Disclaimer:Naruto ni sus personajes me pertenecen, son obra de Masashi Kishimoto...

Advertencias: He vuelto a subir este fic, como verán está –según yo- corregido, no he cambiado nada, el tema sigue siendo el mismo, sólo he puesto mejor redacción y una ortografía decente. Las letras cursivas –como menciono en las 'aclaraciones'- se trata del texto de un libro que Sakura encontró en su casa, así que repito, esas cursivas son el texto de un libro que Sakura lee.

Aclaraciones:

Texto del libro sin titulo.(Por ahora)

Recuerdos o visiones que solo tiene Sakura.

-'Pensamientos de los personajes'-.

(Aclaraciones).

"Hablan los personajes".

Summary: Ni los cien años que pasaron lograron hacer cambiar su destino. Ella encontró su pasado y él llego a recordárselo. Su destino sellado en un libro que le mostrara los pecados que su alma ha cometido.


Yunmoon Projects

Presenta:

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Yuro akai –Noche roja

1ª Noche - Azul como el hielo.

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Su mirada viajo en todo el pasillo, la oscuridad infinita del interior de ese lugar sólo se deshacía junto a una ventana la cual dejaba entrar la luz de la luna. Sus pies, descalzos, pisaban la humedad del pasillo, piso húmedo debido a la nieve que caía ahora, miro por todos lados, se sentía asechada como una oveja por un lobo, pero era un juego, así que a la vez sentía adrenalina. Afuera nevaba, el frió calaba los huesos de cualquier ser esa noche, pero ella sólo vestía un largo y ligero camisón hasta debajo de las rodillas, el brillo y color de sus ojos sólo se identifico cuando estuvo frente a la ventana y la luz de luna le llego de lleno, sabía que perdería con eso pero no le importo y fue cuando sintió que le tomaban de la cintura y la derribaban al suelo, el contacto del helado suelo contra su piel no lo sintió o si lo hizo simplemente lo ignoro.

-Te atrape-.

La segunda persona quedó arriba de ella, ella sólo le acariciaba la mejilla mientras él descubría su cuello quitando su largo cabello, reclamando su premio. Abriendo ligeramente la boca él se acerco al cuello blanquecino de ella, su aliento frió choco con esa piel delicada para luego, con sus colmillos, rasgar la piel y tomar su sangre. La sangre que escapo de su boca era contrastada con su pálida piel, blanca como la nieve. Todo este espectáculo era visto por la luz de la luna que alumbraba a ambos individuos. Ese espacio sólo mostraba dos figuras, a la chica que estaba debajo y al hombre que estaba arriba de ella, bebiendo su sangre. Pelinegra y pelirrojo, ojos esmeralda y ojos miel, ambas pieles blancas, y sus ojos cambiando a un carmesí, igual que la sangre que salía del cuello de ella.

-Será la última vez que pueda hacer esto-.

Anunció él, quitando sus colmillos de su piel, lamió la poca sangre que había salido quitando todo el rastro, las heridas cerraron en un abrir y cerrar de ojos, él toco su mejilla y luego la besó, era algo similar a una despedida.

-No te preocupes hermano, yo te seguiré viendo-.

-Nuestro Rey no permitirá esa insolencia, que veas a otro no está en sus planes-.

-No creo que se de cuenta-.

Los ojos carmesí de ella cambiaron a un verde profundo y lo miro de forma maternal, extrañaría esa casa en la cual vivía con su hermano, pero sabía que tenía que cumplir con su misión. Después de todo, los pura sangre tenían las responsabilidades más importantes que cualquier otro vampiro, a veces pensaba que no ser pura sangre habría sido lo ideal, pero sabía que no sólo se debía a eso, estaba lo otro que le hacía ser un poco más importante.

-No cometas tonterías con nuestro Rey, no te metas en problemas-.

Los ojos de él cambiaron a un color miel, su mirada parecía cansada y sus manos tocaban la cintura pequeña de su querida hermana.

-No seré la única que este con él, de eso estoy segura, no soy la única sangre pura, no creo que note una ausencia-.

-Te equivocas, serás la única, después de todo tener más de una persona no es algo que este en nuestras reglas-.

-Estará ocupado-.

-Y estarás con él en cada momento-.

-¿Acaso ya no quieres verme?-.

-No, sólo quiero que estés bien con nuestro Rey-.

-Estaré perfecta, si es necesario abogare para venir a verte-.

-Tan sólo no te escapes-.

-Hare lo posible-.

-Entonces no esperare mucho-.

-Tendrás que confiar en mi, hermano-.

Ella sabía que él estaba preocupado, porque obviamente su hermano le conocía, ella no podía estar tranquila, siempre había gustado de hacer travesuras. Su hermano había soltado un suspiro y luego había sonreído.

-Te voy a extrañar-.

Dijo él, ella sonrió con amargura, ella sin duda lo haría más.

-Yo más-.

Un beso, cada uno en la mejilla, sus fríos labios tocaron la mejilla de cada uno, una voz los hizo mirar a la derecha.

-Y yo igual-.

Una tercera persona, una mujer, se unió a su despedida, la luz alumbro su figura, pelirroja de ojos negros, hermosa y delicada, ambos besaron las mejillas de la pelinegra, ambos la abrazaron, ella era la menor y la elegida para casarse con el Líder de la raza.

-Prometo visitarte, cuando nos casemos-.

-¿Lo prometes?-.

-No sólo yo, si no también él-.

Dijo mirando al pelirrojo, su prometido y su hermano.

-Los esperare-.

-Y ahí estaremos hermanita-.

Dijo la pelirroja con una sonrisa tranquilizadora, no sabiendo si podría cumplir su promesa.

-Gracias-.

Su hermana se dio cuenta de que se veía ansiosa, sentimientos contradictorios en esa niña provocaron que quisiera agregar algo más, pero prefirió callar y salir de ahí, sabía que su pequeña hermana quería pasar más tiempo con su verdadero hermano.

-Bueno, voy a ver a mamá, esta abajo, algo melancólica por tu partida-.

-Entendido-.

La pelirroja bajó y volvieron a quedarse solos, sumidos en el silencio y comunicándose con sus ojos, ambos de pie mirando la hermosa luna, sus ojos verdes miraron a su hermano, bajó la vista, sinceramente estaba más triste que emocionada.

-Vamos abajo, papá y mamá te querrán ver antes de que te vayas-.

-No me iré por siempre, no entiendo por que tanto alboroto-.

-No, pero te casaras con nuestro Rey, no sabes lo que pasara de ahora en adelante contigo-.

-Lo se-.

Se coloco los zapatos al encontrarlos en el borde de la escalera, sus pasos eran elegantes y su mirar era profundo, toda una joya rara como la había descrito su Rey, bajó pero se dirigió a su recamara, todavía estaba en camisón, y no debía presentarse así a su futuro esposo. Después de ponerse un vestido blanco ligero, se cepillo el cabello y colocó una rosa roja en su cabello, terminó por atarse unos zapatos bajos y salió, vio a sus padres, una mujer alta de cabello rojizo y ojos jade, su mirada era maternal como siempre y su padre, de cabello rojizo y ojos castaños, ambos la abrazaron.

-Nuestro Rey viene ahora mismo-.

Un último abrazo por todos, para encaminarse al exterior de la casa, sus ojos se cerraron lentamente mientras varios ruidos se escuchaban afuera, la soltaron lentamente y ella volteo, observando a esos hombres, todos perfectos como debía de ser, hombres con trajes de la familia más poderosa, sirvientes del Líder de la raza, al que llamaban Señor, Lord, Emperador, Rey. Su mirada se detuvo en cada persona frente a su casa, examinándolos.

-Somos siervos de Lord-sama, venimos por su prometida-.

El hombre de cabello negro observo al padre.

-Dómine-.

El nombre de ella salió de los labios del hombre, la chica se movió un poco incomoda, su primer nombre en labios de alguien que no se tratara de su familia le daba un poco de escalofríos.

-Mi hija, esta aquí-.

El hombre señalo con la mirada a su hija la cual miraba a la derecha tratando de evitar mirar a cualquiera, se había puesto nerviosa.

-Venimos por usted Miladi-.

-Si-.

Los hombres se abrieron paso cuando la pelinegra se dirigió a la puerta del carruaje, ella volteo repentinamente y miro a todos, se despidió con la mano y salió totalmente de ahí, de su hogar. Frente a ella se alzaba un carruaje blanco, el frió era de lo peor, pero ellos ni se inmutaban de la vestimenta de ella, su ligero vestido blanco y sus zapatos bajos, era lo único que llevaba, claro sin contar su ropa interior, con paso elegante llego hasta el carruaje, un hombre de cabello rubio le abrió la puerta y le ayudo a entrar. Adentro otro rubio estaba, con una mano sostenía una copa de lo que parecía ser un líquido rojo, se imaginaba que era sangre.

-Miladi, gusto en conocerla, es más hermosa de lo que pensamos-.

-Muchas gracias pero no tengo el gusto de conocerle-.

-Edmé Easley, miladi-.

-Un placer-.

-Igualmente miladi. Yo seré quien la guíe hasta la mansión de Lord-sama, después de llevarla a casa el trabajo queda bajo una sierva de Lord-sama, Irina Yager-.

-Entiendo. Pero me preguntaba ¿Cuándo tendré el placer de conocer a Lord-sama?-.

-Miladi, usted no tiene porque llamarle así, Lord-sama me ha dicho que para usted es simplemente…-.

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"FRENTEZOTA".

Se exalto y soltó un jadeo, ese grito le había dado un susto de muerte, alzo la mirada y observo con el ceño fruncido a la culpable de recibir ese susto.

"¿QUÉ?".

Gritó, mostrando lo molesta que se sentía.

"Frentezota te llevo llamando por más de dos minutos".

"Perdona cerda, no ves que yo SI leo".

"Yo también leo frentezota, pero no en mis tiempos libres". La rubia miro el libro, era curioso, bastante llamativo, pero lo más curioso era que no tenía nada escrito en la gruesa tapa y al parecer tampoco en el reverso. "Por cierto ¿Qué lees frentezota?".

"Un libro que encontré en mi biblioteca personal, estuve limpiando y de repente apareció".

"Mmm… Que extraño, no tiene titulo, ¿O si?".

"No, no tiene ningún titulo, ni editorial, ni epilogo y mucho menos autor, lo revise antes de traerlo… de hecho, parece como si hubiese sido escrito a mano".

"¿De que trata?".

"Apenas lo empecé a leer. Pero por lo que he leído, habla de una chica, que es una vampiresa, toda su familia es de vampiros y es la menor, y fue elegida para casarse con alguien que tiene el puesto de Líder de la raza… me imagino que se refiere a que es el líder de los vampiros".

"Kyaaa… es una novela romántica".

"Vaya, supongo que te gustan este tipo de libros".

"Sí, pero aunque me gusten no los leeré en mi tiempo libre, mejor luego que lo termines me lo cuentas".

"Ok".

"Te dejo en tu 'fabulosa' lectura".

"Como digas Cerda, mejor vamos a comer".

"Cierto, como ayer me trajiste el almuerzo decidí que hoy yo te traería el almuerzo, toma".

"¿Lo hiciste tú?".

Dijo viendo la caja de obento, era bastante llamativa y al parecer olía bien, realmente no se esperaba que Ino, la chica fresa y cool, supiera cocinar, era algo inesperado.

"Claro".

Dijo la rubia triunfante. La pelirrosa sonrió y decidió hacerla enojar un poco.

"Entonces come tu primero, no quiero salir envenenada".

"Que mala eres frentezota, y yo que me esforcé por ti".

"Era broma, gracias, cerda".

-A comer-.

Después de su hora libre regresaron a clase, ambas apenas tenían 15 años y cursaban el primer grado de secundaria alta, Ino pertenecía al grupo de porristas y era una de las mejores y Sakura pertenecía al grupo de música tocando el violín, era algo torpe en el deporte, por ello no escogió ningún grupo en el que se necesitara moverse mucho.

Su día fue relativamente sencillo y normal. En su casa se dedico a realizar sus deberes de la escuela, como los problemas de matemáticas y la absurda tarea de geografía, después de ver su trabajo listo, decidió bajar a la sala, llevaba en sus manos el libro de cubierta roja, se sentó en el sofá y quitándose las pantuflas comenzó a leer de nuevo su libro.

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-Miladi, usted no tiene porque llamarle así, Lord-sama me ha dicho que para usted es simplemente Serge-.

-Serge-.

-Exacto Miladi. Y respecto a cuando podrá conocerle, no se preocupe, le aseguro que será pronto. Lord-sama llegara mañana en el atardecer-.

-Entonces, debo suponer que estaré sola todo ese tiempo-.

-Claro que no Miladi, entre la señorita Irina y yo la atenderemos, somos los sirvientes más confiables de Lord-sama, así que confíe totalmente en nosotros-.

-Si, entiendo-.

Fijo su vista en el vidrio viendo su propio reflejo, y luego vio afuera, la nieve caía lentamente llenando los alrededores, algo de hielo se veía, el reflejo de la luna hacía ver el hielo de un tono azuloso, sus ojos se cerraron pero volvieron a abrirse cuando sintió un peso en sus hombros miro arriba y vio como el rubio colocaba un abrigo blanco en sus hombros.

-Miladi por favor cuídese mucho, es mi trabajo cuidarle, pero más que eso, usted me agrada mucho-.

-Muchas gracias-.

-Descanse todo lo que quiera, tardaremos algo en llegar-.

-Entiendo-.

Cerrando sus ojos pronto cayo en un sueño profundo, casi no dormía porque dormir no era algo del todo útil, podía utilizar su tiempo en otras cosas, y además se suponía que los vampiros no dormían, se despertó al escuchar que los caballos comenzaban a ir más lento. Vio bajar al rubio y ella sin dudarlo lo siguió, el rubio le ayudo a bajar y una vez abajo admiro la gran mansión, enorme simplemente enorme, sin duda elegante y estrafalaria. Camino con paso elegante hasta llegar dentro de la mansión, las puertas fueron abiertas por cuatro empleados, sus pasos se hicieron escuchar por todo el lugar hasta que se detuvo, las cuatro empleadas hicieron una reverencia y con una sonrisa dijeron a coro.

-Bienvenida a casa Miladi-.

El resto de su día fue guiada por una sierva del Lord, Irina, una chica de un cabello largo y rubio como el oro, sus ojos eran de un tono verdoso agua, muy atenta y amable, la llevo a su alcoba, la alcoba que compartiría con su prometido, era una alcoba enorme, con un gran ventanal que dejaba entrar todo el resplandor de la luna, sus ojos se cerraron y respiro profundamente, un aroma exquisito llegó a ella, bajó la vista y escuchó como la puerta se cerraba, después de tomar ropa para darse una larga ducha entró al baño, preparó el agua, incluyo deliciosas fragancias, el olor era delicioso, un aroma a sensualidad, inocencia y sobre todo virginidad.

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"Sakura, hija ya llegamos".

Sakura cerró el libro, lo colocó en la mesa de enfrente y miró a su madre.

"Si mamá".

Observo a su padre y notó que con una sonrisa se acercaba y le revolvía los cabellos, sonrió, amaba a su padre tanto como amaba a su madre, estar lejos de ellos le hacía sentir solitaria.

-¿Nos ayudas a desempacar todo?, trajimos adornos y… veamos más adornos, ah, y la despensa-.

-Si mamá-.

Se coloco las pantuflas moradas y camino en dirección a la cocina, tomó todo lo que iba en la alacena y lo coloco en su lugar, paro algo en el fondo de la alacena llamo su atención, en la pared de la alacena había un agujero que nunca había visto, se estiro para alcanzar el objeto que brillaba, su mano sintió el choque con una pared, pero de inmediato sintió que la atravesaba y saco el objeto, se trataba de un collar con una enorme piedra azul.

"Mamá".

"¿Si?".

"¿Es tuyo?".

Dijo señalando un collar, el collar estaba conformado con una cadena que parecía ser oro blanco y una pequeña piedra azul, parecía ser un zafiro.

"No hija, eso no es mío. Parece muy caro y es muy lindo ¿Por qué no te lo quedas?".

"¿Puedo?".

"Claro, déjame colocártelo… aunque… bueno, contando que esta casa estuvo vacía por ya varios años no creo que le importe a alguien". La mujer pelirroja colocó el collar en el cuello de su hija. El collar pareció tomar un brillo más intenso y la mujer sonrió. "Listo, sin duda fue hecho para ti".

"Gracias, es muy lindo mamá".

"Bueno, ¿te parece si adornamos la casa este fin de semana?".

"Claro".

"Bueno, veamos… por kami, ya son las 8 y no he preparado la cena… ¿Pedimos una pizza?".

"Sí, yo la encargo".

-Preferiría una esmeralda, pero esta no esta nada mal, te queda perfecta-.

Escucho una voz y sintió que su mente se iba de su cuerpo. Su madre notó su aturdimiento y le habló para despertarla.

"Entonces de que pedimos la pizza".

"¿Ah? ¡Ah! Si ¿de pepperoni?".

Su mente reacciono… ¿Qué había sido eso?

"Claro".

Tomo el teléfono y una vez le contestaron pidió una pizza de pepperoni grande, al colgar tomó su libro y subió a su alcoba, cerro lentamente y luego aventó el libro, el cual callo en la cama y se abrió en una página, se sentó frente a su escritorio y miro a la derecha viendo como la luna estaba en un cuarto creciente. Juraría que había escuchado a alguien susurrar en su oído eso, había sentido casi el aliento rozar con su nariz, estaba segura que no lo estaba imaginando, eso había sido demasiado real para creer que fuera un delirio.

-'Debí de haber visto en el libro algo así, eso debe ser y lo de la voz, pude haber escuchado a alguno de mis amigos y mi mente me jugo una mala pasada al hacer que su voz dijera ese párrafo. Sin duda se trata de eso'-.

Se acerco al libo y lo cerro dejándolo sobre su mesa de noche, se dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección a la puerta, la abrió para cerrarla después de salir completamente. Esa noche no pudo dormir muy bien, cada hora o media hora se despertaba, sentía un calor sofocante, a las 5 de la mañana ya no pudo conciliar el sueño y lo mejor que pudo hacer fue levantarse y tomar un baño de agua tibia, había tratado miles de veces bañarse con agua fría, pero cuando alguna parte de su cuerpo tocaba el agua congelada negaba con la cabeza y ponía el agua a una temperatura que ella pudiera resistir. Sin duda esa había sido una de sus peores noches… el zafiro del collar brillaba con la luz del foco, parecía hielo… azul como el hielo.

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Bueno, estoy corrigiendo este fic, después de leerlo me quedó claro una cosa, me gusta la historia pero no la redacción y la horrible ortografía. Así que me decidí a tomarlo de nuevo y comenzar a corregirlo y subirlo. Espero no me odien por haber dejado mis otros fics, realmente no se si voy a continuarlos o no, quiero hacerlo pero la verdad es que no tengo mucha inspiración para esas historias… uff, después de ver a Sasuke tan malo y todo eso en el manga… pues me corto toda la inspiración de mis fics, pero los nuevos que subí sin duda los actualizare pronto, de hecho ya tengo las continuaciones pero… jajaja, siento que algo les falta y no se que es, pero voy a continuar esos dos y este también.

Sin más me despido.

Shao~ shao~