(NdA: En esta versión de los hechos ocurridos en la segunda temporada de Primeval, Stephen no muere, sino que sigue formando parte del equipo, con las mismas tensiones existentes entre él y Cutter.)
La carretera se había hecho interminable y después de haber estado más de cinco días detrás de aquel maldito demonio, Dean y Sam necesitaban un descanso, olvidarse de la caza por una noche al menos y convertirse en dos personas normales, cuya mayor preocupación es lo que van a cenar o el programa que van a ver en televisión.
Por eso, mientras conducían por una de tantas carreteras secundarias, divisaron que a pocos kilómetros, había un hotel. No lo pensaron dos veces y fueron para allá, sin embargo, antes de llegar, encontraron una fábrica abandonada y un terrible ruido salió de allí, haciendo que Dean parar el coche en seco.
"Ni se te ocurra hacerlo Dean, es nuestra noche libre, no voy a enfrascarme con otra investigación ahora que estamos tan cerca del hotel. Estoy cansado y quiero dormir." Sam se acurrucó en el asiento, pero Dean ya no le estaba prestando atención, cuando se trataba de una nueva criatura y de un sitio potencialmente peligroso, su hermano era el primero en meterse de lleno en el asunto. Lo vio salir del coche, cargar su arma y dirigirse hacia el almacén abandonado. "Dean maldita sea, espera un momento, al menos vamos a decidir cual es la mejor forma de entrar." Dean continuó sin hacerle caso.
Cuando entraron, pudieron comprobar que definitivamente, la gran nave estaba abandonada, cajas amontonadas por el suelo, cristales de las ventanas destrozados por las pedradas de algún crío. Todo estaba patas arriba.
"Dean, vámonos antes de que se haga de noche." Dijo Sam en voz baja.
"Doy una vuelta por aquí y nos vamos." Dean comenzó a caminar con sigilo, su instinto de cazador no hacía más que alertarle de que allí había algo más, algo que se les estaba escapando.
Sam lo siguió visiblemente molesto, odiaba las corazonadas de su hermano que terminaban en nada y más cuando estaba cansado y quería dormir. "Esto es ridículo Dean, aquí no hay nada, vámonos a…"
De nuevo el terrible grito, que parecía provenir de un animal herido, les heló la sangre y les hizo enmudecer. Los dos hermanos se quedaron mirando y con un rápido cruce de miradas comprendieron lo que tenían que hacer. Se separaron, Sam desenfundó por fin su arma, aquel ruido no le había gustado nada y fue hacia el lado contrario que Dean; miró como su hermano se alejaba, sin estar seguro si era buena idea separarse sin saber a lo que se estaban enfrentando.
Dean dio unos pasos hacia la oscuridad de la nave y entonces se encontró de golpe con la anomalía. Nunca había visto una puerta de espacio tiempo; ni siquiera creía en las historias de ciencia ficción, como para pensar que algo así pudiera ser posible. Pero no podía negar que aquel agujero estaba allí.
Miró al suelo y se fijó en las huellas, llenas de barro que salían del portal. "Tiene que ser una broma." Por tercera vez escuchó el sonido animal y apuntó su arma hacia la nada, esperando que lo que estuviera en la oscuridad, se decidiera a atacarle.
Pero no lo vio, aquella cosa fue tan rápida, que no le permitió ni siquiera ver su sombra. La criatura lo empujó contra la pared, perdió de vista su arma, pero ya le dolía demasiado la espalda como para pensar en buscar el arma. Levantó la vista y estuvo a punto de gritar al encontrarse con aquel horrible ser.
Nunca había visto nada igual, aquella enorme cabeza, los ojos negros como el mismo infierno que lo contemplaban con una mezcla curiosidad y hambre. Luego se fijó en los dientes, ningún animal sobre la tierra tenía esa dentadura que podía despedazar a un hombre en pocos segundos.
La criatura gruñó y echó el cuerpo hacia atrás preparándose para atacar. Dean pensó que esa era un su única oportunidad de escapar y trató de levantarse, pero la criatura, de nuevo, fue más rápida que él golpeándole con su fuerte brazo, lo llevó otra vez hasta la pared, haciendo que se golpeara la cabeza con fuerza.
Luego todo fue oscuridad, tan sólo escuchaba lo que ocurría a su alrededor. Estaba seguro que no pasaría de ese momento, que no volvería a despertarse porque esa extraña criatura lo iba a matar; sin embargo, escuchó una ráfaga de disparos y lo que podía ser la criatura cayendo al suelo muerta. Finalmente, una mano le tocó y le comprobó el pulso, pero estaba demasiado atontado como para decir que estaba vivo.
Antes de perder definitivamente el conocimiento, escuchó una voz de hombre, que con tranquilidad le hablaba. "¿Puedes oírme, te encuentras bien? Esa cosa está muerta, te voy a sacar de aquí." El desconocido estaba marcando un número de teléfono, pero nadie le contestó al otro lado. "Mierda Cutter, ¿Dónde te has metido?" El extraño se volvió de nuevo a Dean, que con un último esfuerzo, abrió ligeramente los ojos. "Soy Stephen Hart por cierto." Dijo sonriendo mientras volvía a marcar un número de teléfono.
Aunque no había pensado que el golpe hubiera sido tan fuerte, Dean no pudo evitar quedar inconsciente, al menos creía que el extraño que le había salvado la vida un momento antes, no le dejaría tirado ahí.
- o -
Nick dejó de correr, ya no tenía sentido seguir huyendo de la criatura, pues tarde o temprano, terminaría atrapándolo. Desconocía done estaba Stephen, tal vez el segundo de aquellos bichos ya había dado con él, miró a su alrededor y trató de concentrase en los sonidos. Iba armando, tal vez, si la criatura cometía un error, podía ser más rápido y tener una oportunidad.
La criatura cayó delante de él, bajando desde el techo y produciendo un fuerte golpe en el suelo. Nick levantó el rifle, aquella era su última ocasión de hacer algo, pero no le sirvió de mucho; la criatura parecí leerle el pensamiento ya actuando como si estuviera jugando con él, le dio un fuerte zarpazo y le quitó el arma de la mano, que se deslizó por es suelo a unos cuantos metros de Cutter.
Los dos se quedaron quietos, la criatura evaluando el peligro que podía suponer su presa y Nick pensando como había llegado a aquella situación en la que estaba a punto de morir si nadie lo evitaba.
Pocas semanas antes, las anomalías, habían empezado a empeorar, ya no sólo se centraban en Inglaterra, si no que habían comenzado a aparecer nuevas por el resto del mundo. Las cosas dentro de la organización no funcionaban demasiado bien y Cutter necesitaba un tiempo para aclarar sus ideas. El cambio de Claudia por Jenny había sido demasiado para él y todo lo que había ocurrido con Leek le había superado con creces.
Por ello pidió alejarse unos días, no sabía por cuanto tiempo, pero necesitaba ver las cosas con perspectiva, sabía que Stephen y los demás, podrían seguir adelante sin él durante ese tiempo. La excusa era perfecta, echar una ojeada a las anomalías que habían comenzado a producirse en Estados Unidos, teniendo el resto de tiempo para pensar en como solucionar su relación con Stephen, volver a ser los dos buenos amigos que antes eran; como acercarse a Jenny sin parecer demasiado desesperado y como recuperar la vida que había tenido, antes que Helen y Leek montaran todo su espectáculo.
Sin embargo, las cosas no habían salido como él esperaban, aunque el nuevo camino de los acontecimientos, no le pareció tan malo después de todo.
"¿Cómo que te vas a Estados Unidos tu solo?" Stephen, delante de él, serio y de brazos cruzados, parecía realmente dolido por lo que Cutter acababa de decir. "A buscar nuevas anomalías claro y lo pretendes hacer tu solo." Stephen negó con la cabeza.
"A Lester le parece bien, puede que encuentre allí gente preparada para enfrentarse a esto igual que nosotros, tal vez con estar allí un par de semanas, los puedo poner al corriente de cómo lo hacemos nosotros y luego ellos pueden luchar contra las criaturas allí."
"No pensé que te gustara tanto el papel de Yoda." Nick sonrió, casi había olvidado el sentido del humor de su amigo, tan característico de Stephen. "Además ¿Qué quieres, montar allí una franquicia, tu propio chiringuito? Seamos sinceros Cutter, quieres perderme de vista."
Stephen esperó pacientemente la respuesta, aunque ya estaba seguro de su contestación. "No se trata de eso, son muchas cosas con las que no puedo y necesito darme un tiempo para pensar."
"Y yo soy una de ellas." Los dos amigos se quedaron mirando en silencio, después de tantos años juntos sobraban las palabras innecesarias. "Lo siento mucho Nick, si hubiera sabido lo que pretendía Helen no le habría seguido el juego."
"Lo se muy bien."
"Entonces ¿por que me apartas de tu vida así como así?" Stephen tensó el cuerpo. Nunca había tenido una gran relación con su padre y Cutter había sido lo más parecido a un padre para él, su profesor, su amigo, su compañero, se había preocupado por él y le había salvado la vida de aquel horrible ciempiés gigantes. Cutter se había convertido en parte indispensable de su vida y no podía pensar en perderlo.
A pesar de que aquello no formaba parte de sus planes, Nick sólo pudo hacer una pregunta a su amigo. "¿Vendrías conmigo?" A partir de entonces todo había sido historia hasta que entraron en el almacén abandonado.
Gracias al localizador de anomalías de Connor, habían dado con aquel lugar, aunque no esperaban encontrarse con dos criaturas del futuro, esos horribles depredadores que se habían convertido en su peor pesadilla. Antes de caer en la cuenta de eso, se habían separado y ahora Nick estaba seguro que no volvería a ver a su amigo y no podría llegar a saber si había salido con vida de allí.
La criatura se posicionó, dispuesta para atacar y en menos de un segundo saltó hacia él, sin embargo al oírse los disparos de bala, cayó muerta al suelo. Cutter buscó a su alrededor a Stephen, desde luego ya le debía unas cuantas por salvarle la vida.
Sin embargo, allí no se encontró a su amigo, sino que había alguien diferente. El chico era joven, aparentaba unos veinticinco años, llevaba un arma en mano, todavía encañonada hacia donde había estado la criatura. Su expresión sorpresa, incluso de miedo, no se había borrado todavía de su cara.
"Gracias, te debo una." Nick se acercó a él, dispuesto a saludar a su nuevo amigo. "Soy Nick Cutter y estoy trabajando en un proyecto relacionado especies exóticas que han desaparecido…"
"¿Qué narices es esa cosa y que demonios es la puerta esa luminosa que está en el otro pasillo?" Al chico no le interesaba lo que Cutter le dijera. "Por cierto, espero que la próxima mentira que intentes contarme sea más convincente que esta."
Nick sonrió, el chico, bastante más alto que él, era listo, demasiado para creerse cualquier excusa, al menos ahora que no tenía a Jenny cerca para impedir que dijera lo que no debía, podía decir la verdad, más o menos edulcorada.
"Lo siento tienes razón, no debí mentirte, se trata de un animal venido de otro sitio, ha entrado por lo que tu has llamado puerta luminosa, que es una anomalía en el espacio tiempo."
Misteriosamente, el chico pareció quedarse tranquilo con su explicación o más bien parecía que había otra cosa más importante para él en ese momento. Un instante después se dio cuenta de lo que era.
"Mi hermano está aquí conmigo, pero he oído disparos y después de ver esa cosa, temo que le haya podido ocurrir algo. Soy Sam Winchester por cierto, encantado de haber llegado a tiempo."
"¿Buscas a tu hermano?" Stephen se acercó a ellos. Cargaba con otra persona al hombro, al que Sam reconoció en seguida.
"¡Dean! Dios mío ¿Qué ha pasado, está herido?" Se acercó a Stephen y le ayudó a dejar a su hermano en el suelo y apoyó la cabeza de este sobre sus propias rodillas. "¿Eso se lo ha hecho una de esas cosas?" Dijo el chico observando una herida en el cuello de su hermano.
"Ese maldito bicho lo lanzó contra la pared, pero creo que tu hermano tiene la cabeza demasiado dura. No le pasará nada, un poco de descanso y en dos días está como nuevo." Stephen fue hasta Cutter. "¿Estás bien? He oído disparos.
Nick levantó la mano que sangraba. "Nada grave, viviré, pero ha sido él quien me ha salvado la vida. Él ha acabado con la criatura." Stephen miró a Sam, no parecía el tipo de tío capaz de enfrentarse a las cosas que ellos habían visto. Sin embargo su hermano, lo había visto mirar a los ojos de la criatura sin titubear, sin sentir miedo, simplemente enfrentarse a ella cara a cara. Dean, pues así le dijo Sam que se llamaba su hermano, era un auténtico cazador, justo como a él le gustaba la gente.
"Será mejor que nos vayamos de aquí, pero antes voy a avisar a Lester para que mande a alguien vigilar la anomalía, no podemos permitir que esas cosas salgan de estaba nave." Cutter ya había tomado las riendas de la situación, realmente le había sentado muy bien el cambio de aires.
"La ambulancia estará al caer." Dijo Stephen, con la mirada todavía clavada en el cuerpo inconsciente de Dean.
"Gracias por salvar a mi hermano."
Stephen sonrió al menor de los hermanos. "Gracias por salvar a mi amigo."