--Piruleta--

Atobe resopló levemente, lo suficientemente alto como para que le oyera quien le tenía que oír, aunque no le hiciera demasiado caso. Se apartó del resto del equipo, permitiéndose olvidarse del partido que se estaba jugando en aquel momento.

Solo Kabaji se percató de su desdén. Los demás no despegaban los ojos de la pista, absorbiendo cada detalle de las jugadas. Lo cierto es que era un partido interesante. Siempre que Rikkai estuviera cerca, los partidos eran interesantes, a pesar de que Shishido y Ootori lo estaban pasando mal. A Atobe, en otras circunstancias cualquiera, le hubiera molestado quedar mal delante del subcampeón del torneo, aunque fueran partidos no oficiales. Sin embargo, había otra cosa que le había molestado más aún.

Clavó la mirada en Jiroh. Jiroh, despierto, entusiasmado. Jiroh, concentrado en una persona, otra persona. Jiroh, mirando a Marui sin perder un segundo sus movimientos, ni siquiera para pestañear. Jiroh, lamiendo con impaciencia esa piruleta que su admirado jugador del Rikkai le había ofrecido antes del partido.

Atobe se estaba poniendo negro. Se masajeó las sienes con el pulgar y el índice para intentar relajarse. Cruzó las piernas. No tenía importancia. Paciencia. Ganar o perder, ya ves tú. Él era Ore-sama, y podía realizar prodigios mayores. No le iban las cosas tan simples.

Jackal y Marui ganaban 6-3.

Los chicos recibieron la derrota con resignación, regalándose una sonrisa. En Rikkai, nadie dijo nada. Solo Jiroh llenaba el silencio con sus aplausos y admiraciones. Marui le guiñó un ojo.

- Jiroh, vámonos.

Jiroh dejó de gritar y se giró para asentir con la cabeza a Atobe, que hacía un gesto al resto para que se fueran sin esperarles. Oshitari lo comprendió al instante. Jiroh terminó la piruleta y arrojó el palo al suelo. Atobe no pudo evitar reírse ante aquel gesto.

- ¿Dónde me vas a llevar hoy, Atobe?

- No preguntes.

Jiroh sonrió con dulzura cuando Atobe lo abrazó, recorriendo su espalda con las manos, como comprobando que todo estaba bien. Atobe echó un último vistazo a las pistas vacías y suspiró. Tsk. Molestarse por semejante cosa. ¿Qué era aquella admiración infantil comparada con lo que Jiroh sentía por él? Bah, una piruleta.


Es el fic más corto que he logrado escribir hasta la fecha O.o Hacía días que la idea me acosaba, así que tuve que escribirlo. Espero que sea lo suficientemente bueno para las fans de la Sleepless ;(

¡Muchísimas gracias por leer!

(comentarios, please :3)