Disclaimer: Naruto y su mundo no me pertenece, todo es obra de Kishimoto-sensei y así seguirá por lo siglos de los siglos.

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Capitulo 17: Percepción física

Por Riznao

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¿Quién soy yo? –

Por un momento quiso creer.

¿Quién soy yo? –

Por un momento quiso pensar que las cosas no podían salir tan mal cuando ya todo parecía estar al límite de lo peor.

¿Quién soy yo? –

Pero aquellas tres palabras fueron suficientes para desmoronar la poca esperanza que aguardaba en su pecho.

– Esto se arreglará

La tenue y débil voz de Sakura le trajo de regreso. Sus ojos ónices se dirigieron a la figura derrotada de la chica sin muchos deseos de abrir la boca para responder aquella incógnita.

– Tiene que arreglarse, ¿verdad? Sasuke-kun Sasuke suspiró no sin antes darle una mirada a la figura que se encontraba adormitada en el regazo de la pelirrosa.

Después de haber encontrado a Naruto junto a Sakura y después de haberse desecho de los ANBU, una ráfaga de alivio recorrió su cuerpo. Naruto estaba allí, en una sola pieza y con suficiente conciencia como para actuar y hablar. Su alivio sin embargo, no duró mucho. No fue sino hasta que el rubio dio, no una sino dos puñaladas a su estómago con aquellas preguntas que realmente su confianza tanto así como su esperanza se había hecho añicos.

¿Quién soy yo? –

¿Sasuke-kun?

No encontrando respuesta alguna la pelirrosa suspiró cansinamente. Sai que se encontraba al otro extremo de la pequeña gruta en la que habían tomado refugio se animó a contestar de forma casi ausente.

– Naruto-kun puede salir de esto, las ha tenido peores –

Agradecida por el comentario, que si bien podía talvez no traerle mucho consuelo o en su defecto, una pizca de convicción, fue suficiente para subir sus ánimos levemente.

Mientras Sakura y Sai hablaban entre murmullos, Sasuke seguía mirando a la distancia con ojos de halcón. Los ANBU se habían dispersado por todo el bosque y ser capaces de burlar a la fuerza élite de Konoha había sido (pese a su reticencia en admitirlo) casi una fluctuación de pura suerte. Entre Sakura, Sai y él hacían un equipo decente pero no podía engañarse a sí mismo pensando que dos jounin y un chunnin fueran suficientes para derrotar a esos tipos, en especial cuando aparentemente derrotando a uno se multiplicaba su reemplazo por dos más. Si bien su convicción la portaba en su manga tanto como los otros dos, pudiera que no fuera suficiente para derrotar a los ANBU que los viejos del consejo mandaban tras de ellos.

– ¿En que parte me equivoqué? – murmuró con una expresión angustiada.

Si todo hubiera salido bien…

Si tan solo el jutsu hubiera salido bien…

Mientras Sasuke se encontraba perdido en sus pensamientos, los ojos azules que habían estado cerrados todo ese tiempo debido al cansancio, se abrieron despreocupadamente sin que nadie lo notara. Pese a que el primer pensamiento que tuvo al ver el lugar en el que se encontraba era '¿Dónde estoy?' un vistazo al pelinegro que miraba a la distancia de forma ausente le hizo tener un pensamiento que ni él mismo supo o comprendió cual era su origen.

"Ah. De nuevo tiene esa mirada…"

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Horas antes.

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– ¿Cansado? – la pregunta dirigida al rubio hizo que este le mirara con duda.

– ¿Por qué habría de estarlo? –

– Acabas de bostezar y en todo el camino parecías un zombie – comentó distraídamente cerrando la puerta tras de sí.

Finalmente habían terminado de practicar en los campos de entrenamiento. Había sido una larga tarde pero con resultados fructíferos pese a la constante fluctuación de estos a lo largo de esta.

Sai y Sasuke habían puesto todo el empeño posible y aunque la técnica necesitara un poco más de entonación, estaban seguros que el progreso era mayor que la regresión que sufrían cada cuanto durante el entrenamiento.

Un día y medio sería suficiente para poner en marcha el plan y decirle adiós a la situación que aquejaba al rubio.

Solo un día y medio más.

– Soy yo el que debería hacerte esa pregunta, todo el día Sai y tú han estado entrenando como locos – Sasuke le miró con algo parecido a la aprehensión en su rostro, incómodo por la mirada penetrante desvió su mirada. Tal y como lo había hecho cada vez que Sasuke le miraba de esa forma.

Era como el recordatorio de algo que seguía allí atrapado en su pecho y que le causaba aquella sensación de culpa y desamparo.

– Estamos cerca de tenerlo, no me voy a quedar tranquilo cuando nos falta tan poco – murmuró el Uchiha pasándole de largo.

Algo dentro de su pecho burbujeó y cuando menos lo supo, su mano había tomado la de Sasuke en un intento porque este detuviera su paso apresurado.

– ¿Naruto? – preguntó curioso el Uchiha obteniendo una expresión dubitativa y casi sorprendida del rubio. Como si este ni supiera del porque de su propia acción.

El Uchiha sintió un cosquilleo placentero que comenzó a recorrerle desde donde Naruto le tenía atrapado con su mano.

– Yo… –

Por unos segundos se quedaron inmóviles.

Naruto no comprendía el por que de aquella mirada tan vacía cada vez que esos ojos ónices se dirigían a él. Esos ojos le veían con algo parecido a la decepción, era…Era como si Sasuke le acusara, como si quisiera hacerlo de la manera más visible posible y fue entonces que un frío recorrió su cuerpo cuando lo entendió.

El corazón comenzaba a atorársele en la garganta y la comezón llegó a sus ojos.

– Yo… –

– Voy a darme una ducha – interrumpió Sasuke liberando su brazo del agarre del otro con suma facilidad.

Naruto quedo estático.

No supo cuanto tiempo quedo en medio de la sala de su apartamento cuando el sonido de agua comenzó a llenar el lugar.

Soltó una sonrisa amarga.

Sasuke estaba molesto por algo y el tenía idea de que era.

Se sentó en el sofá sin cuidado alguno mientras sacaba casi religiosamente la pequeña carta que llevaba en su pantalón. Desde ese día que despertó en el hospital, la carta era como una ancla a la realidad y a la esperanza, como si la persona que la hubiera escrito (pese a saber que era el mismo) lo hubiera hecho con la seguridad de su angustia para ese momento y las palabras necesarias para ayudarle a resistirlo.

Naruto, aquel que vivía en el pasado cuando hizo aquella carta sabía que el Naruto de ese momento estaría enfrascado entre la dicha de seguir fingiendo que conocía a quienes no quería herir o expresar realmente su situación y de paso herir a aquel que no quería.

Porque Naruto, aquel que recordaba a todos sabía lo angustiante que era. El que tu persona más importante te de la espalda, pero mucho más angustiante; el que tu persona más importante borrara todo rastro de existencia tuya.

Sasuke no era estúpido y de serlo igualmente ya lo hubiera captado todo por ser su mejor amigo, por ser…

– Mi persona más importante… – murmuró ausentemente sin darse cuenta que estaba frente a la puerta del baño.

Su cuerpo se había movido solo. Como si fuera un imán atraído por Sasuke.

Apenas siendo consciente de su situación, abrió la puerta con cuidado. El aire era denso y húmedo, el sonido del agua apenas era un sonido lejano que tenía significado para él.

Sus manos sudaban y algo en el pecho le estaba haciendo demasiada presión.

– Sas… –

– ¿Naruto? –

Tan rápido como un rayo los cabellos azabaches se asomaron por la cortina del baño con una expresión que en otro tiempo hubiera resultado divertida por los ojos desmesuradamente grandes y la boca abierta en un signo de incredulidad.

– Ya sé porque estás… –

– N-naruto sal del baño… –

¿Acaso Sasuke estaba nervioso? Acababa de tartamudear ¿no? Y se miraba cerca de tener un ataque cardíaco.

– Quiero decirte algo Sasuke sé un poco menos bastardo y… –

– Pues espérame afuera ¡carajo! –

– ¡Que no! Esto no puede esperar, si no lo digo ahora jamás lo…–

Repentinamente ya no estaba frente a la cabeza del Uchiha detrás de la cortina de la regadera. Con rápidos movimientos Sasuke había llegado hasta él y le había dado la vuelta mientras hacía un intento desesperado por empujarle hasta la puerta.

Haciendo un esfuerzo por omitir aquellas manos húmedas sobre sus hombros, o del aliento cálido que parecía expulsar en un errático respirar o incluso el cuerpo que estaba detrás de él, hizo funcionar sus cuerdas vocales en un intento que le pareció más difícil de lo que siempre había sido.

– ¿Q-qué rayos estás haciendo idiota? – preguntó exasperado sin entender la conmoción tan frenética del otro.

– ¡Soy yo el que debería preguntar eso! –

– ¡Solo quiero disculparme! – gritó con creciente enojo mientras trataba de aferrarse del marco de la puerta. Como si aquella declaración fuera mágica, Sasuke dejó de empujarle, su manos seguían en los hombros del rubio pero al menos había desistido de su intento por echarle de su propio baño.

– ¿Disculparte? – preguntó con escepticismo.

– Sí. Escucha se que yo…–

– Ahora no ¡carajo! –

– ¡Estoy tratando de disculparme y aun así tu sigues enojado! –

– ¡Es porque eres un idiota y no entiendes nada! –

– Eres tú el que… –

– ¡Tengo suficiente autocontrol pero estoy casi al limite Naruto! – Aquello hizo callar a Naruto. – Estoy al límite y tú no me ayudas en nada. Me lo haces más difícil – gruñó el moreno mientras el rubio movía su cabeza hacia atrás para poder ver al otro.

– ¿D-de que estás…? – Lo siguiente ni Naruto ni el mismo Sasuke se lo esperaron. Como piloto automático y con la sangre caliente, Sasuke giró a Naruto y le hizo chocar su espalda contra la pared más cercana.

– No se si lo haces para molestarme pero… – con aquella oración colgando, Sasuke presionó su cuerpo más al del otro haciendo que el rubio soltara un jadeo al sentir aquella parte de la anatomía del otro sobre su cuerpo. – Hasta alguien como tú debería saber cuando es suficiente molestarme de esta forma –

– T-te equivocas, n-no lo hice por eso –

– ¿Y que otra cosa podría ser entonces? –

"Concéntrate" se dijo así mismo el rubio tratando de pasar por alto la erección del otro sobre su entrepierna.

– Y-ya te lo dije, quería disculparme – Sasuke no dijo nada, más por la presión de sus genitales y el esfuerzo sobrehumano de no seguir el rumbo de sus pensamientos y hacerlos realidad que por el hecho de no encontrar retorica alguna. – N-no lo hice por eso, por esto – recalcó. – Mi cuerpo se movió por sí solo y cuando menos lo supe ya estaba acá, en serio quiero disculparme –

– Entonces hazlo – el gruñido fue más gutural de lo que lo hubiera querido. Pero es que Sasuke ya no lo soportaba y si tenía las manos sobre los hombros del otro era porque sabía que una vez le soltara, sus manos tendrían vida propia y no podía permitirse eso.

– ¡D-deja de arrugar la cara entonces bastardo! – otro gruñido y a Naruto le pareció más cargado de algo que había levantado el libido de su acompañante. – Lo que quiero decir es importante y…y… –

Allí estaba de nuevo, aquellos ojos que le hacían querer tirar todo por la ventana y al mismo tiempo le hacían querer…

Ambos abrieron sus ojos desmesuradamente al sentir como sus labios se habían unido.

Sasuke quedó inmóvil, como si aun no comprendiera la situación. Naruto por otro lado no terminaba de entender como es que su cuerpo había traicionado su raciocinio una vez más. Pero a pesar de la falta de entendimiento o las muchas incógnitas del momento, los labios de uno de los dos (ninguno pudo definir quién) comenzaron a moverse en compás con los del otro.

La última pizca de racionalidad y de supresión se fue al carajo en cuanto Sasuke sintió mover sus labios contra los del rubio. Ambos se encontraban ahora, mucho más lejos de la conciencia de lo que hubieran podido estar ya.

Los labios de cada uno se amoldaban a los del otro, ambos con las manos deseosas por tocar más del otro y con el cuerpo caliente de tanta supresión.

Los cuerpos comenzaron a frotarse en un intento desesperado por conseguir más contacto. Fue en el momento que el libido del rubio comenzaba a aumentar y su miembro comenzaba a ganar vida y sensibilidad sabiendo que estaba con Sasuke y que este, además de desnudo y con aquel cuerpo aun húmedo por su interrumpida ducha, se sentía tan deseoso por él como él se sentía por Sasuke. El moreno había abandonado su boca de forma casi reticente para comenzaba a dejar un rastro de saliva y besos acalorados a lo largo de su quijada, pasando por su vena del cuello que parecía tan visible por la sangre circulando rápidamente en ella en una señal de total compás con su desbocado corazón.

Cuando Sasuke le mordió sutilmente el lóbulo de oreja izquierda, dejó salir jadeo que solo hizo más deseosa sus ganas por terminar aquella jugarreta e ir realmente lo que su cuerpo comenzaba a pedir con insistencia. Las manos del rubio agitadas por el deseo se aferraron a la espalda del moreno mientras rasgaba la piel blanquecina de este al sentir como aquella lengua comenzaba a hacer de las suyas en su recorrido por su piel.

Las ropas del rubio estorbaban y poco a poco, apenas siendo conscientes de ello comenzaron a deshacerse de ellas.

Sasuke buscó la boca del otro nuevamente, besando, mordiendo y masajeando la lengua del otro con la suya en una serie de movimientos desesperados pero no por ello exactos y eróticos. Naruto soltó un jadeo ruidoso acompañado con su nombre en cuanto las manos de Sasuke viajaron al sur, donde su hombría comenzaba a despertar tanto como la de Sasuke.

Ese fue el duro despertar del Uchiha.

Sasuke abrió sus ojos y con más fuerza de la que jamás hubiera necesitado se separó del confundido rubio.

– Yo… –

– ¿Sasuke? –

– E-es mejor que salgas – murmuró sin verle a la cara. La acción del Uchiha hizo que inesperadamente, algo dentro de él explotara.

– ¿Por qué? Creí que esto es lo que querías –

– Así no… – suspiró el otro buscando calmar su respirar y sus latidos.

– ¿Es porque no soy tu Naruto? – dejo salir con una voz tan fría e impropia que incluso le sorprendió a él mismo.

– ¿De que hablas? – preguntó Sasuke aun sin mirarle a la cara.

– Sigo siendo yo, yo soy Naruto, he tratado de pensarlo y de convencerme de ello desde que perdí la memoria de todos, pero esto…– abrió sus brazos como para enfatizar el lugar – esto me hace pensar que no soy el Naruto que tú quie…–

Las palabras de Naruto quedaron inconclusas bajo la mano de Sasuke que aprisionaba su boca en un gesto que claramente exigía su silencio.

– Idiota, no digas eso – Rápidamente retiró su mano de la boca del otro no confiando en su propio juicio y sus funciones motoras. – Tú eres tú. Naruto es Naruto. – el susodicho le miró con aprehensión – Así fueras tú con la memoria de todos, o tú así como estás ahora, lo que yo quiero va más que todo esto –

– Mi cuerpo lo quería – susurró el rubio.

– Lo sé. –

– Pero fue algo más lo que me empujó porque…–

– ¡Sasuke! –

El momento fue interrumpido por varios golpes consecutivos en la puerta del rubio. Naruto frunció el ceño, realmente esperaba poder decirle a Sasuke que, sí, en efecto su cuerpo talvez era lo que lo había llevado allí pero algo en su pecho fue el detonador, quería decirle que lo lamentaba, que tenía miedo que le siguiera viendo de la manera en como lo había hecho porque esos ojos acusadores le daban escalofríos.

Quería decirle 'perdón por haberte olvidado' por que se había dado cuenta que él significaba más de lo que se había imaginado en un principio pese a su falta de recuerdos.

– ¡Sasuke sé que estás allí! –

Con un suspiro cansino y con el humor apagado, empujó a Naruto quién con reticencia pero con resignación dejo guiarse hasta escuchar la puerta del baño ser cerrada, posiblemente para que el Uchiha consiguiera mejorar su aspecto desaliñado y por supuesto vestirse antes de ir a atender a la visita.

– ¡Sasuke! –

Gruñendo por la molesta voz y por la importuna visita se dirigió a la puerta principal donde parecía que la puerta no aguantaría mucho más del abuso que la persona detrás de ella le causaba.

– ¡Sasu-..! Ah, al fin. Estoy apurada ¿Dónde está Sasuke? – dicho en una ráfaga de palabras inentendibles la chica le pasó de largo, entrando al pequeño apartamento mientras buscaba con la mirada algún indicio de la persona que había llegado a ver.

Molesto por la actitud de la chica cerró fuertemente la puerta tras de sí haciendo que la pelirroja diera un leve salto.

– ¿Y a ti que mosca te ha picado? – si bien la mirada de preocupación escondida bajo un ceño fruncido y labios en una línea recta y tensa era obvia y visible, Naruto por su molestia no parecía haberla captado.

– Sasuke está… –

–…Aquí – completó el aludido entrando a la habitación.

– Al fin. Escucha necesito hablarte – la declaración fue hecha con seriedad, Sasuke conocía ese tono, si era algo importante entonces incluso Karin podía llegar a tener la decencia de demostrarlo con sus facciones tal y como lo hacía en ese momento. Naruto por otro lado, dado a su falta de conocimiento de esta persona gruñó. – En privado – murmuró la pelirroja al notar la mirada de Naruto, haciendo de paso que este gruñera más abiertamente. Sasuke le dirigió una mirada entre curiosa y acusadora mientras que Karin le miró con molestia para disimular su impaciencia y preocupación.

– Como quieras, vamos –

No esperando la retorica de Sasuke, el rubio engrandeció sus ojos y les vio partir.

– Sasuke, ¡espera! –

La pelirroja ya había saltado hacia el techo contiguo mientras Sasuke quedó con su espalda hacia él.

– Tendrá que esperar, necesito hacer esto ahora. Quédate aquí y espérame – dicho aquello con un tono autoritario y neutro, Sasuke siguió el camino de su compañera.

Naruto había quedado congelado. Sasuke le había ignorado. ¿Y qué rayos quería decir con eso de 'Necesito hacer esto ahora'?

¿Cómo era que su intento disculpa se convirtió repentinamente en una pelea entre él y Sasuke?

Ahora el bastardo no solo estaba más molesto que antes sino que se había ido, dejándole solo con sus pensamientos y con una culpa y enojo más grande de la que ya tenía.

Había estado apunto de decirle algo importante y Sasuke le desechó como si nada, y no solo eso, le había ignorado por otra persona…

– ¡Aggghhh! ¡Sasuke bastardo! – gritó a todo pulmón. De repente las ganas de partir su cara en dos eran tentadoras.

¿Quién se creía que era para darle órdenes?

¿Quédate en casa? Ni que se tratara de un perro o una mascota ¡maldición!

Con la cabeza caliente y el estómago en llamas salió por completo de su apartamento, tiró la puerta de un solo golpe ganándose con ello abucheos y gritos molestos de los vecinos y salió a la calle en busca de calmarse un poco.

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– Idiota Uchiha, tonto bastardo, estúpido Sasuke –

Muchos aldeanos acostumbrados a las rabietas del rubio tan solo le miraban pasar. Otros cuantos dirigieron miradas molestas a las cuales el rubio ni se vio afectado.

– Ya entiendo porque el Naruto de la carta lo llama bastardo, bastardo, bastardo, bastardo – encontrando una desafortunada pared en su camino, comenzó a dar patadas a esta continuamente mientras la mantra de 'bastardo' era dicha en compás con su estampida.

– ¿Debo preocuparme por esto? – preguntó una voz neutra detrás de él.

Dirigió su mirada a la persona que acababa de hablar y encontró a otro joven. Este parecía mayor que él tan solo por unos cuantos años, llevaba su cabello largo, y talvez, lo más remarcado del chico fueran sus ojos, eran tan claros como el cristal y pese a que en un momento les miró con desconfianza luego lo pensó mejor y vio que en realidad iban en armonía con el aura de seriedad y elegancia que transpiraba, casí podía decir que era parecida a la de Sasuke.

Pensando aquello, el rubio revolvió sus cabellos mientras volvía a su anterior mantra.

– Otra vez el Uchiha ¿huh? –

– ¡Qué tienes tú con Sasuke! – cabía decir que incluso Naruto se vio sorprendido por su propia declaración al hacerla sonar más defensiva que curiosa. Neji levantó sus cejas y luego sonrió sutilmente.

El par nunca dejaba de entretenerle.

– Ven camina conmigo – sugirió Neji. Naruto quedó quieto y mirándole con desconfianza y con un poco de culpa.

– Sé que no me recuerdas pero supongo que eso no significa que deje de dirigirte la palabra – Si Neji vio el pequeño estremecimiento de Naruto al decir aquello prefirió ignorarlo al seguir con su camino.

Poco a poco y con un poco de desconfianza, sutiles pasos podían escucharse tras de sí.

– Lo siento… – murmuró Naruto una vez tomó su ritmo.

– No tienes porque… – respondió Neji sin pensarlo dos veces.

De alguna forma, aquella caminata le estaba haciendo bien al rubio, llevaban minutos caminando y pese a la falta de conversación, la caminata en sí le estaba relajando, aun recordaba el previo acontecimiento con Sasuke pero su cabeza parecía haberse helado lo suficiente.

Los ojos azules del rubio comenzaron a distraerse en pequeñas cosas del camino a falta de una conversación o algo más en que concentrarse, un árbol, una piedra, unos niños jugando y ancianos paseando bajo los últimos vestigios del ocaso llamaron su atención y le hicieron darse cuenta que, pese a no recordar muy bien los acontecimientos de los días anteriores, el hecho que estuviera paseando en su villa, en aquellas calles tan tránsitadas y pacifícas le hacían tener un chispazo de nostalgia, como si esa actividad no la hubiera hecho en años a pesar de la ordinariedad de ella.

Sumido en sus pensamientos apenas captó por el rabillo del ojo como su acompañante se había detenido unos cuantos pasos atrás de él. Deteniendo su marcha, el rubio no se movió de su lugar y en cambio esperó a que el otro terminara de hacer aquella pequeña compra en uno de los negocios de la calle.

Momentos después el otro regresó con un pequeño recipiente de madera en sus manos. El chico debió de haber percibido su mirada curiosa y mostró más abiertamente lo que llevaba. Eran empanadas recién hechas y que, de no ser porque su apetito se había reducido simplemente a cosas sin mucho sabor, hubiera encontrado delicioso aquel aroma y apariencia de la comida tradicional.

– Para Hinata–san… – explicó Neji. Naruto por otro lado no escondió su frustración al no recordar a la persona mencionada. – Mi prometida – agregó al ver la cara del rubio.

– Yo… –

– Ya te dije que no es necesario que te disculpes… – el rubio seguía viéndose con frustración aunque algo en su expresión daba la impresión que este se sentía levemente avergonzado.

– No es eso, solo que yo no sé…tu…n-nom… – apenas pudo terminar su oración por la verguenza de ello, afortunadamente el otro debía haber captado su inseguridad y el contexto de aquella petición.

– Neji –

– Neji – repitió Naruto como si el nombre dejara un sabor lejano en su boca.

Volvieron a tomar camino esta vez con un aire más pesado que el anterior.

Recordaba la carta que se había escrito a sí mismo y entre todas las cosas que habían escritas en ella, lo recordó. En la carta había cierto párrafo que explicaba que habría una boda. De repente el nombre de 'Hinata' fue más claro que nunca.

– Yo soy el padrino de tu boda – comentó ausentemente sin pensarlo dos veces.

– Lo recuerdas – más que un cuestionamiento era una afirmación que se vio negada en cuanto Naruto movió su cabeza de un lado a otro.

– Yo…me lo contaron – mintió.

Neji le miro impávido y tan solo cabeceó en señal de entendimiento. El rubio ya no sabía que decir, es que ¿Qué clase de padrino sería si ya había olvidado a la pareja? Un retorcijón en su estómago le enteró de su completo descontento y frustración por la situación.

– No te preocupes. – Como si Neji hubiera leído sus pensamientos colocó una mano sobre su hombro en señal de consuelo – Nada de lo que te ha pasado es tu culpa, además de ninguna manera Hinata-san o yo podríamos pensar en otro padrino más que tú –

– Eso lo hace más frustrante –

– Puede ser, tú solo concéntrate en mejorar, para cuando todo se resuelva volveremos a iniciar las preparaciones y todo saldrá bien – los ojos de Naruto se engrandecieron al mismo tiempo que se detenía abruptamente.

– ¿Qué quieres decir con que volverán a iniciar las preparaciones? – preguntó el rubio con una mueca de culpabilidad.

– Escucha, Naruto sé que… –

– Han detenido la boda por mi culpa – susurró con frustración interrumpiendo al otro.

– Ya te lo he dicho, tanto Hinata-san como yo queremos celebrar el día con muchas ansias, pero no sin nuestro padrino. Esto es importante porque fuiste tú quien nos unió desde el principio, fuiste tú el que me hizo darme cuenta de cuanto significa Hinata-san y no pretendo unirme a ella sin el hombre que hizo esto posible en nuestra ceremonia. Sé que Hinata-san piensa lo mismo – concluyó con aire melancólico.

– Pero… ¿Van a esperar para siempre a que me recupere? ¿Qué pasara con ustedes, Neji? – el otro no dijo nada, parecía correcto dejar que el otro soltara todo lo que necesitaba decir, además el enojo que ya traía encima desde momentos antes necesitaba salir del cuerpo del rubio, precisamente por ello le había ofrecido compañía. – ¿Qué tal si toma mucho tiempo? ¿Y si no me recupero nunca? ¿Cómo podría estar en la boda donde no reconozco a las personas que alguna vez significaron algo para mí? –

– Te recuperarás. Todos están haciendo lo posible porque así sea. No veo porque tú debes dejar de luchar por ello – Naruto frunció el ceño y podría jurar que si no cambiaban de dirección aquella conversación, lo más posible era que aquella comezón en sus ojos terminara por convertirse en un torrente – Además, todos tenemos en la mira al Uchiha, admito que es un incordio, pero él no dejará que algo así suceda, tenemos fe en ti y en que ese tipo te ayude con esto –

Después de aquellas palabras Neji suspiró y con aire arrogante agregó:

– Aunque esto que acabo de decir quedará entre nosotros, el Uchiha no tiene que enterarse que le tenemos un poco de simpatía cuando se trata de ti – la pequeña risa que escuchó fue algo que en definitiva no esperaba. – ¿Qué es tan gracioso? –

– Es que por un momento te pareciste mucho a Sasuke – la cara de Neji tras aquella declaración fue hilarante.

– No vuelvas a decir eso o tomaré el riesgo de quedarme sin padrino – pese a que la amenaza fuera dicha con aversión, el rubio siguió riendo por debajo de su mano. – Muy parecidos – susurró antes de estallar en risas nuevamente.

– Naruto – llamó el Hyuuga como signo de advertencia.

– Vale, esta bien. Me calmo. – las risas del rubio cesaron y su cara se serenó. Apenas fueron unos segundos cuando la expresión del rubio cambió a una de indignación. – De hecho, creo que aunque digas todo eso de Sasuke las cosas no están marchando bien, hace poco tuvimos una pelea –

– ¿Y? Eso es normal. A cualquiera le extrañaría si fuera diferente –

– Pero esta vez la pelea… –

– Sus peleas van desde las más ridículas e infantiles hasta las más…– Naruto observó con curiosidad como Neji parecía buscar la palabra más adecuada para terminar aquella declaración –…complejas. Pero siempre han pasado por encima de ellas, incluso la de… – Neji calló, recordando aquella persecución, las peleas y por último a Naruto y sus compañeros en el hospital después de haber fracasado en su búsqueda.

–…El valle del fin – interrumpió Naruto.

Neji le miró con algo indefinido en sus ojos al escucharle completar aquella oración.

– ¿Te contaron eso también? –

– Algo así – respondió con una mueca recordando la carta.

Sí, la carta llevaba tantas cosas que le resultaba tanto frustrante como interesante saber que él había pasado por todas aquellas cosas. Era como saber la vida de alguien más cuando en realidad era la suya propia. Leyendo cada una de las líneas que él mismo se había dejado para esos momentos, no pudo sino entenderlo realmente. El Naruto de antes, aquel que recordaba todo, escribía con tanto afán y tanta emoción aquella carta que era fácil de entender sus sentimientos.

Era como si entendiera los sentimientos de otra persona por sus palabras y su pasión plasmada en aquel papel.

Luego de aquellas palabras de Neji, a Naruto ya no le cabía ninguna duda.

El que su cuerpo se moviera por si solo hacía el de Sasuke, aquellos chispazos de culpabilidad y tristeza que le atacaban al ver los ojos angustiados de Sasuke y por sobre todo aquella calidez que invadía su pecho al estar cerca de él eran simplemente porque…

"Te lo advertí…"

El estaba…

"Deja eso ya…"

No…el estaba hasta ese momento, así no tuviera memorias…

"Ghhhh…"

Enamorado de Sasuke


El título no es por la situación física de los chicos, sino más bien porque Naruto se ha dado cuenta por que su cuerpo pide a Sasuke en una forma más o menos lujuriosa pero profunda. No sé creí que sería necesario hacer tal aclaración.

Espero que hayan lectores allí todavía, aun sigo viva, si bien holgazana y eso, sigo con el deseo de terminar esta historia aunque sea lo ultimo que haga o mi nombre no es Riznao~ ! (?)