Capitulo 7. Primer día de Trabajo

El primer día de trabajo de Mordaunt Woollard en el Ministerio de Magia Inglés, sin saber que había aceptado ni en donde trabajaría exactamente. En primer lugar de ahora en adelante sería Mordaunt Snape, así lo confirmaba su nueva credencial. Tras desayunar temprano junto a Remy – ahora convertido en guarda espalda inseparable de Victoire - en la casa de su difunto padre, tomó camino hacía el ministerio. La noche anterior, había permanecido en su cuarto observando los libros de su padre que Harry Potter muy amablemente le había cedido y haciendo algunas anotaciones. Escuchaba las risas de Victoire en el salón, Remy charlaba con ella sobre sus hijos tratándola de animar, tras el funeral de su amiga Polly, Victoire parecía algo derrotada. Victoire Weasley, otra vez. Si podía evitarla, la seguridad volvía a él, convivían bajo el mismo techo, pero en mundos separados y apenas cruzándose palabra. Ted se había opuesto rotundamente a que Mordaunt estuviese allí, pero a fin de cuentas, no se encontró otra solución. Remy estaba con ella día y noche, a pocos pasos de Victoire, vigilándola. Mordaunt se ocupada de sus asuntos y prefería estar a solas en su cuarto.

Aquella mañana, antes de haberse embarcado hasta el ministerio de Magia, Mordaunt intentó irse lo más rápido que pudo, la chica no se había despertado aún. Convivían en el mismo techo, pero el procuraba mantenerse alejado y en silencio.

La primera persona en ver en el ministerio fue a Ted Lupin, quien prefirió ignorarle y seguir su camino. Ted lo detestaba abiertamente, no soportaba verlo en la casa junto a Victoire. Mordaunt caminó con pasos firmes, gafas oscuras y su cabello cayendo por el rostro – le comenzaba a molestar y pronto lo cortaría -, vestía con una túnica que encontró en el armario de su difunto padre, una túnica negra. Observó incomodo como algunos fijaban su mirada en él, los magos fijaban la vista y cuchicheaban entre ellos. Con un pase provisional otorgado por Harry Potter, Mordaunt se ubicó poco a poco y logró llegar al nivel donde le esperaba su nueva oficina. Al verse solo en un pasillo, guardó las gafas oscuras y sus ojos avellana se fijaron en los carteles para ubicarse, aparentemente había llegado a su destino.

Encontró sentada en un escritorio a una bruja joven, tendría quizás 35 años, con gafas cuadradas, cabello alborotado castaño y concentrada en la lectura de algunos informes en pergamino. Había llegado al final del pasillo y solo había una puerta.

- Disculpe… estoy buscando la oficina 56BT. – Mordaunt trató de sonar amable. Primer día de trabajo, mejor le valía apurarse y llegar temprano a su puesto.

- Oh, ¿es usted Snape? ¿Mordaunt Snape? – La mujer le miró con sus ojos curiosos, sus ojos verdes brillaron detrás de sus gafas fijándose en él, mirándole de abajo a arriba. Mordaunt desvió su mirada hacía la puerta, las letras estaban borradas.

- Si, digamos que sí.

- Te estaba esperando. Harry me comentó de ti, querido. Serás mi subordinado. Mi nombre es Rose Miller, soy legalista mágica. Trabajarás en los archivos del ministerio. Tu trabajo será simple, debes procesar los casos de denuncias mágicas que lleguen al ministerio y enviarlo al departamento correspondiente. ¿Bien? ¿Es tu primer trabajo?

- No, he trabajado antes. En el ministerio de magia de Sudáfrica. – Dijo Mordaunt algo atónito por la tarea que acababan de asignarle. De hecho quiso completar la frase sin mostrar su molestia, pero no pudo – Yo…

- No recuerdo haberte visto entregando tu currículo. ¿Alguna experiencia?

- Si, yo he… - Pero Rose lo interrumpió bruscamente volviendo su mirada a los informes.

- No importa querido. Toma asiento en tu nueva oficina. Tienes un montón de denuncias por procesar, te encargarás de las actividades económicas ilegales. He escuchado que esta semana hay muchas alfombras voladoras que han venido de contrabando. Espero tu currículo en mi escritorio mañana temprano, ¿está claro?

- Por supuesto, "jefa". – Mordaunt quiso maldecir a aquella mujer y su tono fue tan grave que las paredes se estremecieron. Sentado en su escritorio nuevo quedó sorprendido por su nuevo trabajo. No podía creerlo, si sus compañeros de Rummerdath lo veían allí no lo creerían: "¿Mordaunt de oficinista atendiendo denuncias de contrabando? Que chiste". Era un trabajo distinto al que hubiese tenido antes, pero necesitaba dinero si quería vivir allí. La herencia de su abuelo no duraría toda la vida y debía hacerle arreglos a la casa de su padre. Luego la vendería. No, no podría venderla. Está bien, luego pensaría que hacer con la casa.

A su lado, un pergamino apareció de repente. Una denuncia de contrabando de alfombras, Miller no se había equivocado. Aquel trabajo aburrido sería tedioso. Quizás pronto lo reubicarían en algo más productivo. Evaluando si debía seguir o no, respiró profundamente para comenzar su "trabajo", un momento… ¿a quién tendría que enviarle aquella denuncia?

Victoire Weasley terminaba de estudiar una lección difícil de defensa de artes oscuras. Le gustaba permanecer en constante entrenamiento. Si quería ascender como aurora en el ministerio cuando pudiera volver a salir libremente sin ser acechada por un asesino tendría que ponerse al dia. Aburrida de tener que vivir bajo aquel techo, tomó el ejemplar de otro libro. Había estudiado tres años en Beauxbatons, siendo el hazmerreir de las demás chicas por leer demasiados libros –algunos considerados inútiles- y en sus 4 años en Hogwarts siempre habría podido pasar tiempo de más en la Biblioteca leyendo libros de todo tipo en cualquier tiempo libre. Un ¡plop! Se escuchó detrás. Ted apareció serio, con varios pergaminos en las manos.

- Vic, es importante que leas esto. Mordaunt Snape es un verdadero peligro. – Dijo Ted por lo bajo muy confidente.

Victoire lo miró sin entender. Remy lanzó un ronquido, dormía una siesta a media tarde en el sofá. Su guardia terminaba mañana y cambiaría lugar con otro auror para vigilar a la chica. Ted le extendió a la chica aquellos pergaminos para que los leyera.

- Vamos a tu habitación, nadie debe enterarse que has visto esto. Información confidencial conseguida por un informante muy influyente. Si me descubren, podría meterme en problemas.

- No puedo creer que te hayas tomado la molestia. Ted, ¿crees que Mordaunt es un loco que viene a matarme?

- Lee… solo lee.

Victoire caminó sigilosamente para no despertar a Remy, entró en su habitación. En un pequeño escritorio dejó los pergaminos. Se sentó y procedió a desenrollar el primero de todos. Era el perfil del ministerio de Magia Sudafricano.

CONFIDENCIAL

Nombre:Mordaunt Creighton Thorne Serge Benjamin Woollard

Fecha de nacimiento: 13 de Agosto de 1996.

Sexo: Masculino

Estado Civil: Soltero

Altura: 1,85 m

Peso: 180 Lbs.

Cabello: Negro.

Ojos: Avellana

Tipo de Sangre: O Negativo

# Placa Oficina Nacional de Investigaciones mágicas: JTT047101111

Dirección: 42 Windhoek Place MAGPIM 4562, Sudáfrica.

Cargo: Investigador adjunto con especialidad en rastreo y localización mágica.

Estudios mágicos:

- Colegio Ranivia Wiltmore. (Año de graduación 2012)

- Academia Especializada Rummerdath. (Año de Graduación 2016). Rastreador Mágico

Personalidad: El agente Woollard es un individuo metódico y concentrado. Entrenado para trabajar bajo situaciones de estrés. Reservado y discreto. Capacidad para trabajar solo más que en grupo. Analista excelente. Detallista. Construcción de perfiles psicológicos de hechiceros oscuros. Lógica exhaustiva y atolondrada. Buenas aptitudes para las pociones, magia defensiva.

Licencia para Maldiciones Imperdonables: Si. Otorgada en Marzo de 2018

Acciones destacadas:

- Ubicación del peligroso hechicero Walter Spoktiz. Más información en el expediente RW997342.

- Hallazgo de la niña secuestrada Theresa Ennaro, desaparecida durante un año. Más información en el expediente TY877646.

Premios Recibidos

- Novato en ascenso. Año 2017.

- Premio Gert Nower a la excelencia. Año 2018.

Datos familiares:

Madre: Mauden Ramona Woollard.

Padre: Desconocido.

Hermanos: Penélope Christina Hugues, Peter Quincy Hugues.

Dado de baja: Mayo 2019, motivos personales. Sospecha de estrés post-traumático.

- ¿Mordaunt es un agente especializado del Ministerio Sudafricano? – Victoire parecía bastante sorprendida.

- No, es un asesino. Tiene licencia para usar maldiciones imperdonables sin ser cuestionado. Puede ser un matón, además viste que fue dado de baja por motivos personales. Apuesto a que asesinó a su novia, la ocultó en su patio trasero y decidió huir para encontrar otro lugar. Fue encubierto por el Ministerio porque quizás es un mercenario.

- Ted, para que un mago reciba licencia para usar maldiciones imperdonables, se requieren muchas cosas. Es un procedimiento regulado y vigilado. Mordaunt es un agente que… persigue asesinos, necesita de… ¿sabes algo? Olvídalo.

- Vic, piénsalo. Le diré a Remy que no quite su mirada de ti. ¿Y si Mordaunt es un psicópata? Haré lo que sea por enviar a dos agentes más.

- Ted, ¿no te has puesto a pensar que quizás estás exagerando un poco? – Victoire parecía claramente molesta. – Por lo que veo, Mordaunt era un agente clave…

- ¿Te mueres por saberlo verdad? ¿Por qué fue dado de baja? Conseguiré más pruebas. Lo seguiremos vigilando.

- ¿Hiciste lo que te pedí? – Victoire quiso ignorar el último comentario de Ted. Ella se mostraba obstinada queriendo respuestas, mordió su labio inferior mientras enfocaba los ojos de Ted. El bajó la cabeza y de su capa sacó otros pergaminos entregándolos en las manos de la chica. Su cabello pasó de purpura a castaño claro, el color natural.

- No insistas. Lo hago porque te amo. Pero te aseguro que él te defraudará si lo sigues ayudando. Es todo lo que conseguí. Un nombre y algunos datos.

Victoire miró interesada y dejó los otros pergaminos a un lado. Su cabello rubio fue recogido en un moño desordenado y la chica miraba con atención los pergaminos.

- Me voy. Veo que he sido utilizado suficiente por hoy.

- Ted, no digas eso. – Dijo Victoire molesta ahora.

- Es la verdad. Adiós.

Ted desapareció de su vista antes de que ella pudiera hacer algo. La chica caminó frustrada hasta su cama, la puerta entre abierta se movió por el viento que entraba en la ventana. Al sentarse tomó el expediente de Mordaunt, Mordaunt Woollard.

Victoire leyó aquel expediente con curiosidad. No sabía que Mordaunt tuviese tanta experiencia y fuese tan valioso para el Ministerio de Magia Sudafricano. Era un agente. La fotografía que saltaba a la vista en su perfil era de hace dos años cuando recién entraba a la oficina, sus mismas facciones endurecidas, con la diferencia de que su cabello llegaba hasta los hombros, dándole una similitud con su padre fallecido a quién nunca había conocido, pero la diferencia estaba en sus ojos avellana, pero su mirada parecía torturada o eso creía ella.

Otras de las fotos halladas correspondían a Mordaunt junto a la pequeña Theresa, la bruja rescatada. Theresa sonreía y abrazaba a Mordaunt, el se mostraba sereno y siempre sin sonreír. Alguna de las fotografías correspondía a algunas de las pruebas conseguidas en escenas de crimenes. Magia avanzada y especializada. Una de las fotografías mostraba a un grupo de 30 jóvenes en la ciudad de El Cairo en un curso avanzado de Oclumancia, todos sonreían menos él y el chico de tez oscura a su lado. Otra fotografía mostraba a Mordaunt en una selva tropical que estaba descrita: Campamento de entrenamiento intensivo contra las Artes Oscuras. Algunas fotografías y solo en una pudo verlo por primera vez sonriente, estaba en una reunión de la Oficina y parecía ser Navidad. Verle sonreír era tan extraño y gratificante, Victoire admiró aquella fotografía un buen momento detallando lo mejor que podía y por primera vez Mordaunt parecía tener edad: era joven y un chico dulce. Le parecía increíble que Mordaunt pudiera mostrarse feliz y sonriente como aquella fotografía. Ella sonrió junto a la fotografía, algo le daba calidez como si Mordaunt en verdad estuviese sonriéndole, como si su voz estuviese cercana a ella…

- ¿Está muy interesante la cotilla? – Dijo una voz fría detrás de ella. Del susto Victoire saltó y pegó un grito agudo. Mordaunt estaba leyendo justo lo que ella había estado leyendo. La chica tenía el corazón acelerado.

- Me has asustado. Pude haber muerto de un infarto. ¿Desde cuándo has estado…?

- ¿Violando tu privacidad? … ¿Eso ibas a decir? – Dijo Mordaunt mientras sonreía con cinismo. Victoire se sintió avergonzada de haber sido encontrada con las manos en la masa. – Yo creo que no soy yo quién viola la privacidad ajena. Así que estabas leyendo el perfil psicológico del Agente Woollard. ¿Aun sospechas que soy un hechicero oscuro y un asesino en serie?

- Tenía curiosidad. Lo siento. No he dudado de tu inocencia. Ya lo he dicho. – Victoire bajó la mirada a la defensiva. Olvidando así la sonrisa cálida que había visto en la fotografía de Mordaunt, se sentía humillada de haber sido descubierta husmeando lo que no debía.

- Así que curiosidad. Dime, ¿qué has leído? – Mordaunt se sentó en el escritorio, mientras Victoire le miró nerviosa aun.

- Nada, solo comenzaba a leerlo… yo… lo siento. Esto es vergonzoso. – Dijo Victoire sonrojada y halando su cabello algo desesperada.

- ¿Por qué tantos nervios Victoire? – Mordaunt la miraba divertido, sujetó sus hombros firmemente y acercó su rostro a pocos centímetros de ella. – Lo leíste todo. Tus nervios te delatan. Ah, ya… Sabes que tengo licencia para usar maldiciones imperdonables… ¿no?

Victoire no respiró, se quedó inmóvil. Se comenzaba a marear mientras asentía débilmente.

- Respira, Victoire. – Mordaunt fijó su mirada en ella. Nunca había visto tan cerca aquellos ojos penetrantes y fríos, entre amarillentos, verdes o azulados y con algo retorcido, algo perverso. Se recordó respirar ya que sus pulmones comenzaban a doler.

- Si quisiera matarte, ya lo habría hecho… y con mucha facilidad. – Aquellas palabras retumbaban en sus oídos. Victoire cayó desecha a un lado. Mientras Mordaunt le daba la espalda ahora. Repulsión y miedo, pero también más curiosidad. ¿Es que no aprendería a correr?

- No… fue… mi… intención.

- Está bien. No estoy ofendido por tu curiosidad. – Mordaunt se mostraba sereno mirando su el pergamino desde lejos. Tomó algunas de las fotos entre sus manos y sonrió divertido. Victoire miraba en un rincón, no sabía si Mordaunt volvería a acercarse, le asustaba tenerlo tan cerca, la excitaba sentir su voz dentro de su mente, como si pudiera despojarla de cada uno de sus secretos y pensamientos.

- Legeremencia… has usado Legeremencia. – Victoire le dijo con firmeza, él asintió casualmente.

- Si. Quería saber que tanto sabías. – Dijo Mordaunt devolviéndole las fotografías y el pergamino enrollado. – Y ahora… pregúntalo. No te dejará dormir esta noche.

- Yo…

- Por favor, Victoire. No te voy a hacer nada. ¿O es que la serpiente te comió la lengua? – Mordaunt fijó su mirada en ella, mientras Victoire puso sus pensamientos en orden. Aun no superaba haber sido sorprendida in fraganti.

- ¿Estrés post-traumático? – Preguntó Victoire tras pensarlo mucho.

- Eso. Me lo suponía.- Mordaunt le sonrió brevemente. Victoire le seguía observando aterrada, sabía que aquello era algo delicado.

- No fui dado de baja realmente por estrés post-traumático. Suena grave de esa manera. Desde que dejé Rummerdath mi vida ha sido acelerada, sin descanso, entre teoría y práctica. Mejor estudiante de la clase, aplicado, una joven promesa en la Oficina de Investigación. Logrando cosas que algunos tardaron 10 años en conseguir. Detallista, creo que la palabra más indicada es obsesivo-compulsivo. Con algo de ansiedad y mis propios demonios. Todo al mismo tiempo.

- Suena complejo…

- Theresa Ennaro murió tres meses después del rescate. Artes oscuras irreversibles. La rescatamos tarde, fue mi culpa quizás. Mi abuelo enfermó y entonces ¡KABOOM! – Mordaunt alzó su voz y Victoire saltó de su lugar, pero siguió prestando atención. – Todo explotó en mi cara, todo en el mismo momento. Me torné un poco violento y me dieron de baja. Unas vacaciones. Mal momento para dejar el cigarro.

- ¿Violento?

- Golpee a uno de mis compañeros. A él lo despidieron por iniciar la pelea, yo fui dado de baja pero sin el record negativo.

- Tienes un lugar al que volver…

- No, renuncié. No voy a volver. No hasta tener todas las respuesta sobre quién soy y mi pasado. 23 años corriendo tras algo, lo que no sabía que es habían sido 23 años huyendo y me detuve, para encontrarme cara a cara…

- Tu padre.

- Y cuando pienso que le he encontrado, apareces tú. – Mordaunt volvía a tener esa mirada torturada que Victoire había visto en la fotografía, pero él supo ocultarlo rápidamente. - Y mi padre está muerto pero no está en su tumba. Y todo no es como yo pienso y tras frenarme, debo volver a frenarme una vez más. Ir con calma… despacio.

- Todos tus planes se han caído. – Victoire dijo respirando profundo, él asintió.

- Si, atado de manos. Hasta necesito de tu ayuda. Yo trabajo solo, pero tú conoces mejor como se mueven las cosas aquí.

- Tengo algo. – Dijo Victoire buscando los pergaminos que Ted le había dejado momentos atrás. – Lo único que apareció en los archivos de tu padre hasta ahora.

Victoire los leyó y Mordaunt se acercó hasta ella. Victoire sintió como la sangre se le helaba nuevamente.

- Disculpa. Viejo truco para intimidar sospechosos. Es un hechizo sencillo. – Dijo Mordaunt mirando a Victoire, ella asintió sintiendo como su corazón acelerado se iba calmando. La presencia de Mordaunt no la atemorizaba, más bien sentía un corrientazo en la nuca, una ola de excitación. ¡Basta! Ella se prohibió pensar. Fijó sus ojos azules perdidos en el pergamino. Leyendo algunos documentos viejos.

- Vaya, vaya…

- Al parecer no hubo permiso para mover los restos de tu padre, así que fue una excavación ilegal. – Victoire leía como se habían mantenido en los últimos años la tumba del Profesor Snape. Había alguien encargado de su mantenimiento, detalles de pagos. También una vieja fotografía de un hombre, un mago desaparecido, la lista con sus propiedades, sus pertenencias, su sentencia en Azkaban. Este hombre había pagado el funeral de Severus Snape hace 20 años atrás.

- Victoire, no hubo nunca un cuerpo allí… - Mordaunt desvió su mirada hasta la ventana pensativo.

- Sobre tu padre, existe un nombre: Vince Clarke. Fue quién cubrió los gastos de su funeral. Hubo un funeral, 3 mayo de 1998. No hubo muchos asistentes, hay un pequeño anuncio en el periódico. Nada más.

- ¿Clarke? – Mordaunt no vio más del pergamino ni los documentos. Se sentó pensativo, reflexionando cada palabra, se sentó en la cama de Victoire apoyando sus codos en sus rodillas, juntando sus manos y con la cabeza baja, la mirada perdida en la nada. Como si fuera un animal a punto de atacar.

- Ex mortífago. Desaparecido y buscado por el ministerio desde 1999. Se cree que ha muerto fuera del país, aunque no hay pruebas concluyentes. Y la tumba de tu padre fue mantenida hasta hace 5 años. Clarke pagaba el mantenimiento. No entiendo ¿Por qué mantener un lugar donde no hay un cadáver?

- mmm… Quizás, estaba esperando a alguien que viniera y viera la tumba. O alguna otra conjetura extraña, estoy abierto a las teorías. – Dijo Mordaunt pensativo. Victoire siguió leyendo y palideció de repente. Clarke con un bigote rubio poseía un par de ojeras bajo sus ojos claros, se apreciaba incluso en aquella foto en blanco y negro.

- Mordaunt, Clarke fue encerrado en Azkaban y se fugó en Azkaban en 1995, en aquella fuga masiva. Su compañero de celda era Rabastan Jacob Selwyn.

- Tu amigo Bloody Jacoby. – Mordaunt salió de sus pensamientos repentinos y miró a la chica. - Esto sí que es extraño. Por lo poco que he vivido en mis 23 años, no existen coincidencias. ¿Algo más?

- Hay más por leer. La lista de propiedades que tenía Clarke. Una casa de verano en la Isla Veraniega heredado de su madre, un negocio en el callejón Knockturn y algunos negocios turbios cerrados años atrás.

- ¿Isla Veraniega? ¿La famosa isla para lunas de miel y vacaciones? – Mordaunt parecía divertido de repente.

- Si, ¿has estado allí?

- No, he oído de ella. De lo romántica y tropical que es la isla. – Mordaunt cruzó sus brazos por detrás de su cabeza y se acostó mirando el techo. Victoire suspiró dejando a un lado los pergaminos. Escuchó los pasos de Remy al acercarse.

- ¿Todo bien? Creo que escuché un grito. Pero… no estoy seguro, ¿habrá sido un sueño?

- Remy, todo está bien. – Dijo Victoire avergonzada nuevamente. – Mordaunt me ha asustado, ha entrado en silencio a saludarme.

- Chicos, no sabía que se hablaban de nuevo. Tras el hielo entre ustedes, es bueno hacer las paces. Verán, no sé si me despertó el grito de Victoire o el hambre. Voy por unos bocadillos, ¿no les importa?

- Oh, yo también tengo hambre. – Dijo Mordaunt levantándose de la cama. Remy lo miró extrañado al verlo tendido en la cama de la chica. Victoire se sonrojó aun más y asintió.

- Bien, bocadillos para todos. – Remy asomó una sonrisa. Tras desaparecer tras la puerta, Victoire se sentó en la silla.

- ¿Por qué no me hablas?

- ¿Yo? – Mordaunt se sentó y enfocó su mirada en ella. La chica asintió.

- Nos evades. No hablas y estás encerrado en tu habitación cada vez que puedes. Hay hielo entre nosotros. Sé que tenemos un trato de trabajo, cooperación profesional pero no es para tanto. – Victoire le expuso lo que sentía y él asintió.

- Costumbre de estar solo. Malas mañas de una vida solitaria. Incluso mientras vivía con mi madre… ella decía lo mismo. Supongo que esa es mi naturaleza. – Mordaunt pareció no darle importancia, pero el tema murió allí mismo. – No soy el más popular.

- Te creo. Pensé que estarías molesto conmigo…

- No, Barbie Hogwarts. No lo tomes personal, no estoy molesto. – Dijo Mordaunt con una sonrisa breve que no tocó su mirada. – Soy yo, siempre soy así.

- Estoy algo cansada y deseo descansar. ¿Podrías…? – Victoire le hizo una seña, y Mordaunt se dio cuenta que estaba en su cama. Se levantó de inmediato.

- Estoy ocupando tu cama, lo siento. Acostarme siempre me ayuda a pensar… es la mejor arma. Pensar como los criminales y dar con ellos. No fue mi intención.

- ¿Por qué me llamas Miss Hogwarts o Barbie?

- Oh, me gustan los sobrenombres. Creo que poco a poco descifrarás porque no era tan querido en la oficina de investigación. Algunos decían que era el "Bastardo Woollard", costumbre.

- Se lo que los sobrenombres son. ¿Por qué me dices Miss Hogwarts? – Victoire parecía curiosa y al mismo tiempo temerosa. - ¿Tiene que ver con mi ascendencia Veela?

- Sí y no. Me equivoqué. Las veelas son diferentes a ti. Cada día que pasa eres todo lo opuesto a una veela, ya no veo semejanzas tan obvias. Supongo porque el sobrenombre hace referencia a cualquier chica bonita y tú lo eres. Una chica bonita más. Solo eso.

- No sabes quién soy yo en realidad. – Victoire no lo miró, pero se veía claramente perturbada.

- ¿Quién eres entonces? – Mordaunt estaba apoyado ahora en el marco de la puerta.

- Buenas noches, necesito descansar…

- ¿Qué hay de los bocadillos?

- No tengo hambre. – Victoire vociferó mientras su estomago ardía, tenía hambre pero no quería verlo más por hoy. Mordaunt levantando los hombros cerró la puerta y la chica se desmoronó en la cama. Se sentía ansiosa y se sintió fastidiada cuando se acostó y sintió aquel extraño perfume en sus sabanas, el aroma de Mordaunt Snape que le recordaba a la madera y al mismo tiempo al mar que hace tanto tiempo no visitaba.

Entre sueños obsesivos y los pensamientos confusos, Victoire no pudo dormir bien. Le parecían ideas suyas, pero el perfume de Mordaunt no se iba de su habitación. Mandaría a lavar las sabanas cuando amaneciera, aunque no estaba segura del todo. Estaba desesperada a las 2 de la madrugada cuando salió de su cama y fue directo a la puerta, llegó hasta la cocina descalza, vistiendo su pijama y despeinada. Encontró en el refrigerador algunas sobras de la comida que Remy había traído, así que se sirvió un poco junto con un vaso de vinotinto.

- El alcohol no es bueno para la salud. – Dijo una voz fría tras ella. Victoire dio otro salto y vio a Mordaunt entre las sombras.

- ¿Otra vez tu? – Victoire parecía atolondrada, Mordaunt solo se sirvió un vaso de agua.

- Créelo o no, duermo poco. No podía dormir entre tantos pensamientos. ¿No te ha pasado?

- Te entiendo perfectamente. – Dijo Victoire, mientras Mordaunt tomaba asiento.

- Pequeña mentirosa, tenías hambre. No entiendo tus cambios de humor. ¿Por qué me despachaste tan rápido y molesta?

- Invadiste mi espacio. Eso es. – Dijo Victoire sin mentir.

- Lo lamento, siempre asusto a la gente. He aprendido a andar sigilosamente. La Academia me cambió para siempre. La severidad y disciplina es parte de mi vida.

- Mercenario…

- ¿Disculpa?

- Ted piensa que eres un mercenario. – Victoire comía intentando no mirar mucho a Mordaunt, el parecía fascinado.

- Si, también me dedico a la guerrilla en mis tiempos libros. Tengo licencia para maldiciones imperdonables, pero nunca he asesinado a nadie. – Mordaunt bromeaba mientras tomaba otro sorbo.

- Aun así, me asustas a veces. Es tonto lo que voy a decir. No puedo dormir porque mis sabanas tienen tu olor, mil pensamientos me invaden y tu pregunta retumba en mis oídos. No tengo idea de quién soy… creía saberlo pero ya no.

- ¿Disculpa? ¿Mi olor no te deja dormir?

- Sí, soy sensible a cualquier cambio. – Victoire se sentía estúpida por haber dicho aquello, pero Mordaunt parecía entenderla bien.

- Los cambios hacen que nuestra existencia no sea como la de objetos inanimados. Evita la estática. Somos dinámicos. Deberías aprender a apreciar los cambios. – Mordaunt brindaba con su vaso de agua mientras terminaba de beber. Victoire asintió.

- ¿Qué tal va tu lucha contra el cigarrillo?

- Mejor, haber cambiado de lugar y llegar a este lugar me ha ayudado. Tendré que buscar algún vicio no tan dañino, aunque me temo que no será tan fácil… - Mordaunt lo decía más para el mismo. Sus ojos miraban el vaso de vidrio entre sus manos.

- Creo que debo regresar a mi habitación.

- Oh, recuerda que esta vez quién me evade eres tú y no yo. – Dijo Mordaunt pensativo en la oscuridad. Victoire solo logró balbucear una despedida antes de desaparecer a su habitación. Mordaunt levantó la mirada y pensó en su pasado. Victoire le hacía revivir un sentimiento de euforia que antes le había llenado para luego dejarlo vacío, antiguos vicios a los que no quería recurrir. Solo recordaba el nombre de Kate Ellis, su rubia cabellera, sus ojos verdes y su intento por apartarla de cualquier recuerdo. Más parte del pasado que le hacía correr hasta Londres y dejar atrás a Sudáfrica. Victoire era como el fantasma de Kate, aunque Mordaunt tuvo que sincerarse diciendo que Victoire era una versión inocente y sublime, era una niña comparada con Kate que estaba ya entrando a los 30. Kate y Victoire, ¿sería una burla lo que estaba sucediéndole?

FIN DEL CAPITULO

Kathy Prince: No te preocupes, querida. Espero que pronto se resuelva la intriga del cuerpo de Severus, porque Mordaunt se siente intranquilo por esto y otros asuntos que lo embrujan. Bloody quiere darse a conocer más a todo el público en general. Ya verás.