Hola

Hola!! Bueno, esta es la primera entrega de uno de mis proyectos más ambiciosos…y pues mi segundo fic publicado. Umm…aún soy principiante pero prometo hacer el mayor esfuerzo para que esta historia sea de su total agrado!! x3

Sin más que decir, disfruten y dejen reviews eso me motiva para escribir más!!

- - son diálogos.

cursiva son pensamientos.

Disclaimer: Yu-gi-oh! no me pertenece simplemente escribo historias por diversión y no por fines de lucro.

Los lazos que nos unen.

PRÓLOGO.

La noche era fría, el viento soplaba suavemente arrastrando tras de sí las arenas de aquel basto desierto. El faraón se paseaba tranquilamente por los pasillos del templo de la diosa madre Isis, mientras contemplaba uno de los enormes murales. Escuchó a alguien acercarse, sonaba apresurado quien quiera que fuese, al parecer se dirigía hacia donde él estaba. Le costó un poco de trabajo distinguir que se trataba de uno de sus sirvientes más leales, por lo visto había corrido una larga distancia y casi sin aliento se dirigió al Faraón diciendo:

-¡Fa-Faraón! ¡Gracias a Ra que le encuentro!-

-¡En el nombre de Ra! ¡¿a que se debe tanto alboroto?!- Dijo el rey con un tono un poco molesto.

-¡Faraón! es…es que… príncipe Atem…bueno…-

-¿Qué sucede con mi hijo esta vez?- La verdad es que no se encontraba preocupado en lo más mínimo; por demás sabia lo travieso y escurridizo que el chiquillo podía ser. El sirviente había terminado de explicarle al Rey lo que había sucedido a lo que éste, sin más replicó: -No deberías hacer tanto escándalo, podrías molestar a los dioses con tanto escándalo; por mi hijo no te preocupes, es imposible que haya dejado el palacio además seguramente se trata de alguna de sus travesuras, recuerda que solo tiene 3 años de edad. Estoy seguro que esta bien…de todas maneras, el siempre estará protegido…-

-Creo que tiene usted razón su Majestad…la reina Hatsemmut, estaría muy orgullosa de su pequeño príncipe...ella lo vigila desde allá…-

-Así es… su madre está con él dondequiera que vaya, es por eso que no me preocupo demasiado, las concubinas lo cuidan mucho también…ahora, por favor regresa a palacio y asegúrate de que el príncipe se encuentre en su recámara para cuando yo vuelva…-

-En seguida, Faraón. Disculpe mi descortesía pero, ¿se quedará aquí un momento más?-

-Si. Es que le prometí a ella que vendría a visitarla…Puedes retirarte…-

-En seguida Rey mío…-

Habiéndose marchado el sirviente el Faraón alzó su rostro contemplando el hermoso mural tallado donde se presentaba a la diosa Isis tomada de la mano con otra mujer, ambas lado a lado viajando hacia el horizonte, la mujer al lado de Isis era sin duda hermosa. Una lágrima rodó por la mejilla del Faraón. "Espero me perdones, creo que…no soy muy buen padre... desearía con todo el corazón tenerte aquí…juntos tu, yo y nuestro pequeño Atem…Pero, eso es pedir demasiado, soy un egoísta…ahora, descansa reina mía, algún día nuestros caminos se juntaran de nuevo pero por ahora…"

-¿Desde cuando el "Gran y poderoso Faraón Aknamkenón" se deja llevar por el sentimentalismo? Deja de preocuparte, no eres tan mal padre y ella está mejor ahora…-

Una voz se dejó escuchar desde la oscuridad de aquel enorme templo, llevaba allí algunos minutos. Observando y esperando.

-Así que ahora te dedicas a espiar a los demás ¿no es así…? ¿"Anubis"?-

-ARGH! ¡Tú y tu pésimo sentido del humor! Detesto que me llames así…-

De entre las enormes columnas que sostenían el techo se asomó discreta y delicadamente un perro de estatura promedio, pelaje negro tanto que se confundía con la noche, ojos dorados enormes y complexión delgada, lo que le daba un aspecto "real". Avanzaba hacia su interlocutor, con lentitud podría decirse que hasta con un aire de pereza pero elegante. El animal se desplazaba con la cabeza erguida y sus orejas puntiagudas acentuaban su peculiar aspecto, recordando al dios egipcio de los embalsamadores: Anubis. Su figura era larga y fina, el mejor ejemplar de su raza, por sus venas corría la sangre de un verdadero perro cazador egipcio. Su familia había pertenecido y servido a la casa real durante décadas, y ahora era él el que ocupaba el cargo de "guardián" de esta dinastía.

-Seth te has vuelto muy perezoso ¿sabes?- Sonrío con ironía el Rey.

-Hmp!...digo lo mismo de ti anciano decrépito…- Definitivamente éste personaje era uno de los pocos (por no decir el único) que le era "permitido" dirigirse de esa manera al Rey. –Aún no entiendo porque me mandas te al templo de Anubis a protegerlo. ¡Lo único que podría proteger allí es el polvo de momia que queda en ese oloroso lugar! ¡Por si fuera poco tengo que soportar las habladurías proféticas de los ancianos a punto de morir, que aún se atreven a visitar las ruinas de ese templo que se cae solo! Si es que los ancianos llegan por devoción o por ofrecerse ellos mismos como sacrificio y perecer allí…Lo único bueno de ser confundido con una deidad es que te ofrecen comida muy sabrosa.-

-Seth, no te expreses así del templo, ni de los ancianos sacerdotes, además las ofrendas no son para ti. Además es una de las estructuras más antiguas de este reino. Debes sentirte honrado de proteger un lugar sagrado.-

-¿si? Pues yo no lo veo así.-

-Definitivamente no has cambiado en lo más mínimo, veo que sigues siendo el mismo cachorro arrogante de siempre- Dijo el faraón sonriéndole.

-¿eso crees? Pues…tu tampoco has cambiado, sigues siendo tal y como te recuerdo…y a pesar de todo; eres un buen gobernante…- Era definitivo, ambos habían tenido enormes deseos de verse, claro después de todo aún eran buenos amigos…

-Has estado entrenando estos años, ¿has percibido alguna mejora, has descubierto algo que debamos saber?- Aknamkenón se refería al artículo extraño que colgaba graciosamente en el cuello de Seth.

-Umm…no. Solamente lo que ya conocemos. Pero debo decirte que este articulo guarda un poder mayor incluso al de tu rompecabezas; un poder que esta fuera del alcance de todos los artículos del milenio juntos…aunque no estoy del todo seguro. Además de brindarme la capacidad de comunicarme con los humanos y detectar la presencia de magia dentro de ellos y mantenerme joven, bueno relativamente. Mi longevidad se ha extendido a la de un humano promedio o quizá más pero eso no es todo…verás, existen unas ruinas, vestigios de una civilización que existió antes de nosotros; las inscripciones pertenecen a una lengua muerta hace siglos y no hay conocimiento alguno sobre estas misteriosas ruinas…- Aknamkenón escuchaba con atención. Quizá al fin podrían descubrir un poco más acerca estos artículos milenarios, secretos que sin duda marcarían la historia de Egipto.

-¿A qué viene todo esto?- Preguntó ansioso el faraón.

-Sé cuánto deseas saber acerca de los artículos. Pero me temo que en lugar de encontrar respuestas me topé con muchas más incógnitas. Esas ruinas por ejemplo; dentro de ellas las inscripciones hablan acerca de "una puerta que abre a otros mundos, el mundo del presente del pasado y del futuro"… además relata una profecía…escucha hay cosas misteriosas y que quizá nunca debamos indagar, podría ser muy peligroso. Si no mal recuerdo, la forma en como se crearon los artículos del milenio fue porque utilizaste magia obscura muy antigua ¿no es así?-

-Sí, Así es. No me enorgullezco de haber hecho lo que hice…tienes razón, hay cosas en las que no debemos indagar… "aunque, me pregunto porque me ha mencionado esto tan de repente. Estoy seguro que esas ruinas ocultan un enorme poder y si cae en manos enemigas el país podría ser conquistado…ahora si esas inscripciones tienen algo que ver con los artículos milenarios y…¿menciono algo sobre una profecía?...antiguas inscripciones…si son tan antiguas como es que pudo leerlas? ¿fue el quien las leyó?..."-

-Aknamkenón… preguntas demasiado…-

-Creo que tienes ra…¡¿Cómo?! ¡¿a-acaso tu…?!-

Seth suspiró profundamente había olvidado comentarle al Rey sobre ese pequeño detalle.

-Si, puedo…leer las mentes, al igual que el ojo milenario. No se con exactitud porque, simplemente desarrolle esa habilidad. Al parecer estos objetos se desarrollan junto con el individuo a medida pasa el tiempo, es decir, entre más tiempo pases con el objeto mejor lo dominarás y lo perfeccionarás.-

-Tiene mucha lógica, te has esforzado mucho ¿eh? Me siento satisfecho con el progreso que has tenido. Estoy orgulloso de ti, amigo mío. Siempre me sorprendes hasta el punto en que olvido que no eres un ser humano.-

-Ser un perro que habla tiene sus ventajas, si. Pero definitivamente no desearía ser un humano como tu. No te ofendas.-

-¡Jajaja! ¡Nunca cambiarás! A propósito…ésa no es la única razón por la que has venido ¿no es cierto?...tiene que ver con Atem.-

-De hecho si.-

-Está bien, veo que te ha despertado la curiosidad mi hijo. Lo conocerás mañana, y me sentiría honrado de que fueras tu su protector, su guardián. De cualquier forma tu destino es proteger a nuestra dinastía y mi hijo es el futuro heredero y tu serás su guardián-

-Claro, regreso luego de casi 10 años y ¿para que? ¡¡resulta que ahora seré la niñera de un príncipe!!-

-Serás una buena mascota-

-¡Cállate!-

El Faraón se sentía complacido de ver a su antiguo y testarudo amigo. El único verdadero amigo que había tenido en toda su vida, le divertía fastidiarlo conociendo lo orgulloso y terco que era, se convertía en presa fácil para sus bromas.

-¡Ah! ¡casi lo olvido!-

-¿A que te refieres Aknamkenón?-

-Seth, bienvenido a casa…-

El perro lo miró durante unos segundos, Aknamkenón creyó ver una tenue lágrima bailar en sus vivaces ojos. Si, al fin regresarían a casa juntos luego de 10 largos años.

-¿Sabes?...se siente bien estar de vuelta…-

Uff!! Aquí lo tienen!! Este es solo el prólogo espero les haya gustado. No se esperaban eso ¿cierto? un perro que habla…la verdad es que ni siquiera yo se de que extraño lugar saqué esa idea…¬¬

Como sea, dejen reviews!! Este fic se lo dedico a todos los fans ManaxAtem allá afuera. Necesito saber sus opiniones y si tienen sugerencias son bienvenidas también!!

Nos vemos!! xD