Sin mirar atrás.

Capitulo 1.

El frió de otoño se empezaba a sentir en la ciudad, un joven con una cola de caballo trenzado, avanzaba mientras el sol se escondía, a su lado una amazona con una mochila sobre su espalda lo acompañaba en ese largo viaje.

No muy lejos de ahí una joven de cabellos azules lo miraba con una infinita tristeza plantada en su rostro recordando lo que momentos antes había sucedido.

-Me voy de viaje- dijo el joven con decisión.

-¿A dónde?- pregunto con una clama que no poseía.

-No se voy a entrenar, necesito mejorar.

-¿Para eso vas a llevar a Shampoo?- pregunto mientras la garganta se le empezaba a cerrar contra su voluntad.

-Ella decidió acompañarme, me ayudara a entrenar.

-Entiendo- y fue lo único que dijo mientras vio marcharse al chico que rondaba sus pensamientos y su corazón. Solo una lágrima recorrió su rostro, sus labios temblorosos con ansias de gritar, de recriminarle, de insultarlo.

No me dejes.

¿Por qué no me lo pediste a mi?

Te hubiera acompañado, lo hubiera hecho.

Porque ella, ¿Por qué?

¡Volverás!

¡Te odio!

¡Idiota!

Pero sobre todo…

¿Me amas?

Yo si.

Y fue en ese ultimo pensamiento en el que no pudo mas y un quejido de impotencia salio de sus labios para caer arrodillada al suelo y llorar, lo hizo hasta que no pudo mas y con la cabeza gacha, sintiéndose derrotada, regreso a casa, subió las escaleras en silencio, no hizo caso al llamado de su hermana mayor, mi al de su padre.

-Déjenla- dijo Nabiki, aun sosteniendo la carta que había encontrado, donde el joven Saotome, se despedía por tiempo indefinido de la familia Tendo y de su padre.

-Pero hija.

-Papa, creo que es mejor que este sola, además dudo que tenga ganas de hablar con alguno de nosotros.

-Pero…

-Es cierto- apoyo Kasumi- iré a prepararle, el baño- pero cuando estuvo listo y Kasumi golpeo la puerta de su hermana menor ,al no obtener respuesta y abrir la puerta y verla dormida, con los ojos lloros, prefirió no despertarla y se marcho.

En el restaurante de la amazona, una anciana llamaba a gritos al su ayudante que no respondía y para su mala suerte había mas clientes de los que ella podía atender.

Afuera del local e ignorando los gritos de la anciana, un joven de gafas de botella y cabello que cualquier mujer hubiera deseado tener, meditaba sobre los acontecimientos ocurridos apenas hacia unas horas.

-Me voy abuela- dijo la amazona cargando su maleta.

-Que te vaya bien bisnieta.

-Sham…poo…-tartamudeo Mouse, tirando uno de los platillos sobre uno de los clientes.

-¿Qué le pasa?-grito molesto el señor, y al ver que no le hacían caso, se marcho del lugar sin pagar la cuenta, por ello el joven recibió un golpe de la anciana con el bastón.

-¿Qué crees que haces muchacho tonto?- demasiado concentrado en su propio sufrimiento que ni sintió el golpe, tomando las manos de su amada, y esta al sentir que su espacio era invadido haciendo una mueca retiro sus manos del que las apresaba.

-¿A dónde vas?- pregunto con angustia, sin darle importancia hacia el rechazo que le hacían.

-Voy con Ranma, viajaremos juntos- dijo sin importarle el dolor que se reflejaba en el joven.

-¿Por qué?

-Es mi prometido y lo acompañare a donde ser- dijo con decisión.

-Pero yo…

-Tu no eres nadie Mousse, entiéndelo, perdiste tu oportunidad desde el momento que te vencí además nunca podrás vencer a Ranma- dijo con decisión, haciendo añicos las esperanzas del chino, salio del local despidiéndose como si nada pasara, esperando aburrida, que Mouse de un momento a otro la siguiera para intentar detenerla o pelear con Ranma pero nada de eso sucedió, sintió algo curioso en su pecho que no pudo descifrar cuando el muchacho no llego, atribuyo el sentimiento a que era su imaginación y que debería de estar feliz.

-¡Mouse!- un nuevo grito de la anciana, lo saco de sus divagaciones y fue dentro del local, dispuesto a trabajar, se limpio los ojos ahora rojos de llorar en silencio y se dispuso a trabajar.

Los penetrantes rayos del sol entraron por su ventana para golpear sin consideración sus ojos, aun cerrados apretó mas los parpados intentando en vano a dormir en paz, con resignación se levanto de la cama y se dirijo hacia el baño abrió la regadera y se recargo en la manija del agua caliente y el coraje la invadió y sin poder evitarlo la rompió, al darse cuenta solo suspiro y resignada salio del baño para cerrar la llave desde afuera, una vez cumplida la tarea subió hasta su cuarto, se vistió y saludando a los pocos que había en su casa se marcho, tomo el autobús y bajo de el cuando apenas llevaba una cuadra desde que se movió, el chofer la observo curioso, pero mientras le pagara no era su problema.

Akane se sentó en unos de los columpios del parque, niños que todavía no asistían a la escuela junto con sus madres, algo se oprimió en su interior, sintió nostalgia de talvez nunca poder formar una familia, ahora que lo pensaba, Ranma no mostró mas que simples celos cuando estaba cerca de un hombre, y para colmo no se atrevía a aceptarlo y a todo esto nunca le había dicho si la quería, agarro fuertemente las cadenas del columpio como si con ello pretendiera retener las lagrimas que se volvían a formar en sus ojos.

-¡Vamos! ¡vamos atrápalo!- grito un niño con euforia al punto de no contener su alegría.

-¡Ya voy, va voy!- gritaba otro intentando atrapar al pobre animal que ya no sabia hacia donde correr.

-Furu, deja ese animal en paz- dijo la madre molesta- Muru, suéltale las plumas- reprendió a su otro hijo.

-¡Pero Mama!- dijo con una cara de tristeza.

-Pero nada- sentencio.

-Cuack, Cuak- gritaba el animal tratando de librarse del agarre del niño perdiendo varias plumas en el intento. Akane, fue sacada de sus pensamientos ante el escándalo, observo que una madre molesta llevababa prácticamente a sus dos hijos arrastrándoles, mientras en un intento trataban de soltarse del agarre sin éxito.

Ya verán cuando lleguemos a casa, hoy no habrá postre- logro escuchar que decía la señora cuando paso aun lado de ella, ante esta mención los niños comenzaron a llorar desconsoladamente- y no empiecen porque sino será una semana- ante la amenaza ambos cesaron el llanto. Akane se permitió una sonrisa, hubiera deseado que su madre estuviera ahí para aconsejarla.

-Cuack- el graznido del pato la distrajo obligándola a observarlo, el pobre estaba muy maltratado, Akane lo observo detenidamente y pudo notar como un flequillo se formaba en su frente y unas gafas de botella rotas colgando de su alargado rostro, Akane abrió los ojos sorprendida al reconocer al animal, se acerco a el, levanto al animal con cuidado.

-Mousse- llamo, al oír su nombre levanto la cabeza, a pesar de su escasa visión pudo reconocer la voz.

-Cua...ck- grazno antes de caer desmayado.

Le dolía la cabeza, la imagen de su hermosa amazona se hizo presente, la llamo sin lograr una respuesta y vio su imagen alegarse y por mas que grita y corría no la alcanzaba, lloro de impotencia, pero no consiguió nada, luego vio como a quien amaba llegaba hasta los brazos de Saotome y este la besaba.

-¡Shampu!- grito y por fin se despertó sobresaltado.

-¿Estas bien?- pregunto una voz a su lado, Mouse volteo a ver a la dueña de a voz por un momento pensó que era Shampoo pero al entrecerrar los ojos se dio cuenta que no era así.

-¿Qué?

-Shh... no te esfuerces parece que esos niño te dejaron peor de lo que creí- dijo dejando escapar una pequeña risa.

-Oh...- pronuncio al recordar lo sucedido en el parque, increíble que haya sido vencido por un par de infantes, ahora comprendía porque Shampoo lo consideraba un débil.

-Estarás bien, no fue nada grave.

-¿Dónde estoy?

-En mi casa, ahorita no hay nadie así que disculpa los vendajes esto nunca fue mi fuerte.

-Perdona, no quiero causarte molestias.

-No digas tonterías- dijo reteniéndolo en su intento de marcharse.

-Auch- se quejo cuando la chica toco una de las resiente cicatrices que se había causado al intentar desquitar su frustración con cuanto se atravesara en su camino, una de las causas por la que había terminado en ese parque con forma de pato.

-Lo siento- se disculpo.

-No importa.

-Toma- dijo extendiéndole un plato con arroz y vegetales- Mouse quien había escuchado rumores sobre la comida asesina de la gran Akane, pensó rechazarla pero después de todo una muerte rápida no le vendría mal además se lo debía a la chica.

-Gracias- dijo tomando el plato, cerrando los ojos dirigió los palillos con el alimento directo a su boca, lo paso de un bocado, esperando el final , pero lo único que sintió fue un poco de sal de mas, pero por lo demás era comestible.

-¿Qué tal?- pregunto ansiosa, llevaba practicando desde hacia tiempo, estaba conciente de que su comida no era la mejor del mundo pero siempre ponía su mayor esfuerzo- No te gusto verdad- dijo con resignación al ver que no emitía ningún sonido y se dispuso a retirar el plato de sus manos, pero para su sorpresa el chico acerco el plato hacia el impidiendo que le quitaran el plato.

-No esta mal, solo que no necesitas echarle tanta sal- dijo suavemente, no quería ser golpeado por su imprudencia, pero tampoco quería mentirle.

En vez del esperado golpe lo que recibió fue una radiante sonrisa de la muchacha, era la primera vez que alguien no criticaba su comida de una manera cruel, y eso la hacia sentir orgullosa.

-Te traeré un poco de agua- dijo saliendo a toda prisa, por primera vez Mousse observo con detenimiento el lugar donde se encontraba, era un cuarto amplio y sin duda de una chica, se sintió un poco incomodo al notar esto, nunca había estado en el cuarto de una chica y el no era ningún pervertido para seguir allí.

-Aquí esta- dijo la alegre voz de Akane.

-Gracias- dijo terminando a prisa el alimento y bebiendo el vaso de agua y casia ahogándose en el proceso- mejor me voy- dijo poniéndose de pie.

-Mousse- llamo.

-Si.

-Tu... tu... sabias.

-Si- contesto- pero lo supe cuando se iba- dijo con la cabeza gacha- y tú.

-Me entere el mismo día- dijo con melancolía.

-Mejor me voy.

-¡No!- dijo- Por favor, no quiero quedarme sola.

-Yo tengo que volver a china.

-A china, porque.

-Porque no tengo nada que hacer aquí.

-Creí que tenias un trabajo.

-Ja, creo que ya me e humillado demasiado, Shampoo no me quiere, no me quiso y ya me di cuenta que nunca me quedara.

-Mousse…

-Adiós.

-Espera.

-¿Que pasa.?

-Tu…, pues, porque no te quedas un tiempo aquí.

-¿Qué?- pregunto sorprendido y con un leve sonrojo en la cara, al notar esto y al comprender un poco mas sus propias palabras Akane se sonrojo.

-No, no es lo que piensas- se apresuro a decir, al darse cuenta de sus palabras- es solo que no creo que debes irte porque ella no esta aquí mírame, yo estoy bien, no lo necesito- dijo, y aunque intento ocultar las lagrimas que se asomaban no pudo mas y termino llorado, justo antes de caer al suelo, fue sostenida por unos fuertes brazos y al sentirse así protegida, no se contuvo mas, lloro y golpeo el cuerpo de Mouse como si tratara de desahogarse y grito.

-¿Que hice mal?, ¿que hice mal?, ¿soy fea?, ¿lo soy?- pregunto desesperada pero no obtuvo respuesta alguna, Mousse no se atrevió a contestar, solo la dejo llorar hasta que el cansancio la venció.

Cuando finalmente despertó, la noche se hacia presente, a lo lejos se veían los faroles, alumbrando las calles, Akane observo en donde se encontraba, su cuarto nunca le pareció tan irreal, busco en vano, la figura de Mousse, suspirando decidió bajar las escaleras, para llevarse una gran sorpresa, como de costumbre su familia se encontraba reunida durante la cena y en esta ocasión en vez de ser su hermana la que sirviera la comida, el joven chino era quien lo hacia.

-¿Mouse…?- pregunto dudosa, el chico al oír su nombre sonrió y continuo con su labor.

-Akane, este chico es maravilloso- dijo con alegría su padre.

-Ven Akane, Mousse nos preparo la cena, ojala pudieras cocinar como el- contrario a lo que sucedía siempre Akane no se molesto por el comentario de Nabiki. Sino que se sentó en su puesto y se dispuso a disfrutar de una agradable cena.

Esa noche el joven chino durmió tranquilo, en el doju Tendo, cobijado por una suave frazada rápidamente callo dormido.

Al amanecer, Kasumi se encontró con que alguien había invadido su cocina, el joven chino, hacia y desasía y se movía de un lado a otro.

-¿Que haces Mousse.?

-Ah…- grito sorprendido- Kasumi, perdona, pero quería preparar algo para agradecer su hospitalidad.

-En ese caso sigue- dijo saliendo de la cocina con una sonrisa en el rostro, mientras el chico la veía sin comprender, sin darle importancia continuo con su labor, una vez que todos los integrantes de la casa estuvieron listos para desayunar, bajaron como era costumbre solo para encontrarse con la cocinera, viendo la televisión y tarareando una canción.

-Eh… hija, ¿vamos a desayunar?- pregunto dudoso el padre.

-Por supuesto- contesto Kasumi contenta.

-¿Y donde esta el desayuno?- pregunto Genma al ver la mesa vacía.

-Aquí esta- contesto una voz entrando.

-¿Tu preparaste el desayuno?- pregunto Nabiki sorprendida.

-Si, vamos prueben- no fue necesario repetirlo dos veces después de haber recibido una exquisita cena la noche anterior.

-Delicioso- dijo Nabiki- Kasumi creo que tienes competencia.

-Supongo- contesto feliz.

El claxon de una limosina, hizo que Nabiki dejara lo que le faltaba de comer y se despidiera de su familia para ver a su novio que la venia a recoger como era costumbre desde hacia un año.

En un dos por tres la casa fue desalojada dejando nuevamente a Akane y Mousse solos.

¿Que tal dormiste?- pregunto la chica para romper el silencio.

-Bien gracias.

-No hay de que parece que a mi familia le caes muy bien y eso que solo has estado aquí un día.

-Tu crees.

-Por supuesto.

-Creo que lavare los platos.

-Te ayudo- dijo contenta.

-Creí que tenias clases.

-Ayer no fui no creo que hoy me extrañen- Mouse asintió con la cabeza y se dirigió a la cocina seguido de Akane.

En su conversión durante la tarea salieron todo tipos de temas desde que Akane había estudiado administración para hacerse cargo de doju, que Naniki se había echo novia de Kuno durante su carrera de economía, que la relación de Kasumi con Tofu iba viento en popa y que su padre se encontraba muy bien, hasta los planes que Mousse tenia de volver a china, las posibilidades que tenia al quedarse y sus sueños no cumplidos pero en ningún momento los nombres Ranma y Shampoo fueron mencionados.

Cu cu…Cu cu…

El reloj del recibidor empezó a sonar anunciando el medio día.

-No puede ser, ya son las 12 y toda vía no terminamos de limpiar.

-Je, je, creo que nos emocionamos platicando.

-Si, eh… Mouse te puedo pedir un favor.

-Si claro- dijo sin saber que era lo que le iban a pedir exactamente.

-Pues veras… todos dicen que eres buen cocinero y me preguntaba si tu.. Pues… tu… eh…

-Te ayudo a cocinar- dijo con una sonrisa.

-Si- dijo apenada.

-Claro, es lo menos que puedo hacer por tu hospitalidad.

-No tienes porque.

-Lo tengo, vamos te ayudare pero primero vamos a limpiar este desorden- Akane vio lo poco que habían hecho hasta ese momento y se dijo así misma que era mejor apresurarse si no quería que su hermana mayor le diera un infarto por ese desorden.

Continuara….