Disclaimer: TODOS LOS PERSONAJES Y NOMBRES DE LA SAGA DE HARRY POTTER SON PROPIEDAD DE JOANNE ROWLING Y WARNER BROTHERS. Nada me pertence, salvo el fanatismo hacia los libros...

Hola a todos los que han caido en este fic¡No se vayan por favor! Estoy acá para instarlos leerme... jejeje

Esta es mi tercera parta de mis ONE SHOT "JAMAS LO SABRAS" Y "SERA LA FUERZA DEL CORAZÓN", por lo que deben leer esas antes de "el pergamino"... Si no es mucho pedir, déjenme un review en las otras dos! jajaja sisi, soy pretenciosa... pero me gusta saber lo que piensan... así me da muchas ganas de escribir¿sabían?

Esta tercera parte me salió un tanto diferente, pero de todas maneras quedé satisfecha. Hay algunas groserías y lenguaje burdo, me cansé de censurar esas cosas porque forman parte de la realidad y me gusta que mis textos sean verosímiles. Cuando somos adolescentes siempre decimos malas palabras o maldecimos... no nos engañemos, aunque JKR no lo haga... por eso aviso que la Ginny que verán aquí es un tanto más normal. Hermione es más liberal y no tan tajante con los libros. Eso me alegró. Me gusta ponerle cosas diferentes a los personajes para salir de la rutina. Después de todo, de eso se trata la creatividad. Además cuenta con algo de humor y melancolía alternada... me gusta esa mezcla... y una cosa mas: La tercera parte la dividí en capitulos... sino me quedaba algo demasiado largo...

Espero que les guste mi historia... mientras esperan Las Reliquias de la Muerte en español jejejej... faltan 48 horas! qué emoción. (Ya lo lei pero quiero leerlo en Argentino jajaj)

Nos veremos abajo. Hasta luego!


El pergamino

Capítulo I

Inalcanzable

Ginny Weasley, después de las navidades, yacía tirada en su cama. Habían sido días muy deprimentes en los que no tenía ganas de existir. Porque aquel olvido tramitado tramitado le estaba costando horrores. "Porque no hay peor razón que olvido", pensó la pelirroja, otra vez volviendo a sus frases. Pero la enorme diferencia que era que ahora, aquellas palabras estaban impregnadas de un desconsuelo absoluto y devastador. Unos impulsos de llorar. Porque el olvido dolía. Y mucho. El olvido se asemejaba a una pastilla suicida. Era arrancarse con ganas el recuerdo de Harry James Potter de su ser, hasta desangrarse de dolor… y vivía preguntándose: ¿existirá un olvido capaz de olvidarlo? No lo sabía. En cuantas ocasiones lo había mirado obnubilada, sintiendo ruidos de escarmiento desde su pecho, y gritos sin cesar que le susurraban al chico de ojos verdes con desesperación: "No me pidas el olvido" Ahora en cambio, el quiebre lo había hecho ella… comenzando por no hablarle nunca más y adoptar la misma indiferencia que él. Porque¿de que servía seguir amándolo?... ¿Qué diablos hacía llorando por el y lamentando su ausencia? Solamente sufrir. Y Ginny se había cansado de su corazón destrozado, de sus dolorosas montañas de sueños rotos, arrojados en el rincón de los porqués. Ella ya no encontraba salida… "son las miles de ranuras que me explican sin premura como se descosen los atajos…" pensó recitando mentalmente aquel trozo de rimas de dolor. Sin embargo, ella sabía que tenía muchas razones para seguir adelante con su existencia sin Harry, pero le costaba horrores admitir la espiga del adiós. "Como si él lo fuera a lamentar…" El masoquismo la joven iba en aumento y su humor no estaba de lo mejor. Demasiado tiempo callada y cuando hablaba, se tornaba un poco agresiva y con pocas pulgas. Hermione estaba preocupada por ella, pero Ginny no le hacía caso. Su noviazgo con Michael Corner seguía con la monotonía de siempre, y el corazón de la muchacha, agonizaba muy de a poco.

Varias lágrimas habían caído luego de aquel encuentro con Harry en la ducha. Es que para Ginny había sido realmente bochornoso. Harry la había descubierto llorando por él, y para completar el desastre, sólo con una toalla envolviendo su cuerpo. La joven no dudó, después de ese suceso, que estaba marcada por el excremento de toda la pajarera de lechuzas. Cada vez que se acordaba repetía muy seguido la palabra "mierda" y rompía lo que tenía en la mano a causa de la impotencia. Necesitaba un consejo urgente. Porque estaba confundida. Creía que odiaba a Harry y lo amaba al mismo tiempo. Con Hermione no quería hablar del asunto, ya que la castaña andaba muy pegoteada con su hermano Ron, haciendo vaya a saber qué cosas.

Necesitaba algo, que le dijera que pensar. De repente, sonrió por primera vez en varios días de duelo. "¿Cómo fue que no lo pensé antes¡El pergamino!" Hacía unos meses, sus hermanos Fred y George le habían regalado un El Pergamino de los Sentimientos. Revelaba la verdad del corazón de las personas apenas lo tenían unas horas. Al principio la pelirroja lo tomó como otra de sus bromas, pero luego comprendió que aquel extraño papel le cantaba varias verdades juntas, en forma de frases con rimas. Muchas veces se reía de ellas; pero ahora realmente lo necesitaba.

Como dominada por el impulso de ser escuchada cuanto antes, corrió los doseles de su cama, en la habitación de mujeres de la Torre de Gryffindor. Se acercó hasta su baúl y comenzó a revolverlo con apremio. No lo encontró allí. Supuso que debió dejarlo con los deberes de Transformaciones… y se acordó de aquella noche, y de la tinta… "Carajo¿Por qué todo se parece a él?...", se preguntó enfadada consigo misma. Caminó hacia su escritorio y revolvió las redacciones. No obstante, el Pergamino de los Sentimientos tampoco estaba allí. Le quedaba la pila de resúmenes… "Quizás se me transpapeló…" vaticinó la joven. Pero el objeto no estaba tampoco allí. De hecho, Ginny termino buscando debajo del colchón, en los cajones, en los apuntes de todas las asignaturas, en la ducha, en la pajarera de lechuzas. Y nada. ¿Quién podría interesarse por un insulso papel en blanco? Ginny no tenía respuestas. Luego de su frustrada búsqueda, decidió bajar a la Sala Común. Tenía un humor de perros.

-Ginny!- la llamó una voz. Ésta se volteó. Era su compañera de cuarto, Jennifer McShiltoy. Una muchacha regordeta y de ojos negros, que vivía para comentar la vida de los demás y practicaba el famoso "lleva y trae" de cuentos berretas.

-Hola- la saludó Ginny parcamente.

-¡Veo que no estás de humor!- observó Jennifer, algo disgustada.

-No- contestó ofuscada.

-Venía a comentarte que los prefectos tienen una reunión mañana luego del almuerzo. Me avisó David, el prefecto Hufflepuff- guiñó un ojo con complicidad pero Ginny se limitó a torcer los suyos.- Me retiro, estás realmente…- no supo calificar el estado de su compañera.

-¡No, espera Jenny!- la frenó Ginny, cayendo en la cuenta de algo.- Oye, quería saber si tu… ¿no viste un pergamino en blanco en nuestra habitación…?

Jennifer alzó las cejas.

-¿Para que querría un pergamino en blanco?-preguntó curiosa.

-No, pero entre mis cosas¿no lo viste?- volvió a inquirir Ginny.

-No…-Jenny suspiró- Te veo algo rarita Gin. ¿Estás en fecha?

-Mejor vete, porque tengo ganas de practicar el moco murciélagos… - Jenny se encogió de hombros y salió por el agujero del retrato.

Ginny se dejó caer un sillón. "¿Dónde mierda estará…?" Pensaba abatida. Sacó de su bolsillo una pequeña radio vieja. Había sido un regalo de un tío muggle. La hechizó. Sonaba, para su completo horror, "I'll always love you…" La canción del sueño en la clase de Historia de la Magia. Hoy si que era su día de suerte, pensó la pelirroja con ironía.

En ese momento, alguien entró en la Sala Común que se estaba vaciando paulatinamente…

Harry Potter, con su mochila y un aspecto alicaído. Ginny lo vio se puso de espaldas para no tener que saludarlo. Detrás de él venían Ron y Hermione. Ginny los oía platicando…

-Entonces debemos informarles sobre la fiesta de mañana…- decía Hermione muy contenta.

-Claro- asintió Ron- Podremos traer bebidas, la Profesora McGonagall está enferma. Filch se está recuperando de forúnculos que le pusieron los de tercero- guiñó un ojo y Hermione se puso seria.

-¿Por qué tienes que aprovechar cualquier ocasión para quebrantar las normas, Ronald?- lo reprendió.

-No seas cortada, Hermione…- le respondió Ron.- ¡La vez que podemos hacer lo que queremos!

-No traeremos bebidas, somos prefectos y podremos perder las insignias.- dijo la castaña de manera autoritaria.

-Si traeremos bebidas.- Pero fue Harry quien habló. Ginny se estremeció desde su asiento. Era conciente que estaba de espaldas y que en cualquier momento la reconocerían.- … porque, es una fiesta y tenemos que disfrutarla… necesito distenderme- suspiró.

-¿Distenderte?- le preguntó Hermione.- Te has distendido copiándome todas las tareas durante cinco años, Harry.- Éste sonrió con picardía. Hermione volteó la cabeza.- ¡Ginny!- la pelirroja siguió escuchando su radio sin señales de ser llamada.- ¡Ginny!- se acercó a ella. La muchacha se dio vuelta y se hizo la sorprendida.

-Hermione!- fingió hábilmente- Cómo estas?

-No te habíamos visto, Gin- comentó Ron- Tenemos novedades.

-Hola, Ron…

-Hola Ginny- saludó Harry. Ella le devolvió un seco saludo con la cabeza. Al chico se le contrajo el estómago por la frialdad del gesto.

-¿De que noticias me hablabas, Hermione?- preguntó con mucha indiferencia.

-Mañana organizamos una fiesta.-contó la castaña sonriente.- Lo haremos en Gran Salón.

-¿A qué se debe?

-Tuvimos récord de puntos durante el trimestre antes de Navidad.- sonrió Hermione.

-En realidad, te debemos la fiesta a ti, Hermione.- murmuró Ron.- Has juntado los puntos tú solita con tus metros de pergamino…- Harry enrojeció ante la mención de la palabra "pergamino".

-No seas exagerado.- dijo Hermione, que también había enrojecido quien sabe porqué (creo que podemos adivinarlo).

-Es una muy buena idea lo de la fiesta. – Opinó Ginny con poco entusiasmo.- ¿Pero no creen que McGonagall notará el escándalo?

-Tenemos a los controladores fuera del camino, Gin- le dijo Harry sonriendo. Ella lo miró y sus ojos hicieron contacto por varios segundos. Fue una mirada intensa, hasta que ella rompió la conexión.

-Creo que me a mi habitación –Anunció.

-Ginny…- la frenó su hermano decepcionado- ¿No irás a la fiesta?

-No lo creo, porque no me gusta estar en las fiestas sin Mike.- sonrió artificialmente.- Y como él no es un Gryffindor…-El nudo de Harry se contrajo de tal manera que ya parecía imposible de desatar…

-Por eso no debes preocuparte.- dijo Hermione.- Invitamos a las demás casas, con excepción de Slytherin.

-Si, además debemos escoger los disfraces…- continuó Ron.

-¿Disfraces?- se extrañó Ginny.

-Ajám- asintió Hermione.- Iremos disfrazados así lo hacemos más divertido, como las fiestas en Hogsmeade.

-Me disfrazaré de Ginny Weasley- bromeó la pelirroja.- Ahora si me disculpan, me retiro…

-Yo subo contigo.

Las chicas subieron a su cuarto. Harry y Ron quedaron pasmados.

-Ginny está algo rara¿no crees?- preguntó el pelirrojo.

-Sí- contestó Harry, sin pensar. "¿Qué te pasa, preciosa?"

Ron lo miró, analizando su afirmación.

-¿Sabes algo?

-No…- se puso rojo- no, pero creo que está un poco… - no encontró la frase justa- Me voy a arriba, Ron.- musitó al final con una voz depresiva total.

-¿Qué le pasa a todos?- se preguntó Ron decepcionado.

Ginny y Hermione subieron las escaleras. La pelirroja no pronunció palabra. No quería hablar con nadie, solamente tirarse a llorar, a sentirse una desdichada por volver a verlo, por volver a amarlo de nuevo, por fallar nuevamente en su frustrado intento de olvidarlo…

-Ginny...- le dijo Hermione.- ¿se puede saber que rayos te ocurre?

-¿A mi?- se desentendió ésta.

-¿Crees que no me di cuenta como trataste a Harry recién?- Ginny enrojeció.

-¿Yo? No se a que te refieres, Hermy.

-Disculpa, pero soy cualquier cosa menos idiota. ¿Qué rayos pasó entre ustedes?- preguntó Hermione y a Ginny se le aguaron los ojos.

-¡Nada!- exclamó con voz tomada- Eso es lo que justamente nunca pasó ni va a pasar.- sonrió con falsedad.- Me voy a dormir…- dijo Ginny, a pesar de que eran las siete de la tarde.

-Ginny…

-Nada, Hermione. Harry para mí es historia; ¡alégrate por eso!

-Pero quería que supieras…

-Hasta mañana.- cerró la puerta de su habitación dejando a Hermione con la palabra en la boca.

Harry permanecía en un estado de confusión que lo dejaba completamente a la deriva; Ginny estaba más rara que nunca con él. Lo ignoraba olímpicamente en cada ocasión en que se encontraban. Al muchacho no sólo lo descolocaba esa actitud sino que, para su sorpresa, también le hacía daño. ¿Qué le pasaba a esa pequeña pelirroja? Quizá estaba enojada por su intromisión en el baño, hacía no menos que una semana. Harry tuvo la intensión de pedirle disculpas por aquello, pero ella no daba lugar a una palabra entre ellos. Se sentía un imbécil por haber entrado en ese baño de prefectos. ¡Qué justo sea ella la que estaba allí! (Harry ignoró la agria acotación de su conciencia: "haz tocado el cielo porque Gin estaba allí, depravado!" ) Su suerte lo había abandonado… Pero le había encantado verla así, tan frágil, tan desprotegida. Su cuerpo había experimentado sensaciones que antes calificaba como "cursis". ¿Cómo describir lo que le pasaba con ella con algo de sensatez? El famoso pergamino, no ayudaba mucho en eso… Sus frases eran demasiado amorosas para su gusto. "¡Ya estoy yo como para leer estupideces!" Lo mas extraño de todo, era que aquel endemoniado objeto se las había ingeniado para torturarlo: emanaba un olor a Jazmines que lo perseguía todo el santo día. "Hasta parece un Horcrux asesino… " El pelinegro tenía la cabeza tan llena de pensamientos y suposiciones, que llegaban al punto de lo patético. Ya no sabía que diablos hacer con su vida. La relación con Cho Chang se encontraba ahogada en una crisis descomunal, que podría ser descripta con reproches por impuntualidad, falta de atención en la pareja, distracción continua, cara de bobo, y hasta incluía a Hermione como la tercera en discordia, nada más alejado de la realidad. Una crisis muy parecida a un tornado de gritos que destruía los oídos de todo Hogwarts. Es que Cho era demasiado histérica.

En la habitación de Gryffindor Harry encontraba tranquilidad para pensar, ya que estaba vacía. Los compañeros de sexto año estaban jugando al Snap Explosivo en la Sala Común. Toda una entretenida pérdida de tiempo para esperar la cena, divirtiendo. Harry no sabía que debía hacer… pero tenía claro que debía actuar. Sin duda no se refería a nada para mejorar la relación con Chang. Todas las alternativas se dedicaban a buscar la forma de que Ginny volviera a hablarle como antes, y aunque se negaba a confesárselo a sí mismo, el comprendía que nada era más placentero que aquella hermosa circunstancia de tenerla cerca. Suspiró. Y luego de unos minutos se levantó de la cama con brusquedad. Iba a hablar con Ginny. Le preguntaría que le pasaba.

Caminó con rapidez hacia los cuartos de chicas. Se preguntó con picardía porqué, ya sea por hache o por be, siempre terminaba en un lugar impregnado de mujeres. De todas maneras, ya casi era la hora de la cena, por lo que no encontró nadie allí. Seguramente Ginny no estaría, pero prefirió verificarlo. Se topó con la puerta de su habitación. Le temblaban las piernas. La remota posibilidad de que se encontrase allí adentro, provocaba que horribles espasmos, ganas de orinar, transpiración… todo eso que uno sufre cuando estás por hablar con alguien que nos gusta demasiado… Levantó la mano cerrada para tocar con sus nudillos, pero ésta se abrió inesperadamente, para que alguien choque con él.

Harry y Ginny dieron contra la pared del pasillo. Allí se miraron y el muchacho notó que Ginny tenía los ojos hinchados… ella parecía muy desconcertada.

-¿Qué diablos…?- farfulló

-Ginny…- ésta se levantó rápidamente y se secó las lágrimas. "Que no lo note, que no se de cuenta, por favor…"

-¿Estás llorando?- "Menuda mierda"

-¿Qué haces aquí¿Estás acostumbrado a meterte en establecimientos femeninos, Potter?- le espetó Ginny, aclarando su voz para disimular.

-No, yo solo…

-¿Porqué no estas cenando?- preguntó ella, haciendo enfadar a Harry.

-¿Porqué no estas cenando tú?- retrucó el con el mismo tono.

-Por si no caíste en la cuenta, eres tu el que está entrometido donde no debes.

-¿Has peleado con tu noviecito que estás de mal humor?-le preguntó Harry, enojado, pero cautivado.

-¿Tu novia no te atiende bien, que vienes a buscar lo que ella no te da?- lo desafió Ginny.

-¿Te importa mucho como me atiende mi novia o te mueres por ocupar su lugar?- Ginny levantó la mano para el cachetazo, pero Harry le sujetó la muñeca. Ella estaba roja de ira y se desprendió.

-Mejor me voy a cenar, ya me aburriste Potter- Harry volvió a jalar del brazo y ella miró su mano, sintiendo ese contacto impensado, y luego se encontró con los ojos verdes fulminándola.- Suéltame.

-¿Qué te pasa conmigo?- preguntó.- Hace rato que me esquivas.

-¿Tengo que rendirte cuentas de mi vida¡Suéltame!- Harry la soltó.

-Ginny, se que estás enfadada por lo que pasó la semana pasada en el baño de Prefectos…

-¿Qué pasó?- fingió Ginny- Ahh, si cierto… No, la verdad que eso no me modificó en lo más mínimo. Solamente el mejor amigo de mi hermano me vio casi desnuda, pero nada más…- el llanto volvía a invadirla y Ginny a duras penas podía evitarlo. Harry notó sus ojos acuosos. Como guiado por un impulso, su palma viajó hasta secarle con el pulgar las lágrimas recién nacidas del pálido rostro de Ginny. Ella sintió que se derretía como una vela.

-Lo siento.- musitó Harry.- No quise hacerte pasar un mal momento…- "¿Dime que puede ser malo cuando me estas mirando así…?" pensó ella.

-Yo…- Harry comenzó a acercarse peligrosamente sin quitar los ojos de su boca. Ginny sentía que se iba a desmayar en cualquier momento de los nervios.

-No digas nada, Gin- susurró despacio.- Solamente vine a pedirte perdón.- Ginny sin darse cuenta posó sus manos en la cara de Harry. Varias lágrimas salieron en ese momento… los labios de Harry yacían a milímetros de los de Ginny…

-¡Ginny! – exclamó entonces alguien. Ginny empujó a Harry sorpresivamente. El muchacho se puso rojo como un tomate. Y miró al sujeto interruptor. Era una chica que no conocía.

-¡Jennifer!- saludó Ginny, visiblemente nerviosa.

-¿Qué hacen Harry Potter y Ginny Weasley en la puerta de la habitación?- preguntó disfrutando haberlos agarrado in fraganti.

-Nada que tu perversa mente esté imaginando, McShiltoy-le contestó Ginny.

-No estén nerviosos; -sonrió la chica venenosamente- mientras sus respectivas parejas no se enteren está todo bien…- Harry se asustó: su asesinato estaba cerca si aquella inoportuna chica le contaba a Cho lo que vio o lo que imaginó.

-Estaba hablando con mi amiga.- intentó explicar, imitando a un chico muy tranquilo.- ¿Qué problema hay en eso?- Ginny lo miró alzando las cejas. ("Qué mal actor que eres, Harry!") Deseó que Jennifer no lo conociera como ella.

-Estás en la habitación de chicas… Qué raro que las escaleras no se transformaron en tobogán. – se extrañó Jenny.

-Por favor, Jenny.- le dijo Ginny.- ¿Piensas que Harry no averiguó como saltarse aquel vulgar hechizo para evitar masculinos por aquí?- la muchacha reflexionó eso sonriendo. Tenía cara de que iba a tirar un granada muggle.

-Me olvidaba que Potter que ya se pasó a todo Gryffindor- comentó ácidamente. "Vamos, ayúdame más, desgraciada…", pensó Harry imaginando que la ahorcaba.

-En fin¿me pareció o tú me buscabas…?- inquirió Ginny.

-Si, te buscaba para darte un recado de Michael.- contestó Jenny.- Dice que te espera en el Gran Salón para un paseo nocturno.- Décimo sexto nudo en el estómago de Harry en menos de tres horas. Ginny lo miró y se dibujó una gran sonrisa en el rostro.

-Excelente.- sonrió.- ¡Me muero de ganas de verlo!- "Si, yo también, pero muerto" dijo el lado macabro de la conciencia de Harry.

-Mejor me voy…- anunció el mismo Harry,

-Qué buena idea.- le espetó Ginny. Jennifer no entendía para nada la relación de esos dos. Harry comprendió que la charla no había servido más que para embarrar la cancha. "McShelti o como sea, si que la cagó por completo." Pensó el muchacho.

Al día siguiente en la Sala Multipropósito, Hermione estaba organizando los disfraces alquilados en la tienda de Fred y George, que habían ampliado la gama de productos ofrecidos al mercado. Hermione debía encargarse de repartirlos a cada uno; le había tocado distribuir entre las chicas de Gryffindor y Ravenclaw. Cada una había reservado uno diferente. Ginny tuvo la magnífica idea de disfrazarse de escreguto de cola explosiva, y nadie la había hecho retractarse. Quería tener un disfraz convincente y "no una gilada de princesa, como esas entusiastas y huecas chicas". Hermione no estaba para nada de acuerdo y Ron, ni qué decirlo. Detestaba a esos repugnantes bichos desde cuarto año, aunque reconoció que el disfraz era ingenioso, pero menos sexy que Hagrid en traje de baño.

-No puedo creer que Gin haya elegido esto…-decía un tanto disgustado.- Ojala se arrepienta o pasará el papelón de su vida…

-A Ginny no le importan los comentarios, Ron.- replicó Hermione, separando los trajes.-Pero si eso es lo que te preocupa, no se le verá el rostro: tiene una máscara sin ojos, pero hechizada con magia para poder ver.

-Pero creo que va a morir asfixiada. ¡Es un poncho ese disfraz!- murmuró Ron- Aunque reconozco que los gemelos tienen pasta para esto.

-Ya lo veo que sí.- coincidió su amiga.

-¿Qué le ha tocado a las niñatas de Ravenclaw?- preguntó tomando una capa blanca de terciopelo, con una corona.

-Es un disfraz de Reina Mágica.

-¿Reina?- inquirió Ron alzando las cejas.

-Si, son líderes en el mundo muggle. Pero ese disfraz será mejor que no lo toques, porque su dueña se enfadaría mucho si se enterara.- advirtió.

-¿De quien es?-Hermione hizo un gesto de una mujer que realmente, se cree una reina. Ron comprendió.- ¡No me digas que…!

-Si te digo. Es de ella.

-Me imagino la cara que pondrá cuando vea que se lo lleves tú.- rió Ron.

-Es feo decirlo, pero creo que lo voy a disfrutar- guiñó un ojo Hermione.

- Pero… ¿y si ella y Harry tienen problemas porque se lo das tú?

-Están distanciados.- lo calmó Hermione.- No creo que eso importe. Además los celos de esa chica están para un tratamiento psicológico. Es hora de que asuma que Harry y yo somos como hermanos…

-¿Tratamiento psico…qué?- preguntó Ron perdido.

-Nada, nada. Cosas sin importancia.

-¿Qué son esos frasquitos?- Ron observaba unos frasquitos que venían con el disfraz de Reina.

-Poción para teñir el pelo de colores vivos. Sale con una lavada y los colores van cambiando.- sonrió.- Es un disfraz muy bueno.

-Imagínate si le ofrecemos ese disfraz a Gin.- aventuró Ron, comenzando a reírse nuevamente.- Creo que nos lo tira por la cabeza la máscara con plumas y la corona con rubíes falsos la vamos a tener que tragar…

-No, la verdad que no creo que Ginny nos reciba con…- Hermione se frenó de repente.

-¿con?

-…- Hermione no contestó, sino que quedó tildada.

-¡Hermione!- le pasó una mano delante la vista.- ¿Estás bien?

-Si, se me ha ocurrido…Ron, debo repartir estos disfraces y…- tomó el traje de escreguto y de reina- Debo irme… adiós, nos vemos en el almuerzo.

Se fue.

-Cada día entiendo menos a las mujeres.- dijo Ron al silencio.

Hermione corrió a su habitación. Había tenido una idea genial. Realmente genial. Aunque era arriesgado, tenía que hacerlo. Quizá lo lamentaría, pero era un experimento curioso. Sonrió.

De algo tenía que servir ese pequeño detalle recién nacido en su mente privilegiada. Escondió el disfraz de reina en su baúl y partió para la Sala Común de Ravenclaw.

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Harry estaba en la biblioteca adelantando deberes de pociones del mezquino profesor Snape. No quiso almorzar. Tampoco tenía hambre. Al contrario, el peso que sentía desde la noche anterior lo hacía sentirse tan lleno como si hubiese masticado un hipogrifo crudo.

Había estado tan cerca de besar a Ginny que aún no creía la realidad de los hechos… es que sus labios fueron tentadores, dulces a la vista aún sin haberlos probado. La fragancia desde su cuello, invadiéndolo, asustándolo, confundiendo sin piedad todos y cada uno de sus sentidos. Porque ahora Ginny era una presa que lo había cautivado, que lo había retado a resistirse al manjar de sus ojos enfocándolo con el reflector incansable de su mirada inigualable… y más tarde había apartado sus ojos para inyectarlo con la crueldad de estar prohibida por un sinfín de motivos y estar permitida por el nuevo temblor de los latidos al nombrarla, al aparecer, al oír su voz… Y las descripciones de la fuerza que lo dominaban comenzaban a quedar chicas, porque todo lo que sentía era ya muy peligroso, no quería pensar que era tristeza ni dolor, no quería que se asemeje al bloque de frío que tenia en el pecho cuando fue conciente que ella no era de él, que ella no sentía nada por él. Harry se transformaba en alguien impotente y débil ante el recuerdo de aquella pelirroja de ensueños. Le había dado vuelta a su ya difícil existencia, pero ella le había puesto el mundo al revés en esa noche cuando la encontró en pijama cubierta de tinta, tan atractiva como nunca. "Diablos¿Quién soy ahora con esto?, se desconocía Harry por momentos. ¿Qué es lo que me pasa contigo, Ginevra Molly Weasley? Por qué tengo esta curiosidad por tu piel?... es solo piel…¡..Si…! no, no es sólo piel. Es sincera, es auténtica. Tiene dulzura. Es ella siempre. Ella misma. Ginny, simplemente Ginny. O mejor dicho: complicadamente Ginny… BASTA… NO PENSARÉ MÁS ESTA MIERDA…" explotó al final. Harry no quería ni recordar en la fiesta que tenía esa noche… debía disfrazarse del SuperMan, un héroe muggle, debido a su status en el mundo mágico. Sin dudas que no estaba contento con el disfraz ridículo, pero no le daba demasiada importancia. Peor eran las notas de Rita Skeeter, los besos de Pince y Filch en los corredores y su fastidioso club de fan. Prefería darles el gusto a sus amigos, poniéndose una máscara y de paso no verían su cara de idiota mirando a Gin y "Miky" bailando como dos tortolitos. Bufó. "Después de todo, solo Ron y Hermione saben que ése es mi disfraz", se consoló amargamente, mirando los apuntes de pociones, que eran desastrosos. "Jamás podré concentrarme en esto, contigo en mi vida Ginevra…"… Comenzó a revolver los papeles en busca de alguno que le sirviera de inspiración para poder lograr algo en aquella hora desperdiciada, para poder por lo menos versear al peli-engrasado de Severus Snape; buscando, encontró el Pergamino… Su corazón palpitó fuertemente. "De nuevo el papel de las mil cursilerías…", se quejó el muchacho en su interior. "¿Por qué no me ayudas con mi redacción…? Serías algo más útil… "- pero no siguió pensando, porque el Pergamino ya había empezado a surtir efecto al tener contacto con los dedos de Harry…

Te siento tan distante y tan cerca a la vez
Descifrando tu silencio Y entonces me imagino dentro de tu piel
Pero pierdo en el intento
Y por más que busco darte amor
Nunca te fijaste en mí
Si supieras que puedo morir por ti, por ti

"¡¡Si se fijó en mí, objeto endemoniado…!!"

-¡BASTA!-gritó Harry al Pergamino, arrugándolo entre sus dedos.- ¡Maldito desgraciado!

-Señor Potter!- saltó Madam Pince, la bibliotecaria- ¿Cree usted que está en un campo de Quiddicth?

-Yo…

-Usted retira sus cosas y se me va de la biblioteca en menos de lo que termine de decir la palabra FUERA!!- espetó la vieja, muy enojada.

Harry no necesitó oírlo dos veces. Tomó el pergamino de Ginny, que volvía a estar plano y en blanco, agarró sus pertenencias y se fue. Por el camino, el muchacho estaba enfurecido y con un humor de perros. "Vieja arpía con cara de buitre… ya te daré yo el campo de quidditch en el… Y tú Pergamino ya me vale madre, Ginny…Pronto verás como te desaparezco, no me molestarás mas…" Harry había optado por arrancar a Ginny de su vida. Y estaba convencido de que podía lograrlo.

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-No, de ninguna manera Hermione!!- exclamaba Ginny exasperada.

-Vamos, Ginevra, tendrás que ponértelo!!- dijo Hermione

-No lo haré- Ginny se cruzó de brazos.

-No seas pendeja, Ginny!!-espetó Hermione.

-¡MI DISFRAZ ERA EL DE ESCREGUTO, NO ESA COSA!-Planteó la pelirroja enojada.

-Fred y George no pudieron conseguir el ridículo disfraz que querías.- se excusó Hermione.

-Entonces no iré a la condenada fiesta- resolvió Ginny.

-Tú te lo pierdes.-le dijo Hermione.- El disfraz es magnífico.

Ginny tomó el paquete y sacó una corona, una capa negra, un vestido blanco brillante, una máscara con plumas y unos frasquitos.

-Es realmente algo estúpido. ¿Quién se pondría esta corona?

-Solamente una reina-le contestó Hermione sonriendo. Y se sentó a su lado en la cama.- Vamos Gin, hazlo por mí. Ponte este disfraz y asiste a la fiesta. No quiero que mis puntos hayan sido en vano.

-Tus puntos no fueron en vano por más que yo no vaya…-argumentó Ginny.

-¿De que me sirve festejar si no puedo hacerlo con mi mejor amiga?- le dijo Hermione cariñosamente. Sabía que eso la convencería. La pelirroja se mordió el labio inferior.

-No me pongas esa cara, esta ropa no es de mi tipo… yo… ¡oh no¿Por qué me terminas convenciendo siempre?

-GRACIAS GIN!!- la abrazó Hermione contentísima. Ginny se resignó interiormente.

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La noche llegó entre lamentos empedernidos que provenían de la mente de Ginny. Intentaba ponerse aquel vestido de seda, ajustadísimo. Ya se había reprendido mentalmente por haberse dejado persuadir por Hermione de ponerse "esa cosa". No había contado con la existencia de los benditos zapatos agujas. No creía que pudiera soportarlos toda la noche. Se había teñido el pelo de un rubio, para que no la reconozcan, porque no soportaría la vergüenza. Los labios de un rosa viejo estaban bien. Y sus ojos los había dejado natural. Cuando se miró al espejo, tuvo que admitir que Hermione tenía razón: el disfraz le calzaba de maravilla. Dejaba ver sus curvas, y el vestido le llegaba hasta las rodillas, con un leve tajo por encima de ellas. Los zapatos eran de charol, del mismo blanco que el vestido. Ginny se recogió el pelo rubio con un rodete muy elegante. Estaba segura que así no se darían cuenta de su identidad. Sonrió. Eso era lo divertido de la fiesta. Se calzó la corona que brillaba exageradamente, y cuando estuvo lista, ya parecía una reina hecha y derecha. Aunque no entendía el porqué de la máscara, esa era la razón por la cual había aceptado ponerse aquellas mantas. La capa era bastante larga, pero con los altos zapatos no rozaba el suelo. "Si alguien sabe que soy yo, mataré a Hermione…", pensó Ginny. Miró el reloj, estaba llegando diez minutos tarde a la puerta donde la esperaba su novio. Comenzó a bajar, preguntándose qué rayos pasaría en esa fiesta y también, de que estaría disfrazado Harry James Potter.

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Harry estaba listo. Pero no tenía el disfraz de superman, sino que su amiga le había dado otro héroe: el Zorro. Estaba algo mejor, ya que los colores que usaba el enmascarado de Clark Kent no eran de su agrado en lo absoluto. Esa noche Harry tenía algo que cumplir: se había prometido recuperar su relación con Cho, a como de lugar. Ginny ya no le importaba. Tenía que sorprender a la morocha para que quiera volver con él, aunque estuviera enojada. Harry había puesto los pies sobre la tierra y no podía seguir pensando en la hermana de su mejor amigo por más hermosa que fuese, por más tentadora… en fin, la idea era ésa.

Antes de partir para el gran salón, tomó el pergamino de la pelirroja. Quería devolvérselo para no entenderse más con ella y no tener nada que le recordase lo que le hacía sentir. Esa sería la última conversación sobre ellos con Ginny.

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Ginny se encontró con Michael, quién quedó deslumbrado por el disfraz de su novia.

-Gin…- le dijo embelesado- Estás preciosa…

-Gracias, Mike.- le dijo ella sonrojada.- Tú también, no sabía que te gustaba SuperMan. "Prefería un avada kedavra en ojo a que te hayas puesto eso, pero en fin Mike…"

-No me gusta en realidad, solo es mera diversión- explicó Mike. Se acercó para darle un beso en los labios. Ginny se puso nerviosa. "OK, eres SuperMan, pero no te da derecho a ir tan rápido"

-¿Vamos?- solo dijo para frenar el beso.

-Eh… sí.- afirmó Mike, un tanto desconcertado.- Vamos, vamos…

Entraron a la fiesta. Todos los alumnos estaban bailando despreocupadamente. El ambiente era de pura diversión. Los de séptimo cantaban "Somos los dueños de Hogwarts, olé olé…", y demás estupideces que Ginny no llegó a escuchar. Los demás tomaban cerveza de Manteca muy contentos, por lo que Ginny sospechó que en realidad contenían Wisky de Fuego camuflado. Vio a Ron y Hermione sentados y riéndose fuertemente. Hermione estaba disfrazada de diablita y Ron de elfo doméstico, con unas grandes orejas. Ginny sabía que lo había hecho sólo por Hermione y sus insistentes postulados de la PEDDO. No se acercó a saludarlos, pero Hermione la vio y le guiñó un ojo con complicidad, levantando el pulgar en señal de aprobación al disfraz. Ginny le hizo una seña de cortarle el cogote, y Hermione rió, mientras Ronald la miraba con cara de idiota. Ginny causó miradas de atención de muchos estudiantes. Pero ninguno sabía quién era. Tampoco reconocieron a Michael en ningún momento, cosa que la pelirroja agradeció porque su disfraz era espantoso.

Un segundo después, las luces se apagaron. Se escuchó una voz de fondo amplificada mágicamente. Ginny reconoció a la chusma de su compañera de cuarto. Enfocó la vista por arriba las cabezas de los alumnos y vio que estaba disfrazada de unicornio, pero el disfraz le sentaba un poco chico y apretado. A la legua se notaba que era ella. Y para ser sinceros, no la favorecía para nada.

-¡Hola a todos los presentes!- saludó Jenny- Hoy estamos reunidos aquí para festejar los puntos de nuestra querida casa, GRYFFINDOR!- todos saltaron de alegrías, a excepción de un grupito de chicas de Ravenclaw que soltaron unos "uhhh", casi inaudibles.-¡¡Todos están con disfraces increíbles!!-"¡El tuyo me encanta!" pensó Ginny con sarcasmo. -Esperamos que esta fiesta de disfraces sea inolvidable para todos… ¡AHORA QUE EMPIECE EL BAILE Y NO PAREN DE TOMAR¡ARRIBA HOGWARTS!- todos rieron y aplaudieron. La música empezó.

Ginny supo que la última orden de Jenny la habían cumplido a la claridad, ya que los de séptimo estaban bastante entonados. El olor a Wisky del ambiente era inconfundible. Se preguntó cuál sería Harry de todos aquellos muchachos que estaban bailando… No podía evitar buscarlo ni un segundo, por más que intentara escapar de aquel hermoso con anteojitos…

-¿Bailamos?- le propuso Mike tomándola de la mano.

-Está bien- aceptó Ginny saliendo de su nube de… Comenzaron a bailar melodías muy jugosas, movidas, y tanto, que se la pelirroja se terminó divirtiendo con su novio y transpirando muchísimo.- Mike¿que te parece si vamos a buscar algunas bebidas…?- propuso con la boca seca.

-¡¡Quédate aquí, yo voy por bebidas!!- gritó Mike para que ella escuche en medio del tumulto.

-Muy bien, te espero…- replicó Ginny, viéndolo alejarse. Y se quedó en la pista, observando a los borrachos de séptimo hacer cualquier papelón. Eso le causó algo de risa.

Antes de que Mike volviera, la voz de Jenny, volvió a resonar. Alargaba un poco las sílabas y estaba con el maquillaje corrido. Ginny sacó la conclusión que habría hecho alguna trastada con el mequetrefe Prefecto David, en medios de tragos insolubles.

-¡¡NOS ESTAMOS DIVIRTIENDO MUCHÍSIMO!!- Gritaba- AHORA AMIGOS, VAMOS A PASAR AL MOMENTO SOFT DE LA FIESTA ASÍ CALENTAMOS LA TEMPERATURA…- hubo silbidos generales y onomatopeyas de todo tipo. "A ti no te hace falta, ya veo que eres un caldero hirviendo Jenny…" -SI, SI YA SÉ QUE LES GUSTA ESTA PARTE… ¡¡A DISFRUTAR ESTOS ROMÁNTICOS SEGUNDOS CON SUS PAREJAS…!!

"¿Dónde está mi condenada pareja…?" se preguntó Ginny, riéndose irónicamente de su suerte. Allí empezó su calvario porque una música romántica le invadió los oídos, llevándola a recordar lo cerca que había estado de besar a Harry la noche anterior… "y ahora me das un momento soft después de haberme interrumpido MI BESO, McShltoy…"

Life is just a lonely highway
I
'm out here on the open road
I'm old enough to see behind me
But young enough to feel my soul
I don't wanna lose you baby
And I don't wanna be alone
Don't wanna live my days without you
But for now Ill have to be without you

Ginny esperaba en medio de parejas que se abrazaban con pasión. Eso la deprimió bastante y deseó que Mike llegara cuanto antes. La soledad la arrojó al suelo, mientras tarareaba aquella dulce melodía. Le recordaba a Harry dolorosamente.

I've got a pocket full of money
And a pocket full of keys that have no bounds
but then I think of loving
And I just cant get you off of my mind

"Exactamente Potter, No puedo sacarte de mi mente…"


Babe can't you see
that this is killing me

"No solamente me está matando lo que siento por ti… me está asfixiando… Por qué estás tan lejos mi amor…? Por qué no sé donde estás…?"


I don't want to push you baby
And I don't want you to be told
It's just that I cant breathe without
I feel like I'm gonna lose control

En ese momento, unos brazos desde atrás la cintura de Ginny. Ella estremeció completamente, y puso sus manos sobre las del sujeto. Mike había regresado. Se volteó sintiendo una extraña sensación que nunca antes había percibido con su novio. Miró a los ojos… No era Mike.

-¡Cho!- dijo la voz de Harry.- No te encontré en toda la noche… quería que hablemos… -Ginny movió los labios para hablar- No, no me interrumpas, escúchame. Yo… se que he estado un poco distraído, pero no fue mi intensión lastimarte. Quiero que sepas que te extraño, que me siento muy solo sin ti… - para sorpresa de Ginny, Harry parecía muy triste- No pienses que hay otra chica en mi vida, porque no es así. Se que te dije que estaba confundido, que haz estado celosa de Hermione pero nosotros no tenemos nada que ver… no por ella por quien debes preocuparte…- Ginny estaba cada vez más nerviosa, quería decirle quién era pero estaba tiesa en sus brazos, y el cuerpo no le respondía.- Quiero que volvamos a ser los de antes, aquella relación que tan feliz nos hizo al principio¿si?- Harry le tomó la cara a Ginny, quien estaba muda ante el contacto.- Estás realmente hermosa. Supongo que ya lo han dicho. Tus ojos tienen un brillo especial, hoy…- las luces apenas iluminaban el rostro de Ginny. Era imposible que la reconociera. Harry le tomó la cintura con fuerza. Ginny ni siquiera pensó en poner resistencia. Sus frentes quedaron unidas mirándose. Ginny puso sus brazos en el cuello y le acarició el pelo bajo la máscara del Zorro.

Luego sin pensarlo, sin planearlo, Harry acercó sus labios a los de Ginny y los besó. Ella le correspondió como siempre había deseado hacerlo. Fue un beso único, desesperado. Los dos habían cerrado los ojos. Era lento, pero se intensificaba con el correr de los segundos; sus lenguas hicieron contacto y los dos respiraban entrecortadamente. Harry la abrazó, sintiendo un inusual olor a jazmines… media fracción de segundo después, las luces se prendieron. Ginny se alarmó. Su corona se cayó al suelo y su pelo había cambiado a rojizo de nuevo.

Harry se desaflojó la capa y del bolsillo cayó un pergamino. En el momento en el cual Ginny recogía la corona del suelo, alcanzó a tomar el pergamino también. Después amagó a irse, pero Harry la tomó del brazo. Le escrutó sus ojos chocolate. Ginny los tenía aguados. La miró con interrogación, como no entendiendo qué pasaba. En un brusco movimiento, se soltó y salió corriendo de allí con lágrimas en los ojos.

Ya sola en su habitación, Ginny lloraba desconsoladamente sobre su cama. El pergamino lo había tenido Harry todo ese tiempo… Se sentó en su cama… Una de las lágrimas cayó de lleno sobre él… Ginny sabría que algo le diría…

Inalcanzable como estrella, tan distante
Un amor casi imposible
Invisible como el aire
Eres tan inalcanzable, tan sublime como un ángel
Un amor casi imposible
Como fuego que no arde
Te me has vuelto inalcanzable… inalcanzable…

El pergamino de los sentimientos volvió de a quedarse en blanco.

Ginny lloró el resto de la noche.


Nota: Harry alcanzó a darse cuenta que no era Cho? Que dirá Cho de todo esto? Ginny querrá volver a verlo? Hermione se verá en aprietos por haber cambiado los disfraces? Lo sabremos en el próximo capítulo. Necesito opiniones! son mi consuelo! si es una mierda díganmelo igual. Algunas partes son graciosas, me salió así... jej

bueno, no los jodo mas!! espero reviewsssss!

Besotes y hasta el próximo cap. (serán 3)

Joanne.