Disclaimer: Todo le pertenece a S. Meyer. Fanfiction sin ánimos de lucro.

Pairings: EdwardxBella/JacobxBella/AlicexJasper/RosaliexEmmett

Mi primer fic sobre la saga de crepúsculo. Espero que sea de su agrado. Estoy abierta a cualquier crítica.


Capítulo I: Conociendo al chico nuevo

- ¡Maldita sea! ¡Maldito sea el momento en que me mudé aquí! ¿Por qué no me habré quedado en Phoenix?- Maldije en voz casi inaudible.- ¡Pero no! Yo necesitaba un cambio de aire y decidí ir hacia Forks. "¿Por qué no te quedas aquí? Allá será más difícil.", me decían mis padres. ¿Por qué no les hice caso a tiempo? Dejé absolutamente todo allí por venirme aquí y no tener casi nada. Me dijeron que volviera si quería… Pero el volver significa que he fracasado aquí, y no quiero eso. Soy demasiado terca.

Mi nombre es Isabella Marie Swan, pero prefiero que me digan Bella. Soy una joven de apenas dieciocho años. Hasta hace unos meses vivía en Phoenix, Arizona, con mi padre, mi madre y mi hermano. Mi padre, Charlie Swan, es el jefe de policías de Phoenix; mi madre, Renée, tiene una gran cadena de ropa, con muchas sucursales en todo Estados Unidos. Mi hermano, Emmett… Bueno, el sólo acaba de terminar el instituto y está esperando la aceptación en alguna Universidad. Emmett tiene una contextura física inmensa, sin embargo es todo un crío, tiene unas actitudes infantiles muy divertidas. Y ahora yo… Bueno, tengo una piel extremadamente pálida, mis ojos son de un color chocolate y mi cabello largo, y algo ondulado, es castaño. Tengo una torpeza innata y un malgenio explosivo, además de mi gran terquedad.

A la hora de mudarme, lo que más deseaba era dejar de ser el centro de atención que era por mi apellido. Allí, en Phoenix, no podía evitar que, la mayoría de la gente, no se fijara en mí. Digo mayoría porque mis antiguos compañeros de escuela me veían como una más, y eso lo agradecía. Cuando se fijaban mucho en mí, y por ser patosa, siempre terminaba de bruces en el suelo. Supuse que aquí, en Forks, eso no iba a suceder. Pero me equivoqué. En un pueblo pequeño, una persona nueva es el centro de atención. Nunca me recriminaba el hecho de haberme ido lejos de mi familia, excepto cuando las cosas no me iban muy bien por algún que otro motivo. Eran los días que deseaba que se acabasen rápidamente.

Acababa de llegar al Instituto. ¡Me había quedado dormida por primera vez desde que llegué! Encima llegaba tarde a la única clase que realmente odio: trigonometría. Odiaba esa clase y odiaba al profesor que la dictaba. El Señor Varner me había hecho pasar la peor de las vergüenzas el primer día al obligarme a presentarme. Terminé totalmente colorada como un tomate.

Bajé de mi anticuadísimo monovolumen y corrí hasta el salón correspondiente. Suspiré aliviada al ver que el Sr. Varner no había llegado aún. Me relajé y me senté casi al final del salón como siempre.

- ¿Qué horas son éstas de llegar, Isabella Marie Swan? – me preguntó una chica con cara de duendecillo.

- Oh, vamos, Alice. No molestes. Me quedé dormida por primera vez desde que he entrado – contesté con sorna.

- De acuerdo, Bella. – dijo con su voz cantarina y me sonrió feliz.

Mary Alice Brandon Cullen es mi mejor amiga. Tiene una tez bastante pálida, casi como la mía; con unos bellos ojos color miel, el cabello negro oscuro y con las puntas en cualquier dirección. Es bajita y delgada, grácil y siempre feliz. Ella fue la primera que me habló al llegar. Aún recuerdo cuantas palabras pudo decir con una sola bocanada de aire…


Flash Back

Acababa de llegar al Instituto de Forks. Mi primera clase era la de trigonometría, por lo que me dirigí al salón correspondiente. Entré y el profesor me obligó a presentarme. Lo hice, sintiendo la cara ardiendo, y esperé a que me asignara un asiento, casi al final del salón. A penas me senté, una niña de cabellos negros vino danzando a mi lado y me miró sonriente.

- Hola, tu debes ser la chica nueva, Isabella Swan. Mucho gusto, mi nombre es Mary Alice Brandon Cullen, pero dime solo Alice. Puedo asegurar que seremos grandes amigas, y que te encantará ir a Seatle de compras conmigo – dijo con una ínfima bocanada de aire y se sentó en el pupitre adyacente.

Obviamente lo único que pude hacer fue asentir un tanto asombra y otro tanto asustada.

Fin flash back


Desde ese día fuimos inseparables. A Alice no le recrimino nada, es una excelente amiga. Excepto que utiliza algunas caras en mi contra cuando quiere arrastrarme a centro comercial y cambiarme mi guardarropa. Eso debe ser… cada mes.

Me giré en el momento exacto en el que el Sr. Varner entró al salón maldiciendo a su auto y diciendo cosas ininteligibles como llamar y hacer una queja a no sé donde. Estaba tan enojado que nos castigó a todos con un examen sorpresa. Genial, lo que necesitaba para reprobarla totalmente, pensé. Cuando me dispuse a copiar mi examen, el profesor carraspeó notoriamente y se paró detrás de su escritorio.

- Clase, el día de hoy recibiremos un nuevo alumno – hizo una pausa para que entrara el chico. No me fijé en él, debía concentrarme en el examen-. ¿Sería tan amable de presentarse?

- Claro. Mi nombre es Edward Anthony Masen Cullen – un momento, ¿dijo Cullen?.

Pasé mí vista de Alices a Edward, y una vez más de Edward a Alice. ¿Cómo podía haber sido capaz de ocultarme que tenía un hermano? Me quedé observándolo. Era prácticamente perfecto. Tenía el cabello cobrizo y desordenado, unos preciosos ojos color verde y una mandíbula marcada y afilada.

- Sr. Cullen, tome asiento detrás de la Srta. Swan, la joven al lado de su hermana – escuché que decía. Oh por díos, detrás mío.

Agradeció y se dirigió al pupitre que le asignaron. Al pasar a mi lado, pude sentir su fragancia. Algo frutal y dulce, muy rico. No pude evitar voltearme para saludarle. Me contestó con una sonrisa, y ésta era la cosa más bella que nunca antes había visto. Era deslumbrante y me dejaba sin aire. Debí hacerme recordar cómo respirar y prestar atención a mi examen.

Intenté por todos los medios hacer el examen. Pero era tortuosamente difícil. Me sorprendí al ver como Edward entregaba su examen. Maldije en voz baja no poder con esta materia. Bajé la mirada a la hoja y noté un papel hecho un bollo. Lo abrí y leí lo que decía.

¿Necesitas ayuda con el examen?

Giré la cabeza para toparme con una sonrisa de lado de Edward. Era mi día de suerte. Escribí rápidamente en el papel una explicación y petición.

Esta materia es odiosa para mí. No puedo con este examen. Si lo repruebo, adiós materia.

Lo pasé disimuladamente para atrás. ¿Cómo era que podía fiarme d él tan rápidamente? Negué con la cabeza y vi su contestación.

Pásame tu hoja que te hago el examen.

Se la pasé con una nota de agradecimiento y cinco minutos después ya lo estaba entregando. Luego de unos minutos, la clase finalizó. Cuando quise agradecerle por palabras, él ya había desaparecido. Así que me giré a Alice y nos dirigimos juntas a la próxima clase, las compartía todas, excepto Literatura, le aburría.

A la hora del almuerzo, fuimos a la cafetería y nos sentamos en la misma mesa de siempre. Tras sobrevivir a una nueva petición de salida por parte de un muy pesado Mike Newton, me di cuenta que Jasper se nos había unido. Jasper Whitlock Hale era el novio de Alice y un año mayor que nosotras. Por lo que sabía estaban saliendo desde hace muchos meses. Y ese año, tras la graduación de él, no sé cómo se las apañó para dar de nuevo el año, diciendo que había materias que no había cursado. Jasper es alto, de cabello color miel, ojos azules profundos y musculoso. Tiene un gran carisma y sabe como persuadir a la gente. Por lo que sabía, tiene una hermana gemela llamada Rosalie. Igualmente no tenía ganas de conocerla, si era como él… Seguro sería preciosa.

- Hola, bonitas. ¿Qué tal andan? – saludó al unirse. Me dio un beso en la mejilla y un beso en los labios a Alice. Hacían una pareja hermosa, me alegraba por ellos.

- ¿Qué dices bonitas, si el bonito, sexy, masculino y perfecto prototipo de hombre eres tú? – contestó Alice, provocando que él se sonrojara y yo riera.

- Bien Jasper, realmente bien. ¿Tú? – pregunté.

- Pues hasta recién bien, ahora asombrado.- Ahora también riendo.

- Claro… no me tomen en serio, esta todo bien.-

Alice fingió enojarse, pero duró poco y se unió a las risas. Disfrutaba mucho estar con ellos y divertirme de esa manera. Divisé a lo lejos, como el hermano de Alice se acercaba con una botella de Coca-Cola en mano y se sentaba enfrente mío.

- Edward, hermano. Hacía mucho que no te veía – exclamó Jasper saludándole con la mano.

- Hola Eddie – saludó su hermana con su voz cantarina. Me fijé como se crispaba el rostro de Edward con ese mote. Nota mental: nunca llamarle así.

- Hola Jazz, mucho tiempo que no nos veíamos, es cierto. Hola duendecillo – saludó a su hermana y me sorprendí al saber que él le decía a Alice igual que yo -. Hola a ti también – dirigiéndose a mí-. Mi nombre es Edward. Tú eres… - su voz era suave y aterciopelada. Me recordé cómo respirar.

- Bella Swan – contesté sintiendo como mis mejillas se teñían de un intenso color rojo.

- Un gusto, Bella – le depositó un beso en el dorso de la mano.

- Oh, Eddie siempre tan caballeroso – cantó Alice.

- Alice, me encantaría repetirte por millonésima vez que no me digas de esa manera, si no es mucho pedir – contestó con los dientes apretados. Seguramente se los podría haber quebrado con la fuerza que utilizaba.

- Si es mucho pedir, Eddie… - Alice y Edward se sacaron la lengua, provocando que Jasper y yo riéramos. Segundos después se unían a nosotros.

Ese día se terminó pasando rápido. A la salida del Instituto, vi como Jasper y Alice subían a un hermoso Volvo plateado. Seguramente sería de Edward, nunca se lo había visto a los chicos. Miré y efectivamente el estaba allí, parado en la puerta del conductor. Alzó la mano y me saludó. Le devolví el saludo y me subí en mi monovolumen con una sonrisa en los labios, que me duró hasta que llegué a mi departamento. Tras hacer los deberes, tomar una cena ligera y darme una ducha, me acosté a dormir. Esa noche dije Edward entre sueños, y no sería la última.


Tomates, críticas, rosas. Por el go.