14. DAME ARGUMENTOS

Sabía que él en realidad no la seguía, pero procuró mirar atrás antes de pasar de largo la casa en su acalorada carrera; cuando llegó a los límites del terreno sacó su varita y murmuró un hechizo, después de girar sobre su palma unos instantes el objeto se detuvo señalando hacia un punto en el horizonte y ella se dirigió hasta allí con premura, algunos metros más tarde repitió la acción hasta que, después de varios intentos alcanzo a ver la silueta del rubio dibujada vagamente a la lejanía.

Dame argumentos

Dame una razón

Encuentra y busca un solo error

Pa' que me sienta así de infame

- ¡Draco, espera, Draco! – gritó, con todo el aire que sus pulmones eran capaces de proporcionarle tras el esfuerzo. Malfoy continuó caminando, como si no la escuchara, hasta que las veloces zancadas de la chica la acercaron a una distancia que él no podía ignorar.

- ¿Qué, Weasley? ¿Olvidaste tu cepillo de dientes? – Respondió el con tranquilidad, deteniéndose en seco cuando ella le cortó el paso. Ginny tomó una profunda bocanada antes de decir palabra.

- No, olvide esto – Pronunció la pelirroja con firmeza, lanzándose sobre él para arrebatarle la consciencia con un beso impulsivo. La mochila que él llevaba al hombro resbaló hasta caer al suelo en un golpe sordo mientras que la enredaba entre sus brazos.

Cuando el beso terminó, Draco la miró extrañado. Ella solo mantuvo los ojos cerrados al tiempo que recargaba la frente en su pecho, recuperando la respiración.

- Eso sí que no me lo esperaba – Comentó el, de manera trivial, Ginny rió sobre la camisa del rubio. Su tono se ensombreció ligeramente - ¿Qué está pasando?

- Terminé con Harry – Pronunció con seriedad, alzando la mirada por primera vez en todo el rato – Es la oportunidad que querías…

- Bien, entonces la cosa es así: Me gustas, eres sexy y una excelente besadora, la pasamos bien; pero no me uses para darle celos a tu ex. – Dijo Draco, agachándose por la mochila y cortando cada frase que ella intentaba completar.

Maldigo que en ningún dolor

No exista un Dios

Ni un Cristo que me sea capaz

De desahuciar mendigo

- ¡No eres más que un niño asustado! – Grito ella, mientras él se alejaba nuevamente, a paso lento. – Te conozco; eres un patán, egoísta y creído. Y aun así te quiero – Draco se detuvo, a un par de metros de distancia, volteando a verla. Ginny aprovechó para acortar nuevamente la distancia hasta pegarse a su oído – Te quiero por que se que también eres un buen hombre, que eres honesto y amable aunque te guste pretender lo contrario…

- No soy el segundo plato de nadie, Ginebra, ya deberías saber eso. Si Potter decidió dejarte, no es mi problema. Te advertí sobre eso, ahora no esperes que sea tu premio de consolación – Contestó con dureza, mirándolo a los ojos intensamente, la pelirroja resopló y se pasó las manos por el cabello antes de devolverle la mirada

- ¡Bien, tuviste razón todo este tiempo! Me he equivocado tantas veces, sobre todo contigo, que no puedo exigirte nada. Puedes irte si quieres, no voy a detenerte, pero si lo haces no quiero volver a verte. Debí elegirte desde el principio, pero no te daré otra oportunidad si la desperdicias.

- ¡Te fuiste! Diste media vuelta y me dejaste, así, sin más. Confié en ti, y tu ni siquiera dudaste, ni siquiera me miraste, solo… te fuiste. Si tan solo confiaras en mi o apostaras a mi favor alguna vez… – Su voz temblaba con ira – Te elegí y me diste la espalda. Quisiste irte y yo no te detuve, tampoco quería volverte a ver. Ahora vienes, aquí, a plantarte frente a mí a exigirme, a reprocharme. Las cosas no funcionan así, al menos no conmigo, no puedes hacerme esto, no puedes fingir que yo soy el malo de la historia. Solo dime que es lo que realmente quieres de mi y vuelve a tu anhelado hogar

- ¡Quiero que te importe! – La desesperación empezaba a dominarla – Volví porque después de todo este tiempo me he dado cuenta de que contigo soy… libre. No me importa nada más, no vine porque fueras mi única opción, vine por que descubrí que eres lo que necesi… - Draco la jaló hacía su cuerpo, besándola de nuevo. No es como si pudiera resistirse. Ella tardo unos segundos en responder, cediendo finalmente a sus instintos hasta que él se detuvo de repente, sonriendo de medio lado ante la cara de confusión de la chica

- Te besé, con lengua y todo. Y pienso volver a hacerlo, así que acostúmbrate. Fin de la discusión. – Ginny sonrió, sintiendo el brazo del rubio posarse en su hombro

- Si, lo que digas. – Comentó, fingiendo restarle importancia – Vamos a casa, aun tienes una libertad condicional que cumplir – El rubio rió mientras caminaban de regreso a La Madriguera

Y ahora dime si a pesar de todo

Aun puedo amor,

Amor, dolido amor,

Y amarte aun amor

Extendió la mano para recibir el té que la Sra. Weasley le ofrecía, el vapor de la infusión elevándose hasta su nariz para dejarle una agradable sensación que ella prefirió ignorar. Harry y Ginny habían dejado la habitación hace ya un buen rato, y no había señales de que regresaran pronto, lo único que Hermione podía hacer en ese momento era disimular una sonrisa para su anfitriona que la miraba fijamente.

- ¿Te sientes bien, querida? Te noto un poco pálida – Preguntó la mujer, pasándole una mano por las mejillas y frente a fin de verificar su temperatura. La castaña asintió con la cabeza antes de responder

- Sí, tengo una leve jaqueca, pero estoy bien, probablemente solo es cansancio

- En ese caso será mejor que reposes un poco, ¿Por qué no subes y tomas una siesta? No creo que haya problema con que Ginny y tú se pongan al día más tarde…

Molly Weasley le palmeo el hombro cariñosamente antes de señalar la escalera con la barbilla, Hermione sonrió ligeramente antes de darse media vuelta soltando un apenas audible "gracias". Se dirigía a las habitaciones cuando Ron la detuvo dirigiéndole una mirada significativa.

- Hermione…

- No – Le interrumpió la chica – Ahora no, Ron, por favor. Solo… déjame, ¿quieres?

El pelirrojo se metió las manos en los bolsillos viéndola alejarse.

- Ella va a estar bien – Dijo Luna, detrás de él, sacándole una sonrisa. El se giró para tener a la rubia de frente. – Todo va a estar bien de ahora en adelante.

- ¿Ah, sí? – Preguntó Ron, inclinándose hacia ella para limpiarle el rastro de merengue que quedaba en la comisura de sus labios - ¿Y tu como sabes eso?

- Solo lo sé – Contestó, sonriendo ante el contacto y emulando la acción del chico. Él abrió los ojos con sorpresa al sentir el pulgar de Luna acariciándole el rostro. – Puedo sentirlo.

Ron abrió y cerró la boca repetidas veces sin emitir sonido alguno, fue entonces que la rubia detuvo su caricia para tomarle la mano y sonreírle inocentemente. Una carcajada del Señor Weasley saco al joven de su ensimismamiento y le provocó una risa nerviosa que acompaño rascándose la nuca.

- Luna, tu…

- Puedes besarme si quieres, ¿sabes? – Le interrumpió ella, con un tono que él no supo distinguir, de lo único que Ron tuvo consciencia en ese momento era de la inevitable sensación de su mandíbula golpeando el suelo. Metafóricamente, claro.

Dame un motivo, un algo solido

Pa' que este fiero corazón no crea que es

Inútil y cobarde

- ¡¿Qué? … Yo… Este… ¿Qué… que… dijiste? – Él trago saliva mientras volteaba a todas partes para asegurarse de que nadie los mirara. La habitación estaba en silencio, sin embargo ninguno de los presentes parecía prestarles atención, ocultos como estaban en un rincón. Tras unos segundos la conversación se reinició y Ron suspiró aliviado.

- Dije que me beses, si quieres – Luna lo miró intensamente y posó una mano sobre el brazo de Ron, con la sonrisa flaqueando a momentos para después bajar la mirada. El pelirrojo la tomo de la barbilla para restablecer el contacto visual.

- Si… si quiero… - Luna sonrió cerrando los ojos, mientras él se acercaba a sus labios nerviosamente, era apenas un roce cuando ella le colgó los brazos al cuello haciéndolos perder el equilibrio, ella estalló en risas.

- ¡Chicos, ¿Están bien? - Preguntó el Señor Weasley. Ron sonreía negando con la cabeza mientras jalaba del brazo de Luna para ayudarla a levantarse, ella aprovechó el impulso y lo golpeó con un beso inesperado que le impidió responderle a su padre. – Bueno… Molly… ¿podrías servirme otra taza de té?

Ron y Luna comenzaron a reír, rompiendo el beso conforme el Señor Weasley regresaba abochornado a la mesa.

- ¡Wow! – Exclamó ella, alzando los brazos y dando un pequeño brinquito, Ron rio nuevamente, echando la cabeza hacia atrás, para cuando bajo la mirada Luna estaba abrazándolo y escondiendo el rostro en su pecho - ¡Eres mejor que mil Blibbers maravillosos, Ronald! – Él sonrió discretamente mientras le acariciaba el cabello.

- No, yo… - Luna alzó la cara y lo miró, interrumpiéndolo sin palabras – Puedo acostumbrarme a esto, ¿sabes? – Ella lo tomó de la mano y jaló de él hacía la cocina

- Vayamos por más pastel, ¿no tienes hambre?

- Oh, por Dios… ¡Eres perfecta! – Mencionó Ron, relamiéndose los labios antes de acelerar el paso haciendo reír a Luna.

Harry entró a la habitación e inmediatamente la buscó con la mirada, la sonrisa se le cayó del rostro cuando no la encontró. Ron y Luna reían mientras comían una rebanada de pastel en la mesa, así que se acerco a ellos con premura.

- Ron, ¿Y Hermione? – El pelirrojo tragó su bocado antes de contestar

- No lo sé, se fue hace un rato… ¿Y Ginny? – Frunció el entrecejo mirando a Harry fijamente, el ojiverde dudo un segundo para responderle sin que esto ocurriera, simplemente se alejó rápidamente - ¿Harry, esta todo…? – Ron se levanto para seguirlo pero Luna lo tomó del brazo obligándolo a sentarse de nuevo, él la miró confuso.

- Todo va a estar bien – Repitió ella encogiéndose de hombros, él sólo suspiró resignado.

El azabache maldijo por lo bajo mientras caminaba a paso apresurado, para cuando entró a la sala pudo verla de pie frente a la chimenea, mirando fijamente las llamas. Repentinamente ella sintió su presencia y lo miró con una sonrisa amarga.

- ¡Espera!

- Tenemos que hablar - Pronunció ella, al mismo tiempo, mientras él se acercaba a grandes zancadas para tomarla firmemente por la muñeca.

- No puedes huir… no de nuevo – Le interrumpió Harry

- ¿Qué?, ¿Qué te hace pensar eso? – Hermione se puso las manos en la cintura y frunció el ceño.

- Vamos, Hermione, cuando algo se te sale de las manos tu solo… desapareces. – Se arrepintió de sus palabras casi inmediatamente después de haberlas pronunciado

- ¿Qué? ¡Tú eres quien aleja a las personas cuando pierde el control de la situación!

Y entiendo que tras no saber querer,

Querer, querer después ni pueda ser

Ni tenga ya sentido

- Pero tú nunca me has permitido hacer eso contigo – Respondió, tratando de mantener la calma, vio como la ira se disipaba del rostro de la castaña - Hermione, yo…- Comenzó él, pasándose las manos por el cabello frenéticamente

- Entiendo, Harry… debí saberlo de algún modo. Era muy simple, Ginny tenía que regresar de un momento a otro. Lo que nosotros teníamos era solo tiempo prestado – Ella se soltó de su agarre y lanzó al fuego el montón de polvos flu que guardaba en su puño. Él la tomó del hombro y la giro de nuevo hacía el

Y ahora dime si a pesar de todo puedo amor,

Amor herido amor

Y amarte a un amor

- No, Hermione, no entiendes, por primera vez en tu vida no estás entendiéndome – Su voz sonaba ronca, sin embargo no había manera de ocultar el tono nervioso en sus palabras

- ¿Qué es lo que no entiendo? – Estalló ella, respirando entrecortadamente – Yo debí saberlo, Harry, ella es mi mejor amiga y tu… tu eres su novio. ¿No entiendo que es como si nada hubiera pasado?, ¿O te refieres a que lo más tonto que pude hacer fue enamorarme de ti? – Hermione se puso las manos en el rostro y cerró los ojos, el tomo sus antebrazos y sutilmente la forzó a mirarlo

- Yo no creo que seas tonta – Dijo en un susurro, acariciando el dorso de su mano. Ella se lanzó hacia él en uno de sus característicos abrazos, ocultando la cara en su cuello.

- Eres mi mejor amigo, Harry – Se separó ligeramente de él, dejando sus rostros a escasos centímetros mientras lo miraba fijamente – Perdón por hacerte pasar todo esto. Lo siento, de verdad, en este momento deberías estar con Ginny en lugar de estar lidiando conmigo – Ella respiró profundamente y trató de sonreír - Olvidémonos de todo esto, ¿quieres? – Empezó a caminar pero él no se movió de donde estaba.

Hubo recuerdo un tiempo en que

Solíamos estar tan juntos que tu piel

Se confundía en mía

- Hermione… - La castaña volteó lentamente ante el llamado, intentando parecer más tranquila – Hable con Ginny – Mencionó el, sin estar muy seguro de que decir a continuación

- Bueno, es lógico, ¿no? Llevan meses sin verse y… - Harry no pudo evitar reír al verla regresar a su vieja actitud de sabelotodo - ¿Qué?

- No, no entiendes… le hablé de nosotros – Él no pudo evitar mirar al piso

- Uh… ¿Está… está todo bien? – Hermione regresó sobre sus pasos para acercarse a él, haciéndolo tomar asiento junto con ella. No pudo disimular la preocupación en su voz.

- No. Quiero decir, si. Mejor que nunca, de hecho. – Harry sonrió ante su propia afirmación, trató de serenarse para mirarla a los ojos – Hermione, tú también eres mi mejor amiga – Ella agacho la mirada y trato en vano de sonreír – No, no, no, no, no… quiero decir – Resopló sonoramente, volviéndose a pasar las manos por el cabello – Quiero decir que… que eres muy importante para mí, probablemente la más importante – Se puso en cuclillas, para poder mirarla directamente

- Oh, Harry… - Ella sonrió, genuinamente por primera vez en la conversación – No… no necesitas hacer esto…

- Espera, solo espera – El ojiverde cerró los ojos un segundo antes de mirarla de nuevo y poner un dedo sobre sus labios – Me refiero a que… eres realmente importante, más que Ginny. Tú… eres más que libros y estudio – Ambos rieron, recordando aquella vieja conversación – Eres Hermione Granger, mi Hermione Granger. – Se tambaleó ligeramente y puso sus manos sobre las rodillas de la castaña para mantener el equilibrio, soltó una risa inquieta – Realmente no soy bueno para estas cosas.

- Es más que suficiente para mí – Dijo Hermione, enredándole los dedos en el cabello

- No puedo simplemente olvidarme de esto porque… porque quiero estar contigo. Para ti no soy el-niño-que-vivió o el-elegido, soy Harry… solo Harry. Eres buena para mi, eres esa persona sin la que no puedo imaginar mi vida – La miró a los ojos, tratando de transmitirle lo que sentía como tantas veces habían hecho antes – Yo te…

Concédeme lo justo que

Por ley sabemos que

Se suele conceder

A todo a lo que ha sido

Hermione se inclino hacia él, dejando solo una pequeña distancia entre sus labios que Harry cubrió de inmediato, saboreándola con mayor intensidad que nunca. Su corazón latía enérgicamente, pero no fue hasta que la atrajo hacia sí que se dio cuenta del ímpetu de su palpitar. La sintió recargarse en su regazo mientras profundizaban el beso, impregnando de ardor su piel y de nubosidad su pensamiento. Ella suspiro sobre sus labios, transmitiéndole un escalofrío que lo caló hasta la medula, cuando el aire fue necesario no pudo más que pronunciar entrecortadamente.

- Los Weasley no van a extrañarnos

Entonces lanzo el puño de polvo a la chimenea, tornando las llamas a color verde. Ella sólo lo siguió.

Hubo recuerdo un tiempo

En que solíamos estar

Tan juntos que tu piel

Se confundía en mía…