Que Onda!
Bueno aquí les traigo el segundo cap. la verdad es que pude hacerlo más largo pero decidí dejarlo ahí. muchas gracias por sus revs y espero les esté gustando... aquí empieza un poqutititito el angst
Kai estaba dándole a la misma tecla una y otra vez, no sabía exactamente como continuar esa historia, es decir tenía todos los elementos en su mente pero le faltaba algo, algo para poder hilar la aparición del elfo y el chico a la mitad del centro ceremonial
- ¿Kai?
- Hum
- ¿No me digas que ya estás metido en el estudio otra vez?
- Hum
- ¡Dijiste que me ibas a acompañar al centro comercial!
- Lo siento, no puedo ahora
Se escuchó a Rei vociferar hacia las escaleras y después un azotón de la puerta principal que de seguro a más de un empleado crispó los nervios. Kai no estaba lo más mínimo preocupado, todavía no era "ESA" salida al centro comercial que hacían año con año, Rei solo quería ir a comprar más adornos para la mansión, y eso, en verdad, era demasiado aburrido. Y de pronto como de la nada la inspiración le llegó…
Llevábamos caminando en la interminable nieve por no sé cuánto tiempo cuando a lo lejos se divisó un pueblo
- Bien ya llegamos
La verdad es que yo esperaba otra cosa, considerando que dijo que íbamos a la "villa de Santa" me imaginé a un montón de casitas decoradas como las pintan en esos estúpidos programas para niños en la televisión, pero muy por el contrario, no había mucha diferencia de las casas con la cabaña de mi abuelo.
- Bien ahora sólo tengo qu-
- ¡Rei! Que haces aquí tú torpe, sabes que no debes traer extraños a la villa –nos dijo un chico de cabello anaranjado con las orejas igualmente alargadas aunque un poco diferentes a las del supuesto Rei, éste chico las tenía hacia los lados y más largas mientras que las del otro eran más chicas y hacia arriba, sin contar que el chico de cabello anaranjado no tenía colmillos- ¿Y tú quien eres?
- Lo mismo pregunto
- ¡Valla insolencia! YO soy Johnny y soy uno de los elfos más importantes de por aquí mi deber es custodiar la magia que hace volar a los renos y exijo saber quién eres tú…?
- Dice que su nombre es Kai y es un humano
- A ti no te hablé torpe –al decir eso el tipo éste ni siquiera volteó a ver a Rei, mientras que éste solo bajó la mirada- ¿Con qué humano no? Será mejor llevarte con el consejo
- Yo- -comenzó a decir Rei pero de una bofetada fue callado-
- ¡Tú nada! Vuelve a tus tareas
- ¡Oye! ¿qué no tienes modales? –pregunté enfadado- lo siento pero se lo merece, es un traidor y debería estar agradecido que aún pueda vivir aquí después de lo que hizo –dijo y miró enfadado y con desprecio a Rei-
Ante tal cosa yo no pude decir nada. Rei llevó una mano a su mejilla y se alejó en silencio, apenas pude percibir un "adiós" de su parte y se alejó hacia otro lugar. Por alguna extraña razón me dieron ganas de seguirlo, aunque yo creo que era lástima y no creo que ése sea un sentimiento que a nadie le guste recibir.
"¿Porqué estoy escribiendo esto? " Pensó Kai, no era lo suyo intentar escribir algo para niños, así que tenía que agregarle algo de daño emocional, se preguntaba si a Rei le disgustaría leer el daño a su persona y que su versión del Magestic le pegara una bofetada, es decir, a Rei le gustan este tipo de cuentos con un toque de drama pero de eso a que le gustase que el drama le pasara a él podía ser algo distinto; Claro que más de una vez lo pilló leyendo historias salidas del fandom dónde él sufría y sufría "¿En qué pensarán esas niñas locas?" pensó cuando recordaba aluno de ellos, pero recordó también que su tigre alguna vez le dijo que eran solo eso "historias" y que le divertía ver como él lo sacaba de la miseria, y de vez en vez Rei también leía alguno dónde el miserable era el mismísimo Hiwatari…
Así que mataba dos pájaros de un tiro: No escribía algo infantil con jo-jo-jo's por todas partes y le daba un poco de gusto a Rei, o al menos eso esperaba.
- Miau –escuchó por sus pies-
- ¿Hum?
- Miiiiauuu prrrrrr –después sintió algo frotarse contra su pierna, dirigió su mirada hacia abajo del escritorio y divisó al pequeño Blitzen entre sus piernas, aquel gatito que Rei había rescatado hacia tres años junto con otro, que, después de mucho discutir se terminó llamando Danzer. Kai tomó al pequeño y blanco Blitzen entre sus manos y una sonrisa maliciosa se dibujó en su blanca faz.
Corrí los últimos metros hacia mi cabaña y me arrojé hacia las mantas en el suelo que eran mi cama, recogí mis piernas a la altura de mi cara y escondí mi nariz en el hueco entre mis rodillas, Johnny tenía razón, yo ¿qué rayos hacía todavía ahí? Para eso me había encaminado hacia la nieve ¿no? Para no volver más, si me congelaba pues… bien merecido me lo tenía!
Tal vez exageraban diciendo que yo era un traidor, es cierto que en otros tiempos casi arruino toda la navidad pero… ¡Yo no me acuerdo de nada! Soy el último que queda de mi familia, de mi raza, no soy un elfo de navidad, yo no tengo la culpa de haber nacido donde nací ¿cierto?
Siento como una bola peluda se sienta a mi lado; es uno de mis pequeños gatitos, los tengo escondidos pues si alguien los ve es capaz de echarlos a la nieve ¿algo que no esperarías de un elfo de navidad verdad? Pero así es, claro EL J-A-M-A-Z se entera de lo que me pasa pero está tan ocupado y más en estas fechas que lo mejor que puedo hacer es mejor quedarme en la cabaña
"Toc-toc-toc" escucho que alguien toca a mi puerta
- ¡Hey tu gato! ¡Sé que estás ahí, abre! –Es Yuriy será mejor que abra, me limpio las lágrimas y pongo mi mejor cara-
- ¿Si?
- ¡Valla ya te habías tardado! –dijo con su tono altivo, Yuriy era uno de los elfos que mejor me caía y eso es porque él casi nunca me golpeaba o peor, solamente parecía molesto con todos y todo la mayor parte del tiempo, aunque yo sé que el fondo es más bueno que una galleta de jengibre- Yo no sé porqué siempre me mandan a mí a darte tus tareas –dijo fastidiado- Me mandan decirte que te presentes en el salón principal ¡pero ya!
- ¿En el salón principal? –pregunté con un ligero brillo en mis ojos-
- Yo que tú no me emocionaba… parece que hubo un desperfecto y ahora necesitan a alguien que lo arregle, no creo que sea bonito y… ah! Llévate lo más viejo que tengas
- Pe-Pe-Pero sólo tengo lo que llevo puesto
- ¡Ups! Pues que pena yo creo que no estaba tan feo…
Me dirigí a donde Yuriy me había dicho, era el salón principal dónde los deseos de los niños llegaban a un concentrador. Los que ahí laboraban se dedicaban a depurar las peticiones para que le llegaran a EL y así el misterio de la navidad se cumpliera.
- ¡A ver gato ven acá! –dijo Michael uno de los elfos encargados de lugar-
- Te vas a meter a la máquina parece que algo se atoró y anda arrojando engranes por todas partes
- Pe-Pe-Pero eso es muy peligroso es magia 100% pura
- Para eso te mandamos llamar ¿crees que alguno de nosotros entraría allí? ¿O expondríamos la magia de cualquier otro? Tú no tienes magia así que no tienes nada que perder
- ¡Podría perforarme la piel!
- Si bueno… un pequeño detalle e inconveniente al no tener magia así que andando ¡sirve para algo! Además, está agradecido que te dejamos entrar a éste lugar
- ¿Michael? ¿No crees que por lo menos deberíamos darle algo de protección?, no sé ¿un escudo o algo?
- No podemos perder más tiempo Maxie…
Max era otro de los elfos que me caía bien, hacía mucho tiempo me ayudaba con las tareas hasta que los demás elfos se lo prohibieron y pues ahora creo que le es muy difícil siquiera verme a los ojos así que simplemente evita mi presencia, pero hasta cierto punto lo entiendo, y sé que cuando recibo algo de comida extra secretamente para mis amigos felinos proviene de él…
Por otro lado nunca había estado en el salón de deseos, era uno de esos lugares restringidos, muchos elfos jamás lo verían, tanta magia podría hacer interferencia, otra razón por la que yo fui llamado. Yo no tengo magia porque no es mi naturaleza, el único poder que yo podría tener es entablar amistad con los animales y para ser sinceros en el polo norte no hay muchos, y menos en esta villa que de hecho es como si estuviera en otra dimensión, lejos del mundo de los humanos, dónde desgraciadamente habita toda la fauna…
Me subí las mangas y me puse de rodillas, la única entrada en aquella máquina era a gatas por uno de los extremos; tomé aire y me dispuse a entrar…
Como era de suponerse todo estaba oscuro, pero afortunadamente yo tengo muy buena visión nocturna… todo el aparato estaba en calma así que no tenía mucho de qué preocuparme.- Solo tenía que encontrar el objeto que estaba obstruyendo el flujo de magia y salir de ahí.
- Emily, enciende la máquina´-escuché que Michael le dijo a la elfa pelirroja-
- ¡Pero eso sería muy peligroso para Rei! –exclamó Max-
- Pero le será más rápido encontrar dónde se obstruye la máquina… ¡Ahora Emily!
Sentí pánico por un momento y luego vi como las chispas azules comenzaban a cobrar vida a mi alrededor, tendría que apresurarme o sería muy, muy peligroso, si yo tuviera magia cada chispa que tocara mi cuerpo me robaría magia, pero como no la tengo cada chispa es eso: una helada y muy lacerante chispa de magia que se junta con otra para crear una especie de rayo que quema como el bloque de hielo más frío de todo el universo.
Avancé con más rapidez mientras sentía como pequeñas chispitas rozaban mi piel dejándola marcada y hasta cierto punto chamuscada (por frío claro está). "¡Ahí está!" Pensé, y entre dos engranes que daban vuelta una especie de gorro estaba atascado, era algo muy peculiar, nunca había visto semejante cosa, parecía de… humanos! La tomé entre mis manos y me dispuse a salir de ahí…
- ¡Ya la tengo!
- Bien arrójala fuera de la máquina, no queremos que tu torpeza la vuelva a atascar por ahí –dijo Michael me enfadé un poco ante su actitud pero lo arrojé hacia afuera de igual manera… error-
Ya que lo que fuera esa cosa había dejado de estorbar el flujo de magia empezaba a recircular con mayor fuerza, así que gateé muy rápido pero para dónde volteaba chispas azules pasaban a mi alrededor.
- ¡Hey! ¡Ayúdenme! –grité pues ya no veía la salida-
- ¡Emily apaga la máquina! –gritó Max-
- No puedo –gritó- si lo hago habrá un desperfecto probablemente permanente, la magia que se había acumulado tiene que desahogarse, es como una presa, si lo detengo se dañará para siempre.
- Michael ayúdale. –me acerqué lo más que pude a la puerta y estiré mi mano para ver si alguien me ayudaba a salir cuando escuché la voz de Michael-
- Lo siento gato pero tendrás que salir solo, nadie se atrevería a entrar ahí
Sentí como un balde de agua helada cuando me di cuenta que nadie me ayudaría, recogí mi mano y me pegué lo más que pude a una pared, cubrí mi cabeza con mis brazos intentando protegerme, pero sabía que tarde o temprano una chispa tras otra me tocaría… sentí mis lágrimas de miedo acumularse en mis ojo
TBC
Nos vemos en el prox cap!