Los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi, esto lo hago sin fines de lucro.

Flor Marchita.

Cinco largos días pasaron ya… Lin ya está curada, Keith reconstruye su casa, y tú continúas encerrada en tu cuarto desde aquel día. Kasumi dice que estás bien, supongo que si, seguramente no quieres verme… Talvez me equivoqué. ¿Habré interpretado mal lo que me dijiste mientras me rescatabas? ¡Soy un completo idiota! ¡Lo arruiné todo! Pero estaba tan seguro de que tú… Eso no importa ahora, seguramente me equivoqué, debería irme, pero prometí que esperaría tu respuesta y es lo que haré. Quizás el humo y el cansancio me hicieron escuchar cosas que no dijiste…

Aún así estoy tan seguro de que lo escuché, recuerdo que cuando preguntaste si entendía quedé en shock, incluso me olvidé de la situación en la que estábamos metidos. "¿Crees que me interesa una vida sin ti?" nunca en mi vida escuché algo tan hermoso, no podía hacer nada más que darle vueltas a tus palabras en mi cabeza una y otra vez. No recuperé la consciencia hasta que te escuché decir mi nombre, entonces te vi allí cayendo en medio del fuego. Recuerdo que el sentimiento de inmensa felicidad se convirtió en desesperación en ese momento, me acerqué como pude, respirabas con dificultad, tenías esas horribles quemaduras en tus pequeñas manos, estabas muriendo ante mis ojos, por mi culpa y no podía hacer nada por salvarte, ni la peor de mis pesadillas era tan terrible, casi instintivamente te cubrí con mi cuerpo y gritando tu nombre ejecuté el Shishi Hokodan*. El fuego se extinguió por completo y todo el lugar se volvió astillas y polvo. Fue el más poderoso que nunca vi, Rioga se pondría furioso si supiera que superé su mejor técnica… nada me importaba en esos momentos, sólo quería que estuvieras bien. Cuando todo terminó volviste a respirar normalmente, te había salvado, salvé a mi querida marimacho, y no te volvería a dejar ir nunca más, me juré que esa noche te diría todo lo que siempre traté de ocultar. Todo me salió al revés.

Todos me miran raro, papá ya comenzó a hacer preguntas, no los culpo, aquel día llegamos heridos, quemados, cansados, tú tenías los ojos rojos e hinchados y yo no quería hablar. Keith curó nuestras heridas. Me pregunto como estarán tus manos… Después de ese día tú no saliste de tu habitación, ni abriste tu cortina de nuevo, y yo paso todo el día en este dojo sentado pensando, no me puedo concentrar en el entrenamiento. Te extraño… al menos si bajaras a insultarme o golpearme. ¡Llámame fenómeno, pervertido lo que sea! Pero háblame de nuevo, por favor.

La rosa que compré al día siguiente para mi declaración formal se marchitó, no creo que consideres romántico que te dé ese tallo seco al que sólo le quedan espinas. ¿Volveré a verte algún día? Ya hasta lo estoy dudando. Supongo que sólo me queda seguir esperándote…

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Baka idiota, ya ni siquiera me das motivos para llamarte así, tonto mira lo que logras, me estoy comportando como una estúpida cobarde, si el cobarde para estas cosas eres tú, no yo. Cuando de ti se trata me vuelvo tan insegura, me pregunto si aún recuerdas aquella noche después del incendio, te debo una respuesta, quizás ya no la esperes, pero es mi responsabilidad, por mi honor debo dártela.

Si en ese momento en el que me lo preguntaste las lágrimas no me hubieran traicionado no habría sido tan difícil responderte, pero ahora tengo miedo. Recién cuando desperté al día siguiente tomé consciencia de que casi mueres. No quiero que vuelvan a pasarte cosas malas por mi culpa, mi mamá enfermó luego de que le dijera que la quería más que a nada en el mundo, y tú, en un momento te digo que te extrañé y al siguiente estás metido en un incendio. Soy una maldición para toda la gente que quiero…

¡Claro que te quiero! ¡Baka arrogante! Ya ves me traes loca por ti, como las demás, sólo que… no les llego ni a los talones. Todas mejores guerreras que yo, todas son grandes cocineras, todas son mucho más hermosas y femeninas y dulces y… tu me quieres a mi… No te entiendo, no parece real, me da miedo resulta tan poco concebible cuando lo pienso. Quizás algún día me lo puedas explicar. Si me decidiera a verte te lo preguntaría.

Tú eres fuerte, talvez puedas soportar la maldición que le hecho a los que quiero, soportas bastante bien el convertirte en chica, después de todo salimos del incendio gracias a ti. ¿O me crees tan idiota para tragarme lo de la misteriosa gente que nos rescató y luego se fue así sin más? Siempre ideas algo para salir de todos los líos en los que acabamos metidos, bueno casi todos, sería bueno que practicaras esa técnica para deshacerte de alguna de tus prometidas, porque ya elegiste a una, ¿No? Además debo darte una respuesta, y no sería honorable mentirte, después de todo no me importaría meterme a mil incendios a rescatarte con tal de verte feliz.

El doctor Tofu dice que mis manos están cicatrizando bien, talvez pueda entrenar, me gustaría, pero si salgo y me encuentro contigo tendré que darte la respuesta. Bien es hora de dejar de comportarme como una cobarde. ¡Soy una guerrera! ¡Estoy decidida! ¡Te daré la respuesta ahora!

Ranma continúa deprimido sentado en la duela del dojo mirando algún punto en el horizonte, cuando siente un escalofrío que le recorre la espina, al girarse hacia la entrada del dojo ve a Akane con su gi de entrenamiento, las manos de la chica están vendadas, y su rostro está muy serio, parece enojada.

-Ak…Akane…- el chico la mira asustado.

La chica camina hacía él a paso firme, y su aura de combate se enciende.

-¡Me va a pegar, me va a pegar!- piensa el chico retrocediendo hasta chocar su espalda con la pared.

Akane se detiene a escasos pasos de su prometido que se encuentra aún sentado en el piso y que por alguna razón suda copiosamente con cara de horror. Ella aprieta con fuerza sus puños a pesar de que eso le causa dolor, cierra sus ojos y aspira hondo. Su aura se incrementa aún más.

-¡Estoy perdido!¡Me va a mandar hasta la Antártida con los pingüinos!- continuaba pensando el chico desesperado mirando hacía los lados en busca de una ruta de escape.

-¡SI!- grita con fuerza la chica sacando todo el aire contenido en sus pulmones.

Ranma la observa intrigado, ella se encuentra respirando agitadamente como si hubiera mantenido un combate durante horas.

-¿Que?- pregunta el chico confundido.

-¿Lo olvidaste?- pregunta la chica con decepción. –Bien debí suponerlo… ¡Me voy!- y diciendo eso se da la vuelta y se retira cabizbaja, con aire de derrota.

-¡Espera!- la chica se detiene, una chispa de esperanza aparece en sus ya húmedos ojos. –Dime Akane…- el chico se para y camina hacia ella –¿E… esa es… tu r… respuesta?

La chica solo asiente y el chico comienza a temblar.

-E… entonces… eso significa que… tu… yo… nos… nosotros… somos…- balbucea el chico todo rojo mientras juega con sus dedos con una sonrisa toda boba en la cara.

-Si, supongo.- responde la chica en no mejor situación que la de su interlocutor.

Rato más tarde vemos a dos chicos parados en medio del dojo, la chica con una gran sonrisa y los ojos brillantes de emoción, sus mejillas muy rojas y su vista enfocada en una imperfección de la duela. Detrás de ella un chico con una profunda mirada enfocada en la nuca de su compañera y la misma sonrisa boba en el rostro.

La chica lentamente se da la vuelta para enfrentar a su prometido, transcurre otro buen rato en el cual ambos se pierden en la mirada del otro, cuando la chica logra despertar de su ensoñación pregunta con suavidad.

-¿Por qué yo?- esas palabras logran sacarlo del letargo.

-Porque eres tú.- responde el chico con asombrosa claridad.

-¿Por qué soy yo? No entiendo. ¿Que tengo yo que no tienen las demás?

-Ellas no son… como tú.

-¿Cómo soy yo?

-Eres… única.

-Aún no te entiendo bien…

-Verás es complicado de explicar, pero… si me das tiempo poco a poco verás a lo que me refiero.- le respondió el chico con una sonrisa.

-T… tienes toda la vida para explicármelo.- le dijo la chica sonrojándose nuevamente.

-¿P… puedo abrazarte?- pidió el chico cuyo corazón estaba a punto de salirse por las palabras de su prometida.

-Si… claro…- respondió la chica que continuaba sonrojada.

La abrazó temblorosa e inseguramente pero con la mayor ternura que fue capaz, ella se amoldó a su pecho, y así se quedaron disfrutando la cercanía.

-M… me estoy acalambrando.- soltó la chica un par de horas más tarde.

-Yo también.- acotó el joven.

-¿Que deberíamos hacer ahora?- preguntó la chica.

-No sé… ¿Cenar?- respondió el chico observando el reflejo de la luna que se colaba por la puerta abierta del dojo.

-Estoy de acuerdo.

Así ambos chicos se dirigieron a cenar intentando fingir que nada había sucedido. Mientras en la sala sus padres estaban muy alegres festejando por algo, y mientras Kasumi buscaba el sake Nabiki contaba una considerable cantidad de dinero.

FIN

Hola!!

Bueno este es el final, no se que decir, sólo que gracias a todos los que soportaron esta historia durante este tiempo.

Ehh.... yo también quería el beso, pero no daba para forzar la situación, de hecho en mi idea original ni siquiera se abrazaban esos dos, pero después empiezo a escribir y el resultado no se parece ni de lejos a la idea original.

Gracias por sus reviews, lamento al final haber bajado la calidad. (Ni siquiera se me ocurre una excusa, son cosas que pasan, lo sé merezco la horca!!) Ahora voy a comenzar con alguna otra historia que no sé bien todavía cual es. Mientras se me ocurre algo voy a ir escribiendo un One-shot capaz que hoy lo tengo listo y lo publico junto con este.

Saludos a todos.

Gracias por todo, logré terminarla gracias a sus ánimos.

* Shishi Hokodan: En la versión doblada al español neutro le llamaron Rugido de León, es un ataqué que Ryoga aprendió de un trabajador en una mina. Me atrevo a decir que es de sus ataques más poderosos, y se basa en concentrar toda su depresión en energía que sale en forma de ataque, una especie de hadoken, luego Ryoga logra perfeccionarla deprimiéndose aún más y la vuelve mucho más poderosa, la técnica perfeccionada sale como una columna de energía que destruye todo a su alrededor en un radio de no se cuantos metros. Si la persona que recibe la técnica está deprimida la misma no le afecta ya que lo que la columna hace es aplastarte y si estás deprimido es que ya estás completamente aplastado (o algo así), por eso Ranma protege a Akane de la energía colocándose sobre ella. (Bueno es algo más o menos así)