente para pedir perdón. Ya que Kai se caracterizaba por ser arrogante y orgulloso.

Ahora sí, cuando creyó que las cosas no podían ir peor, se dio cuenta que si podían.

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Daisuke miró el corredor vacío de su escuela, estaba nervioso y asustado. Pronto vería la imponente figura de su padre o la furiosa cara de su madre aparecer.

Otra vez lo habían castigado en el colegio y hasta habían llamado a uno de sus padres, iría el primero que contestara el teléfono, pero tenía la esperanza que apareciera su hermano Sij, él era buena onda, siempre le dejaba hacer lo que quisiera, siempre y cuando no se metiera entre sus cosas, no era muy hablador y era bastante majo (flojo) como para retarlo o decirle algo, simplemente escucharía a la profesora, diría un par de palabras que ella quería escuchar, se lo llevaría a la casa y haría como si no existiera

Como siempre.

Pero también podría aparecer Chise, la chismosa que probablemente cuando la llamaron del colegio estaba viendo alguna de sus ridículas novelas en el momento más emocionante e iría de mal humor a hablar con la profesora y luego con su mirada de malicia le diría que si no quiere que los papas se enteren de lo que él hizo tendría que ser su esclavo, y hacer todas las estupideces que ella quería que hiciera, incluso hacer la parte del aseo que le correspondía a ella y al final todo lo que él había hecho era en vano porque como máximo antes de terminar la semana ya le habría dicho sus papas lo que había hecho en la escuela y que los habían mandado a llamar exagerándolo todo, porque no es ella si no exagera, típico de las mujeres, y pasaría lo que pasa siempre, su mamá lo castigaría, y luego su papá.

O peor aun aparecer su hermano mayor Kiechi, el mayor de todos, igualito a su padre, violento, corpulento, agresivo, un verdadero matón, y peor aún, porque era cinturón negro en judo, ahí se las vería en casa con él por haberlo molestado haciéndolo ir al colegio e interrumpirlo en cualquier porquería que estuviera haciendo y además le diría a toda la familia, y tendría a demás el castigo de la madre y la del padre, si, lo peor que le podría pasar era que apareciera Keichi.

La verdad es que él no había comenzado el conflicto, toda la culpa la tenía ese tal Takashi que lo cabreaba siempre, se las daba de cabrón frente a los niños de su clase y con los profesores era completamente diferente, un verdadero angel, la verdad es que costaba creer que eran la misma persona. Por desgracia los profesores le creían a él, por lo mismo los a todos los de su clase en la palma de la mano.

Todo había comenzado así:

"Daisuke caminaba por el pasillo, solo como siempre, no tenía muy buena reputación en el colegio, por ser bastante problemático e inquieto, además de hacer siempre comentarios bastante agudos que terminaban por alejar al resto de sus compañeros, el colegio y mucho menos entre los profesores.

No pertenecía a ningún club, tampoco lo admitirían a alguno, así que no se inscribía solo para evitarse el mal rato.

Costaba creerlo, pero él realmente no estaba haciendo nada malo en ese rato, sólo estaba apoyado en la pared mirando hacia la ventana cuando apareció él.

Su archirival Takashi.

-¡Hey!- exclamó al verlo- vago, ¿Qué crees que haces?-

Daisuke arqueó una ceja "ahora que se propone este imbécil"

-Nada ¬¬- habría contestado algo mejor para provocarlo, se le ocurrían varias ideas, era tan fácil de molestar porque caía en todas sus bromas y lo hacía enfadar, pero esta vez Daisuke no estaba de ánimos para andar metiéndose en líos y cosas por el estilo así que lo dejó pasar.

Pero Takashi se traía algo entre manos, así que no iba a dejar a Daisuke tranquilo hasta conseguir lo que buscaba.

Verlo castigado.

¿Por qué tanta maldad dentro de un mocoso de 10 años? Bueno, Takashi siempre ha gozado de beneficios, los que obtiene haciéndoles la pata a los profesores y aunque no tuviera amigos siempre lograba destacarse en todo debido a su otra personalidad (de angelito) pero ya toda la clase sabía su verdadera forma de ser, y aunque no podían hacer mucho al respecto, porque él gozaba de inmunidad frente a los adultos, podían aplicarle la ley del hielo, fuera de la mirada de ellos, pero a Takashi no le importaba eso porque según él, los tenía en la palma de la mano a todos.

Salvo Daisuke.

Daisuke siempre fue diferente, hacía las cosas a su modo y no estaba interesado acoplarse a una sociedad, siempre llamó la atención siendo el payaso del grupo, aunque no tenía amigos caía mejor que Takashi. A Takashi le molestaba el hecho de que Daisuke se le escapara de las manos, así que esta vez había decidido provocarlo para que lo castigaran. Esa era la forma de mostrar su superioridad.

-Que vago- dijo desafiante- no esperaba más de ti-

-ajá- murmuró ausente sin siquiera mirarlo. Realmente no estaba de ánimos.

"¿Que le pasara a este vago?, si que es duro de roer" pensó Takachi molesto pero no se iba a dar por vencido.

-¿No sabes acaso que te toca este mes el aseo de la sala?- esperaba provocarlo con eso.

Daisuke lo miro extrañado "¿el mes?, verdad que estoy castigado. Otra vez"

-sssssepp!- siseó aun ausente. No le interesaba

-¿Entonces?-

-No sé-

-¿Cómo que no sabes?-

- Nop! No sé-

-Espera a que la profesora se entere- sonrió con malicio- Koichikawa sansei! Daisukeeee…- gritó hacia el pasillo donde no se veía nadie

Diasuke no podía permitirse otro castigo así que se lanzó encima Takashi, lo agarró del cuello de la camisa y levantó el puño

-No te atrevas…- quedó en blanco al ver la sonrisa de malicia de Takashi, había caído en su trampa-

-MIYAZAKI!- grito una mujer que venía casi corriendo desde el otro lado del pasillo- ¿Qué cree que hace?- agarro de una oreja a Daisuke y lo levantó.

-Ayayayayay!- miró a Takashi que en ese momento lloraba a mares inclusive con mocos, ¿Cómo lograba hacerlo tan rápido?

-Se puso agresivo de de repente snf… yo solo le decía que tenía que limpiar la sala... buaa!-

Y esa era la historia, se maldecía a si mismo por haber caído en su trampa, y ahora el estaba castigado. Otra vez.

Era la historia de su vida.

Y ahí apareció, una figura de negro, era su hermano Shiuji, que tenía gran afición por el gótico. Esta vez había tenido suerte.

Continuará…

NdlA: sé que este fic es muy diferentes a los que salen normalmente que son mas de parejas, al menos lo que me he fijado, y es que la verdad los protagonistas son estos personajes y probablemente no sea de su agrado porque es algo tal vez muy diferente a lo que esperaban, y entiendo que no estén familiarizados con ellos porque son de mi invención.

Pero de todos modos si tienes algún comentario que hacer será bien recibido.