El arte de usar excusas

El arte de usar excusas.

-Tengo un gemelo- repitió mirándola a los ojos tratando de parecer serio.

Sabía que era una excusa tonta pero por la escasez de tiempo no había podido pensar en nada más. La joven lo miraba incrédula con una ceja levantada, es que acaso pensaba que se iba creer algo así?. Dio un suspiro tratando de controlar su temperamento y lo examinó con la mirada.

- Me estas diciendo- comenzó la muchacha con los ojos centellando peligrosamente- que todo este tiempo estuve saliendo con tu gemelo.

- Si, un- exclamó el joven revolviendo su rubio pelo con una mano.

- …y tu no eres mi novio- continuó la mujer tratando de guardar la paciencia- mi novio es tu gemelo.

El muchacho asintió con vergüenza reconociendo lo estupido de la excusa que acababa de inventar. No podía levantar la vista así que se quedo mirando sus pies mientras esperaba.

-Eres un idiota Deidara- sollozó la joven tras levantar la mano y abofetearlo.

El rubio recibió el golpe con un gesto de dolor, levantó la vista hacia la muchacha pero esta ya se estaba marchando del lugar con lágrimas en los ojos.

-Pero, Deidara es mi gemelo- gritó el muchacho tratando de arreglar las cosas- Loca- susurró mientras se frotaba la mejilla adolorida.

Un ruido de risas llegó hasta sus oídos y se volvió interesado en ver quien se estaba burlando de él. Sentada en una banca estaba una joven de pelo rosado leyendo un libro, sus ojos seguían fijos en la página pero era obvio que había escuchado toda la conversación que se llevó a cabo instantes antes. Deidara pudo notar molesto como sus labios se curvaban para evitar una nueva carcajada.

-Es que no sabes que está mal escuchar conversaciones ajenas?- preguntó el rubio mordazmente tratando de hacer sentir mal a la pelirosa.

-Por favor, si todos han escuchado la pequeña escenita que a armado tu novia- respondió con burla la joven.

Deidara hizo un gesto de fastidio sin saber que decir, pues era cierto, todas las personas alrededor, especialmente las mujeres, lo miraban como si fuera el malo de la película. La muchacha dejó su libro a un costado y lo examinó inquisitivamente mientras esbozaba un gesto burlón.

-Felicidades, en el ranking de excusas tontas para terminar con una chica la tuya se lleva el premio- exclamó reprimiendo evidentemente una carcajada.

- Cállate, un- le respondió molesto el rubio mientras se ruborizaba.

- Que le ibas a decir después, que tu gemelo se había mudado a otro país?- dijo entre risas la chica.

Deidara guardó silencio tratando de no pensar en el hecho de que eso era exactamente lo que le iba decir. La joven reprimió sus carcajadas al ver el aspecto triste que tenia el rubio, recogió sus cosas y se acercó a él extendiéndole la mano.

-Lo lamento, soy Sakura- susurró disculpándose apresuradamente después de haber sido tan grosera con el pobre muchacho.

- Yo soy…- comenzó el joven.

- Deidara- terminó la pelirosa con una sonrisa- lo escuche de tu novia.

El rubio hizo una mueca recordando nuevamente la escena y dio un suspiro sintiéndose un poco malo. Sakura lo miró con interés tratando de adivinar que es lo que pasaba por la cabeza del chico en estos momentos.

-Creo que tienes un grave problema en inventar excusas- exclamó la joven mientras empezaba a caminar dándole a entender a Deidara que quería dar un paseo.

- No es eso- dijo el rubio siguiéndole el paso sin dejar de mirarla- tengo un problema en mantener mis novias- los ojos de la joven le pedían explicaciones así que continuó- me llego a aburrir muy fácil de las chicas.

Sakura se paró en seco y se volvió para lanzarle una mirada asesina a Deidara. Este se quedó mirándola con un poco de miedo sin entender su comportamiento.

-Eres un completo idiota, te consigues novias solo para aburrirte y votarlas- exclamó mientras trataba de abofetearlo sin éxito, ya que el joven la mantenía alejada.

- Es que no encuentro una chica que me mantenga interesado- dijo en modo de disculpa el rubio dando gracias a dios por haberse dado cuenta a tiempo que le iban a pegar de nuevo.

Sakura lo miró por unos momentos analizando si debería golpearlo o tomar en cuenta lo último que dijo, finalmente optó por lo segundo y siguió caminando con pasos fuertes tratando de controlar su ira.

Deidara caminaba a su lado con cautela manteniéndose lo mas alejado posible para poder huir si se presentaba otra vez la violencia.

-Entonces, creo que te voy a ayudar- susurró la joven con una sonrisa confidente.

- ¿Ayudarme? – repitió el rubio confundido por el cambio repentino de humor que había sufrido la pelirosa.

- Si, te voy a presentar algunas amigas- exclamó Sakura con emoción jalando del brazo a Deidara.

El rubio se dejó llevar por ella mientras algo en su cabeza le decía que esta vez no podría usar la excusa del gemelo para librarse de lo que venia.

Habla gente!

Lo se, lo se…esto no cubre el hecho de haber borrado

mi otro fic Deisaku, por eso vengo a que me perdonen con esta historia

entre las manos.

Se que talvez algunos me están maldiciendo,

haciendo vodoo y hasta investigando mi correo

para mandarme un email con virus, pero

realmente tuve mis razones para borrarlo.

Bueno espero que les haya gustado.

Gracias por leer

Liari-Zero