Aquella mañana Micaela y Sully empezaban una nueva vida juntos como una familia, el día anterior habían regresado del viaje de novios. Se levantaron, desayunaron y mientras Brian, Colleen y Matthew, que había ido a darles la bienvenida, les ponían al corriente de las últimas noticias ocurridas en Colorado Spring.

Cuando terminaron de desayunar, Sully se adelantó para llevar a Brian al colegio mientras Micaela se preparaba para ir a la clínica donde pasaba consulta. Aquella mañana no esperaba tener ningún paciente al que atender y aprovecharía para leer alguna de las revistas de medicina que le habían envidado desde Boston y ponerse al tanto de las últimas novedades en asuntos clínicos; después de comer visitaría al joven Andrew, prometido de Colleen, que había tomado el puesto del nuevo médico en el hotel que Preston acababa de abrir. Para saber que tal se había adaptado al pueblo y como le iba en su trabajo.

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Micaela se subió a la carreta y lentamente siguió el camino que recorría todos los días, desde su casa hasta el pueblo. Cuando podía, en días soleados de primavera, le gustaba disfrutar del maravilloso paisaje en el que vivía con su familia.

Cuando habían transcurrido unos minutos, divisó en la distancia un hombre a caballo que se dirigía hacia ella, al llegar a su altura, se paró enfrente bloqueándole el paso y apuntándole con un revolver le dijo:

No se mueva y no le haré daño. Ahora, doctora, va a ser una buena chica y va a acompañarme sin armar ningún escándalo.

Micaela asustada miró a su alrededor en busca de ayuda y al no ver a nadie, le asestó con la fusta un golpe en el rostro al asaltante, que cogido de improviso, cayó al suelo, sangrando por la nariz y maldiciendo a causa del dolor.

Al caer, el forajido bloqueó el camino y Micaela no podía avanzar sin pasar por encima de él, así que rápidamente descendió del carro y echó a correr en dirección a su casa, a los pocos segundos oyó detrás de ella el galopar de un caballo, sabía que no tenia escapatoria, empezó a faltarle la respiración, parecía que el corazón le iba a explotar dentro del pecho y en ese momento el asaltante le golpeó en la espalda, dando traspiés Micaela cayó al suelo. De nuevo intentó incorporarse pero el forajido le asestó un golpe en la cabeza con la culata de su revolver haciéndole perder el conocimiento.

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Después de acompañar a Brian al colegio y de hacer algunos recados, Sully decidió tomarse el resto del día libre. Echaba de menos a Micaela y se acercó a la clínica, para proponerle comer juntos en el café de Grace.

Al llegar a la clínica, se sorprendió al verla cerrada, se extrañó que Micaela ni siquiera hubiera pasado por allí, ese comportamiento no era propio de ella. Tuvo un presentimiento que le decía que algo malo le había sucedido.

Cogió su caballo y tomando el camino de vuelta a su casa, salió en su búsqueda, cuando llevaba recorridos un par de kilómetros, vislumbró la carreta oculta entre la maleza a un lado del camino, eso sólo podía significar una cosa, algo le había ocurrido a Micaela. Azuzó su montura, se acercó hasta el carro familiar y de un salto bajó del caballo.

Sully exploró a su alrededor, buscando algo que le diera una pista de lo que había ocurrido. Lobo, que caminaba a su lado, comenzó a recorrer el lugar, olisqueando por todas partes, hasta que de repente comenzó a ladrar con fuerza, atrayendo la atención de Sully.

Sully pudo ver una mancha de sangre reciente. No era muy importante, pero eso significaba que alguien, probablemente Micaela estaba herida. Continuó explorando el terreno, descubrió trozos del vestido de su mujer, obviamente alguien la había atacado y ella se había resistido. Subiendo al caballo lo espoleó y se dirigió rápidamente a su casa, deseando que Micaela se encontrara allí, al llegar lamentablemente estaba vacía, sus temores parecían hacerse realidad, y dedujo que Micaela había sido secuestrada.