Disclaimer: Los personajes aquí utilizados pertenecen a JK Rowling.

Sin más, les dejo con la historia.


La odiaba.

La odiaba, de eso estaba seguro. ¿Desde cuándo? Quizá desde siempre, no lo sabía. Pero tampoco le importaba.

Lo que sí que sabía es que cada vez que la veía tenía que hacerla rabiar, le encantaba cómo se arrebolaban sus mejillas y como fruncía el ceño. Le producía una grata sensación en la boca del estómago. Además, le subía bastante el ego ser la única persona capaz de sacar de quicio a la siempre perfecta Hermione Granger.

Iba caminando por los pasillos del castillo rumbo a la primera clase de la mañana, aunque la verdad era que no tenía demasiada prisa por llegar. Era muy temprano, al menos para él, pero a pesar de eso no le extrañó ver a Granger de camino a la clase, aunque a un paso mucho más acelerado que el suyo, porque aunque para él aun era bastante pronto, suponía que para ella ya era tardísimo.

No eran las únicas personas que había caminando por los pasillos, ni mucho menos, así que en lugar de observar tanto a su entretenimiento favorito, decidió mirar hacia otro lado, dónde descubrió a un par de críos de primero peleándose como niños de preescolar: empujándose e insultándose a gritos, montando un gran espectáculo. Eso podía ser divertido. Así que se paró a una distancia prudencial y se dedicó a disfrutar de esa nueva distracción. Los primeros minutos fueron entretenidos: al parecer él había sido visto besuqueándose con otra persona que no era la chica con la que se estaba peleando. Ella estaba roja de rabia, resentimiento y tristeza. La cara de él tampoco tenía desperdicio: sus rasgos mostraban angustia y preocupación extremas, aunque a pesar de todo, le estaba gritando tanto como ella a él. Todo fueron insultos, que, a medida que pasaba el tiempo, iban subiendo de tono, hasta que de repente, él la abrazó y le pidió perdón. Como vio que eso ya no iba a ser tan interesante, se alejó y continuó su camino.

Lástima, pensó, podría haber sido una buena manera de empezar el día.

El caso es que la situación le había resultado algo familiar, pero no recordaba de dónde. Se volvió a girar para ver qué había pasado con la parejita y vio que se estaban besando.

Pfff… Hasta hace dos segundo estaban gritándose como si no pudieran verse y ahora parece que no puedan estar separados

Tan metido iba en sus pensamientos que no se dio cuenta que Granger estaba unos pasos por delante de él mirando, aparentemente a la feliz pareja, con una expresión un tanto… triste. Entonces supo a qué le recordaba la situación anterior y una tenue sonrisa malévola apareció en su rostro, a la vez que se fijaba en detalles que, sorprendentemente, nunca se había fijado que se sabía de memoria: El rizado pelo castaño, los castaños ojos, su nariz, sus labios… Su triste pose le removió algo en las entrañas, le hizo sentir algo… diferente. Entonces sintió la necesidad de borrar esa expresión de su rostro; se dio cuenta que prefería mil veces más su cara roja de rabia que la expresión que lucía en ese mismo momento. Y entonces se le ocurrió una manera de solucionarlo, y su sonrisa se acentuó mientras se iba acercando a su víctima…

Es verdad que la odiaba… Pero eso no quería decir que no pudiera entretenerse un poco a su costa.

Porque eso era lo que iba a hacer… ¿Verdad?

Al final, haberse levantado temprano le iba a servir para algo…


Hola!

Bueno, este es mi primer fic de Harry Potter, así que espero no haber decepcionado demasiado a las personas que entrasteis con una gran ilusión para encontraros con un texto tan corto.

Regalo de Navidad para Romi ;)

Muchas gracias a todos los que habeis llegado hasta aquí, por leer la historia.

Felices fiestas a todos

Besos!

Neko