Disclaimer: Harry Potter, sus personajes, lugares y situaciones son de JKRowling y yo no gano nada con esto, no tengo un duro, asi que nadie me demande pensando en sacar pasta... porque no tengo TT'
Advertencia: esta viñeta contiene SPOILERS de Deadthly Hollows.
25. Niebla
Lo sabía. Remus corrió por los pasillos oscuros del castillo, esos que en su juventud habían visto tantas risas, tantos castigos y a cuatro buenos amigos que darían la vida los unos por los otros. Eso quedó atrás, tan atrás en el tiempo que Remus pensó que nunca podría unir los pedazos de la vida que se le rompió aquella noche. Hasta ahora.
Lo tenía en sus manos, lo había visto; Sirius era inocente. El Mapa del Merodeador no miente nunca y en él aparecía claramente el nombre de Peter Petigriew junto al de Sirius Black. No había atisbo de duda en ello; Peter estaba vivo y fue el verdadero traidor.
Pasó veloz por las escaleras, resbalando al cruzar el recodo de un pasillo y exigiendo de sus piernas todo para llegar a tiempo a la Casa de los Gritos.
Esa noche todo cambió de nuevo en la vida de Remus John Lupin. Cuando sus ojos se cruzaron con los ojos de tormenta de Sirius, hundidos, llenos de arrugas, pero brillantes a pesar de todo, todo el peso de una realidad que había estado atormentándole por años desapareció. Volvió a respirar, como el mismo Sirius le diría después.
No hicieron falta las palabras, los ojos lo decían todo.
Luego Sirius escapó del beso del dementor y Remus ya no rogaba por las noches por que siguiera vivo; sabía que lo estaba, y que estaba bien. Ahora, cada vez que le veía, los besos salían solos, las sonrisas adornaban sus caras, mas maduras, con más barba y muchos más años encima, de manera permanente.
Las noches de Remus y Sirius volvían a ser mágicas a pesar de la situación exterior, como años atrás ocurriera. Pero ahora no había desconfianza. Remus sabía que Sirius moriría por él, igual que él mismo moriría por Sirius. Eso era todo, no hacía falta nada más.
Pero, por alguna razón del destino, alguien dijo que lo suyo no sería una historia de amor con final feliz. Nunca había tenido buenos augurios esa relación, desde demasiados puntos de vista. Un ente superior deseaba verlos separados, por toda la eternidad, aunque lo que mas desearan ellos fuera todo lo contrario.
Remus, ahora, mirando por la ventana de Grindmauld Place la niebla que se posa lentamente sobre las piedras de la plaza, aun se pregunta qué le llevó a Sirius a ir al Ministerio de Magia aquella noche. Porqué ignoró todas las señales y todas las reglas como siempre hacía. Porqué aquella noche Sirius le mintió cuando le prometió que estaría en casa cuando él regresara.
Remus apretó el puño sobre el cristal mojado, una finísima lluvia se había unido a la niebla, igual que las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Sirius no estaba en Grindmauld Place cuando Remus regresó aquella noche, ni lo estaría nunca más. Cuando Remus vio como Sirius caía a través del velo estuvo a punto de ir detrás de él, obligarle a no dejarle solo, otra vez.
Y lo hubiera hecho de no ser más importante la vida de Harry que la suya.
Ahora lo único que deseaba era que esa maldita guerra acabara pronto y que él muriera también lo más pronto posible. No importaba Tonks, no importaba el pequeño Teddy que estaba en camino. Ya no importaba nada, porque había perdido todo su pasado, toda su felicidad, el único amor de su vida.
Realmente lo sentía por Tonks y por su hijo cuando escuchó que en Hogwarts se desarrollaba lo que llamaban la "batalla definitiva". Cuando salió de casa supo con certeza que no volvería a ver la vieja mansión de los Black nunca más. Sintió la brisa de la calle como un presagio de liberación, olía a plantas recién florecidas, como las que ponen en las tumbas de los cementerios, como las que él mismo lleva cada año, pueda permitírselo o no, a las tumbas de Lily, James y ahora también la de Sirius, aunque esta última solo fuera un monumento en su memoria.
¿Quién dejaría flores en las tumbas cuando él no estuviera? Estaba seguro de que Harry lo haría por él, no tenía que preocuparse.
Así, cuando Dolohov le lanzó la maldición asesina, Remus Lupin sonrió, pensando en que por fin volvería a ver a Sirius.
Ya había esperado demasiado.
Fin.
Pues ya está, se acabó! Snif, snif que penita me da... jo, me lo he pasado en grande escribiendo de los merodeadores, en especial de Sirius y Remus. Yo creo que el suyo fue un amor real, pese a lo que diga JK, me gusta pensar que a ellos les unía algo más que una amistad más allá de la muerte. Y eso es lo que he intentado transmitir en esta tablita de viñetas de la Naturaleza de la comunidad de LJ Retos a la Carta. A los amantes de las tablas de desafíos les aconsejo mucho visitarla (link en mi profile)
Tengo que darles unas gracias especiales a todo aquel que comentara en mi historia, muchas gracias, esta tabla no es nada sin vosotros. Y un saludo especial a las personas que dejaron un review en el capítulo anterior:
Drehn y Ly-Draco, sois las mejores gracias!
Y por mi parte nada más, espero que hayais disfrutado tanto leyendo esta historia como yo escribiéndola. Ahora mismo no tengo en mente ningún fic más de los merodeadores, tengo entre manos un Severus/Hermione que me absorbe por completo y os invito a pasaros por allí si os gusta la pareja (y si no tambien jeje)
Un abrazo muy grande a todos, ha sido un placer!