Hola a todos!!! Os traigo mi nuevo fic, el primero de Twilight, espero que os que no me dijerais spoliers de Amanecer, aun no lo e leido

Ni Twilight, ni sus personajes me pertenecen, son todos propiedad de Stephenie Meyer.


Golpes


Prologo

Mantuve los ojos cerrados, intentando imaginar que aquel que me golpeaba no era quien es, pero a veces era demasiado difícil. Sus gritos envenenados eran ya inconfundibles.

Si hay algo que aprendes cuando eres maltratada; es que cuanto menos hagas o digas menos recibes, ya que mas rápido se le iba la ira.

No podía decir que mi padre fuera una gran persona que solo se alteraba con el alcohol, hacia tiempo acepte que el hombre con el que ahora vivía no era el mismo que el que solía darme la papilla de pequeña.

Sentí que los golpes paraban, pero yo seguí en el suelo echa un ovillo.

- Ves, si te comportaras mejor esto no pasaría, deberías dejar de ser tan estúpida te lo digo por tu bien – dijo sin compasión – Hazme la cena – ordeno segundos después – estaré aquí en dos horas.

Suficiente.

No volví a abrir los ojos hasta que sentí el portazo de la puerta principal.

Fue entonces cuando la respiración empezó a agitárseme, al igual que el corazón. Los ojos se me humedecieron, mientras me repetía estúpida en la cabeza una y otra vez; por dejar que sus palabras me afectasen tanto.

De pronto recordé que no tenía tiempo, corrí apresurada hacia las escaleras, mas bien desesperada y me interne en mi cuarto, sacando la maleta de debajo de la cama. Abrí el armario y empecé a meter toda mi ropa, tenía mucha, siempre me había encantado comprar, además era una excusa para salir de casa, corrí sabido al baño y me apresure a meter mis cosas en un neceser. Baje los escalones a tropicotes, por no decir que rodé por ellos, no era torpe, siempre había sido bastante ágil pero cuando me ponía nerviosa era un caso a parte.

Me tome unos analgésicos a ver si se me iban un poco los moratones. Me maquille lo suficiente para que no se notaran y me apresure a bajar mi maleta.

Me tembló el pulso cuando no encontré lo que buscaba debajo del colchón de mi cama, temiendo que el lo hubiera encontrado. Suspire de alivio cuando alcance los papeles, y los abrí mirándolos por milésima vez.

Una sonrisa sincera asomo mi rostro, viendo la admisión al instituto Hale School y el boleto de tren, una puerta, mi puerta para ser feliz como una nueva Mary Alice Brandon.

…Hace Falta Más Valor Para Sufrir Que Para Morir…

Napoleón Bonaparte