Hola

Después de casi un año de no actualizar no tengo cara para disculparme. ¡GOMEN!

Espero que me disculpen y no se hayan olvidado de la historia (aunque sé que es poco probable después del tiempo que ha pasado).

Este ultimo capítulo se lo dedico a mi amiga BRYSEL n_n

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CERCA DEL PARAÍSO

Chibi-kitsune chan

Capítulo 16

Una brisa fría le llegó al cuerpo haciéndolo temblar y acurrucarse mejor en esa enorme cama. Aún con los ojos cerrados, buscó el calor que el cuerpo a su lado debería estar brindándole; los abrió con pesadez al seguir sintiendo frío y tantear el vacío con la mano.

Se incorporó lentamente enfocando la mirada, mirando a su alrededor, hasta que se topó con la cortina del ventanal que se movía al compás del viento. Se levantó con lentitud cubriendo su cuerpo desnudo con la bata que encontró tirada a un lado de la cama. Caminó despacio y a través de la cortina pudo ver la silueta de aquél a quien buscaba, en el balcón, recargado en el barandal mirando hacia el cielo.

Sonrió y salió a su encuentro, abrazándolo por la espalda, provocándole un brinco por la sorpresa.

- ¿cómo te atreves a abandonar a tu esposo en la cama?- dijo fingiendo molestia, besando al mismo tiempo el cuello y aspirando el aroma de la piel que se le ofrecía.

- no quise despertarte- respondió con una leve sonrisa dejándose besar –anoche dormimos hasta tarde-

- ¿entonces qué haces despierto? Tu deber está en los brazos de tu esposo-

Rió con diversión y se giró para quedar frente a frente.

- quería ver el amanecer, la ciudad es hermosa- acarició su rostro – además, esta noche volveremos a Domino y quiero grabar cada momento que hemos pasado en mi memoria-

- si quieres podemos quedarnos más tiempo-

- no, tú debes volver a Kaiba Corp. hemos estado fuera por más de un mes y…-

No pudo continuar porque fue besado repentinamente.

- te amo cachorro, estos días han sido los mejores de mi vida-

Joey sonrió.

- pienso lo mismo- se recargó en el pecho del ojiazul – nunca en mi vida imaginé que vendría a Europa y pasaría aquí la navidad, ni en mis más hermosos sueños-

- entonces fue una gran idea planear nuestra luna de miel en este lugar-

Desde que se habían casado casi mes y medio atrás, habían salido de luna de miel en un viaje por toda Europa, y en ese tiempo habían recorrido los lugares turísticos de la zona. Ahora se encontraban disfrutando de sus últimos días en París, la ciudad del amor.

El hotel en el que estaban hospedados era exclusivo. En cada lugar que visitaron, Seto había alquilado la mejor habitación, siempre una suite llena de lujos, que para Joey eran excesivos, pero aunque trató de persuadir a Seto las primeras veces de que tanto lujo no era necesario, éste no le hizo caso y siempre pagaba los mejores lugares alegando que habían acordado que él planearía la luna de miel.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-FLASH BACK-.-.-.-.-.- -.-.-.-.-.-.-

Joey miraba los anillos con el corazón emocionado. Tiempo atrás había soñado con ese momento muchas veces, pero ahora que por fin había llegado, no estaba seguro de su respuesta.

Cuando Seto le hizo la propuesta no pudo evitar sorprenderse, pero después pensó que era lo más lógico, sobre todo después de que le pidiera que tuvieran otro bebé.

Estaba seguro que Seto lo amaba; de lo que no estaba seguro era de que no se arrepentiría después de su decisión, cuando se diera cuenta de que alguien como él no encajaba en su estilizada vida.

Lo miró con los ojos húmedos reflejando cierta aprensión.

- ya sé lo que estás pensando- dijo el ojiazul sorprendiéndolo – lo que te dije aquella vez en el estanque- lo miró con calma – sé que mis palabras sonaron muy bruscas, pero cuando recuperé la memoria el médico me explicó lo que pasó. Al parecer, a pesar de que tenía amnesia, seguía intentando protegerte. Ishtar pretendía matarme y si estabas cerca de mí tu vida corría peligro – sonrió levemente – estaba tan preocupado por ti que aunque mi mente no te recordaba mi corazón sí lo hacía y quería alejarte de mí a toda costa…incluso hiriéndote con palabras- suspiró – lo lamento-

El rubio apretó su mano con cariño. Lo único que quería en el mundo es ser feliz junto a ese hombre que le había robado el corazón. No lo pensó más.

- acepto casarme contigo, Seto-

Kaiba sonrió aliviado.

- sé que has escuchado que he hecho cosas malas en mi vida- explicó el ojiazul – y es verdad, tengo un pasado que no es muy bueno-

- a mí no me importa el pasado- lo cortó Joey - ¿no me habías dicho que empezaríamos una nueva vida? Olvidemos lo que pasó antes-

El castaño lo miró maravillado y besó su mano haciéndolo sonrojar.

Por otro lado, Yami y Yugi los miraban con una sonrisa sincera. Pero pasado un momento, Yugi se acercó a su esposo.

- me siento un poco fuera de lugar- susurró.

- yo también- susurró a su vez Yami cuando se dio cuenta que tanto Seto como Joey se habían quedado perdidos, cada uno en la mirada del otro - quizá deberíamos irnos-

- pero yo quería celebrar el compromiso- dijo Yugi con pena.

Yami se aclaró la garganta llamando la atención de los futuros esposos.

- creo que deberíamos pedir champagne para celebrar- sugirió el tricolor.

Rubio y castaño los miraron sonriendo un poco apenados porque se habían olvidado por completo que estaban ahí.

Después de la celebración, Yami y Yugi regresaron a su hotel. Viajarían al otro día de regreso a Domino, con la promesa de Joey de alcanzarlos cuanto antes.

- me gustaría que te mudaras a Domino lo más pronto posible- dijo el castaño cuando viajaban de regreso en la limosina – puedo mandar a traer tus cosas mañana mismo-

- eso estaría bien- respondió Joey – en realidad son pocas cosas las que quiero llevarme, la casa de Yugi no es muy grande-

El ojiazul lo miró consternado.

- ¿qué pasa?- preguntó el rubio intrigado por su mirada.

- había pensado que llevaran tus cosas a la casa de la playa-

- ¿eso quiere decir que…?-

- que en lugar de ir a vivir a casa de Yugi, quiero que vivas conmigo desde mañana mismo-

El rubio sonrió sutilmente. Ya se esperaba algo así, pero esta vez no quería apresurar las cosas.

- me gustaría vivir en la casa de Yugi a mi regreso, al menos hasta que nos casemos-

Kaiba lo miró con desilusión.

- ¿estás seguro? Sabes que la casa es muy grande, todas tus cosas cabrán perfectamente-

- estoy seguro Seto- se recostó a su lado- me gustaría que no fuéramos tan rápido esta vez-

- ¿hablas en serio?- preguntó con asombro.

El rubio se levantó un poco y lo miró.

- sí, creo que es lo mejor-

- entonces, ¿querrás esperar para la boda?-

Joey detectó cierto remordimiento en la pregunta y frunció el ceño.

- preparar una boda siempre lleva mucho tiempo- entrecerró los ojos sospechando algo, pues el poco tiempo que pasó con el castaño le había bastado para conocerlo muy bien - ¿qué hiciste?-

- pensé que…bueno, hemos esperado mucho…y hemos pasado por tantas cosas…tengo muchas ganas de que seas mi esposo, así que…-

-… ¿qué?-

- al salir del restaurante, mientras te despedías de tus amigos, hice una llamada y… nuestra boda estará lista en tres días-

Joey se incorporó rápidamente.

- ¡¿tres días?!- exclamó.

- pedí que la hicieran en dos pero no daría tiempo para que tu traje llegara de París-

Joey miraba a su prometido incrédulamente.

- ¿pero qué dices? ¿y cuándo planeabas decírmelo? ¿el mismo día de la boda?- preguntó enojado – ¿no se te ocurrió que me hubiera gustado planear mi propia boda?- se cruzó de brazos mirando al castaño con furia - Y el traje…lo mandaste a traer… ¡¿de París?!-

- no te molestes cachorro-

- sé que eres mandón y a veces llegas a ser un tanto controlador- dijo enojado -que algunas veces tendré que lidiar con esa faceta de tu carácter y no me molesta la idea de cumplir todos tus deseos, pero esto es demasiado-

- déjame explicarte- pidió el castaño - siento que hemos perdido demasiado tiempo con intrigas y secretos- tomó sus manos – eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no quiero que el tiempo siga avanzando y no estés a mi lado, no quiero que algo nos vuelva a separar-

Joey lo escuchó con expectación.

- entiéndeme cachorro, lo único que quiero es estar junto a ti y no apartarnos nunca más. Si fuera por mí nos casaríamos ahora mismo-

Joey miró el inmenso amor con el que lo veía el castaño, la devoción en su mirada. No deseaba que dejara de verlo así nunca. Después de un momento el ojimiel cerró los ojos y suspiró. ¿Es que nunca podría negarle algo a esa mirada?

- está bien, nos casaremos en tres días- cedió haciendo que los ojos azules se iluminaran –pero, habrá algunas condiciones-

- las que quieras cachorro-

-…quiero que elijamos juntos todos los detalles, desde el color del mantel de las mesas hasta el pastel de boda, absolutamente todo así nos pasemos un día entero en eso-

Seto asintió con alegría.

- y por supuesto, no quiero un traje de París, ni manteles de seda, ni cubiertos de plata ni nada de los excesos que seguramente se te habían ocurrido. Quiero una boda que sea de los dos, elegante pero sencilla-

- pero Joey…-

- me dijiste que lo que yo quiera y es eso o tendremos una boda bien planeada en cuatro meses-

Seto vio la mirada determinada de su cachorro y no le quedó otra alternativa. No quería esperar tanto para tenerlo junto a él.

- está bien, cederé sólo por esta vez-

Joey contento de su triunfo abrazó a su esposo. Por otro lado, Kaiba quería complacerlo en todo, pero no sabía perder.

- la boda se hará como quieras, pero nuestra luna de miel será la mejor del mundo y no escatimaré en gastos-

Joey lo miró enfadado de nuevo.

- ¡Seto!-

El castaño no lo dejó reclamar nada más. Lo apretó contra él y lo besó el resto del camino hasta que llegaron a la casa del rubio, donde al fin terminó de besarlo, dejándolo mareado y sin aire.

- mañana vendré por ti para irnos juntos a Domino- le dijo el castaño ya en el umbral de la casa.

- está bien, pero antes me gustaría despedirme de algunas personas- le dijo el rubio – no quisiera irme sin despedirme de mis alumnos- suspiró – es una lástima que este sea un lugar tan apartado, no podrán seguir aprendiendo el duelo de monstruos-

- no te preocupes por eso cachorro, ya pensaremos en algo-

Volvieron a besarse largamente, hasta que se tornó más apasionado. El ojiazul estrechó al rubio fuertemente contra su cuerpo y lo jaló para recargarlo contra la pared.

Con mucho esfuerzo, Joey logró separar sus labios de los del castaño, quien parecía querer comérselo.

- ahh e-espera Seto- exclamó ladeando la cabeza, lo que el CEO aprovechó para tener acceso a su cuello – espera- lo empujó despacio, haciendo que se detuviera.

- Seto, quedamos en que no iríamos tan rápido- después pensó que ese comentario estaba fuera de lugar, siendo que iban a casarse en tres días. Eso era demasiado rápido, pero al menos quería esperar ese tiempo para estar con él.

- está bien, me dejé llevar- cedió el castaño, pero luego se acercó a su oído – pero te deseo demasiado- le susurró provocando un sonrojo.

Joey volvió a apartarlo y se alejó.

- ya está bien, será mejor que nos veamos mañana-

Kaiba acarició su mejilla -vendré por ti a medio día, así tendrás tiempo de despedirte de quien gustes-

Cuando Joey cerró la puerta, recargó su espalda sobre ella y suspiró mientras sonreía feliz. Al fin sentía que su vida volvía a tener un significado y ese vacío en su pecho se llenaba poco a poco.

Esa noche, por primera vez en meses, durmió apacible y tranquilo, soñando con la felicidad que le esperaba junto al castaño.

Al otro día, Joey se levantó muy temprano para empacar sus cosas. Cerca de las diez de la mañana llegó el quipo de mudanza que Seto había enviado. Cargaron sus cosas en un camión y lo que decidió no llevar, como la cama y muebles de cocina, fue cubierto con lienzos para protegerlos del polvo.

Después, fue a despedirse de sus vecinos y de sus pequeños alumnos, que con tristeza le hicieron prometer que los visitaría a menudo.

Al medio día llegó Seto, quien lo primero que hizo al verlo fue besarlo con pasión. Pero en cuanto el beso terminó, Joey le colocó una caja en las manos.

- ¿y esto?- preguntó el castaño mirando con curiosidad los pequeños agujeritos que tenía la caja alrededor. Después sintió un movimiento dentro y su curiosidad aumentó- Joey, ¿qué es esto?-

El rubio terminó de cerrar la puerta con llave, y después de cerciorarse que estaba bien cerrada se volvió al castaño.

- ten cuidado Seto, no la vayas a dejar caer- se acercó y abrió la caja. Dentro se encontraba una gallina blanca, echada sobre un montón de paja, mientras unas cabecitas amarillas se asomaban entre sus plumas.

- no creerías que me iría sin ellos, ¿verdad?-

Entonces Kaiba recordó la gallina de la que le había hablado hace tiempo.

- ¿es esta la gallina que salvaste cuando estaba herida?-

Joey asintió sonriendo.

- ¿verdad que es linda?- preguntó, y sin esperar respuesta se encaminó a la limosina.

Seto se quedó parado con la caja en las manos, mirando su contenido con desconfianza. La gallina lo miraba con la cabeza ladeada, enfocando un enorme ojo negro hacia él.

El castaño le devolvió la mirada con recelo - ¿linda?- pensó incrédulo. Después se encogió de hombros. Era la mascota de su cachorro así que no podía negarse a llevarla.

El camino a Domino fue tranquilo. Pasaron a comer al mismo restaurante del día anterior y después Joey durmió el resto del camino. Sólo despertó hasta que Seto le anunció que habían llegado a la casa de Yugi.

Ahí, Yami y Yugi los recibieron alegremente. Pasaron el resto del día juntos. Joey cargando a Isis, mientras planeaban cada detalle de la boda.

- Joey-

El castaño llamó a su prometido, quien se aproximó a él dejando a Yugi con un catálogo de banquetes en las manos.

- creo que deberías llamar a Max y a Cecelia-

- ¡es verdad! Con la emoción de la boda lo había olvidado-

Kaiba le dio su celular y después de darle un corto beso en los labios lo dejó para acercarse a Yugi y Yami, quienes a su parecer, estaban haciendo una catástrofe al elegir el banquete.

Después de deshacerse en mil disculpas y promesas de jamás volver a irse sin avisar, Joey terminó la llamada con los Pegasus.

- dicen que vendrán a ayudarnos con la boda- comentó cansado, pasándole el celular al castaño.

-¿vendrán los dos?- preguntó Seto y Joey asintió. Entonces se llevó una mano a la cabeza – esto será un desastre, no debiste invitarlos-

- ¿por qué no?- preguntó Yugi

- es que no los conocen. Max y Cecelia tienen los gustos más extravagantes del mundo-

- no creo que sea tan malo- dijo Joey. Se arrepintió de lo que dijo más tarde, cuando escuchó las opiniones de los Pegasus. Todas se relacionaban con colores alegóricos y cartoons.

Cuando todo quedó listo y al fin se pusieron de acuerdo, ya eran cerca de las 3 de la mañana.

Joey se dejó caer en el sofá junto a Seto. Yugi ya se había retirado con Isis un par de horas antes, igual que Cecelia y Maximillian.

- no se desvelen más- sugirió Yami mientras se retiraba a descansar – recuerden que mañana temprano tenemos que ir a que les tomen las medidas para los trajes-

Cuando se quedaron solos, el ojiazul abrazó a Joey y éste se recargó en él.

- estoy muy cansado-

- te dije que hubiera sido mejor que alguien se encargara de esto-

- y yo te dije que es mejor si elegíamos todo nosotros- bostezó – además, ha sido divertido, ¿no lo crees?-

- por supuesto que no- negó el castaño.

Joey rió y lo besó.

- verás que cuando estemos viejitos recordaremos estos días con diversión y nostalgia-

Seto sonrió.

- es maravilloso que me digas que envejeceremos juntos-

- es que así será- dijo el rubio con la voz adormilada – no permitiré que sea de otra forma- después de decir eso se quedó dormido. Al poco rato, Seto lo siguió al mundo de los sueños.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-FIN FLASH BACK.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

- ¿a dónde iremos hoy?- preguntó Joey ya dentro de la habitación del hotel, mientras disfrutaban del desayuno que les habían llevado minutos antes.

Seto terminaba de dar el último sorbo a su café.

- no lo sé, ya lo hemos recorrido todo-

- hmmm…quizá simplemente caminar por la ciudad estaría bien, además tenemos que comprar los recuerdos que llevaremos a Yami, Yugi, Max, Cecelia, Miku y Roland-

- agh que aburrido- bufó el ojiazul.

- no podemos irnos sin llevarles nada, así que no protestes y mejor vamos a apresurarnos-

A Kaiba no le quedó de otra más que complacer a su rubio y seguirlo por media ciudad comprando recuerdos para sus amigos.

Al anochecer ya estaban en el aeropuerto donde un avión privado los esperaba para volver a Domino.

El viaje fue tranquilo y sin contratiempos, cenaron en el avión y después durmieron el resto de la noche. A la mañana siguiente desayunaron y minutos más tarde les avisaron que estaban por llegar.

Al bajar de las escaleras y poner los pies en tierra, Seto aspiró hondo, aliviado de por fin haber bajado del avión y poder caminar para desentumecer las piernas. Cuando se giró para tomar la mano de su esposo que terminaba de bajar el último escalón, vio como éste cerraba los ojos y se llevaba una mano a la cabeza, tambaleándose un poco.

- Joey, ¿estás bien?- preguntó con preocupación mientras lo sostenía para que no cayera.

El rubio se sostuvo de su esposo un momento, en verdad pensó que se iba a caer.

- estoy bien- respondió al cabo de un rato – creo que el movimiento del avión me mareó un poco, no estoy acostumbrado a viajar de esta forma-

- es extraño, cuando nos fuimos no te pasó los mismo- recordó el CEO aún con preocupación en su mirada.

- no te preocupes, ya se me pasó- Joey le tomó la mano y lo animó a caminar para confirmarle que se encontraba mejor – mejor vámonos, tenemos que ver cómo va la construcción, ya quiero mudarme- dijo animadamente.

Kaiba caminó a su lado ya más tranquilo, la verdad es que él también quería llegar y tomar un baño caliente. Esos viajes de largas horas siempre lo estresaban de más, y como dijo Joey, todavía tenían que ver cómo iba la construcción. Después de su boda, Seto le había dado la sorpresa a Joey comprando una de las islas que estaban frente a Ciudad Domino para vivir. Por supuesto no había casa que habitar, pero después de algunos contratiempos, habían elegido un modelo que les comenzaron a construir mientras ellos se iban a su luna de miel. Por supuesto a Joey le encantó la idea. Se volvió loco de alegría cuando Seto le dio la noticia de que vivirían en una isla, rodeados de mar, como él quería.

Ya dentro del auto que los esperaba, Seto marcó a Maximillian para informarle de su llegada y saber los pormenores de Kaiba Corp., pues Pegasus se había quedado al frente de la corporación durante su ausencia.

Joey también llamó a Yugi y Yami, quienes se pusieron muy contentos al saber de su llegada, y le dijeron que su nueva casa estaba casi lista.

- ¿a qué hora iremos a la construcción?- preguntó Joey a su esposo con emoción.

- primero vamos a casa, me gustaría un baño, y después vamos a la mansión de los Pegasus, tenemos una invitación a comer- dijo mientras hacía otra llamada, ahora a Roland, que los esperaba en la casa de la playa.

Joey suspiró y miró por la ventana. No terminaba de acostumbrarse a que Seto usara ese tono mandón con él. Pasados unos minutos se dio cuenta que el auto cambiaba de dirección.

- ¿a dónde vamos?- preguntó a su esposo.

- a la corporación- Kaiba tomó la mano del rubio entrelazando sus dedos – espero que no te moleste-

- claro que no pero, ¿hay algún problema? Creí que volverías a trabajar hasta pasado mañana-

- así es, sólo quiero pasar a asegurarme que algunas cosas estén en orden-

Joey se recostó en el pecho de su esposo.

-estoy cansado-

- yo también- dijo el castaño abrazándolo – te prometo que sólo será un momento-

Cuando llegaron a la corporación dejaron el auto en el estacionamiento privado del CEO.

- ¿estás seguro que no puedo esperarte en el auto?- preguntó Joey bostezando mientras entraban al ascensor, siempre de la mano de su esposo.

- no, prefiero que me acompañes, tengo que mostrarte algo-

Joey hizo un gesto de resignación mientras Seto presionaba el numero 12.

- ¿iremos a ver la plataforma?-

- algo así-

Ni bien iban por el piso tres, el ojimiel comenzó a sentirse extraño.

Apretó la mano de su esposo.

- ¿qué pasa cachorro?- preguntó el CEO preocupado.

Joey entrecerró los ojos y se sujetó de Seto.

- n-nada, creo que la comida del avión no me cayó bien-

Cuando dijo eso se le nubló la vista y perdió el equilibrio.

- ¡JOEY!-

El castaño lo sostuvo fuertemente.

- necesito…bajarme de…esta cosa…o vomitaré…-

De inmediato Seto detuvo el ascensor y bajaron en el octavo piso.

Una secretaria iba pasando y Seto le pidió un vaso con agua que le fue traído de inmediato.

- me siento mejor- dijo Joey después de beberse todo el contenido del vaso.

- ¿estás seguro?-

Asintió – creo que el desayuno me hizo daño y el movimiento del ascensor hizo que me mareara-

- será mejor que vayamos a casa-

- no, tienes cosas que hacer-

- pero no te sientes bien, necesitas descansar del viaje-

Joey lo miró con el ceño fruncido.

- no me hiciste subir hasta acá y sentir nauseas para nada ¿o sí?- preguntó con fingido enojo.

El ojiazul tomó su rostro entre sus manos y besó sus labios suavemente.

- no quiero que te sientas mal-

- estoy bien, pero tendremos que subir por las escaleras esta vez-

Ambos se sonrieron y se dirigieron a las escaleras de emergencia, por donde subieron los cuatro pisos que les faltaban.

Cuando llegaron al salón donde estaba la plataforma de duelos, Joey sintió una ligera emoción, recordando que la última vez que estuvo ahí fue cuando tuvo su duelo con Seto.

- ¡JOEY!-

De la nada salieron cinco pequeños que corrieron hacía un boquiabierto rubio.

- p-pero… ¿qué hacen aquí?- preguntó cuando los tuvo a todos abrazados a su cintura. Eran los pequeños a los que les daba clase de duelo.

- te extrañamos Joey- dijo uno de ellos.

- ¡mira, tenemos discos de duelo!- dijo otro mostrando con orgullo su nuevo disco.

- ¡y cartas para cada uno!-

- el señor Kaiba dijo que seguirás enseñándonos a jugar-

Seto.

Joey buscó con la mirada a su esposo. Lo encontró un par de pasos más alejado mirando la escena. Se acercó lentamente.

- sé que lamentabas no poder seguir dando clase a estos niños, así que se me ocurrió que podrían venir aquí tres veces por semana para seguir aprendiendo-

Joey le sonrió feliz.

- me encanta la idea-

- Joey, enséñanos a jugar ahora- pidió uno de los pequeños.

El rubio iba a aceptar de inmediato pero…

- ahora no es posible niños- interrumpió el castaño – hemos hecho un largo viaje y Joey debe descansar-

Todos, niños y rubio hicieron un puchero.

- pero pueden utilizar sus discos para ensayar y comenzar las clases con Joey muy pronto-

Al final los pequeños aceptaron y se despidieron de ambos.

- ¿por qué no me habías dicho?- reclamó Joey a Seto mientras bajaban por las escaleras de la corporación.

- quería que fuera una sorpresa, espero que te haya gustado-

- me encantó, gracias Seto- se abrazó a él – te amo-

- y yo a ti- correspondió el CEO pasando su brazo alrededor de su cintura.

Después de llegar al auto, partieron hacia la casa de la playa donde tomaron un baño y descansaron el resto de la mañana, pues a pesar de que habían dormido en el avión, se sentían cansados.


Ambos dormían placidamente abrazados sobre la cama cuando el celular del castaño los interrumpió. Joey apenas levantó la cabeza y abrió los ojos sólo para ver como Seto arrojaba el teléfono lejos haciéndolo callar.

Rió.

- no debiste hacer eso- murmuró semidormido volviéndose a acostar sobre el pecho de su esposo.

Seto no le respondió, sólo sonrió y lo abrazó más contra él.

Estaban volviendo a quedarse dormidos cuando el celular de Joey sonó fuertemente.

- ¡diablos!- exclamó el CEO - ¿quién rayos será?- preguntó enojado.

Joey se incorporó restregando sus ojos intentando recordar donde había dejado su celular. Seto se lo había regalado poco después de casarse y apenas se estaba acostumbrando a usarlo.

Cuando lo encontró miró en la pantalla quién le llamaba.

- es Cecelia-

Seto rodó los ojos y se cubrió con la almohada.

El ojimiel sonrió ante la actitud infantil de su esposo y decidió contestar rápido para que no siguiera molestándole el ruido.

- hola-

-…-

- ah, es que Seto arrojó el celular-

-…-

- nos dormimos enseguida-

-…-

- ¿pero qué hora es?-

-…-

- ¡oh, es verdad!-

Joey se acercó al castaño y lo movió un poco.

- Seto- dijo alejando la bocina del teléfono – teníamos una cita con Max y Cecelia-

El castaño se destapó el rostro.

- ¿qué hora es?- preguntó.

- las cuatro de la tarde, dicen que nos han estado esperando desde las dos-

- olvidé encender la alarma-

- espera- Joey se acercó nuevamente el celular pues escuchó que Cecelia le hablaba.

- ¿estás segura?

-…-

- está bien…que pena…pero gracias, ahí estaremos-

Cortó la llamada después de despedirse.

- nos esperan para cenar-

- mejor, no tengo ganas de levantarme- Seto volvió a recostarse.

- ni yo- Joey lo imitó acurrucándose a su lado.

Se quedaron callados por un momento.

- ¿sabes de qué tengo ganas?-

- no-

El castaño se levantó y se recostó sobre el rubio sin dejar caer todo su eso sobre él.

Lo miró intensamente y lo besó, mientras sus manos se colaban debajo de su pijama, acariciando la suave piel de su esposo.

- ¿ahora?- preguntó Joey jadeando mientras sonreía y desabrochaba lentamente el pijama del castaño.

- justo ahora- respondió Kaiba volviendo a besarlo.


Por la noche, Max y Cecelia los recibieron gustosos en su mansión. Ahí también estaban Yami y Yugi que se deshicieron en preguntas sobre su luna de miel y Joey emocionado relató durante la cena todos los lugares que había visitado junto al castaño.

Seto se mantuvo callado casi todo el tiempo, simplemente se dedicaba a mirar lo feliz que estaba Joey. Nunca se cansaría de verlo sonreír.


Pasaron unos días más en preparativos y los últimos arreglos de su nueva casa, así como muebles y demás cosas que quedaron pendientes. Pronto estuvieron listos para mudarse.

Habían invitado a sus amigos para la inauguración de su nuevo hogar y ahora iban en un yate rumbo a la isla.

Desde la proa del barco, Joey podía divisar su nuevo hogar acercándose lentamente conforme los llevaba la marea. Seto estaba detrás de él, abrazándolo.

- ¿te sientes mejor?-

- mucho mejor-

- pero vomitaste lo poco que habías comido- dijo el castaño preocupado – eso no me gusta nada, debimos haber ido al médico antes de mudarnos-

Joey se giró entre los brazos de su esposo y lo miró fijamente.

- tengo algo que mostrarte- dijo enseñándole una pequeña caja blanca.

Seto la tomó y la abrió bajo la atenta mirada del par de ojos miel.

Al abrirla los ojos azules brillaron al encontrar dentro un par de blancos zapatitos de bebe con tiernos adornos.

- esto significa…-

Joey lo interrumpió – significa que seremos padres-

El CEO tardó un par de segundos en reaccionar. Cuando lo hizo una gran sonrisa se formó en sus labios. Abrazó al rubio y lo levantó un poco mientras le daba vueltas.

- ¡no puedo creerlo… de verdad tendremos un hijo!-

- para Seto, me mareas- reclamó Joey, aunque estaba sonriendo por la reacción de su esposo.

El castaño se detuvo y lo tomó del rostro.

- ¿estás seguro?-

- completamente-

- ¿desde cuándo lo sabes? ¿por qué no me lo habías dicho? ¿te ha visto un médico ya?-

- tranquilo Seto- rió – me enteré hace poco y quise darte la sorpresa hoy, por eso…-

El ojiazul ya no lo dejó terminar, comenzó a besar todo su rostro.

- te amo, te amo, te amo- repetía una y otra vez mientras llenaba a Joey de besos, haciéndolo reír.

- también te amo-

Kaiba paró con sus besos y ambos se miraron a los ojos sin dejar de abrazarse.

- te amo demasiado- susurró el rubio.

- nunca me cansaré de amarte- correspondió el CEO con una sonrisa.

A lo lejos, escucharon unas carcajadas. Los dos voltearon y vieron a los Pegasus y a los Motou divirtiéndose mientras jugaban una partida del duelo de monstruos.

- deberíamos darles la noticia, Yami y Yugi me dijeron que querían ser los padrinos de nuestro primer hijo- comentó Joey.

- espera, no creo que sea buena idea ir ahora, Max y Cecelia me pidieron lo mismo-

Ambos se miraron ligeramente consternados imaginando el pleito que se suscitaría al tener que elegir a los padrinos de su hijo.

- tal vez debamos esperar un poco para darles la noticia-

- tienes razón, no hay prisa-

Se besaron y sin alejarse el uno del otro, volvieron su vista hacia el frente. Estaban por encallar. Los ojos miel se abrieron en sorpresa al divisar su casa. Había quedado magnífica. Era grande y tenía enormes ventanales por donde entraba perfectamente la luz; y las palmas y demás árboles que la rodeaban le daban un aspecto fresco y privado.

- ¡es hermosa!- exclamó Joey.

- bienvenido a nuestro paraíso, cachorro-

Las palabras que Seto le susurró al oído y el par de manos que sintió acariciando su vientre con cariño sólo terminaron de confirmarle que lo único que le esperaba de ahora en adelante, era la completa felicidad.

Y no se equivocó.

Fin


N/A:

Pues sí, al fin el fin jeje.

Este fue el ultimo capítulo de este fic que me costó tanto tiempo terminar. He tenido muchas cosas que hacer y tantos bajones de ánimo que pues nada más no podía escribir. Pero al final aquí está. Sé que no quedó muy bien y que me faltaron muchas cosas por describir, pero intenté no bajar la calidad que hasta ahora había mantenido.

Espero de verdad que les haya gustado a pesar de lo muuuucho que me demoré en actualizar y de los errores que seguro encontrarán.

Agradezco infinitamente el apoyo que me dieron a lo largo de esta historia, sobre todo los ánimos para seguir y la paciencia que tuvieron a pesar de mi lentitud.

Traté de no dejar cabos sueltos pero estoy segura que algo por ahí se me escapó. Si fue así espero que no les moleste (sobre todo la falta de lemon).

En fin, mil gracias y espero algún día tener tiempo y ganas de volver a escribir otra historia jeje.

¡Arigatou!