Disclaimer: El mundo de Harry Potter no me pertenece. Es creación de J. K Rowling.

Warnings: Slash (relación entre chicos).

NA: Aquí un pequeño fic de dos capítulos. Nada muy original, pero ansiaba volver a escribir a los cachorros y lo que leerán a continuación es lo que nació después de un par de meses complicados. Espero que lo disfruten.

Dedicatoria: Un pequeño regalo para una increíble amiga. Sí, va para ti, mi querida Daia Black.

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Una noche de Marzo

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Sirius está furioso. Les ha visto. A Remus y a ese Slytherin. Y desde que les vio abrazados ahí en el pasillo todo se volvió ira, molestia, ganas de romper con todo. Ganas de morder y destrozar a ese tarado que aprieta a Remus contra su cuerpo como si le perteneciera. Ganas de enseñarle a ese rubio imbécil que nadie puede sonreírle así a su amigo. Pero sobre todo quiere dejarle claro a Remus que nadie puede abrazarle y sonreírle así. Nadie. Excepto él.

Y está a punto de lanzarse sobre ellos pero James le detiene a tiempo cuando dice:

- Cálmate, Sirius -susurra- No puedes hacer nada.

Sirius le mira y James puede ver la furia y los celos bullendo en su mirada gris. Siente vibrar esa ira en el latir de las venas de su amigo y teme que Sirius no sea capaz de contenerse.

- No puedes hacer nada -repite en un esfuerzo por controlar a su amigo- Sabes que Remus y tú son solo amigos.

Solo amigos. Esas dos palabras parecen bastar para volver a Sirius a la realidad por un momento porque se suelta de James y pasa de largo por el pasillo ignorando por completo a Remus a pesar de que este lo llama, pero mirando al Slytherin con infinita rabia. James le sigue de cerca y entran juntos a la sala común. Sirius sube las escaleras hacia el dormitorio a zancadas, con la respiración agitada y murmurando incoherencias que James apenas comprende.

- Tienes que calmarte, Sirius. Ellos no estaban haciendo nada…

El animago, que se ha contenido demasiado, explota ante la afirmación de James.

- ¡¿Qué no estaban haciendo nada?! ¡Pero ese Slytherin le estaba metiendo mano, James! -escupe Sirius poniendo una nota de odio vibrante en la palabra Slytherin- Y Remus... ¡con un carajo!, ¡el muy idiota no hizo nada para evitarlo!... Es evidente que disfruta que lo manoseen así y le ruegen mientras se arrastran a sus pies.

- No digas estupideces, Sirius. Es Moony y es mi amigo de quien estás hablando -le advierte James señalándolo con un dedo amenazador- así que cuidado con tu bocaza. Además, para variar, estás dramatizando demasiado. Las cosas no pasaron así. Scott solo le dio un abrazo por su cumpleaños y Remus lo único que hizo fue corresponderle amigablemente como lo ha hecho con todos los que se han acercado a él para felicitarle.

- ¡Sí, claro! -exclama Sirius irónico- Y eso ha incluido aceptar su invitación a Hogsmeade ¿verdad? Tú sabes muy bien lo que pretende esa serpiente asquerosa, James. Anda detrás de él y no descansara hasta…

- ¿Hasta qué, Sirius? –pregunta el prefecto entrando en la habitación- Vamos, dilo. Scott no descansará hasta que... -Su tono de voz es ligeramente aspero y tembloroso, sin embargo, Remus intenta controlarlo tratando de ocultar la punzante sensación de dolor que siempre está ahí cuando Sirius le ignora como lo ha hecho delante de ese chico y luego, molesto, habla de él como si fuera un ofrecido que acepta acostarse con todo el que se le pone enfrente.

Al escucharlo, el animago se gira y está a punto de encararlo cuando James, que está de pie a espaldas de Remus, lo mira tratando de advertirle que se controle. Así que Sirius, muy a su pesar, vuelve la cara y no responde. En ese punto la paciencia del joven licántropo amenaza con saltar por los aires pues ahí está otra vez esa manía suya de ignorarle; y le duele que lo trate de esa forma cuando otras veces pareciera que no hay nada en el mundo más importante para Sirius que él.

Confundido, Remus menea la cabeza, suspirando profundo en un intento por mantener la calma.

- Últimamente no sé que te pasa conmigo, Sirius. A ratos parece que te agrado y a ratos me ignoras. Y tampoco entiendo por qué te disgusta tanto Scott..., ¿acaso te desagrada porque es Slytherin?

- Eso no tiene nada que ver –salta finalmente Sirius.

- ¡¿Entonces qué es?! -estalla el prefecto- ¡Explícame qué pasa contigo!

Ignorando por completo la mirada de advertencia de James, Sirius se acerca a Remus; lo mira y acorralándolo contra la pared pregunta:

- ¿Quieres saber qué pasa conmigo?

Su voz es apenas un susurro y Remus tiembla cuando siente el frío de la pared recorrer su espalda, pero se estremece aún más al sentir la fuerza con la que su amigo lo aprieta. Y es que Sirius está demasiado cerca. Demasiado. Y hay algo en sus ojos grises y en su voz que no logra descifrar… algo que destila peligro cuando el animago vuelve a preguntar: ¿De verdad quieres saberlo?

El prefecto no sabe qué decir. Lo único que sabe es que tiene a Sirius sobre él y que es su cuerpo el que lo aprieta contra la pared impidiéndole moverse, pensar y respirar. Lo siente acercarse aun más y apenas lo escucha murmurar: Esto es lo que me pasa porque todo desaparece para él al segundo siguiente cuando los labios de Sirius tocan los suyos en un beso salvaje y posesivo. Y entonces todo se desdibuja y desaparece en su mente porque ese beso exigente lo asfixia y lo llena de aire al mismo tiempo, lo eleva hasta lo más alto y lo hunde. Lo desarma completamente y lo vuelve a armar. Ese beso lo mata y lo hace vivir. Todo en un mismo instante mientras Sirius sigue apretándolo y haciendo más profundo el beso.

Remus jadea un poco buscando aire pero sin querer apartarse de su amigo y es en ese momento que el animago se aparta de él de súbito. Y es como si Sirius acabara de salir de un trance porque de pronto le suelta como si el contacto con su piel le quemara. Apenas y lo mira cuando le suelta por completo para terminar alejándose de él.

Al segundo siguiente Sirius sale de la habitación dando un portazo tras de sí. Sale sin mirar a James que está petrificado junto a la puerta. Sale sin volver a mirar ni por un momento a Remus. Y el castaño simplemente se queda de pie; apoyándose contra la pared, palpándose los labios lentamente y completamente descolocado.

James se acerca a él con cautela y, al verlo tan aturdido, pregunta:

- ¿Estás bien?

Remus tarda lo suyo en reaccionar y cuando lo hace mira a su amigo como si no lo conociera. Como si hubiera estado perdido en el limbo durante una eternidad y lo hubieran devuelto a la realidad de un golpe. Al cabo de un momento el licántropo musita:

- Me ha besado...

- Sí, lo ha hecho -dice James con un suspiro de alivio pues por un momento había creído que Remus caería en shock- ¡Y vaya beso!- agrega con una sonrisa pícara.

- Pero no lo entiendo...

- ¡Vamos, Moony! No es tan complicado de entender.

- ¡No, sí lo es!-exclama Remus- ¡¿Es que no lo ves?! Nunca me atreví con él porque Sirius es el chico más hetero que yo haya conocido. Y ahora..., simplemente me acorrala sin mas y me besa así...

James se queda en silencio un momento sopesando la posibilidad de revelar lo que sabe sobre los sentimientos de Sirius hacia Remus. Concluye que no le corresponde hablar de ello, pero al ver la confusión reflejada en el semblante del prefecto, decide empujarlo en la dirección correcta procurando no hablar más de la cuenta. Así que se acerca a él, pasa un brazo sobre sus hombros y lo guía hacia una silla mientras dice:

- Sirius ha cambiado, Remus. Sus sentimientos han cambiado. Ya no es el mismo Sirius que antes coqueteaba con las chicas y se interesaba por ellas. Es más, desde que supo sobre tu licantropía y su relación se hizo más estrecha, ¿cuándo has visto a Sirius interesado por una chica como se interesa por ti? ¿Acaso ahora no suele decir que no tiene tiempo para chicas porque prefiere estar con nosotros y divertirse?

Al mirar que el prefecto asiente, James se apresura a agregar:

- Eso lo dice porque ellas le son completamente indiferentes. En cambio tú..., tú te has convertido en el centro de su mundo. Es a ti a quien protege a capa y espada. Por ti se convirtió en animago; porque no concebía la idea de dejarte solo en luna llena… y hasta en su forma animal muestra una clara preferencia hacia ti.

Conforme James habla todo va haciéndose mas claro en la mente Remus. El interés de Sirius por él, sus cuidados tras cada luna llena, esas miradas cargadas de algo que él no había sido capaz de descifrar hasta ese momento... e incluso sus celos explosivos que él nunca había percibido como tales. Las señales estaban ahí y él había estado demasiado ciego para verlas.

Al comprenderlo, el prefecto se pone en pie y James dice:

- ¿A dónde vas?

- Necesito verlo.

- ¿Estás seguro?

Remus asiente, y mientras toma su chaqueta pregunta:

- Tú sabes en donde puedo encontrarlo ¿no es así?

James lo mira y dice:

- El piso más alto de la Casa de los Gritos. Es casi seguro que lo encontrarás ahí.

- ¿La Casa de los Gritos? –pregunta Remus sorprendido.

- Así es -afirma James y, con un tono pícaro y una gran sonrisa en el rostro, añade- Supongo que no tengo que esperarles despierto, ¿cierto?

Antes de salir, Remus vuelve la mirada y le sonríe negando ligeramente con la cabeza.

Continuará…

¡¿Qué tal?!... ¿Les ha gustado? Yo espero que me dejen saberlo con sus reviews.