"No podía escuchar el sonido de mis pasos cuando caminé hacia la orilla del agua, pero supuse que él podía. Edward no dio la vuelta. Dejé que el agua tocara mis pies, y me di cuenta que él tenía razón – estaba muy caliente, tan caliente como un baño. Me interné en el agua, caminé cuidadosamente a través del piso invisible del océano, pero mi precaución no era necesaria; la arena seguía siendo tan suave y fina, me dirigí hacia Edward. Caminé contra corriente hasta estar a su lado, y coloqué mi mano en la suya que descansaba sobre el agua.
Hermosa - le dije, mirando también hacia la luna.
Todo está bien - me contestó, sin impresionarse. Volteó lentamente para encontrar mi mirada; pequeñas olas se formaban con sus movimientos y chocaban contra mi piel. Sus ojos parecían color plata en su cara como hielo.
Dobló su mano de forma que atrapó la mía y la hundió bajo la superficie del agua. Era lo suficientemente cálida como para que su piel fría no me estremeciera.
Pero yo no usaría la palabra hermosa - continuó. -No comparándola contigo - Sonreí, y levanté mi mano libre – no temblaba – y la coloqué sobre su corazón. Blanco sobre Blanco; coincidíamos por primera vez. El se estremeció un poco con el contacto cálido. Su respiración se volvió difícil.
Te prometí que lo intentaríamos - susurró, tenso de repente. - Si… si hago algo malo, si te lastimo, me debes decir inmediatamente
Afirmé solemnemente, manteniendo mis ojos en los suyos. Tomé otro paso a través de las olas y recosté mi cabeza contra su pecho.
No tengas miedo - murmuré -Nos pertenecemos
Fui repentinamente abrumada por la verdad de mis propias palabras. Este momento era tan perfecto, tan correcto, no había duda de ello. Sus brazos me envolvieron, reteniéndome contra él, verano e invierno. Sentía como cada nervio de mi cuerpo era un cable vivo.
- Para siempre - coincidió, y entonces nos hundimos gentilmente en la profundidad del agua"
Amanecer - Breakig Dawn - Stephenie Meyer
Los personajes de Edward y bella pertenecen a Stephenie Meyer, y no es mi intención infringir sus derechos de ninguna manera concebible. Esta historia es simplemente para propósitos de entretenimiento y esparcimiento; la parte de arriba es únicamente para situar el momento de este fanfic.
LUNA DE PLATA
Versión Bella
Me beso de una manera que me dio vergüenza de mi misma, sentía la tibieza de sus manos debajo del agua acariciar mi cuerpo debajo del agua, incluso precia que eran mas calientes que el mar; Y aunque estaba hincada sobre la suave arena, perdí el equilibrio y los movimientos del mar no ayudaban mucho, me estaba mareando, de pronto me di cuenta que no respiraba, al tomar aire me sentí mejor y sonreí sobre sus labios salados
¿Que pasa? – Pregunto nervioso como si temiera que son solo besarme podría herirme mientras besaba fervientemente mi cuello
Debo saber horrible… a sal y arena – Respondí y el puso los ojos en blanco mientras soltaba una risita entre dientes
Prefieres que vayamos adentro – Murmuro sobre mi oído enviándome descargas de electricidad a todo mi cuerpo
Si… - Conteste en un susurro y ante de que pudiera darme cuenta ya me había alzado y caminaba conmigo en brazos hacia la casa, mientras continuaba maravillándome con su perfecto cuerpo de marfil, temblé un poco, pero no de miedo si no por el cambio de temperatura de la calida agua a la brisa marina
¿Tienes frío?
No… pero puedo ser humana un momento mas por favor – Pedí apenada
Por su puesto – Finalizo y me coloco con suavidad en la entrada de cristal de la casa, camine sin pena hacia la baño, enjuague rápidamente mi piel con agua tibia, me cepille el cabello un poco y respire profundo y salí, el no se había movido y me miraba con detenimiento, no había mas luz que la de la luna que se filtraba por el ventanal, aun así supuse que el logro ver el intenso rubor que me cubrió el rostro, al observarme de ese modo, como si la belleza fuera yo, como si yo fuera una escultura tallada por el mas virtuoso de los artistas, se acerco a mi lentamente y sin poder evitarlo recorrí con mis ojos su cuerpo, y mientras mi mirada bajaba el rubor se incrementaba, no tuve tiempo de articular palabra ante el maravilloso espectáculo que su cuerpo desnudo representaba, ya que en menos de un segundo estaba a mi lado besándome de esa manera que me hacia enloquecer; instintivamente subí mis brazos a su espalda abrazándolo con fuerza y recorriendo mis manos con urgencia por su espalda, por sus piel dura y fría que me enloquecía, hasta hundir mis dedos en su cabello, todo su aroma impregno mis sentidos, volviendo la realidad una brumosa visión, ya que con cada beso, con cada nueva caricia, me trasportaba a la inmortalidad sin dejar de ser humana, con infinita delicadeza me levanto de nuevo y me coloco en la mullida cama, me sumergí en esa nube de algodón mientras el con cuidado se colocaba sobre mi
¿Todo bien? – Pregunto con una sombra de preocupación sobre su semblante
No…hasta ser totalmente tuya – El sonrío mientras acariciaba mi mejilla con suavidad con el dorso de su mano y me miro con intensidad como si quisiera leer mis pensamientos – Podemos – Le dije con un susurro pero convencida de ello, mientras me incorporaba a besarlo y el fue cerrando sus bellos ojos hasta perderse en mis besos mientras un suspiro se le escapo de lo mas profundo de su ser… de su alma, no podía haber duda.
Mientras me besaba sus manos parecieron cobrar vida propia, recorrieron con suavidad todo el contorno de mi cuerpo, ahora fui yo quien soltó un suspiro, pero esta vez no se detuvo, sus manos ardían sobre mi piel, y sus caricias empezaron a ser mas intensas, mas atrevidas, igual que las mías, mientras la realidad se desfiguraba por completo, no había nada mas…mas que Edward.
Sentí cuando sus besos subieron de intensidad como una feroz respuesta a los míos, sentí como poco a poco fue liberando mis labios y se dirigió a mi cuello, no tuve miedo y el depósito ahí otro ferviente y largo beso, pero no se detuvo, recorrió con su labios mi mentón y mi clavícula y empezó a bajar, lento sin prisas. Abrí mis ojos por la sorpresa y por el estremecimiento de mi cuerpo cuando se detuvo en mis pechos, en donde con infinita dulzura los beso, pero sentí enloquecer cuando me lamió, mis manos se tensaron y apreté con fuerza las sabanas, a la vez que sentía como dejaba un camino ardiente por mi piel…mientras sus caricias desinhibidas quemaban mi cuerpo; Y entonces el tiempo se detuvo.
Sus labios quemaban mi piel y sus manos dejaban un tatuaje a fuego sobre mi cuerpo, me di cuenta de la intensidad de mis propias caricias cuando el dejo escapar un gemido de placer, entonces fui conciente no solo de sus manos, si no de las mías y supe que igual como sus caricias me llevaban a la locura, las mías también lo transportaban a el, y eso era el mayor placer de todos, saber que através de mi amor y de mi piel, yo podía hacerle sentir lo que nunca había experimentado… en casi un siglo.
Todo a mi alrededor desapareció, era un mundo blanco y brumoso en cual solo el tenia color, los rayos de la luna que entraban por la ventana hacían brillar nuestros cuerpos bajo su luz éramos iguales dos seres a punto de fundirse en uno, dos seres que compartimos el mismo corazón, la respiración jadeante de Edward estaba perfectamente sincronizada con la mía, el latir alocado de mi corazón parecía que también vibraba bajo su pecho de mármol, ¿Quién había dicho que no era humano?.
El calor y el amor que emanaba de su cuerpo solo podía ser comparado con el del sol, ya no había frió, no había duda, no había miedo, solo amor este amor que yo sentía que estallaría en mi pecho en cualquier momento y sabia que ocurriría pronto porque ambos estábamos listos para el siguiente paso… el que nos haría un solo ser.
El miro, por un segundo un atisbo de duda cubrió sus ojos, la cual desaprecio cuando le sonreí y con mi mano tracé delicadamente el contorno de su cara, roce sus parpados y el cerro sus ojos y sonrió, al abrirlos de nuevo, una confianza que traspaso mi alma junto con un brillo bailo en ellos, me moví con suavidad amoldando mi cuerpo al de el, pude sentirlo debajo de la cintura y me ruborice intensamente, sonrió y rodó los ojos
Soy tan nuevo como tu en esto, guíame – Pidió y sostuvo mas su cuerpo sobre el mío para evitar cualquier incomodidad – Temblé un poco y mi corazón latió desbocado en mi pecho, mientras me acomode y lo sentí en el lugar correcto, el tembló un poco también, suspiro y empujo muy muy suavemente, mi cuerpo se tenso en anticipación, pensé que seria frió como el resto de su cuerpo lo era normalmente, pero no era así, era calido como toda su piel esa noche. - ¿Estas bien murmuro? y se detuvo
Si, respondí - en un susurro y el continuo su lento avance, cerré los ojos no sin antes ver el inmenso esfuerzo que hacia para controlarse, gimió por lo bajo por el esfuerzo y control que llevaba a cabo y de pronto se detuvo ante la barrera de mi pureza – Nos miramos en silencio yo asentí con firmeza y sus profundos ojos me atravesaron el alma, me perdí en el mar ámbar y me beso como nunca lo había hecho, un vértigo inundo mi cuerpo, mi corazón me estallo en el pecho, apenas pude sentir como se tenso en anticipación y un dolor pinchante atravesó mi cuerpo mismo que con la rapidez que llego se alejo, en ese instante todo cambio, en el momentos que fuimos un solo cuerpo, un solo ser, permanecimos inmóviles mientras ambos nos acostumbrábamos a la sensación de ser un solo ser. El temblaba por el enorme esfuerzo de contenerse, yo lo acariciaba con dulzura, hundí mis dedos en su sedoso cabello
¿Estas bien? – Dijo con el ceño fruncido de la preocupación
Mejor que nunca – Respondí y cuando sentí que estaba mas controlado lo bese, y poco a poco comencé a moverme. Dándole a entender que todo era perfecto que era como tenia que ser, como un sutil recordatorio, no que lo necesitara, ya que un gemido escapo de sus labios y atrapo los míos con fiereza sumiéndonos en la mas profunda pasión.
Entonces, todo fue locura y placer, mezclados con una extraña sutileza y una ternura por la que solo Edward podría conducirme. ¿Cómo podría haber pensado que esto no era posible? Si nos movíamos en una perfecta sincronización, en un vaivén que semejaba las olas en el mar a nuestra espalda, como sus manos sobre aquel piano, como dos notas emanando de una misma pieza; ¿Era esto posible? Amarnos de esta forma, sin límites, no había duda que si, el era una parte de mi, yo era una parte de el.
No había espacio ni tiempo solo el y yo, solo el, Edward, que me había trasportado a un mundo lejano, a un mundo nuevo, sus caricias eran interminables, sus movimientos me enloquecían, lo escuchaba murmurar ni nombre y solo escuchaba mi voz repitiendo el suyo. Los murmullos, los gemidos y lo susurros de amor inundaban el ambiente.
Los movimientos sutiles empezaron a dar paso a unos más frenéticos, sentía que si se podía estallar de felicidad y placer estaba cerca de que sucediera. Esta vez el no se contuvo y embistió con fuerza una y otra vez, pero yo no sentía otra cosa que no fuera placer, que no fuera amor que no fuera Edward. Yo respondía de la misma manera casi frenética que el, casi al borde la locura, casi.
Cualquier vestigio de su piel frió quedo en el pasado, su piel ardía sobre la mía, ambos éramos quemados por este fuego abrasador y ambos queríamos ser consumidos por el este fuego nuevo.
Un volcán interno estallo en mi y la lava hirviente recorrió mis venas a una velocidad vertiginosa, todo mi cuerpo se sacudió en un terremoto brutal mientras su nombre escapo de mis labios, en ese mismo instante sentí el cuerpo de Edward convulsionarse sobre el mío, un gemido fuerte casi como un gruñido escapo desde su pecho y lo sentí vaciar ese amor en mi, miles de plumas volaron por la habitación, pero las vi como en un sueño, me desvanecí entre los brazos de el y el sucumbió suavemente sobre mi cuerpo, entre las brumas escuche su voz como campanas repicando mi nombre, sonreí y me dormí envuelta en el aroma de el, no sin antes notar un sonrisa en sus labios y un húmedo beso en frente.
En ese momento yo había alcanzado la inmortalidad y el se volvió a sentirse humano.