Sailor Moon © Naoko Takeuchi

Adaptación de la novela "Black lace and Linen" de Susan Carroll.

Encaje Negro

Capítulo XI

La lluvia tamborileaba contra las puertas de cristal que daban al patio del edificio de apartamentos de Serena. Ella contemplaba el aguacero, envuelta en la familiar calidez de su mullida bata rosa y sus zapatillas de conejitos, que tenían un gran parecido con el protagonista de sus cuentos, Deditos Peludos. Era más de la una y aún no se había molestado en vestirse. Tal vez estaba empezando a parecerse al decadente señor Black.

O tal vez no era capaz de entusiasmarse por nada desde que había regresado a su casa. La tristeza del día tampoco le servía de ayuda, precisamente. Al contrario, convertía el pasado fin de semana iluminado por el sol en lo más parecido a un sueño, una fantasía agridulce como las que se veían en las películas antiguas de la televisión.

No. Serena apartó aquel pensamiento, que sólo traería dolor a su corazón. Retornó a su tablero de dibujo para proseguir con el boceto que había comenzado. Pero la detuvo el sonido del portero automático.

No esperaba a nadie. Lo más probable era que se tratase de algún vendedor o alguien recaudando dinero para alguna causa. Serena era considerada una presa fácil entre el vecindario. Fue a contestar.

"¿Sí?" - dijo por el interfono - "¿Quién es?"

"Hola, nena. Soy yo" - la voz de Mina crepitó por el altavoz.

¡Mina! Serena no había visto a su hermana desde que la había arrojado a la piscina de los Kou.

Mina casi nunca aparecía por su hogar últimamente. Ya viniera a desahogar su indignación con Serena o a ofrecer sus típicas disculpas poco convincentes, Serena no estaba muy segura de estar de humor para su hermana.

"¿Serena? ¿Serena, estás ahí?" - gritó Mina.

Serena se preguntó si sería capaz de disfrazar su voz para parecer la señora de la limpieza, la portera o, aunque fuera, una ladrona.

"Sé que estás ahí, Serena" - insistió Mina -. "Si no me abres, llamaré a tu vecino, el viejo Garayan. Me dejará pasar aunque sólo sea para ver si llevo sujetador, y no estoy segura de que su marca pasos lo resista."- La voz de Mina adoptó luego un tono suplicante. – "Vamos, Serena. Lamento haberte involucrado en todas mis locuras este fin de semana. Sólo quiero hacer las paces. Te he traído un regalo."

No siendo inmune a aquel tono, a pesar de todo lo ocurrido, Serena se rindió.- "De acuerdo, de acuerdo" - dijo con resignación, apretando el botón.

Unos momentos más tarde, llamaron a la puerta. Serena quitó la cadena y abrió de par en par, encontrándose frente a...

¡Seiya!

A Serena le dio un vuelco el corazón. Por un instante, lo único que pudo hacer fue parpadear, preguntándose si no estaría sufriendo una alucinación. Seiya tenía un aspecto tan sexy como para satisfacer cualquier fantasía femenina. Su pelo oscuro mojado de la lluvia, los contornos firmes y delgados de su rostro, su mandíbula marcada. Sus anchos hombros estaban cubiertos por una trinchera de color óxido. El espía surgido del aguacero. El señor Bond que regresaba, tras escapar una vez más por los pelos.

Pero la luz firme de sus ojos azules, el paraguas chorreante que llevaba en la mano en un rasgo de pragmatismo muy típico de Seiya. Serena sabía que no podía haber imaginado aquellos detalles. Eran demasiado reales en su maravilloso encanto.

"¡Seiya!" - la voz le tembló cuando finalmente consiguió hablar.

Su placer al verlo fue tan intenso que le resultó casi doloroso. Luego, el placer se convirtió en horror.

Se aferró la parte delantera de la bata rosa mientras su otra mano volaba hacia su pelo revuelto. Dio un paso rápido hacia un lado en un esfuerzo por ocultar sus zapatillas de conejitos, notando que le ardían las mejillas.

Su primer impulso fue cerrar de un portazo y zambullirse de nuevo en la seguridad de su apartamento. Pero Seiya estiró el brazo rápidamente, impidiéndoselo.

"Serena, espera" - dijo -. "Perdona el subterfugio. Pero, después de lo que ocurrió en la casa de la playa, temía que, si sabías que era yo, no quisieras abrirme."

"¿Q-qué estás ...haciendo aquí?" - balbuceó ella, intentando aún cerrar la puerta - "¿Y dónde está Mina?"

Seiya consiguió meter un pie en el vestíbulo. - "Creo que después del chapuzón del otro día en la piscina, ha aprendido a ser más cautelosa. Ha pensado que era más prudente ir a hacer unos recados."

"Ha hecho bien" - masculló Serena -. "Porque, en cuanto la vea, la voy a matarla..."

"No ha sido culpa suya. Yo la he obligado a traerme aquí. Necesitaba verte... por favor."

¿Verla para qué? Serena lo miró recelosamente a través de la rendija de la puerta. Buscó alguna traza de la ira, del distanciamiento que había visto en sus ojos la última vez. No había ya nada de aquello, sino tan sólo una expresión indescifrable.

Serena luchó con su incertidumbre un momento más antes de rendirse. ¿Qué más daba, realmente? Seiya ya sabía que no era la mujer sensual que había fingido ser. Tal vez fuera mejor que entrara y viera de sopetón a la auténtica Serena Tsukino.

Retrocedió, dejando que la puerta se abriera. Seiya entró y la cerró. Dejó el paraguas en el anticuado paragüero y se volvió hacia Serena. Sus ojos se deslizaron sobre ella. Serena jugueteó con el cinto de su bata, sintiéndose más expuesta que cuando había estado completamente desnuda. Sus conejitos parecieron sonreír estúpidamente a Seiya desde el suelo.

Seiya se quedó mirando las zapatillas. Serena creyó verle contener una leve sonrisa, pero lo único que dijo él fue - "Qué forma de desaparecer el domingo, señorita Tsukino. Ni siquiera dejaste una dirección."

Serena se irguió en un gesto de dignidad, al menos toda la dignidad de que podía hacer gala una mujer con zapatillas de conejitos.

"No pensé que nadie fuera a molestarse en localizarme."

"Pero yo tenía algo que decirte, y pensaba que era mejor hacerlo en persona."

A Serena se le aceleró el pulso. La esperanza cobró vida en su interior, una esperanza estúpida, ridícula, pero innegable...

"Necesitaba darte las gracias por conseguir esos papeles de Black."

"Ah, eso" - la esperanza cayó de bruces al suelo; Serena se encogió de hombros -. "No fue nada. No hacía falta que recorrieras trescientos kilómetros para darme las gracias."

"Quizás sentía también la necesidad de disculparme. Me temo que me excedí contigo cuando me contaste lo del cambio de papeles que habían organizado Mina y tú."

"Y yo supongo que me lo merecía."- Un silencio embarazoso cayó entre ellos. Serena añadió melancólicamente - "¿Era eso todo lo que querías de mí?"

Seiya había pensado que sí. Al menos, era de lo que se había convencido en su trayecto hacia allí. No le gustaba dejar cabos sueltos, y Serena se había desvanecido de su vida un poco demasiado bruscamente. Y quizás también sentía una pizca de curiosidad por saber cómo era cuando no fingía ser Mina.

Quizás era por eso por lo que le estaba costando apartar los ojos de ella. Aquella bata dos tallas mayor parecía enfatizar la textura delicada y cremosa de su garganta, seduciéndolo con las curvas encantadoras que sabía que había debajo, ocultas bajo los mullidos pliegues rosas. La bata le correspondía muy bien, de alguna manera. Igual que las zapatillas. Más que las ropas excesivamente provocativas que se había estado poniendo el fin de semana.

El pelo le caía a Serena sobre los hombros, rubio y reluciente, con reflejos dorados bajo el sol de la mañana. Sus ojos parecían enormes en su rostro pálido. Nunca le había parecido más seductora.

Seiya hizo una mueca. ¿Cómo era posible sentir aquella súbita oleada de deseo por una mujer con zapatillas de conejito? Para disimular sus confusas emociones, se dio la vuelta y se puso a estudiar su apartamento.

Era como si ya hubiera estado allí. Todo le resultaba cálido y familiar. La mecedora con la manta encima, la mesita de caoba, el sillón de orejas, las violetas africanas que resplandecían en el alféizar. De alguna forma, Seiya había imaginado siempre que ella se sentiría más a gusto en un entorno como aquél. Imaginado, no. Lo había sabido a ciencia cierta.

Serena estaba siguiendo a Seiya, viéndole examinar su apartamento y sintiéndose cada vez más ansiosa e incómoda. Su presencia allí la desconcertaba. No podía creer que hubiera venido de tan lejos sólo para darle las gracias u ofrecerle aquella envarada disculpa.

Tal vez pensaba, como Yaten y Mina, que podían ser amigos ahora. La idea le resultaba tan deprimente que le dieron ganas de tirarse por el balcón.

Cuando Seiya se detuvo delante de su tablero de dibujo, Serena sintió crecer su agitación. - "¿Es aquí donde trabajas?" - le preguntó.

"Sí."

"¿Has empezado un nuevo libro?"

"Sí, pero no marcha muy bien."

Aquello era ridículo, pensó Serena, haciendo rechinar los dientes. Ahora se ponían a hablar de su libro, como si tal cosa. Había hecho el amor con aquel hombre en una playa barrida por el viento y ahora se comportaban como conocidos distantes. No, peor que eso. Estaban comportándose como adolescentes torpes en su primera cita.

Seiya estudió el boceto que ella había dejado clavado al tablero. Deditos Peludos desconsolado. - "Tu amigo no parece muy contento, desde luego" - comentó él.

Ni ella tampoco. Seiya estaba empezando a sacarla de quicio; pero suspiró y le explicó: - "En este cuento, la familia de Deditos se muda. Y él no se ha adaptado nunca muy bien a los cambios."

Hizo una mueca. Siempre había tenido la costumbre de hablar de sus personajes como si fueran reales. Seiya pensaría que estaba chiflada. Para su asombro, se mostró de acuerdo con ella.

"Sí, entiendo que esté tan disgustado. A mí tampoco me sientan bien los cambios ni las sorpresas. Y parece que va con su carácter. Recuerdo que a Deditos Peludos no le gustó que su amiga la nutria se marchara, ni que cerraran el estanque de hielo."

Serena se lo quedó mirando, boquiabierta. Luego boqueó. - "Has.. has estado leyendo mis cuentos."- Él se movió nerviosamente bajo su mirada acusadora, y pareció algo avergonzado. - "No puedo creerlo" - dijo - "¿El hombre que creció leyendo el Architectural Digest ha desarrollado un súbito interés por el conejo Deditos Peludos?"

Seiya se encogió de hombros. - "Sentía curiosidad, eso es todo. Últimamente hay muchas cosas que despiertan mi curiosidad."

"¿Por ejemplo?"

"Por ejemplo, que tú decidieras ir a Atlantic City y agarrar a Black por el cuello para que me devolviera los papeles..."

Aquella vez fue Serena quien se movió nerviosamente. - "No fue tan heroico, ni mucho menos. Black probablemente te habría devuelto las escrituras de todas formas."

"Aun así, tengo la impresión de que enfrentarse a un magnate despiadado no es el estilo habitual de la señorita S.T. Tsukino. ¿Por qué lo hiciste, Serena?"

"No... no quería ver destrozada esa casa encantadora."

"¿Es esa la única razón?"- Serena no pudo mirarlo a los ojos.- "Tenía la esperanza de que fuera la misma razón por la que me enfadé yo tanto al descubrir la verdad sobre tu identidad" - dijo él -. "Me costó reconocerlo, pero ahora me doy cuenta de por qué me afectó tanto."

"¿Por qué?" - susurró Serena, mientras el corazón comenzaba a latirle casi dolorosamente.

Seiya dejó escapar una risa trémula. - "Te va a resultar absurdo, imposible, pero... estoy convencido de que me he enamorado de ti. De hecho, nunca he estado más seguro de nada en toda mi vida."

Un grito de alegría escapó de los labios de Serena - "Oh, Seiya, yo también te amo."

Pero cuando él se lanzó hacia Serena, ella retrocedió de pronto, dándose cuenta de la realidad. - "No, Seiya, esto es una locura. Tú no sabes realmente nada de mí."

"Sé que no sabes nadar y que eres muy mala fotógrafa."

"Sabes lo que no soy. Pero no sabes lo que soy. No tienes más que mirar a tu alrededor" - dijo Serena desconsoladamente, haciendo un amplio gesto con la mano -. "No hay nada de brillante ni de emocionante en mi vida. Paso la mayor parte del tiempo entre estas cuatro paredes, viendo el mundo pasar por mi ventana. Me... me gustan las blusas victorianas y las batas rosas. Y dibujo conejos. Llevo conejos."

"Nunca he tenido nada contra los conejos. Creo que incluso pueden llegar a gustarme, excepto..." - se metió la mano en el bolsillo de la gabardina y sacó una hoja de papel arrugada -. "Encontré esto en un cajón después de que te fuiste. Recuerdo lo que me contaste una vez sobre que convertías a las personas en conejos."- Le enseñó el dibujo del conejo malhumorado con las gafas colgando de la punta de la nariz. - "¿El Tío Zanahorias?" - preguntó Seiya en tono indignado.

Serena se sonrojó y los labios le temblaron en una sonrisa culpable. -" Todas las familias deberían tener uno."

Súbitamente, el papel salió volando y ella se encontró entre los brazos de Seiya. Su boca cubrió la de ella en un beso ardiente y posesivo, que luego se suavizó hasta un grado de ternura que le arrancó lágrimas a Serena.

Ella enterró el rostro en su hombro. Su gabardina olía a lluvia fresca de verano y a la colonia de Seiya.

Serena murmuró- "¿Estás seguro de esto, Seiya? Porque si estás equivocado, creo que... que no podría soportarlo."

"Estoy seguro" - murmuró él, apoyando su rostro cálido en su pelo -. "Te amo, Serena. Estaba equivocado aquella noche cuando te dije que no te conocía. Te conozco."

"Me dijiste que no podías distinguirnos a Mina y a mí."

"Te distinguiría aunque tuvieras un millón de hermanas gemelas. He pasado tiempo con Mina mientras veníamos hacia aquí. Es una chica interesante, pero no es tú."

"Si fuera más interesante, acabaría conmigo" - dijo Serena con la voz ahogada por el hombro de Seiya.

Seiya se rió entre dientes. Acariciándole el pelo suavemente, obligó a Serena a mirarlo. - "¿Te has parado a pensar que no era realmente Mina quien estabas fingiendo ser? Estos días pasados podrías haber estado siendo tú misma al fin. En mi caso, sé que ha sido así."

"¿Pero quién crees que soy yo, Seiya?"

Seiya la miró tiernamente y susurró un beso sobre sus labios. - "Una mujer cálida y compasiva. Que es capaz de correr cualquier riesgo, por absurdo que sea, por las personas a las que quiere, desde intentar hacerse pasar por fotógrafa de desnudos hasta acorralar al hombre más poderoso de Atlantic City."

Cálida, compasiva. Qué bonito, pensó sombríamente Serena. - "Pero... pero yo quiero ser seductora" - protestó ella.

Seiya le besó la punta de la nariz. - "Puedes seducir a cualquier hombre sin esfuerzo con esos ojazos celestes tuyos."

"¿Mis ojos?" - inquirió Serena melancólicamente - "¿Eso es lo único que te gusta? Por arriba no tengo mucho, pero mis piernas no están tan mal."

- "Lo sé todo sobre tus piernas. Y tampoco le he encontrado ningún defecto a lo de arriba" - su voz de convirtió en un gruñido gutural, y su siguiente beso no tuvo nada de leve y juguetón. Su boca se movió sobre la de ella, ardiente, exigente, obligándola a abrir los labios. Sus lenguas entablaron un duelo fogoso e íntimo, iniciando un ritmo que Serena pudo sentir latir en todo su cuerpo. El deseo se encendió entre ellos como si acabaran de conocerse, crepitante y eléctrico.

Seiya la apretó con fuerza contra su cuerpo, sin dejar duda alguna respecto a la magnitud de su deseo. Serena también sentía hervir su cuerpo, pero aún notaba que una parte de ella se contenía, temerosa.

"Oh, Seiya" - dijo con voz insegura -. "¿Y si... si no es igual... hacerme el amor como Serena en una cama? Sin luz de luna, sin brisas marinas, sin playa. ¿Y si no hay magia?"

"Bueno, sólo hay una forma de averiguarlo, ¿no?" - Sus ojos se encontraron, sombríos, turbios de deseo, y tan sólo aquella mirada hizo que a Serena le ardiera todo el cuerpo.

Se estremeció y asintió. Seiya la alzó en vilo. Encontró rápidamente el dormitorio y entró con ella, dejándola sobre sus pies junto a la gran cama de latón.

Serena le ayudó a quitarse la gabardina, ansiosa por demostrarle que no era el único experto en botones. Pero cuando Seiya comenzó a besarla de nuevo, experimentó otro ataque de timidez e incertidumbre.

"Seiya" - murmuró, conteniéndose -. "Sé que no te gustan las sorpresas, los cambios. Pero sí que ha habido un cambio desde que me conoces."

"¿Y cuál es?" - inquirió Seiya tiernamente. Serena tragó saliva, pero no había forma de que pudiera contarle algo tan... embarazosamente íntimo. No podía hacer otra cosa que mostrárselo. Con dedos inseguros, se desató el cinto del albornoz y lo dejó caer al suelo. No llevaba nada debajo, excepto unas diminutas bragas de satén negro.

Seiya contuvo el aliento, y se estremeció visiblemente. Algo centelleó en sus ojos, y sus manos se volvieron torpes en su esfuerzo precipitado por desvestirse. Se tumbaron el uno junto al otro en la cama, desnudos. Serena se apretó contra él, sintiendo crecer su ansia de acariciarlo, de tocarlo, de lamerlo, de sentirle moviéndose dentro de ella, de tratar de recuperar aquellos momentos gloriosos que habían vivido en la playa.

Pero aquella vez fue Seiya quien dudó, y una expresión peculiar apareció en su rostro. - "Ehh, Serena, estoy seguro de que llegaré a acostumbrarme a esos conejos tuyos. Pero en este instante me están mirando."

Atrapada en su pasión como estaba, Serena tardó un momento en imaginarse a qué se refería. Luego se dio cuenta. Aún llevaba puestas sus zapatillas de conejitos. Riendo, las dejó caer al suelo.

Luego su risa se interrumpió cuando Seiya la atrajo hacia su cuerpo. Cuando sus bocas se unieron, toda vacilación se desvaneció.

Se besaron, se acariciaron, la fiebre creció al igual que la familiar magia que se producía siempre entre ellos. Se convirtieron en dos seres perdidos más allá del tiempo y el espacio, conscientes tan sólo el uno del otro, de los maravillosos sentimientos que compartían.

Un largo rato después, cuando ella yacía exhausta entre los brazos de Seiya, supo que todas sus dudas habían desaparecido. Para siempre.

Se acurrucó contra la calidez de su hombro desnudo, y el silencio se extendió entre ellos, tan profundo e íntimo como había sido su acto de amor.

Seiya se movió al fin y le besó la frente con dulzura. - "¿Qué piensa entonces, señorita Tsukino?" - le preguntó -. "¿Cree que podría ser feliz alguna vez viviendo en una vieja casa victoriana, criando a media docena de hijos junto al mar?"

¿Hablaba en serio? Serena se enderezó bruscamente, apoyándose en un codo para mirado.- "¿Es esto una propuesta de matrimonio, señor Kou? ¿Después de sólo un fin de semana?"

"De hecho, Lou se preguntará por qué he tardado tanto. Afirma que se dio cuenta de que eras perfecta para mí nada más verte atravesar la puerta."

"Debe ser lo de jugar tanto al golf. Debe hacer maravillas con la vista. Pero, en serio, Seiya, ninguno de los dos somos tan impulsivos. Tal vez deberíamos tomarnos las cosas un poco más lentamente."

"En serio, Serena" - murmuró él, acariciándole la mejilla -. "Estoy tan asustado como tú por lo rápido e intenso que ha sido todo esto. Pero lo resolveremos. Dame una oportunidad de conocerte mejor."

"¿Cuánto tiempo necesitas, Kou?"

"No mucho. Sólo el resto de tu vida" - atrayéndola hacia sí, la besó -. "Con los análisis de sangre, la licencia y todo lo demás, imagino que podremos estar casados el fin de semana."

Serena sonrió, con los ojos húmedos. Aquello era lo que le gustaba de aquel hombre. Era tan cuerdo, tan sensato, como ella.

Dejándose caer de nuevo entre sus brazos, le dio la respuesta con un beso.

...Fin...


¡Hola!

Estoy muy feliz de haber terminado de subirla! 100 reviews! Cuando empecé a escribirla no creí que les gustaría tanto!

Aunque algunas se fueron sin votar, debo decir que la próxima historia será "Dueño del deseo"

Y si, también seguiré con "Desde que te vi" para la desconfianza de algunas XD. No se inquieten ya estoy con el siguiente capítulo, tengo algunos inconvenientes con algunas cosas pero ya voy a ver como sigo adelante. ¡No voy a abandonarla! Soy consciente de que me estoy tardando bastante, pero no quiero desilusionarlas, ciertamente no quedaba ni transmitía lo que yo quería y por eso me la paso corrigiendo.

¡Qué feliz estoy!

Gracias a todas las chicas que me dejaron un review en el capitulo anterior!

KuMiKo Kou: ¡Alguien en este mundo me extraña! Jajaja. Ah! Antes de que me olvide, hay algunas webs en internet en las que te podes bajar libros a tu computadora ¡y todo es gratis! Mi segundo nombre es gratis! Aunque obviamente prefiero comprarlo original, claro, pero están escaneados e los originales así que es prácticamente lo mismo. Cualquier cosita, si no lo encontràs, mándame un mail y yo te paso algunas direcciones. Tu ultimo review me dejo cargo de conciencia! Sé que con "Desde que te vi" ando media perdida pero para nada la tengo abandonada, tengo 20 hojas del Word, pero no queda como me gusta. Prometo que pronto subiré el siguiente capítulo!

LOYDA ASTRID: Camarada de hombres musculosos! XD. Gracias por estar siempre junto al pie del cañon y darme palabras de aliento en todos y cada uno de los capítulos. Prontito empezare con la siguiente historia, espero tenerte a mi lado como en todo lo demás que vengo haciendo. ¡Gracias!

MISS-ODANGO: ¡Otra que siempre está conmigo! Espero verte también en "Dueño del deseo" Asique nos veremos prontito!

Hotaru Koullen: Mucho tiempo de que no nos cruzamos en el Msn! Espero verte prontito! Quiero las fotos que reunieron para los premios. Y hablando de todo eso ¿en qué quedo todo? Hace mucho que no puedo hablar con Sol y estoy desinformada!

Patty Ramirez de Chiba: Aquí está terminada esta historia. Espero verte también en "Dueño del deseo" Nos vernos prontito!

malkav-iztli: Hola! Prometo ponerme al día con todo! Mientras vaya finalizando la historias a medida voy a seguir con otras, también hay que tener en cuenta "Mujeres Asesinas" la de Serena y Seiya me esta costando mucho hacerla! Eso no estaba en los planes. En fin, "Desde que te vi" en poco tiempo volverá, mientras tanto en cuanto lo tenga listo, comenzare con "Dueño del deseo"

Saludos!

veronick: Hey! Hola! Espero que te haya gustado la historia! Y espero verte pronto con "Dueño del deseo". Nos vemos pronto!

chikita22bkou: Ojala hayas disfrutado de este final y que se hayan disipado todas tus dudas. Te espero en "Dueño del deseo" y en "Desde que te vi" que en poco tiempo habrán noticias de ellas. Te mando un beso!

Serenalucy: Yo también lo único que leo son historias de Serena y Seiya, algunas que otras de Mina y Yaten, pero no mucho mas allá. Espero verte en los siguientes proyectos! Saludos!

drixx: Hola! Aunque la historia que gano fue "Dueño del deseo", "Jaque al corazón" le seguirá a esa. La votación fue más para darle un orden de prioridades a las historias, ya que tengo muchas en mente para subir. Esto me sirve un montón para mejorar a escribir y salir de baches con borradores que tengo archivados en la computadora. Espero verte pronto en las siguientes historias!

Celina Leiva: Hola Celina! La historia elegida fue "Dueño del deseo" y "Desde que te vi" esta hasta el capítulo seis, si es que no me equivoco. Está en mi profile. Me puso muy feliz tu comentario. Muchisimas gracias por el ánimo! Nos vemos pronto!

miki1920: Hola!! Que felicidad saber de vos de nuevo! Esta semana comienza "Dueño del deseo" Espero verte ahí! Ojala te guste!

Sol. Kaory: Hermana y amiga del alma! XD. Cuando lei tu review tuve ganas de entrar al monitor como Samara en "La llamada" y acogotarte! Perversa pudiste esperarme! Después soy yo la ansiosa! Otra noticia, no abandone "Desde que te vi" hice algunas cuantas cosas nuevas pero no queda como quiero, me da la sensación de que es muy repetitivo y no quiero que todos los personajes estén siempre en torno a Serena y Seiya, quiero que tengan sus propias vivencias y me está quedando lo contrario. Con respecto a tu "ida" del fandom, he dejado lo que pienso en mi profile. Tenes mucha razón en varias cosas que decís, y sobre todo, esta página tiene que ser para distendernos y pasarla bien, lo tenemos que ver como eso y no como una obligación. Ya para eso esta el trabajo, la facultad y nuestras propias vidas! Pero debo admitir que no quiero que te vayas! Que voy a ser sin mi beta reader! No puedo conseguir otra, es verderamente difícil encontrar alguien con el estilo de una y que me entienda lo que quiero expresar. Quiero llorar! Espero que aunque te vayas me sigas leyendo! Buaaaa X`( Te quiero!

akela17: Tanto tiempo querida Akela! Se te extrañaba mucho! Espero verte en las siguientes historias, la próxima es "Dueño del deseo" y estará, si los cálculos no me fallan, el primer capítulo a partir del lunes. Todas mis historias son de Serena y Seiya, Seiya es el más dulce de todos!! Jajaja. Espero verte prontito! Beso!

Kinsei. x: Estuviste en Uruguay?! Son lindos los uruguayos! Vi una foto tuya con tu novio nuevo! Quiero todas las novedades y detalles! Hace demasiado tiempo que no nos cruzamos en el Messenger. Ya estas devuelta en tu casa? Comienza la siguiente historia! Espero verte pronto! XD

Muchismas gracias a todas las que me dieron su apoyo a lo largo de la historia!

Hasta la próxima!

Akari 87