Ninguno de los personajes de Harry Potter me pertenecen, solo mi alocadamente es mía, muajaja.

Sin vista en la oscuridad

1 Infames ironías.

Severus Snape, hombre elegante y de caminar airoso, se encontraba sentado en la gélida sala de su despacho en las mazmorras.

Era una noche anubarrada, con una ligera niebla. La luna no se asomaba por ninguna parte.

Snape tomó un vaso de whisky con morosidad, el cual cayó estrepitosamente al suelo cuando se llevó la mano que lo sostenía al antebrazo izquierdo.

El Señor Tenebroso estaba llamándolos para una reunión inmediata.

Un gesto de dolor se asomo en su rostro cuando se levantó. A veces la marca podía ser bastante lacerante y pesar demasiado. ¿Cuánto tiempo soportaría jugarse la vida y que todos le creyeran un reverendo canalla?

Agitó la cabeza quitándose esas ideas inútiles y estúpidas, recordando que las preguntas no son buenas cuando un maldito psicópata te pide, varita en mano, que te presentes ante él.

Tomó su capa de viaje, su varita, su máscara y se permitió colocarse una bufanda enteramente negra, mientras cerraba los ojos suspirando.

Últimamente "su señor" se encontraba mucho mas irritado, como si en cualquier momento fuera a lanzarle la maldición asesina, en lugar de llevarse su vida de a poco. A veces rogaba por que así fuera y no le condenara a una muerte lenta y dolorosa.

Con resignación y sin darle un último vistazo a su estancia, salió con el mismo tostón de siempre.

Después de un rato de caminar con paso acelerado, el joven profesor salió de los terrenos de Hogwarts, donde la barrera mágica ya no ejercía fuerza y con un elegante movimiento de varita, se desapareció.

Cuando apareció a cercanías de la mansión Malfoy, notó que los demás Mortifagos ya habían sido convocados con anterioridad, algo que le pareció sumamente extrañó, provocándole miles de pensamientos.

Tragó saliva y se arrepintió de no haberle dejado una nota al viejo director, al menos así no malgastarían su tiempo buscando su cuerpo sin vida.

Cerró sus pensamientos, cualquier error podría salir demasiado caro, para él, para Potter y para todo el mundo mágico. Las recriminaciones podía hacérselas mas tarde. O al menos eso esperaba.

Se acercó con cautela al esplendido salón iluminado por lámparas de luz verde en forma de gigantescas serpientes.

Miró a los Mortifagos que se encontraban a su alrededor, todos se unieron en un círculo alrededor de la silla del Lord antes de que este se apareciera; el maestro de pociones se integró a la fila mientras los demás encapuchados le miraban con algo de presunción.

El les miró con el mismo desdén. Eso siempre le había salido muy bien.

Divisó a Malfoy hablando con Bellatrix, secreteándose como niños. Su estómago se revolvió con brusquedad al saberse observado.

El llamado de Voldemort hizo que los demás Mortifagos se acomodaran a los costados.

–Muy bien, los he reunido a todos hoy tan solo por una razón, una simple, sencilla, incauta razónmencionó la voz viperina de Voldemort con la mirada firme y sentado solemnementecomo sabrán desde hace bastante tiempo he sospechado que tenemos un espía entre nuestras filas

Snape sintió un escalofrío, pero no movió un solo músculo. Estaba acostumbrado a aparentar, es más, fingió no estar en lo absoluto interesado en el asunto. Actuó con total indiferencia. No sabía si iba morir esa noche y tampoco era algo que se encontrara en su decisión, aun no se sentía listo para morir, pero era mejor que estar bajo el Imperio o ser torturado hasta la demencia.

–Yo ya sé quién es el maldito que se ha atrevido a traicionarme, ¡Cuánto nos vamos a divertir con él mis vasallos!, solo esperen un poco El señor oscuro sonrió complaciente mirando a Bella, preguntándose cuantas suplicas y cuantos gritos obtendría del osado que decidió engañarlo.

Nadie podía atreverse a hacer eso sin tener que pagar por ello.

Severus se mantuvo inexpresivo.

Sabía que el Lord Oscuro degustaba jugar con sus víctimas antes de matarlas y él no sería la excepción; si Voldemort ya sabía que él era un espía lo torturaría hasta la locura y después le mataría, cuando él implorara la muerte. Mas escalofríos llegaron hasta sus vertebras.

–Severus, mi más fiel mortífago, una muy grata sorpresa tenerte aquímencionó Voldemort mientras su serpiente rodeaba los pies del profesor de pociones. Acercándose lentamente con la soltura de un fantasma.

Snape no menciono palabra, se mantuvo imperturbable como normalmente lucía, aunque cierta parte de él solo esperaba que en cualquier momento la luz verde fluyera de la varita de Voldemort, marcando así, su fin.

–Te noto un poco preocupado ¿Existe algo que te moleste mi leal sirviente?preguntó el señor oscuro con sorna.

Voldemort sonrió a medias mientras una gota de sudor, pequeña, imperceptible se asomaba de la frente del profesor.

–No existe nada que me moleste mi señor– se limitó a contestar.

–Ya veo El Lord oscuro comenzó a caminar a su alrededor, pasos pausados y ágil caminar. ¿Te crees muy listo no, Severus?

En este punto la presión en el cerebro de Snape era demasiada. Casi podía sentir la asquerosa respiración de Voldemort en su cuello. No quiso ni tragar saliva.

– ¿Acaso no vas a responderme, Severus? De acuerdo, en vista de eso, jugaremos a las preguntas, una diversión muy interesante, sana, espero te queden las cosas claras - ¿Sabes quién es la persona tan estúpida que pasaba información a la Orden? ¿Lo sabes Severus?, por supuesto que lo sabes, estas dentro de ella, bajo mis órdenes. ¿No es así?, estas ahí para ser mis ojos y oídos.

Primero muerto.

–No lo sé mi Lord respondió Snape en tono seco.

– ¿A no? Sumamente extraño, te lo diré solo para no llevarnos la noche aquí y que nos quede tiempo para entretenernos un poco más. ¡Tú! - Lord Voldemort miró al profesor directamente a los ojos, tomó su varita con increíble velocidad y apuntó a el pecho del experto en pociones - ¡Crucio!

Snape colocó sus manos en sus costados, apretando los dientes con fuerza.

Intento pensar en otras cosas más le fue completamente imposible.

El dolor se volvió insoportable y sus rodillas no soportaron más su peso, cayó al suelo convulsionando, pero no gritaba.

Comenzó a saborear la sangre en su boca, sentía como sus huesos amenazaban con romperse, mientras miles de imágenes pasaban rápidamente por su cabeza.

Su mayor preocupación: no le había dejado a Albus una nota agradeciéndole que le hubiera dado una segunda oportunidad. Se permitió una sonrisa con ironía. Es curioso lo que se piensa cuando esperas tu final.

El dolor aumentaba. Pensó que terminaría enloqueciendo. Se arqueó antes de sentir como el malestar disminuía.

La maldición paró dejándole respirar nuevamente.

– ¡Levántate! ordenó Voldemort.

Snape con un esfuerzo sobrehumano quedó de pie ante Voldemort. Impulsándose con los brazos y luego irguiéndose lentamente.

–Debería de matarte en este momento, te atreviste a mentirme por tanto tiempo, espero te gustara hacerlo, que te satisfaga en estos momentos de agonía, pero ahora es tiempo de tu castigo, desearas jamás haber existido. Cabe decir que eras muy buen actor Snape, jamás lo hubiese sospechado de ti, pero gracias a ciertas fuentes estoy enterado de tu traición. No eres muy ingenioso

Quiso preguntar quién, pero una nueva oleada de dolor le hizo gritar.

Con un ágil movimiento, Voldemort tomó su varita y sacó volando a Severus hasta chocar con la pared.

El hombre se obligaba a no perder la conciencia.

–Eres un traidor. Mentiroso. Me espiaste...se volteó, encarando a sus Mortifagos y de nuevo a Snape ¡no perdono a los traidores!

No voy a matarte, porque solo te aliviaría del dolor, te sumiré en la oscuridad, cargaras con la culpa el tiempo que quede de tu miserable vida, aunque dudo sea muy extensa. Si mis Mortifagos quieren torturarte no se lo prohibiré a ninguno. Aunque les indicare que no te asesinen, deseo que "veas" todas las cosas que sucederán

Snape intentaba levantarse cuando otro Crucio atacó sin piedad su anatomía. Sintió tanto dolor que pensó que caería muerto. Pero todo siempre se detenía unos momentos antes de que perdiera por completo la conciencia.

Voldemort paró de nuevo la maldición y lo miró atento ¡Ponte de pie! Severus se recargó en la pared y quedo de pie como pudo.

–Echa un vistazo a tu alrededor, ya que será lo último que veras en tu vida

Voldemort apuntó a la cara del profesor y este pensó que por fin le lanzaría el tan deseado Avada…

– "Senza vista nel buio"Enseguida de que Voldemort pronunció las palabras, de su varita brotó una luz blanca combinada con una tonalidad negra que golpeo la cara del profesor.

Severus cayó al suelo, no sintió dolor proveniente del hechizo a excepción del choque contra el suelo y los efectos de los Cruciatus, pero no podía ver nada, absolutamente nada.

¿Acaso había muerto?

Todo se encontraba oscuro.

No había luz ni sombras.

Simplemente no había nada.

Se llevó las manos a la cara.

Dudo por un minuto si continuaba vivo.

Pero el dolor de su cuerpo lo confirmaba.

¿Existiría dolor a donde quiera que fuese?

Solo podía haber una respuesta. Era evidente que no había fallecido.

Estaba ciego.

–Por lo visto ya sabes que no puedes ver nada Voldemort rió maliciosamente gozando la cara que tenía el profesor de pociones.te dejare con vida, para que el viejo vea lo que le hice a su querido espía, tranquilo, no será por demasiado tiempo ¿Qué esperas? ¡Largo!

Snape se levantó y con un movimiento de su varita desapareció de aquel gigantesco salón, entre los escupitajos que le proporcionaban amablemente sus compañeros, para aparecerse a las afueras de Hogwarts, debajo de donde se erguía el sublime castillo, estaba tan débil, pero continuaba milagrosamente vivo.

Aun no entendía porque seguía con vida.

Vivo y ciego.

No podría soportarlo, mejor dejarse vencer y morir en la helada noche.

Solo quería caer en el suelo y descansar.

Pero continúo caminando. Por inercia. Porque deseaba decirle a Dumbledore lo mucho que le agradecía haber sido su amigo durante todos esos años.

Hacía demasiado frío, si perdía la conciencia, moriría de hipotermia.

No podía ver nada en medio de la noche, no había mucha diferencia según recordaba, pero esta vez era absoluta oscuridad.

Fue avanzando con mucho cuidado, tropezando con algunas rocas hasta llegar a Hogwarts.

¿Por qué vivir si ya no lograría hacer nada por sí mismo?

–"Solo avanza Severus, venga, tu puedes"

Tenía gravados en su memoria muchos pasajes del castillo, pero no tenía ni la más mínima idea de donde iba.

Esta sin rumbo.

A la deriva.

Se recargó agotado contra una pared, el mecanismo secreto desde la casa de los gritos había quedado unos pasos atrás. Un pasillo que detectó como el que llevaba directo a la enfermería.

Se permitió reír con tristeza.

Algo no le dejaba caer muerto ahí.

– ¿Severus eres tú?Dijo una voz femenina bastante conocida para él.

Confirmado, la enfermera estaba de ronda el día que se sentía muerto por el cansancio entre la gélida noche.

No respondió, estaba tan extenuado que no tenía fuerza para responder el llamado preocupado de la mujer.

– ¡Severus!Exclamó Promfey ¡estás herido!

¿Todos en este castillo tienen la manía de decir lo que es evidente?

La enfermera se acercó a la figura de negro echada en el suelo.

El hombre tenía la mirada perdida, un gesto de dolor en el rostro.

–Te llevare a la enfermería, dame el brazo

Pomfrey obligó al profesor Snape a ponerse de pie con mucho esfuerzo y lo llevó a la enfermería con un paso bastante lento, muy pesado. El hombre tenía los ojos cerrados en un rictus de agonía, un paso lento en el que podía recordar el dolor del Cruciatus. Le sorprendió que no le reclamara que él podía hacerlo solo, que sabía cómo caminar. Seguramente, debido a que esta vez no era así.

Llegando a la enfermería lo recostó en una cama y se percató que algo en él no andaba nada bien, se aseguró de darle las pociones para el dolor, algunos analgésicos y revisó su cuerpo en busca de mas heridas, durante toda la curación Snape no dijo palabra ni de protesta ni rezongo, simplemente guardo silencio.

¿Necesita algo mas profesor Snape?El hombre ni siquiera se inmuto. Como si estuviera en otro mundo.

El joven profesor abrió suavemente la boca y murmuró con voz baja:

–No puedo ver nada

Madame Promfrey se sorprendió ante la declaración y en un principio creyó que era una broma. Pero el tono que Snape utilizó, no le permitió suponer eso por mucho tiempo.

La enfermera abrió uno de los ojos negros de Snape y pasó una vela por enfrente, vio que no se movía, no reaccionaba ante la luz. El profesor solo podía sentir el calor de la vela cerca.

– ¿Cree que estoy bromeando?, Voldemort me dejó ciego– contestó el profesor en todo áspero.

La enfermera se revolvió incomoda.

–Ahora regreso– musitó mientras dejaba la vela en la mesita de noche.

La enfermera avisó a los cuadros que le cuidaran y se dirigió a el despacho de Dumbledore, corriendo.

–Albusllamó la enfermera cuando llegó al despacho.

– ¿Si, poppy?Albus abrió la puerta y su rostro de asomo. Vestía con su pijama habitual algo adormilado.

–Tengo que hablarte de algo muy delicado, Severus regresoAnte esto la expresión del viejo director cambio.

– ¿De qué se trata?Albus sonaba preocupado

– Regresó algo maltrecho, pero ya he tratado eso, lo que me preocupa es que esta ciego

Albus dibujo una mueca de sorpresa, no pudo disimular con nada. No logró mencionar palabra y se dirigió junto con Madame Promfey a la enfermería.

Snape cavilaba sobre que había sucedido en la reunión. Miraba a la nada. Como sería de ahora en adelante.

Voldemort lo había castigado de una manera bastante extraña, algo que jamás se espero, por su traición.

Lo había dejado sin vista a 2 semanas de que comenzaran las clases en Hogwarts.

Su vida cambiaría radicalmente.

¿En verdad quería seguir viviendo así?

Estaba tan cansado que se quedo dormido, ante la preocupada mirada de Dumbledore y Madame Promfey.

Tal vez no habría nada que hacer por la vista de Snape.

Hola…

El primer capítulo un tanto extraño de este fic.

Bueno espero sus comentarios no importa el tamaño.

= )

Nuestro adorado Severus ¿que pasara con él?

Me voy impaciente por volver a actualizar este fic, pero les prometo no tardar mucho.

Hasta luego

Besos. Adriana

18 de Octubre.

He decidido corregir todo el fic. Este es el primer capítulo ya corregido. No se sorprendan si existen algunos cambios.