HOla! Aquí les traigo otra nueva historia y para variar seguirá siendo de Harry Potter!! A ver cuando me despejo de alguna que otra historia y me sumerjo en otro fandom.

Esta es una de las primeras parejas que me gustaron en HP. Espero que a vosotros también os guste

Aclarar que este pequeño "Long" fic responde a la Tabla de Pecados de Retos a la Carta. Serán 7 pequeños drabbles que inevitablemente se convertirán en one-shots xP Siempre me pasa lo mismo T.T

Sin más preámbulos.


#Ira

No quiero verle más.

Nadie puede saberlo jamás.

Él no me merece. No merece mis lágrimas.

Le odiaré.

Me odiará… Y eso me destruirá.

-¡Eh Pelirroja! Despierta.

Lo intento, Dios sabe que lo hago, pero la voz alegre y cantarina de James no puede suplir esa austeridad y oscuridad que rezuma cada sílaba de Severus. Sus manos calientes me abrasan incluso cuando me toca sobre el jersey y me obligan a ansiar el frío que envuelve al Slytherin. Quiero que todo esto acabe, quiero dejar de pensar en él en cada asqueroso minuto, quiero dejar de imaginármelo a él cuando beso a mi novio, quiero dejar de sentirme sucia por despreciar a mi manada y ansiar a la escurridiza serpiente.

-Lo siento… -míralos, ni siquiera se dan cuenta de mi turbación, ni del tono demasiado agudo de mi voz -… ¿qué decíais?

Una sonrisa tranquila es lo único que le hace falta a James. Él me la devuelve y en sus ojos solo se atisban alivio y tranquilidad. ¿Cuándo se volvió tan insulso y servicial?

-Sirius nos estaba contando la última que ha tenido con Filch.

-Ah… "eso".

Y yo soy la estúpida que lo pregunta, como si no supiera que una conversación madura y adulta en compañía de James Potter y Sirius Black era algo tan remotamente imposible como encontrarme a Paul Newman desnudo en mi cama. Suspiro por quinta vez, pero ni aún así pillan la indirecta. Mejor paso a la acción.

-Disculpadme –intento hacer todo el ruido posible cuando retiro mi silla y me levanto. James me mira atónito y sorprendido, como si yo fuera la que tuviera cinco cabezas.

-¿A dónde vas? –él también se levanta, espero que no se le ocurra seguirme.

-No lo sé, quizás vaya a adelantar el trabajo de Transfiguración de Dumbledore. ¿Por qué no os quedáis aquí los dos? Estoy segura de que te lo pasarás mejor escuchando como Sirius ha dejado colgada, por tercera vez esta semana, a la señora Norris de la estatua del Barón Infame sujeta del rabo.

-¿Cómo sabes que…? –pregunta Sirius.

-Es siempre la misma historia, Black. El día en el que nos cuentes algo diferente, yo misma seré la que te felicite por tu hazaña. Hasta entonces… Nos vemos luego en la sala común.

James ya ni siquiera se queda esperando el beso de despedida que toda buena novia debería dar cuando se marcha del lugar. Hace semanas que se ha resignado a no encontrarlo. No es que lo repudie, ni que me de asco tocarle… No. Quiero a James, él es bueno, me trata como una princesa, se preocupa de mi bienestar… Simplemente no lo siento. Cuando cierro los ojos cada noche, no es a él a quien veo, ni son sus manos firmes las que recorren imaginariamente mi cuerpo. Debo ser la peor persona del mundo, lo sé, pero no puedo evitarlo. Todo esto escapa de mi control.

-¡Apártate, Evans!

Antes me hubiera vuelto y le hubiera contestado alguna grosería. Ese estúpido Slytherin ha tropezado conmigo, me ha tirado todos los pergaminos al suelo y encima se ha atrevido a amonestarme. ¡Oh sí! Antes me hubiera vuelto hacia él y le hubiera soltado a esa cara llena de granos alguna que otra perla referente a su escasez de modales o algún consejo práctico para tratar esa piel infesta de pus. La Lily Evans de antes hubiera replicado y se hubiera quedado bien a gusto, pero ahora solo quiero llegar a mi habitación y enterrar mi cabeza bajo la almohada.

-Estúpido Mcgiffon –esa voz…

-Severus –susurro.

Sí, es él. ¿Por qué está agachado recogiendo mis cosas del suelo?

-No te quedes ahí plantada como si fueras una estatua, Evans. Son tus cosas, ¿no? Agáchate y ayúdame.

Aunque su voz quiera parecer dura y fría, aún puedo distinguir en ella el tono especial que sólo solía dedicarme a mí y solo a mí. Nuestras manos se rozan un par de veces y estoy segura de que él también ha sentido el latigazo eléctrico en su cuerpo. No me mira y yo no puedo apartar los ojos de su pelo grasiento. Vuelve a estar junto a mí y lo único que deseo es que nuestros roces dejen de ser accidentales y se conviertan en reclamos de nuestros anhelos.

¿Dónde han quedado nuestras tardes de pesca? ¿Dónde se acabó la amistad infantil y pasó a ser algo más? ¿Por qué no se ofrece a que repitamos nuestro primer beso? ¿Por qué no me arrastra al despacho de Filch como hace Sirius con todas esas zorritas sin cerebro que se dejan eclipsar?

-¿Sev? ¿Qué haces ahí agachado? -¿Lasarte? ¿Sev? ¿Desde cuando estos dos se tienen tanta confianza? –Hola, Evans.

¿Por qué le ha dado hoy a todo el mundo por mi apellido?

-Vámonos Severus o llegaremos tarde a clase.

-Voy.

Él ni siquiera me dirige una última mirada de soslayo. Se levanta del suelo y comienza a caminar al lado de la Slytherin, mientras la zorra se agarra como una babosa de su brazo.

¿Quién se ha llevado el aire y lo ha tintado todo de rojo?

Me levanto con toda la dignidad de la que aún puedo hacer gala, me atuso el pelo y sacudo el polvo de mi falda. Los pasillos están cada vez más llenos de alumnos que se dirigen presurosos a sus clases de la tarde, pero yo solo puedo ver la figura de dos serpientes alejándose por las escaleras que llevan a las mazmorras.

¡NI SIQUIERA ME HA MIRADO!

Arrojo todo lo que acabo de recoger del suelo y me da igual que mis propios compañeros me miren extrañados. ¡Él ni siquiera me ha mirado! ¿Cómo se atreve? Soy yo la que debería estar enfadada con él. Es a mí a la que insultó. Soy yo la que le odia y escupe en su recuerdo. ¿Cómo puede humillarme tanto sin pronunciar una sola palabra? ¿Desde cuándo me he convertido en este cuerpo sin voluntad, ni personalidad propia?

Le buscaré.

Me encontrará.

Haré que mi olor le vuelva un perro rabioso.

Le deseo.

Le odio.

Me deseará… Y eso será lo que le destruirá.


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Disclaimer: Todos estos personajes pertenecen a JK Rowling