Disclaimer: Los personajes son de JKR, el ff de reiko y lo mío sólo es la traducción D.


La Novia de la Serpiente

Capítulo I: La Condición

Ginny se sentó impacientemente encima de su escoba esperando que apareciera la snitch dorada, la innegable adrenalina pasaba por sus venas. El marcador estaba 70 a 60 a favor de Gryffindor. Fue entonces cuando vio a Harry justo 8 metros sobre ella, volando por aquí y por allá, sin duda alguna también estaba buscando la snitch. No podía negar el hecho de que Harry se veía muy bien cuando volaba. Su cabellosobresaliendodesordenadamente, era sacudido libremente por el viento. Sus ojos verdes, que eran bastante visibles, la miraron con determinación… Ginny se ruborizó y diovueltaalejándose. Bueno, realmente eso no era nada sorprendente. Ella era Ginny Weasley y Ginny Weasley pensaba que Harry podría verse bien en cualquier cosa y con cualquier cosa, incluso si él usara un saco de patatas para ir al Baile de Navidad.

"¿Donde está la maldita snitch?" oyó que gritaba Colin Creevey "¡Todo lo que necesitamos es la maldita snitch!"

'Debemos ganar este juego' pensó Ginny mirando como Dean golpeaba la bludger, alejándola de Harry, el buscador de Gryffindor. '¡Este es el último año de Harry… debemos ganar este juego!' agregó febrilmente mientras escaneaba el aire, de nuevo, buscando la snitch.

Y entonces lo vio, vio algo brillando a 7 metros sobre un poste de gol. Luego dos borrosos colores, verde y rojo, hiendo rápidamente hacia eso. Ginny soltó un chillido de entusiasmo al ver a Harry delante de Malfoy, el buscador de Slytherin. Harry era sin duda mejor volador que Malfoy. Incluso el equipo de Slytherin, muy a su pesar, aceptaba ese hecho.

La mandíbula de Ginny se cayó de asombro al ver como Harry se zambullía por la snitch. Cuando estaba segura de que Harry la conseguiría, se preparó para ir tras él, con una nueva meta rondando por su cabeza.

'¡Debo ser la primera en felicitarlo!' pensó ferozmente mientras se acercaba a los postes de gol, su cabello rojo jugaba libremente contra el viento.

Entonces algo golpeó su abdomen. Sintió sus manos ir hacia su estomago, un débil grito de dolor salió de sus labios. Soltándose, con su escoba cayendo apresuradamente, gritó de terror al sentir como caía…

Cayendo….

Débiles gritos de alarma…

Su estomago desgarrando de dolor….

Cerró sus ojos…

Esperando… esperando…

Abajo… abajo…

"No será doloroso hasta que sienta la dura tierra…" se dijo silenciosamente, el pensamiento de su cabeza aplastada torpemente en la tierra le hacia sentirse enferma. "Espero no llegar a ese extremo" añadió. No quisiera que la gente la recordara de esa manera, especialmente Harry, pues ahora su muerte era inevitable. ¿Harry lloraría¿Tomaría su cuerpo entre sus brazos, aunque ella estuviera toda ensangrentada, y la abrazaría con todo su ser¿O incluso le diría que la había amado siempre¿O talvez él…?

"¡Atrapada!"

Abrió lentamente sus ojos para ver quien la había salvado.

Ojos grises.

Cabello rubio.

La piel más pálida.

Una arrogante sonrisa… ooh ella conocía esa sonrisa donde sea que estuviera…

"¿Muy ocupada viendo a Potter, eh Weasley?"

"Eh? Qu-" tartamudeó mientras sentía volar nuevamente.

"No te diste cuenta de la bludger, verdad?" dijo arrastrando las palabras.

Sonrió de nuevo al notar los ojos de Ginny enfocándose. Soltó un chillido de sorpresa al ver como los fríos ojos grises de Draco Malfoy se ablandaban.

"¡Suéltame, ahora!" dijo de inmediato, moviéndose frenéticamente del asiento. Draco soltó una sonrisilla triste y apretándose más a su cintura, sus ojos se volvieron fríos de nuevo.

"Estamos a cincuenta metros sobre la tierra, Weasley" lo dijo como si ella fuera una estúpida. "Puedo ser un bastardo a veces pero también soy humano, sabes. Y no te muevas mucho o ambos nos caeremos"

Realmente Malfoy tenía razón, Ginny de mala gana se quedo quieta, con su cara presionada contra su pecho. Se mordió el labio inferior cuando sintió el olor de su colonia… distrayéndola, embriagándola, haciéndole sentir…

"¡Párale!" se susurró. Debía decir algo um… desagradable. ¡Cualquier cosa! Sólo para que ese sentimiento se fuera.

"Oh, así que, aceptas que eres un bastardo" Ginny respondió con su voz llena de veneno. "En eso tienes razón"

Draco bajó la mirada, esta vez sus ojos se entrecerraron fuertemente. Ginny lo miró a los ojos sin miedo, correspondiendo fijamente a su mirada. Se miraron por un momento. Uno con desprecio y la otra con— entonces antes de que ella pudiera reaccionar, los labios de Draco se acercaron a los suyos. Por un momento, Ginny no se movió. Sea por lo que fuera, por la sorpresa o por el shock, no lo sabía. Parpadeó una vez, dos veces antes de cerrar sus ojos. Él probaba del café, la canela y especies del desayuno. Ella respiró profundamente e inhaló la esencia de su loción para después de afeitar, la combinación de que le gustaba y del olor hacían su cuerpo débil. Estaba a punto de responder cuando sintió que se separaban. Para su horror un suave grito de protesta salió de su boca.

Draco soltó una sonrisilla arrogante. "¿Te gustó eso, Weasley?" le dijo suavemente arrastrando las palabras.

"¡Maldito!" le silbó, su enojo vino tan rápido como se había ido. Dio vuelta con rapidez, estaba extremadamente ruborizada. Draco soltó una risa divertida al ver como se pintaba su pecosa cara.

"Mis hermanos te mataran por esto, Malfoy" le dijo agriamente.

"Oh, no apostaría por eso" le contestó con confianza mientras dirigía suavemente su escoba hacia abajo.

"No estaría tan segura de ello" replicó con irritación. Entonces sintió como sus pies finalmente tocaban la tierra. También bajando de la escoba, Draco la sostuvo fuertemente en sus brazos, estabilizándola. Con la mirada fija en sus ojos, le sonrió perezosamente. Ginny, otra vez, sintió como la sangre subía a su cara.

'¡Maldita sea¡No te ruborices!' se regaño silenciosamente.

"Como sea" le contestó despreocupadamente. Después, sus rasgos se volvieron serios, se inclinó hacia ella y con la boca justo en su oído "Me debes una, pequeña comadreja" le susurró.

Ginny tembló ante la sensación de sus labios al rozar su cuello. Lo miró con sus ojos abiertos de sorpresa. Su voz había sido tan suave, tan sedosa y tan… peligrosa. Respiró agudamente con un destello de miedo, calor y entusiasmo extendiéndose hacia arriba y hacia abajo de su espina dorsal.

"Es una deuda mágica, lo sabes" agregó. Luego inclinando su cabeza de la manera más caballerosamente posible, emprendió su marcha. "Nos volveremos a ver, Ginebra"

Y se fue.

'Dijo mi nombre' pensó y se horrorizó de si misma al verse gustosa de eso. Eso era como una caricia, un toque sensual a sus sentidos. Estaba parada ahí, sin moverse, los alarmados y preocupados compañeros de su equipo la rodeaban… hiéndase a la nada… el dolor ya estaba olvidado. Veía su figura desaparecer, sus dedos estaban en su boca, todavía sentía comezón en sus labios… ¡y aún no lo había cacheteado!

"Él… me besó"

"¿Ginny? Hey ¡Ginny!"

"¿Qu-?" tartamudeó. Alzó la vista para encontrarse con los ojos azules de Selena Malthus que la miraba fijamente con preocupación. "¿Decías algo?" le preguntó, parpadeando.

"Uh… te estaba diciendo que incendiaré el orfanato. Lo siento mucho, tu eres una buena amiga y todo, y te estoy considerando porque construiste esta fundación de beneficencia, pero realmente, Ginny…" le contestó sarcásticamente. Ginny levantó las cejas con curiosidad por la respuesta que le dio, sus ojos buscaban la cara de Selena. Selena rodó los ojos.

"Te estaba diciendo que tenemos problemas con las cuentas" le repitió con molestia, agarrando otra vez pluma y pergamino.

"Oh…" murmuró Ginny ladeando su cabeza hacia el pergamino lleno de números. Fingió estar interesada mientras veía como la mano de Selena garabateaba furiosamente.

'No puedo creer que todavía este pensando en eso… ¡Maldición!'

"Necesitamos más fondos… y um… tus hermanos ya dieron la mitad de sus ingresos de un año, de su tienda de bromas, claro…" continuó haciendo cuentas sin levantar la vista. Tomó su varita y comenzó a golpear levemente cada uno de los números.

'Después de todos estos años…'

Inconcientemente Ginny toco sus labios con las manos, se perdió otra vez en sus pensamientos. Vio la ventana, sus ojos no veían nada pero todavía recordaba lo que había pasado hace 5 años.

"Sumando todo…" murmuró Selena ausente e inconsciente de la mirada perdida de Ginny "Todavía necesitamos… ¡hombre!" exclamó repentinamente "¡Todavía necesitamos alrededor de cien mil galeones para salir a flote, Ginny!"

'¡Estúpido Slytherin!'

Cuando Selena no escuchó respuesta alguna, impaciente le dio un leve golpe en el hombro con la varita "¿Aún estás escuchando?" le exclamó. Ginny dejó de ver la ventana, estaba muy trastornada con sus pensamientos.

"¿Qué?" le preguntó con la cabeza en blanco.

"Te había dicho que todavía necesitamos alrededor de cien mil galeones para tener el orfanato en funcionamiento" le reiteró. Después sacudió su cabeza "¿Qué te está pasando?" le preguntó.

Ginny sacudió la cabeza "No, nada" Selena soltó un suspiro de derrota.

"Debemos tener ese dinero cuanto antes" dijo bajando nuevamente los ojos al pergamino. "Con todas las deudas que tenemos con el banco… Gringotts será un gran problema. Créeme cuando digo que esos estúpidos y despiadados duendes no escucharán razones esta vez"

Con eso, Ginny palideció un poco "¿Sig-significa que ellos clausurarán el orfanato?" chilló.

Selena la miró, sus ojos azules se volvieron fríos "No sólo nos clausurarán, Ginny, ellos tomarán todo lo que podría ser valioso"

"Pe-pero ¿Qué pasará con los niños?" preguntó, su cerebro estaba totalmente concentrado esta vez "¡No pueden hacer eso Yo-yo amo a esos niños, por el amor de Merlín¿Qué pasa con los patrocinadores, con las donaciones--?"

"Harry Potter nos aseguró la cuarta parte de sus ganancias cuando los Puddlemere United ganarán y--"

"¿Sólo la cuarta parte?" preguntó Ginny asombrada. ¿Cómo podría el valiente, bueno, famoso sin mencionar, el rico Harry Potter donar sólo la cuarta parte de sus ganancias? Ginny estaba apunto de replicar sobre eso cuando Selena la cortó.

"Él tiene un hijo que cuidar ¿Lo recuerdas?" le dijo como si hubiera leído su mente "Además el Quidditch está pasando por malos momentos desde hace meses. Todo lo de la caída económica muggle nos afecta y también a los demás, tú lo sabías. Por eso no es asombroso que las donaciones no lleguen" suspiró.

"Tienes razón" Ginny reconoció que era verdad al mismo tiempo que caía nuevamente al sofá. Se masajeó las sienes y después cubrió su cara con ambas manos.

"¿Entonces que debemos hacer?" Le preguntó Selena cuidadosamente. Ginny la miró, su mente trabajaba a mil por hora. Los ojos de Selena se ablandaron "Yo también amo a esos niños, Ginny. Pero yo--"

"Pensaré en algo" le dijo, se levantó y caminó alrededor de la oficina, su ropa hacía suaves y rápidos susurros, sus zapatos de tacón hacían ruido al tocar la fría piedra del piso. Viendo eso, Selena sólo pudo sonreír.

'Va a luchar' pensó notando su rápido andar y la determinación en su voz. Ginny podría ser una gran luchadora si así lo quería, eso era un hecho. Selena recordó todo como si hubiera pasado justo ayer.

Era una batalla sangrienta. El bien contra el mal. Harry Potter, junto con sus leales amigos y partidarios, lucharon y vencieron a Voldemort y a sus secuaces. Selena cerró sus ojos momentáneamente mientras las escenas sangrientas ocupaban su mente. Cuerpos por todas partes, el olor acre de la sangre estaba en el aire… luego esos niños… huérfanos de repente… sus padres muriendo valientemente en el campo de batalla… bueno, aunque Ginny no había participado abiertamente en el campo de batalla, Selena la veía como un héroe. Sin ayuda alguna Ginny Weasley puso el orfanato para todos esos niños. Había sido difícil para ella, con el caos alrededor, las ruinas, y la curación física y emocional… Pero sin embargo, Ginny luchó su propia batalla… y tuvo éxito.

Y ahora, viendo la mirada en su cara, sus centellantes ojos marrones, sus labios generalmente sonrientes estaban en una línea fina y severa… Las dudas de Selena se esfumaron. No había razón alguna para que la Srita. Ginebra Weasley dejara caer el orfanato. Su cara lo confirmó todo. Selena se enderezó y se paro del sucio escritorio. 'Lo lograremos' pensó.

"Yo creo que es hora de usar los contactos de Percy en 'El Profeta' ¿No crees?" le preguntó repentinamente Ginny, parando y volteándose hacia ella.

Selena levantó la mirada "¿Qué piensas hacer?"

"En términos muggles… un anuncio" le dijo. Y antes de que Selena pudiera preguntar algo, camino rápidamente saliendo de la oficina y cerrando suavemente la puerta.


Draco Malfoy maldijo suavemente mientras se ajustaba el broche plateado de su capa. A su lado, Narcissa Malfoy lo miró con desaprobación. Draco sólo se encogió de hombros despreocupado y continúo caminando rápidamente hacia las grandes puertas de roble al final del, apenas alumbrado, pasillo.

"Ahora Draco" dijo su madre ligeramente llevando la mano hacia el picaporte estando apunto de girar las enormes perillas. "¿Acuérdate de lo que hablamos, entendido?"

Draco rodó sus ojos grises-plateados "Sí, sí, ser cortés con el viejo pajarraco y--"

"¡Draco!" exclamó Narcissa advirtiéndole.

Draco desvió la mirada y suspiró con cansancio "Ser cortés con el abuelo y hacer todo lo que diga, lo sé." Le dijo cansinamente. Después mirando a su madre, le sonrió débilmente. "Me debes una, madre" agregó con suavidad.

Narcissa sonrió. "Lo sé Draco" dijo. Entonces se distanció un poco y miró a su hijo. Sus ojos pasaron de su rubio cabello, a su camisa inmaculadamente blanca debajo de su traje negro y finalmente a la gruesa capa negra. "Luces muy bien. Vamos"

Draco acababa de rodar sus ojos cuando la puerta se abrió para que se madre, a su tiempo, entrara. Después de entrar él mismo, cerró la puerta suavemente y comenzó su camino dentro de la sombría recámara de Vladimir Malfoy II, su abuelo.

Sus ojos vagaron alrededor de la recámara que era demasiado parecida a la que su padre tenía en Malfoy Manor. La única diferencia era que el cuarto era muy… oscuro, incluso más oscuro que el de su padre. Notó la enorme cama en el centro del cuarto con grandes y negras cortinas aterciopeladas. Y justo al lado de la cama había una mediana mesa de noche con chatarra. Había un gran escritorio en la esquina enfrente de las grandes ventanas. Tres estantes llenos de volúmenes gruesos estaban colocados exactamente al lado del escritorio. Frunció las cejas levemente.

Vampiros: Ahora y Después

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Sacudió la cabeza y decidió ignorar los libros que había visto.

"¿Padre?" llamó Narcissa con suavidad.

"Entren a la luz" ordenó una fuerte voz.

Draco apretó fuertemente sus dientes. Odiaba ser mandado. Estaba tentado a sacar la varita e iluminar el cuarto, pero sabía perfectamente que eso le molestaría demasiado al viejo. Recordando su situación actual, obedientemente dio tres pasos con su madre al lado sólo para ver la cara de su abuelo frente a ellos.

Estaba sentado en un sofá que parecía cómodo. Su cabello negro estaba a la altura de la barbilla sostenido cuidadosamente tras su oreja, sus negros ojos de halcón tenían una mirada fija y calculadoramente fría. De alguna manera, Draco no podía creer que ese hombre fuera abuelo, SU abuelo en este caso. Se suponía que los abuelos deberían ser pequeños y reumáticos. Se suponía que deberían de oler a ungüento o cualquier otro bálsamo apestoso que usaran, pero este… ESTE hombre estaba poniendo a los abuelos en un mal término.

"¿Es ese el muchacho, Narcissa?"

"Sí, padre" respondió.

"¿Cuantos años tiene?"

"Draco acaba de cumplir 22 el mes pasado, padre"

Vladimir Malfoy se paró y caminó hacia él. Él era tan alto como Draco, parados medían 6 pies y 2 pulgadas (1.87mts aprox.). Se paró a un brazo de distancia, sus ojos se nivelaban con los de Draco. Draco miró fijamente tras él, guardando silencio.

"He oído todo lo que pasó, muchacho" dijo.

Draco asintió. "Algo muy desafortunado, abuelo" dijo neutralmente.

Vladimir se volteó y caminó hacia su mesita de noche. Agarró un cigarro, la única cosa muggle en el cuarto, y lo puso en su boca. Después se volvió hacia Draco "¿Tienes lumbre, muchacho?" ladró.

Narcissa codeó a su hijo. Draco apretó los dientes tomando su varita del bolsillo. Caminó hacia el abuelo y susurró.

"Ignus"

Inmediatamente de la punta de su varita salió una pequeña flama. Después de eso Draco acerco la varita a su abuelo.

Encendió el cigarro y comenzó a inhalar. "No sabes de lo que te pierdes, muchacho. Esto es la mejor cosa muggle que hay" agregó, exhalando una nube de humo en su cara.

Draco hizo su mayor esfuerzo para no toser. Vladimir rió en silencio y se paseó por el cuarto, la tela pesada de su capa se arrastraba tras él.

"Es bueno que no te hayas unido con Riddle" comenzó el viejo.

"No tengo intención alguna para participar en las cosas que haga mi padre" contestó Draco concisamente. Con eso, Narcissa jadeó y vio temerosa al anciano.

"¡Draco¡Él es tu padre¡Podrías por lo menos respetar su muerte--!"

"Está bien, Narcissa" la interrumpió el anciano. Después se volvió hacia Draco, sonrió sin humor. "Yo tampoco puedo creer que ese desgraciado sea mi hijo"

Draco asintió.

"Sin embargo, tú también estás siendo desgraciado"

Draco no replicó. Vladimir aclaró su garganta. "¿Cuándo planeas instalarte, muchacho?"

Esta vez Draco frunció el ceño. "No entiendo, abuelo" respondió sinceramente.

Vladimir asintió. "Déjame ponértelo de la siguiente manera" comenzó. "Lucius, mi desgraciado hijo, gastó la mayor parte de la fortuna de la familia, supongo, en la campaña esa de Riddle ¿Cierto?"

Draco asintió, su cara se puso pálida del coraje al recordar eso. ¡Por su padre estaba ahí, cara a cara con ese-ese-viejo pajarraco!

"Y él no te deje un sólo centavo para sobrevivir ¿Estoy en lo correcto?"

"Sí, abuelo" dijo Draco, tragando con dificultad. "¿Es así como se siente ser un Weasley?" pensó inconcientemente.

Al momento siguiente, Vladimir rió como si hubiese leído su mente. "¡No te estás haciendo pobre, muchacho¡Si es eso lo que estás pensando!" se paró. Después, comenzó a caminar hacia el escritorio. Con un sutil movimiento de sus manos, abrió el cajón y sacó varios pergaminos de un color amarillento. Los lanzó a la mesa, inhalando.

"Temía que pasará esto" comenzó, después de haber exhalado una nube de humo de sus inexpresivos labios. "Lucius siempre estaba interesado en las Artes Oscuras, yo sabía que esto podía pasar"

Draco sólo alzó un poco la cabeza y no dijo nada. Narcissa, al contrario, se colocó a lado de su hijo. Draco apenas podía notar el leve miedo y nerviosismo de su madre. ¿Qué eran esos papeles¿Documentos que declaraban su ruina total sin ninguna pensión¿Documentos donde Vladimir Malfoy declaraba hacerse cargo de todo? Pero¿Podrían existir ese tipo de documentos?

Suspiró profundamente. Su abuelo pudo haber sido mitad-vampiro, sí. Él pudo haber hecho alguna que otra mierda a los magos y a los muggles anteriormente, sí. Pero Draco sabía una cosa: Vladimir Malfoy jamás invertiría dinero en algo que, según pensaba, no era digo de él… y eso incluía al Señor Oscuro. Con eso, el coraje lo volvió a embestir en una gran ola de emociones. Maldecía a su padre por haberlos puesto en una situación como esa. Miró a su madre momentáneamente y contuvo el impulso de abrazarla fuertemente para mitigar así el dolor. Pero no iba a bajar la guardia ante ese viejo hombre. Los Malfoy no hacían eso.

"Él fue un idiota al entrar en las fuerzas de Riddle, digo" su abuelo continuó. "Porque, conocí a es hombre cuando todavía estábamos en Hogwarts. Era un desgraciado."

Draco seguía callado, pensaba furiosamente que iba a hacer después de esa conversación. Por supuesto, él tendría que cuidar a su madre. Era su deber. ¿Tendría que trabajar? Talvez podía enseñar en Hogwarts. Sacudió la cabeza. No, no podría. Casi todo el personal de Hogwarts lo odiaba por sus acciones pasadas aunque era bien sabido que, finalmente, no se había unido en las filas del Seños Oscuro. O quizás podría pedir ayuda a alguno de los amigos o compañeros de su padre o lo que fuera. -Crabbe y Goyle– No, incluso ellos lo odiaban. Después de desaparecer durante la guerra, no dando su apoyo al Señor Oscuro, estaba seguro que al topárselos lo matarían sin represalias.

"Ahora" dijo su abuelo, mirando hacia arriba "Tengo aquí los papeles que indican que yo, Vladimir Malfoy II, poseo una suma extensa de dinero que asciende a 95 millones de galeones y un total de 167 millones de galeones en propiedades. Declarando que todo eso pasará a manos de mi nieto, Draco Edward Malfoy en su vigésimo primer cumpleaños"

"Padre--" comenzó Narcissa pero Vladimir no dejo que siguiera, manteniéndola en silenció. Draco casi cae al sentir como sus rodillas flaqueaban. Él no sabía que tan rico era el viejo hombre… bueno, no hasta ese momento. ¡¿Un total de 262 millones de galeones¡Eso era mucho dinero¡Realmente MUCHO dinero¡Sobreviviría después de todo¡Ni siquiera necesitaba trabajar¡Y él ya tenía veintidós años! Entonces eso significaba--

"Sin embargo" dijo su abuelo alzando la voz. "He cambiado mi decisión"

La cara de Draco se volvió fría después de ver la sonrisa de satisfacción de su abuelo. Era una sonrisa que decía "¡Hice algo genial!" tomó toda la voluntad que poseía para no dar un puñetazo contra la cara de su abuelo.

"¡No me mires así, muchacho¡De cualquier forma tendrás tu fortuna!" dijo el hombre viejo. "Pero he puesto algunas condiciones después de ver como eras. No podría dejar una gran cantidad de dinero a alguien que es estúpido ¿No crees¿Qué tan bueno sería dejarle esto a alguien que solamente lo gastará, eh?"

"¿Qué quiere decir?" preguntó Draco, con una voz duramente fría.

Vladimir sonrió arrogantemente. Se levantó y caminó hacia Draco. "Mujeres" le dijo.

Draco suspiró profundamente.

"Vino" agregó su abuelo.

La respiración de Draco comenzó a variar.

"Y cualquier cosa que pienses te divertirá"

"La citación cambia completamente" Draco contestó furioso pero con una agradable calma. "He cambiado y si no lo tengo, lo obtendré. No tengo otra opción"

Con eso, Vladimir rió fuertemente. Los azules ojos de Narcissa pasaron de la cara enojada de su hijo a la cara jovial de su suegro. Sabía perfectamente que a su hijo no le gustaba nada que se burlasen de él. Narcissa rogó silenciosamente que su hijo pudiera aguantar un poco más su mal genio.

"Supongo que no" dijo su abuelo "Entonces, creo vas a cambiar de opinión. En seguida lo veremos"

"Las condiciones, abuelo" dijo Draco impacientemente.

Vladimir soltó una sonrisa, una sonrisa ambiciosa. "Oh, las condiciones ¿eh?" preguntó. "Realmente, solo tengo una condición, muchacho"

Draco seguía callado. La sonrisa de Vladimir se ensancho, como la de un gato dispuesto a matar.

"Para heredar mis pertenencias, tu muchacho debes tener una vida decente" le contestó.

"¿Qué es lo que exactamente intenta conseguir?" le exigió "¡Deje de hablar en códigos, no tengo tiempo para esas cosas!" agregó impaciente.

Su abuelo rió entre dientes y como toda respuesta le tendió un pergamino. Draco le arrebató el agrietado papel, sus ojos escaneaban el contenido. El viejo hombre lo miraba con diversión mientras los ojos de Draco se habrían más a cada segundo.

"¡¿Qué?!" gritó Draco lanzando después una maldición. "¡Definitivamente NO lo haré!"

"Draco--" abogó Narcissa, poniendo su mano en el hombro de su hijo.

"Es la única condición, muchacho. Tómalo o déjalo"

Draco pensó inmediatamente en su madre, no podía dejarla sin nada. Hay divorcios de todos modos. ¡Sí, eso podría servir! Y Pansy… ella estaría feliz si le proponía un negocio y más si había mucho dinero de por medio pero, Pansy no estaba dispuesta a un matrimonio. Eso haría las cosas un poco más complicadas.

Entonces puso las manos sobre su cráneo como si hubiera tenido un repentino dolor de cabeza. Oh, a Lindsay no le iba a gustar la idea. A Eliza tampoco, menos a Jazmine ni a--

"¡Ah, y no pienses casarte con alguna de tus zorras, muchacho¡Especialmente con aquella desgraciada muchacha, Parkinson!" raspó el viejo hombre.

En el momento los ojos de Draco se entrecerraron peligrosamente. "No veo porque no" contestó con una calma fingida. "Me casaré con quien yo desee casarme. No veo cual sea su problema"

"Es mi problema porque vivirán con mi dinero" contestó pesadamente Vladimir. "Consíguete a una muchacha agradable, decente, muchacho. Alguien con carácter y buena moral. Alguien de quien me sienta orgulloso. Alguien a quien aprobaría"

"¿Entonces porque no la consigue usted y se casan?" escupió Draco agriamente.

"Draco--" comenzó Narcissa.

"Oh, me siento alagado al saber que piensas que yo, con esta vejez, podría engancharme en esa tradición. Al noviazgo, quiero decir. Pero te aseguro, que ya se me pasó la edad para casarme muchacho" le contestó su abuelo deliberadamente. Draco apretó sus nudillos, su respiración se volvió pesada tratando de controlar su carácter. "Anda, ve y consíguete a alguien como tu madre" dijo Vladimir pasando sus ojos hacia Narcissa. "Hermosa y especial. Tú merecías más que a ese desgraciado de mi hijo, Narcissa"

"Mi madre es una santa. Nadie se compara a ella ¿Qué quiere que haga¿Casarme o hacerme un santo¿O una monja?" dijo Draco sarcásticamente.

Vladimir encogió los hombros. "Ya pensarás en algo, estoy seguro. Mientras tanto ¡Fuera! Necesito estar solo"

"Con gusto" gruño Draco ácidamente mientras le lanzaba el pergamino a su abuelo. Después dio media vuelta y comenzó su camino apresuradamente para salir de la habitación con su madre siguiéndolo. Una vez fuera, Narcissa paró y sostuvo el brazo de su hijo. Draco volteó hacia ella, sus cejas se levantaron por la confusión.

"¿Qué fue eso?" le preguntó suavemente.

"¿Qué?"

"Lo que dijiste allá"

Draco se quedó sin habla y mordió su labio inferior como lo hacía de pequeño. "Sí, madre" contestó con suavidad. Entonces sonrió tristemente. "Nadie se compara a ti. A decir verdad, no entiendo porque te casaste con mi padre. El era tan--"

Narcissa sacudió la cabeza. "Si no lo hubiera hecho, tú no estarías aquí"

Draco suspiró y pasó la mano por su cabello. "Esta es la amarga realidad, madre"

"No tienes que hacerlo si no quieres Draco. Lo entenderé. Quiero que seas feliz, hijo. Saldremos adelante, de alguna u otra forma"

Draco sacudió su cabeza negativamente como única respuesta y continúo caminando. Él no quería ser como su padre. Lucius Malfoy no había traído más que dolor y tristeza a su dulce madre. Y ahora que estaba muerto, nada ni nadie podía quitarle el derecho de tratar a su madre con toda la dulzura y amabilidad que siempre quiso. Talvez no podía demostrárselo verbal o físicamente, pero por lo menos haría esa maldita condición--

"¿Me cuidarías esto por un minuto, cariño?" dijo Narcissa, interrumpiendo sus pensamientos.

Draco asintió y distraídamente extendió su mano. Narcissa le dio un rollo de pergamino y se acomodó la túnica. Sus ojos vieron el papel inconcientemente.

"¿Te trajiste esto?" le preguntó frunciendo el ceño y viendo las resaltadas letras del diario 'El Profeta'.

Narcissa mirándolo, negó con la cabeza. "No tontito, se me había olvidado que lo traía en el bolso de la túnica" le dijo. Después suspiró. "Me da tanta pena ver que cierran ese orfanato. Sólo de pensar en esos pobres niños… Con gusto les daría algo de nuestro dinero si tu padre no se lo hubiera gastado…"

Draco no contestó pues sus ojos exploraban el artículo. Al parecer el orfanato había sido construido para los niños que había quedado huérfanos después de la guerra pero estaban teniendo problemas económicos. Estaba a punto de tirarlo cuando le llamo la atención un nombre.

"Anda Draco. Llegamos tarde para cenar" apresuró su madre.

Asintió distraídamente, sus ojos no salían del papel. Entonces, tuvo una idea. Guardó el periódico en el bolsillo de su traje y sonrió. Alcanzó a su madre que ya estaba en la puerta. Todo era perfecto.

"Tiempo de pagar, Ginebra" dijo suavemente arrastrando las palabras, contento.


N/A: La palabra "Ignus" viene de FF VIII. Había una pintura allí que representa una llama y su nombre era Ignus. De ahí derive el concepto.

N/Traductora: Bueno este ff esta traducido. Yo soy la traductora. El/la autor/a es reiko y escribe en esta misma página. Si quieren leer el original sólo búsquenlo como "Serpent's Bride".

Dejen reviews para saber si la continuó o no please.