TRAICIÓN

Capitulo 01

"De regreso"

La Luna.

Fuente de inspiración para muchos poetas, de tranquilidad para otros, de alegrías y sueños para jóvenes, pero lamentablemente para mi, en este momentos solo significa una de las cosas más imperdonables del mundo.

Traición.

Traición de una persona a quien yo consideraba mi mejor amigo, casi hermano, me traiciono de la peor manera, por la espalda, sí, me ataco por la espalda sin siquiera verme a los ojos.

Nunca olvidaré ese día, en donde esa misma luna que brilla esta noche, fue testigo de la traición.

Estábamos en el bosque caminando un poco ya que en dos días nos íbamos a graduar del colegio, sin darnos cuenta este me llevo a un lugar muy apartado y profundo, cuando me percate ya nos habíamos perdido, por lo menos yo porque él sabía perfectamente donde estábamos.

Parece que nos perdimos – le dije observando el lugar un tanto desierto de vegetación y animales – que crees Ron – le pregunte

Sí – me respondió detrás de mío – así parece Harry.

Todo fue muy rápido, sentí dos puñaladas una en el hombro izquierdo y la espalda del mismo sitio, de la impresión y del dolor caí al suelo, mal herido, seguido una tercera puñalada a mi pierna derecha.

Trate de ver quien había sido al tiempo que trataba de ubicar a mi amigo por si lo habían atacado como a mi, pero lamentablemente él se encontraba bien ya que en su mano tenía una especie de daga llena de sangre, de mi sangre. Le mire atónito, no podía creer lo que veía, parecía una película de terror muggle, pero era la cruda realidad.

Mi mejor amigo me había traicionado.

Quede en un estado de trance porque no articule palabra, no podía, después vi como este escarbaba un hoyo y levitándome me dejo allí, estaba perdiendo el conocimiento, pero lo único que sentí fue como me tiraba la daga a mi pecho para luego taparme.

Me dejo allí desangrándome con la misma daga que infirió las heridas. Lo último que pensé antes de perder el conocimiento fue...

¿Por qué?

Cuando me desperté salí como pude de allí, no me había enterrado tanto por lo que me fue fácil salir de allí, aunque había algo extraño cuando salí. Habían pisadas de personas cerca del lugar por lo que me hace pensar que me estuvieron buscando sin éxito.

Estaba desorientado, no sabía donde ir por lo que lo único que se me ocurrió fue seguir una dirección, a penas eso sí, porque mis heridas estaban muy mal, sobre todo la puñalada de la espalda al lado izquierdo. Seguí caminado durante días, semana...la verdad es que no tenía noción del tiempo.

Cuando pensé en darme por vencido, encontré una cabaña en la cual solo vivía un chico de veinte años, mitad mago y muggle, por cierto; me ayudo y curo las heridas, menos la de la espalda ya que era más profunda.

Me di cuenta de que no habían pasado ni días ni semanas ni siquiera meses, sino, años, cinco para ser exactos. Por medio de un mapa me di cuenta que había caminado tanto que me había salido de los territorios de Hogwarts.

Me llevó un hospital muggles donde me curaron la herida, milagro me habían dicho los médicos ya que el puñal estuvo a punto de perforar el corazón, unos cinco centímetros y habría muerto.

Ahora estoy recuperado.

Durante dos meses he reunido información y he sabido que cuando Ron intento matarme llegó a la oficina del Dumbledore lastimado y diciendo que Voldemort aún estaba vivo, que él y yo peleamos y nos matamos durante el combate

Que vil mentira.

Se lanzo hechizos el mismo para despistar e invento esa mentira. Después averigüe que se había echo jugador de Quidditch. Pero eso era lo de menos, lo que más me impacto fue que Hermione, mi amiga y novia estaba compartiendo un departamento con Ron en Londres, ella trabaja como auror en el ministerio.

Cuando supe eso, sentir odio, odio porque le estaban mintiendo, estaba compartiendo el mismo techo con ese traidor que a sangre fría me apuñalo por la espalda.

Hasta el momento no he recibido ninguna información más, yo la buscaría pero se me hace imposible, todos mis amigos son muy cercanos a Ron.

Ginny ahora trabaja como medimago y se casó con Malfoy quien es auror y también compañero de Hermione.

Que ironía.

De Draco Malfoy me esperaba algún día una traición, que iluso soy, ahora me doy cuenta que de quien menos me lo espero me puede traicionar pero nunca pensé que esa traición sería de alguien tan cercano.

Ahora solo observo esa luna que ante mis ojos esta llena de sangre al igual que la daga que tengo en mi mano y que la he conservando durante todos estos años. Sucia y con sangre.

Mi sangre.

Me gustaría decir que esta daga no la conozco y que nunca se la había visto a Ron pero lamentablemente no es así, la conozco muy, porque yo se la regale en símbolo de todos los años de amistad que habíamos, en ese entonces, construido en Hogwarts.

Símbolo que él mismo destruyo cuando me apuñado sin remordimiento alguno para tratar de matarme.

Harry – le llamaron haciendo que este despegara la vista de la luna llena y se guardara la daga en su bolsillo – le envié la carta a Remus para juntarse en Hogsmeade a las dos

Sin remitente – le preguntó este caminando hacia el recién llegado

Si – respondió – solo que se verían en el pueblo, en ese café.

Gracias Daniel – le dijo este – muchas gracias

No tienes por que – le contesto – bueno buenas noches Harry – se despidió

Buenas noches Daniel – dijo Harry viendo salir a su amigo.

Amigo.

Nunca pensé que volvería a llamar amigo a alguien; Daniel Spencer es el joven de veinte años que me abrió la puerta y ayudo en esa cabaña. Esta próximo a ser auror, por lo que me facilita información sobre Hermione. Ahora estamos aquí en Londres en un departamento muy cercano de donde viven ellos.

Daniel si siquiera saber de mi me ayudo a recuperarme, sin pedir nada a cambio a él le puedo decir amigo.

Mañana veré a Remus

En un principio pensé en buscar a Hermione pero eso fue antes de saber de que estaba viviendo con Ron y por ningún motivo quiero arriesgarla o más bien arriesgarlos ya que hace unos días supe de algo que me hizo odiar fuerzas a Ron Weasley, y es que Hermione supo después de mi supuesta muerte de que ella estaba embarazada.

Tenía un hijo.

Un hijo – repitió mentalmente mientras sonreía – los voy a recuperar.

Y con ese pensamiento Harry se acostó para dormir y descansar para poder enfrentar ese día que estaba a la vuelta de la esquina.

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Despertó un tanto adolorido sobre su cama, tenía unos cuantos rasguños en el cuello y la espalda le ardía, lo más seguro es que se habría golpeado contra la pared otra vez y le habrían aplicado algún desinfectante.

Odiaba sentirse así.

Le gustaría todos los días despertar repuesto y con energías para comenzar un nuevo día en su trabajo y en su vida diaria. Claro siempre era así, solo que esa regla no se aplicaba para cuando había luna llena.

Era un hombre lobo.

Desde que tenía uso de razón que por las noches de luna llena se convertía en lobo y a pesar de los años no se podía acostumbrar a eso...al menos no del todo, ya que cuando estaba en Hogwarts, sus amigos le hacían eso más soportable, y ahora aún más porque había de alguien quien cuidaba de él a pesar de no estar muy de acuerdo.

Pensé que dormirías hasta la tarde – le preguntaron haciendo que se de media vuelta sobre la cama

Me siento bien – sonrió este incorporándose – otra vez – preguntó topándose la espalda

No – le sonrió ella de forma divertida – el lobito se durmió sobre una silla clavada en su espalda – contó riéndose un poco al igual que Remus Lupin – no tienes muchos rasguños...solo eso... – curándole con un ungüento el hombro – saliste bastante bien

Gracias – le sonrió Remus - ¿Y esa lechuza? – preguntó señalando con la barbilla la ave encima del escritorio

Es tuya – contó ella – tenlo – pasándole un vendaje mientras se dirigía hacia la lechuza – se paso toda la noche afuera y recién ahora le deje entrar no me gustaría que te lamentaras por comer una inocente lechuza

Es cierto – sonrió este tomando entre sus manos la carta – toma – pasándole en vendaje – no tiene remitente

Léela – dijo ella

Si – dijo este abriendo la carta.

"Señor Remus Lupin.

Necesitamos con urgencia hablar con usted.

Le esperamos en Hogsmeade, en el nuevo café del pueblo a las dos en punto.

Es importante.

PD: Es sobre su alumno y amigo Harry Potter.

Leyó nuevamente la carta no dando crédito a lo que allí se ponía. Miro el reloj de la pared dándose cuenta que eran las una y media, se levanto de la cama al tiempo que su hombro ya era curado.

¿Sucede algo? – le preguntaron al verle buscar una camisa

Tengo que ir a Hogsmeade – contó este – no te preocupes Tonks – le sonrió este – estoy bien...tu misma lo dijiste

Se lo que dije Remus – dijo ella – ten cuidado

Si – contesto este tomando su túnica – gracias – le dijo acercándose a ella y darle un beso de despedida – nos vemos

Nos vemos – contesto ella

Y desapareciendo por la puerta Remus Lupin salió rumbo hacia Hogsmeade con la carta fuertemente apretada en la mano.

Mientras que en el departamento, Harry terminaba de abrocharse la camisa y tomar su varita para luego caminar por el pasillo hasta llegar al pequeño comedor donde le esperaba Daniel al lado de la chimenea-

Listo – preguntó Harry a su acompañante quien asintió – bien...ve tu primero, yo iré diez minutos después y nos encontraremos en la casa de los gritos.

Bien – contesto este tomando los polvo "Flú" – con cuidado

Llevo la capa ¿Recuerdas? – sonrió este – anda, Remus es muy puntual

De acuerdo – le dijo introduciéndose en la chimenea para luego lanzar los polvos y dirigirse hacia Hogsmeade

Es hora – se dijo a si mismo tomando la daga que estaba encima de mesa para guardarla en su bolsillo.

Remus ya se encontraba en Hogsmeade, no le había costado mucho llegar allí después de todo la casa tenía una conexión a red "Flú" por lo que pudo trasladarse hacia el pueblo.

Camino unos minutos hasta llegar al café donde uno de los camareros le hizo saber que alguien le esperaba al fondo del local. Este solo asintió dando las gracias mientras se dirigía al fondo del lugar donde solo había un joven de veinte años con una taza de café.

Señor Lupin – sonrió este – tome asiento – le ofreció este

Gracias – susurró este un tanto extrañado – disculpe – dijo luego de unos minutos en silencio – pero...¿Quién es usted?

Daniel Spencer – se presento este – fui yo él que le envió la carta supusimos que no llegaría puntual por su condición – comentó en tono confidencial haciendo que Remus le mirara sospechosamente – pero bueno eso es algo que a mi no me corresponde

Y que le corresponde – inquirió este – en su carta me decía algo sobre Harry Potter

Así es – dijo seriamente mientras terminaba de tomar su café – pero digamos que no es buen lugar para hablar eso...así que lo invito a que me acompañe

Donde – preguntó Remus no tan convencido de las palabras que le decía el joven en su hablar misterioso

Acompáñeme – le ofreció Daniel

Se levantaron de allí para salir del local hacia la calle donde se podía ver un día despejado sin llegar a ser caluroso. Salieron de allí para dirigirse a la casa.

No creo que sea supersticioso – comentó el joven a Remus caminando – por que necesito que me siga hasta la casa de los gritos

De acuerdo – contesto este notando que el extraño sabía algo de su licantropía y hacia un especial hincapié en eso – es extraño que no le tema a los fantasmas que hay allí – comento ahora Remus siguiéndole el juego

Un mito de casi veinte años – contesto Daniel como quien dice la hora – nadie sabe con exactitud que era, o quienes eran – sonrió de vuelta a Remus quien iba a su lado – con respecto al tema de Harry Potter – comenzó haciendo que Remus prestara atención – o más bien a su muerte

Sabe algo – indago este – debe saberlo ya que ese era el motivo de la carta que me envió

En cierta forma sí – respondió de forma seca y precisa dándole a entender a Remus que no sería fácil sacarle información – pero allí dentro hay una persona que sabe mucho más que yo.

¿Quién? – preguntó este

lo sabrá pronto – le sonrió de forma misteriosa

siguieron caminado por unos minutos más hasta llegar a la entrada de la casa donde por un camino alterno llegaron al viejo comedor que en ese momento estaba iluminado por una tenue luz dándole un aspecto misterioso al lugar más que de miedo.

Hace años que no vengo aquí – susurró Remus por lo bajo pero que Daniel escucho

Lo sabemos – comentó este restándole importancia – la persona que quiere hablar con usted...a esperado varios años...y si él le considero importante es porque es él único en el cual ahora puede confiar...

Y donde esta – preguntó este mirando el lugar con nostalgia

Allí – le respondió Daniel señalando la puerta del costado que comenzaba a abrirse poco a poco.

Estaba tan concentrado que no vio como alguien cruzaba el umbral de la puerta con determinación; era un joven alto de veinte tres años de cabello negro azabache más revuelto que nunca, sus ojos verde esmeralda que había heredado de su madre junto con el temperamento que hasta ahora había desarrollado de su padre.

Vestía una camisa negra y unos pantalones desgastados negros casi grises. Se veía cansado y como si no hubiera dormido casi nada.

Camino con poco más rodeando el viejo sofá que allí se encontraba para luego quedar a unos escasos metros de Remus, no tenía miedo ni se sentía incomodo de volverle a ver, estaba tranquilo, siempre se había sentido tranquilo estando cerca de él, más que mal él era como un padre.

Eso era después de la muerte de Sirius.

Un Padre.

Mis ojos y los de él se llenaron de lágrimas sin llegar a caer; ver al mejor amigo de mis padres era algo que no esperaba tan pronto. Pero ahora él es el único que me puede ayudar a pensar de forma ordenada y calculadora, por que sino, mis instintos me estarían dominando para vengarme de Ron de una forma casi torturadora.

Dejo mis pensamientos para acercarme a él y estar a un metro.

Solo una mirada.

Eso es lo único que en este momento hicimos para expresar todo y de forma instantánea solo atinamos a abrazarnos con fuerza; él transmitiendo su alegría de verme y yo con la alegría de tenerle cerca en estos momentos.

Lo sabía – susurró Remus en el abrazo – no podías estar muerte, era ilógico

Lo sé – comentó este separándose de Remus para tomarle por los hombros – estoy vivo y tienes razón era ilógico – sonrió con tristeza

Sí – murmuró – no sabes cuanto te buscamos el día en que Ron apareció lastimado en la oficina de Dumbledore...casi un mes pero luego el ministerio te dio oficialmente muerto.

Sonreí. Como era posible que Ron les hubiera mentido de esa forma, ahora me convenzo más de que esto no lo ideo un día para otro, sino más bien, era algo de hace mucho tiempo, antes de que la batalla con Voldemort hubiera terminado.

Solo sonrió mientras muevo la cabeza negativamente haciendo que Remus me mirara interrogativamente.

Siéntate – le ofreció Harry para luego darse la vuelta mirar a Daniel quien permanecía en silencio – puedes vigilar que nadie venga

Claro – sonrió este entendiendo a su amigo, no había nada que vigilar, a ese lugar casi nadie llegaba, solo quería estar a solas

Gracias – le sonrió este mientras tomaba asiento en uno de los desgastados sillones – Remus – comenzó – no se como decirlo pero es necesario...

¿Qué pasa? – preguntó este mirando a Harry, sorprendiéndose que en sus ojos veía sufrimiento, incluso más que cuando Sirius murió, algo andaba mal.

Les mintió – susurro, algo que Remus oyó perfectamente – Ron – aclaro – él mismo se lanzo hechizos para aparentar que venía un duelo

No entiendo – dijo este – para que Ron hizo eso.

Ron trato de matarme – confesó de golpe con una sonrisa triste – me apuñalo en el bosque prohibido con esto – dijo sacando la daga de su bolsillo con una funda para luego pasársela a Remus – le sangre que esta allí es mía, tres veces – señalo – una en el hombro derecho; una en la pierna cuando caí otra y la primera que me infirió fue aquí – señalando el corazón – por la espalda, cinco centímetros Remus – contó – solo cinco centímetros y yo no estaría conversando aquí contigo.

Por eso todo era tan confuso – comentó este tomándose la cabeza que parecía que iba a explotar por la información tan relevante – porque lo hizo – preguntó más si mismo que para Harry

No lo sé – contesto este – busque la respuesta por mucho tiempo pero ahora – sonrió con amargura – ahora no hay ni quiero una explicación por parte Ron, no hay una justificación para lo que me hizo y menos ahora que vive con Hermione.

Como lo sabes – preguntó Remus intrigado

Daniel – respondió sin simpleza – Ron me enterró prácticamente vivo, perdí la conciencia por un periodo de tiempo que no sé, perdí la noción del tiempo y más cuando salí de ese "tumba" – sonrió – camine en una dirección que no sabía a donde me llevaba después de un tiempo salí de los terrenos de Hogwarts o eso pareció, por que cruce una especie de riachuelo que por ese tiempo estaba seco y continué.

Y tus heridas – dijo Remus preocupado

No sanaban – respondió encogiéndose de hombros – camine hasta que llegué a una cabaña en donde él – refiriéndose a Daniel – me ayudo...me curo y me llevo un hospital muggle... – hizo una pausa para recordar lo que había pasado – luego de eso siguió ayudándome dándome información durante los últimos meses, se que Hermione es auror – estaba vez Harry sonrió con orgullo y sinceridad

Como él sabe eso – volvió a preguntar Remus muy atento – se supone que ella trabaja en el ministerio

Él va a hacer auror – confesó Harry – va un par de veces allí...también se que Ron es jugador de Quidditch...es actualmente buscador, pero también era cazador y guardián – rió un poco pero de forma casi sarcástica – quizás por eso intento matarme

Por fama – inquirió este pensativo – es algo ridículo

No para Ron – contradijo este de forma seca tanto que sorprendió a Remus – pero también sé otra cosa – comentó mirando a su amigo de forma inquisitiva

Que cosa – preguntó este tratando de descifrar su mirada cosa que ahora era imposible

Tengo un hijo – le sonrió – lo sé por parte de Daniel pero necesito confirmarlo a través de ti, Remus – le miro - ¿Tengo un hijo?

Remus miro a ese joven que tenía al frente poco ya quedaba ese estudiante que le vio sonreír cuando por fin había derrotado a Voldemort; estaba lastimado apenas si podía mantenerse en pie, pero aún así podía sonreír y más aún cuando tenía a su lado a Hermione. Dio un suspiro, tenía que contestarle ya que se veía que Harry no tenía mucha paciencia.

Sí pero creo que no sabes todo – confesó este un tanto incomodo – Harry, son mellizos – le sonrió

Se había equivocado.

Primero se había equivocado cuando había creído en la palabra de Ron de que Voldemort había regresado y muerto junto a Harry, se equivoco cuando interpreto esa sonrisa de Ron en el funeral de su amigo, una sonrisa triste, cuando en realidad era de felicidad. Y ahora se volvía a equivocar al pensar que Harry había cambiado, un poco, sí, pero ahora estaba demostrando que seguía siendo el mismo, y Remus Lupin lo supo cuando vio como las lágrimas aguantadas hace unos minutos ahora caían libremente por el rostro del joven.

Disculpen – llegó Daniel – Harry – le llamo a sus espaladas a lo que este se giro aún con el brillo de las lágrimas – se acerca un grupo de personas – dio un suspiro y continuo – un de ellos...es Ron – finalizo

¿Qué? – exclamo Harry levantándose de su asiento al tiempo que lo hacía Remus

Tranquilo – le paro su amigo acortando distancias para ponerse en frente de él y tomarle por los hombros – aún no es el momento

Lo sé – susurró este pensativo – tenemos que salir de aquí – soltándose y caminando de prisa hacia una trampilla

A donde lleva – preguntó Remus caminado hacia la trampilla que era abierta por Daniel

Al otro lado de la casa – informo Harry dándole paso a Remus

Harry – susurró este porque el grupo había llegado cuando el aludido cerraba la trampilla – se me olvidaba, Dumbledore

Que sucede – preguntó este en un susurró – esta muerto – volvió a preguntar

No – contestó este sacando un suspiro de alivio por parte de Harry – esta muy enfermo

Harry – le llamo Daniel a lo lejos – vamos

Caminemos – dijo este – que tiene Dumbledore – preguntó nuevamente – como eso que enfermo

Así es – ratifico Remus – un año después de que tu murieras – haciendo unas comillas con los dedos – esta en cama...a veces esta bien pero otras... – hizo una pausa mientras atravesaba una parte lodosa – Minerva se ha hecho cargo del colegio, incluso yo también trato de ayudar

Entiendo – dijo pensativo mirando de forma analítica el camino – Daniel – le llamo a su amigo quien caminaba unos metros más allá – tomaremos la trampilla de la izquierda

¿Izquierda? – preguntó este extrañado – se supone que es el de la derecha – le dijo

Lo sé – le dijo – vamos a Hogwarts

¿Hogwarts? – preguntaron al mismo tiempo Remus y Daniel – de acuerdo – aceptó el segundo siguiendo el camino

Porque – le pregunto Remus

Tengo que verle – explicó – no quiero pensar que Dumbledore puede morirse sin saber que estoy vivo

Entiendo – dijo

Extraño.

Esa es la palabra correcta para todo esto, todo es raro, oscuro. Sí algo me enseño el mismo profesor Dumbledore es que todo tiene su explicación y su motivo. Las coincidencias se pueden dar pero tienen sus raíces.

Y definitivamente esta coincidencia era muy extraña, claro el profesor ya es anciano, pero siempre ha sido muy fuerte y lo más extraño después de que yo "muriera"

Ya llegamos – anunció Daniel sacando a Harry de sus pensamientos – ustedes primero

Bien – dijo Harry saliendo por la trampilla seguido de Remus y posteriormente por Daniel – el mismo día en que Ron me apuñalo lo descubrí – explico caminando por un pasadizo que resulto ser una pequeña cueva – estamos a unos metros del lago

El bosque – inquirió Remus – no lo sabía

Yo tampoco – sonrió este – todo lo que pasa aquí es una cajita de sorpresa – dijo con tristeza – aunque algunas no son muy buenas...por cierto – cambiando de tema – quien cuida del profesor

Minerva – respondió este – sobre todo ahora en el verano que no hay nadie, cuando empiezan las clases lo hace Poppy, pero la mayor parte del tiempo es la profesor

Comprendo – susurró este pensativo – no saben que tiene

No – dijo – más que nada porque todo sale normal...dicen es que es una enfermedad sicológica pero ni Dumbledore ni nadie que le conoce cree en eso.

Será prudente visitarle – preguntó Daniel caminando al frente – de la impresión podríamos hacer más mal

Tal vez tengas razón – comentó este pensativo – pero necesito verle, no me perdonaría que muriese sabiendo una mentira y no la verdad

Caminamos hasta llegar a ese castillo, tan impresionante como la primera vez que lo vi cuando tenía once años, allí creí conocer a Ron, pero me equivoque, nunca lo hice o tal vez lo hice en la forma equivocada.

En cuanto pusimos un pie allí supe que algo no andaba bien, la magia, era casi nula y eso era porque Dumbledore estaba débil, vivo, pero muy débil. Miré a mi alrededor y por un momento sentí que el tiempo no había pasado, incluso tuve la sensación de que en algún rincón me encontraría con algún compañero o profesor.

Nerviosismo.

Eso es lo que sintió cuando estaba enfrente de aquella gárgola, escucho como Remus decía unas palabras "caramelo de limón". Sonrió, a pesar de estar enfermo seguía siendo el mismo.

Subieron las escaleras de caracol mientras a cada pisada sentía como el corazón le latía a una velocidad que le era imposible describir.

Tu primero – dijo Remus en cuanto llegamos a la puerta

Yo me quedó – dijo ahora Daniel mirando a su amigo quien asintió

Gracias – susurró este mientras entraba al despacho seguido de Remus – donde esta – preguntó observando el lugar un tanto desordenado

Por esa puerta – señalo este una puerta a la derecha – entrare yo primero – se ofreció – cuando te diga podrás entrar

De acuerdo – aceptó este

Camino hacia dicha puerta para luego golpear con suavidad con los nudillos seguido de un débil "pase" que hizo que un escalofrió se apoderada de Harry.

Como esta profesor – le saludo Remus sin cerrar la puerta

Como siempre – susurró Albus sentando en su cama – un tanto aburrido y la verdad es que me siento mucho mejor solo que Minerva no me deja hacer nada, esa mujer es muy testaruda

Entiendo – se permitió reír un poco – entonces se encuentra mejor

Así es – sonrió este - ¿Porqué?

Bueno... – comenzó este poniéndose un tanto nervioso – hay alguien que lo vino a visitar profesor – se aclaro este – por eso le pregunte si se encontraba mejor

Y quien es – preguntó Albus intrigado

Yo soy – dijo la voz de un joven que entraba a la estancia .

Dudé.

O más bien tuve miedo de encontrarme con él, miedo de verle débil y que esa sonrisa siempre portaba hubiera desaparecido a través de la enfermedad.

Pero ahora que le veo, allí, en esa cama, con esa misma sonrisa que tuvo siempre, me sentí más tranquilo, incluso sorprendido de verle tan bien y lo que más sorprende con ese brillo que ahora era más intenso.

Harry – susurró Albus con una sonrisa - ¿Eres tú?

Sí – le sonrió este caminando hasta su cama para sentarse cerca de su profesor – volví y no quería seguir con esto sin que usted sepa la verdad

Lo sé – le dijo este sonriendo – siempre lo supe

Que no estaba muerto – ironizo este – más o menos – sonrió

Siempre lo supe – comentó – o creías que me iban a mentir con facilidad

Un momento – interrumpió Remus poniéndose a la altura del director – usted lo supo todo este tiempo...que Harry no estaba muerto y que Ron era el responsable

Es cierto eso – preguntó este a su profesor quien asintió en silencio - ¿Cómo?

Es muy extraño que Ron no halla traído tu cuerpo – comentó este – el cuerpo de Voldemort su puede convertirse en polvo porque él ya no es humano pero él tuyo no, eres diferente, ya te he dicho que las coincidencias no se dan por que si – sonrió este ante el asentimiento de Harry – ¿Sabes lo que paso?

Traidor – escupió este esquivando la mirada de su profesor – eso es lo que es Ron – le miro esta vez directo a los ojos de Dumbledore quien sonrió con tristeza – esto no va a quedar así profesor

Harry – le llamaron este al ver el amago de levantarse pero antes de decirle tan si quisiera media palabra

¡No puede ser! – exclamaron

Los tres magos que se encontraban allí dirigieron sus miradas hacia la persona que había gritado pero antes de poder enfocarla sintieron un fuerte golpe en el suelo, claro indicio que alguien se había desmayado.

Minerva – reacciono primero Remus yendo donde la profesor – genial... – susurró

Te ayudo – dijo Harry levantándose de su lugar para ayudar – no quiero ser responsable de que se vuelva loca – sonrió este

La colocaron en una silla cercana donde la trataron de reanimar, poco a poco la profesora fue despertando hasta que nuevamente pudo enfocar a un joven de cabello azabache

Daniel quien había entrado al despacho del directo tras escuchar un gran alboroto en dicha oficina, se encontró con una escena muy peculiar, una mujer abrazaba a su amigo con tanto ímpetu que se sorprendió que la cabeza de su amigo estuviera en su sitio y no rodando por algún lugar de ese dormitorio.

Estás vivo – le sonrió Minerva tomándole por los hombros – no puedo creerlo...pero como...según Ron...

Según Ron – repitió este con cierto sarcasmo que fue notorio por todos los que estaban en esa habitación – por él...casi no estoy vivo

Él... – dudó ella si seguir – una trampa

Es un termino más elegante de decir – sonrió este de nuevo – para mi...es un traidor – dijo de forma dura

Harry – le llamo Dumbledore - ¿Qué vas a hacer?

Primero – comenzó este separándose de Minerva – alejar a Hermione de él y por supuesto a mis hijos – sonrió, esta vez de forma sincera tal y como le recordaban los tres presentes – y luego no lo sé...supongo que seguiré mis instintos – ironizó

Estas seguro – preguntó Minerva preocupada

Como nunca – contesto este – bueno...me tengo que ir – se disculpo – pronto sabrán de mi – sonrió – profesor, le ayudaré – dijo – se lo prometo

Ten cuidado – le dijo este

Odio.

Eso es lo único que vi en los ojos de Harry, un profundo y casi indomable odio que cada vez iba creciendo más y más, casi sin control. Solo se mostraba el verdadero Harry cuando hablaba de Hermione y sus hijos, pero cuando contaba algo relacionado con Ron, sus ojos se ensombrecían, ya no había tristeza ni penas, solo odio.

Dirigí mi mirada hacia Remus quien solo asintió a mis pensamientos. Estábamos en lo correcto.

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Había destrozado todo.

La habitación estaba al revés, muebles en el suelo, escritorio con sus papeles volando por allí, lámparas destrozadas, libros regados por todos lados, la cama revuelta, solo quedaban los ventanales intactos.

Me equivoque. Explotaron

Su ira iba creciendo al igual que su odio. Sino le paraba él mismo, habrían grandes consecuencias.

Harry – le llamo Daniel desde el umbral de la puerta – cálmate

¡No puedo! – exclamo este explotando un vaso - ¡Maldito traidor¡Enveneno a Dumbledore!

Como lo sabes – le preguntó este con total tranquilidad no propia de él

Solo lo sé – le respondió este con la voz entrecortada – todo calza, mi muerte, la enfermedad de Dumbledore, solo para que este no tuviera fuerzas para poder encontrarme...

Entonces hay que planear algo – propuso este – mira – le tendió una nota – es una invitación para una fiesta en el club donde juega Ron, celebrando su campeonato, podríamos ir.

Prefecto – susurró este sentándose en la única silla que no salió volando – mañana – leyó este – te queda poción multijugos – preguntó a lo que este asintió – gracias

Solo asentí mientras movía la mano de forma despreocupada, dándole a entender que no tenía porque darme las gracias. Me acerque a él y le di una palmada en el hombro para que se calmase, luego saque mi varita y con un movimiento de ella ordene todo, excepto su cama, con algo tenía que escarmentar después de todo.

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Era el plan perfecto.

Lo había elaborado con tanto cuidado, casi dos meses de anticipación, no había ningún margen de error, solo tal vez, que él se diera cuenta. Pero no ocurrió, todo continuo como lo tenía planeado; el lugar, la hora, como y cuando, todo. Solo veinte minutos me demore en concluir y realizar mi plan.

Matar a mi mejor amigo.

Quizás digan que lo hice por fama, en parte si, odiaba la fama que iba y estaba teniendo por derrotar al mago más tenebrosos de todos los tiempos, pero era algo que iba mucho más allá de todo eso.

Él estaba con la mujer que yo amaba y eso no lo podía y no lo iba a soportar, por eso le mate en aquel bosque con la misma daga que una vez él me había regalado.

Solo fueron tres estocadas, una de ellas perforo su corazón haciendo que cayera al suelo, lo enterré aún agónico, siempre con su mirada atenta sobre mi, yo solo le ignoraba, luego me deshice de la daga lanzándosela a un lado y luego me fui de allí, dejando enterrado todos mis problemas.

Eso sí, solo el comienzo. Después tuve que hacerme el lastimado e inventar alguna que otra historia, solo eso y también ocuparme de alguien en especial.

Albus Dumbledore

Lo supe cuando estaba en su despacho junto algunos de la orden dando las explicaciones, él se me quedo viendo fijamente, como tratando de averiguar lo que estaba pensando pero no le deje, le esquive la mirada de algún modo. Pero aún así, tenía que hacer algo.

Cuando estuvo todo listo, solo tenía que esperar. Esperar a que Hermione se acercara a mi y yo pudiera consolarla y conquistarla hasta hacer que se enamore de mi, todo era perfecto. Solo que no contaba con un pequeño gran detalle, y si digo pequeño es porque literalmente es pequeño o pequeños.

Estaba embarazada, la mujer que yo amaba tenía a dos Potter en su vientre.

Incluso muerto me tuvo que causar problemas; Hermione se dedico única y exclusivamente a sus hijos y sus estudios como auror, mientras que yo solo seguía siendo el estúpido amigo fiel de Potter que cuida de su mujer y de sus hijos.

Se que vive conmigo pero eso no es suficiente, lo tengo todo, tengo la fama que siempre quise como jugador de Quidditch, también tengo una carrera como auror de hace dos años, pero nunca lo he ejercido y la verdad es que creo que nunca lo haré.

Lo tengo todo, menos a ella.

Por eso sigo odiando a Harry Potter, aún después de muerto.

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Una explosión.

Eso es lo que oí para luego saltar de mi cama para luego coger la varita y subir las escaleras hasta la habitación de ese segundo piso.

¿Qué paso? – preguntó mirando nuevamente el ventanal echo añicos – Harry si sigues así va a llegar un momento en que esas ventanas no se van a poder hechizar

Sabes que es Meitox – preguntó este pasando de la pregunta de su amigo

Claro – dijo este intrigado – es una planta que la usan como relajante o algo así ¿Por qué?

Y sabes que efectos produce si se la mezcla con la poción CX-23 – preguntó sin mirarle y con la vista en un libro

¿Qué? – exclamo este asustado – es muy peligro, si se mezclan la persona que ingiere sufre una perdida de sus poderes mágicos y su mente comienza a nublarse sin poder concretar pensamientos y produce la muerte inmediata de algún muggle.

Exacto – susurró este con los puños apretados – dime quien puede ser tan retorcido como para hacerle eso algún mago poderoso

Ron – susurró Daniel, no en una pregunta sino una afirmación – esta desquiciado – continuo sentándose en una silla – estas seguro

Completamente – dijo Harry cerrando el libro – no tengo dudas pase casi toda la noche investigando

Pero como consiguió esa planta – se preguntó Daniel caminando de lado a lado de la habitación – salen normalmente en el verano por lo que la pudo conseguir antes de entrar ese año al colegio, pero la poción...se demora casi dos meses en hacerla...es decir que tenía todo planeado desde hace mucho

Y no solo eso – comentó Harry levantándose de su lugar para tomar su varita y colocársela en el bolsillo de su túnica – alguien le ayudo – sentenció seriamente – también hay que averiguarlo – le dijo a Daniel quien asintió – vístete – ordeno – tenemos un largo viaje – anunció

Solo asentí mientras salía de allí.

Harry tenía razón habían un largo viaje por delante y no solo hacia el lugar donde se realizaría la fiesta, sino para buscar la verdad que tanto ansiaba Harry y no le culpo, había sufrido mucho por culpa de Ron. Lo más seguro es que si me hubiera pasado a mi, ya estaría loco.

Vamos – dijo este en la sala luego de unos minutos

Bien – dijo este tomando unos frasquito para luego guardarlos en la túnica – con cinco será suficiente – aseguró

Que vas a hacer – preguntó este intrigado – sabes que no podemos hacer mucho, aún

Lo sé – susurró Harry entrando a la chimenea – solo quiero observar – le sonrió este lanzando los polvos "Flú" para luego desaparecer entre las llamas verdes

Mentiroso – sonrió de igual manera Daniel

Un viaje a que apenas si estaba comenzando.

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