Wolas!

Se me hace muy, pero que muy extraño volver a dirigirme a todos vosotros, la verdad es que ya había perdido toda esperanza de volverlo a hacer, pero ahora mismo siento esa emoción inexplicable por volver a empezar una historia, volver a contaros algo que ha salido de mi cabecita, y volver a ponerme a prueba, intentando saber si lo que escribo realmente llega al corazón de alguien.

Haré una nota de autora un poco larga, antes de poner el capítulo pero…sabiendo que he estado fuera casi un año y medio (sin contar los dos one-shoots que publiqué entre medio).

Agradecer ya de entrada a toda esa gente que ha entrado por curiosidad pero sobretodo a aquella que ha entrado al saber que había subido algo nuevo, para mí es realmente especial y satisfactorio.

No me voy a enrollar mucho más, más que nada que quiero dejar algo para los agradecimientos del último capítulo (que tardará un poco pero llegará)

Simplemente, deciros que este fic no empezó con la idea de ser un fic largo, al contrario, iba a ser uno de los one-shoots que publicó de vez en cuando pero…los personajes salieron solos y después no pude olvidarlos.

El fic tendrá una estructura especial, os daréis cuenta con el segundo capítulo, perdón por la intriga.

Añadir, como siempre, que el fantástico mundo de Harry Potter (ni sus personajes ni nada de nada) no me pertence, es propiedad de J., aunque, para que negarlo, ya me gustaría habérmelo inventado yo todo.

Nada más, simplemente, disfrutad de la introducción.


- Buenos días – dijo con voz soñolienta una pelirroja, su cabello iba recogido en una cola alta con varios mechones escapándose indicando que se acababa de levantar. Llevaba puestos unos shorts y se veía claramente porqué eran shorts ya que dejaban a la vista las perfectas y largas piernas depiladas, en la parte de arriba una camisa de tirantes bastante estrecha pero que se veía que era cómoda. Poseía unos preciosos ojos verdes bastante sugerentes

- La bella durmiente se despertó – sonrió con sorna otra chica. Está ya iba pulcramente vestida. Con unos pantalones tejanos y un jersey de color rojo remarcando su cuerpo y dando un perfecto contraste a su largo pelo lacio de color negro como la noche

- Yo no tengo la culpa que empiece a estudiar una hora más tarde que tu

- Hora y media – puntualizó la morena

- Hora y media – sonrió la pelirroja – Por cierto… - los ojos verdes de la chica se dirigieron acusadoramente a los zapatos de la morena

- Dime – sonrió inocentemente la morena

- ¿Los zapatos son míos Arashi?

- ¿Tuyos? – preguntó la muchacha parpadeando repetidamente - ¿No son de Prue? – La pelirroja la miró alzando una ceja – Es que los tenía en su armario

- ¡Prudence! – gritó la pelirroja

- ¡No es mi culpa Lily! – se quejó una voz dentro del lavabo

- ¿Y de quién es? – preguntaron las dos chicas a la vez

- De ellos – la puerta se abrió dejando ver a otra chica morena. Está tenía el pelo corto por encima de los hombros y con aspecto desarreglado que le daban un aspecto mucho más angelical. Su ojos eran color café-miel que tenían la capacidad de hipnotizar a cualquiera, o eso, o que la chica tenía una enorme capacidad disuasiva, tanto Lily como Arashi apoyaban la segunda

- Vaya, el trío inseparable – se quejó Lily levantándose a servirse un café - ¿Y qué hicieron está vez?

- Fuimos a un restaurante… - la recién levantaba miró con recelo a la pelirroja, no podía decirle que habían ido a hacer al restaurante, y menos si estaban planeando el retorno de una de las personas a las que Lily no podía ver ni en pintura

- Necesitabas mis zapatos

- Exactamente

- Y no me los pediste

- Correcto

- ¡¿Y por qué no lo hiciste?! – Lily se giró con toda la mala leche posible y Prue suspiró, al menos había desviado la atención del tema que no quería tocar

- Prue, yo me esperaría a que se tomará el café – sugirió Arashi que si había percibido que algo no encajaba bien

- Eso, tu bebe tranquila Lily – sonrió inocentemente Prue – Y mientras ella bebe tu… - ahora se giró hacia la oriental y Arashi sabía que el tema principal de la conversación eran los zapatos, así que debía desaparecer cuanto antes.

- Me voy – Arashi desapareció por la puerta del apartamento compartido con las otra dos chicas anticipándose a la pregunta "¿por qué me cogiste los zapatos?" de Prue y Lily


Arashi entró rápidamente en el ascensor del ministerio intentando cogerse uno de los puestos del final y evitando de esa manera que ningún viejo pervertido le tocará el trasero y, de paso, poder entablar una conversación más o menos estable con el guaperas que bajaba en el piso superior.

La chica maldijo cuando vio que otra ya se le había adelantado así que se quedó delante del todo con su maletín tapándose la parte sensible de su espalda.

Cuando finalmente llegó a su piso salió casi corriendo por qué había alguien que olía apestosamente mal.

Llegó a su despacho, donde ponía, Arashi Aikawa, con letras elegantes en la puerta junto con el nombre de Amos Diggory.

- Buenos días – la chica entró elegantemente

- Llegas tarde – dijo con media burla el hombre que ya la esperaba

- Amos, cinco minutos – sonrió ella

- ¿Son los zapatos de Lily?

- ¿Tanto te fijas en ella? – el hombre negó con la cabeza

- Es que Nikki quería los mismos que ella, pero al ver que te los presta igual se los podría prestar a ella

- Está hecha una furia, y sin su café matutino – Amos hizo una cara de horror - ¿Qué tenemos hoy?

Amos Diggory había sido un compañero suyo de tres cursos superiores en el Colegio de Magia y Hechicería Hogwarts. Siempre tuvo muy buena relación con las tres chicas y ahora estaba casado con Nicole Adams (Nicole Diggory), la cuarta integrante de las chicas de Hogwarts, aunque ahora habían perdido un poco el contacto ya que estaba haciendo un curso en Estados Unidos, pese a las protestas de Amos por quedarse cerca de él, Nicole aclaró que quería ser de utilidad.

Arashi, una vez terminados sus siete años en Hogwarts, estudió Cuidado de las Criaturas Mágicas y Amos la ayudó a conseguir ese sitio en el ministerio y, de momento, no había queja por ninguna de las dos partes.

Aunque si hubo un pequeño enfado por parte de la familia de la chica. Arashi provenía de una antigua y muy prestigiosa familia de magos oriental, la unión entre la magia china y la japonesa. Y sus padres habían pensado que, una vez terminados sus estudios en Hogwarts, su hija mayor volvería a China para terminar los estudios de la magia y convertirse en la nueva heredera. ¡Cual fue su disgusto cuando la niña dijo que no! Arashi, una vez tuvo los 17 años, considerados mayoría de edad en el mundo mágico, dijo que no, que ese no era ni su destino ni lo que quería hacer, sus padres casi denuncian a Lily, Prue y Dumbledore por conspiración, sin olvidar nunca que cuando la pequeña cruzaba su tercer curso en Hogwarts, a sus 13, 14 años, dio su primera muestra de rebeldía: No se casaba con el heredero de otra casa, realmente famosa, china. Su madre entendió rápidamente porqué, aunque amaba a su marido, ella también había sido casada a la fuerza, a su padre le costó más pero terminó cediendo cuando Arashi les prometió que no tendría ningún tipo de relación con el sexo masculino hasta que encontrase a su "media naranja".

Y claro, su padre puso el grito en el cielo cuando supo que trabajaba con un hombre, hombro con hombro, hasta que Arashi no tuvo más remedio que presentar a Nicole a su familia y, con ella, el enorme anillo de prometida.

Así que la guapa japonesa no tenía, de momento, nadie en la vida, y no era por falta de pretendientes, ya que en todo el ministerio era de dominio público que la mayor de las herederas de la gran familia Aikawa, igual o más rica que la familia Malfoy o Black, estaba soltera, sin compromiso y virgen.


Lily iba caminando, ya arreglada, hacia el Hospital San Mugo de Enfermedades y Heridas Mágicas. Hacía ya un año que había empezado la carrera de medimago y gracias a sus notas y sus recomendaciones había conseguido avanzar más rápidamente algunas asignaturas nada importantes, es así como conoció a varias personas realmente interesantes, como Alice Dawson, la prometida de Frank Longbottom. Ésta estaba estudiando para ser aurora pero quería hacer un curso de enfermería para no tener ningún "incidente" grave.

Entró en la clase y notó como unas cuantas miradas se clavaban en ella y se dirigió hacia el asiento que tenía reservado al lado de Alice.

- Por mucho tiempo que pase nunca dejas de llamar la atención – bromeo una chica con el pelo de color negro ceniza, corto y en escala que además poseía unos ojos claros que hacían una gran armonía en su cara.

- Cállate Alice – la morena sonrió inocentemente y antes de que pudiera decir un comentario entró el médico con el cual hacían las prácticas informándolas que había habido un atentado de mortífagos y que llegarían varios heridos.


- Por fin la señora Potter se digna a llegar – dijo una voz masculina con burla

- Cállate Black – le espetó Prue – Y es señorita listillo, se-ño-ri-ta – Sirius Black se apoyó en el respaldo de la silla y inclinándose hacia atrás. Era un joven atractivo, con ojos grises realmente hipnotizadores y cabello largo, por los hombros, recogido en un coleta, se podía observar que era liso y que estaba muy bien cuidado – Y no me llames Potter, hace que me sienta demasiado cercana a James

- Pero si te encanta – Prue sonrió mirando la foto que había encima de su escritorio. James y ella. James era un chico un poco más alto que ella, con un cuerpo muy musculoso capaz de competir con el de Sirius, y el cabello desordenado, algo inevitable en su familia si se miraba ella al espejo, tenía unos ojos almendrados de color café claro que estaba ocultos tras unas gafas las cuales no lo hacían menos atractivo. Ella era la prima de James Potter. Los padres de ella murieron en un accidente de tráfico, ya que vivían a lo muggle, cuando solo contaba con cinco años. Después de eso los padres de James la acogieron como a una más y, al cabo del tiempo casi todos consideraban a Prue la hija pequeña del matrimonio Potter. Ahora, los dos Potter's vivían solos y separados tras la muerte de los padres de James por culpa de la epidemia de viruela de dragón.

- ¿Hay trabajo? – contestó sin dejar de mirar la foto. Sirius, con una sonrisa tierna en la cara asintió:

- Si, y mucha, ha habido un atentado – se levantó cogiendo su chaqueta y la de su acompañante – Tenemos que ir ahí.

- ¿Después del atentado? – preguntó extrañada la chica

- No, tenemos que conseguir pistas y seguirlas – y cogiéndola de la mano salieron de la oficina


Todas las "azafatas" miraron embobadas al chico que con una bolsa de viaje colgada de un hombro salía del espacio preparado para los transladores.

Miraba el reloj que había en la pared, había llegado antes y tendría tiempo de ir con Dumbledore y pasar a buscar a Prue y Sirius sin que nadie se enterara.

Había vuelto. James Potter estaba de regreso. Albus Dumbledore, director de su antiguo colegio, el Colegio de Magia y Hechicería de Hogwarts, le había enviado una lechuza urgente.

Los Potter's eran buscados por Voldemort, el mal que ahora mismo acechaba el mundo mágico. Matando a todos los muggles (gente no mágica) y a todos los sangre sucia (unión de un muggle y un mago o simplemente un hijo de muggles que nació con magia)

Prue estaba en peligro y si Prue estaba en peligro significaba que la pelirroja también lo estaba, porqué estaba clarísimo que esa testaruda no iba a dejar sola a su amiga por nada del mundo.

La pelirroja testaruda.

Lily.


¡Ya está!

¿Qué os ha parecido la primera parte? ¿Interesante? ¿Si, no?

Como siempre, me encantaría que me enviarais un review para hacer saber vuestra opinión, saber si me habéis echado de menos, todas esas cosas (Aya-Mery pone carita de pena)

Espero que os haya alegrado mi regreso y que no haya sido para mal.

Dentro de dos semanas tendréis el siguiente capítulo, hasta entonces, sed buenos y enviadme algún review.

Un fuerte abrazo de bienvenida

Aya-Mery



Fic empezado el domingo 1 de febrero del 2009.