Epílogo – El fin del viaje

Unos cuantos días más tarde…

Ranma se estira junto a ella, todavía dormido. Ella lo mira, recordando lo que pasó en el barco. Al final, Shampoo no quiso que contaran nada sobre la verdad de su estancia en la casa Saotome. Dijo que ya se lo diría a Mousse con tiempo y cuando estuvieran lejos de allí. Pocas horas después, tomaban tierra en una preciosa isla, donde están ahora, pasando su luna de miel, los recién casados señor y señora Saotome. Una vez alcanzaron tierra, Nabiki y Kuno se despidieron y volvieron a su barco, sin ni siquiera pedir disculpas por haberlos abordado de sopetón. Con ellos se fueron Mousse y Shampoo, con la promesa de una gran boda una vez volvieran a casa, con sus familias.

Ha pasado cerca de una semana, y Akane no cabe en sí de gozo. Nunca se le hubiera ocurrido que Ranma pudiera ser tan atento: a cada mínimo gesto de ella, él ya sabe qué estaba mal, qué necesita, qué hacer… todo. No puede estar más enamorada de él. Sabe que eso es bueno, porque le propiciará un matrimonio feliz. Pero en su corazón todavía hay una espina de duda: Ranma nunca le ha expresado su amor, nunca le ha dicho que la quiere. Ella quiere creer que ve amor en cada gesto de él, en cada palabra, pero sabe que también lo creía así Shampoo, pues tuvo una pequeña conversación con ella antes de que se fuera.

- Era muy atento conmigo. Cada cosa que querer, me daba. Yo quería ver amor. Ver amor. No había. No hubo nunca.

Incluso con la manera un tanto extraña de Shampoo de usar el idioma común entre ellas, Akane comprendió. Y ve que la misma situación que la mujer le describió se repite con ella. Vuelve la vista hacia la ventana, a través de la cual se observa un pedazo de cielo azul interminable. Suspira una vez, dos, incontables veces.

- ¿Y todos esos suspiros?

Pega tal salto que está a punto de caer de la cama. Se sienta en ésta.

- Ranma… estaba pensando. – Se mira las manos, buscando valor para preguntar. – Tú… ¿me quieres? Quiero decir… ¿me amas? Como un hombre debería amar a una mujer… o sea…

Él posa un dedo sobre sus labios, deteniéndola, con una sonrisa traviesa en los labios.

- Entiendo lo que quieres decir – le dice. Sonríe aún más, con la boca y con los ojos. – Sí.

Akane se ha vuelto hacia el otro lado, preparada para lo peor. La mirada de sorpresa en su cara casi ofende a Ranma. Con un chillido de alegría se lanza sobre él y lo asedia a besos. Al final, los besos tiernos acaban convirtiéndose en caricia lujuriosas. Jadeante, Ranma le pregunta:

- ¿Y tú? ¿Tú me quieres? – La ansiedad se transpira en su voz, lo que hace a Akane sonreír.

- ¿Crees que si no te quisiera, haría estas cosas contigo? ¿Te dejaría tocarme así? – Sonrió. – Te quiero.

Seis meses aún más tarde…

- ¿Cuánto te queda, Akane? – Pregunta Ranko. - ¿Cuándo podré ver la carita de mi sobrina?

- ¿Y tú cómo sabes que es una niña, Ranko? – La increpa su hermano mellizo. Se vuelve sonriendo tontamente hacia su esposa. – A lo mejor es un niño…

Akane suspira, o más bien, resopla. Llevan así desde que descubrieron que estaba en estado, un par de meses después de la boda.

- La matrona dice que vendrán por primavera.

- ¿Vendrán? – Inquiere Ukyo, ahora cuñada de Akane y los otros dos.

- Ay… sí – se pasa ambas manos por la tripa, como queriendo acariciar las vidas que crecen dentro. – Dice que esto es demasiado volumen para sólo tres meses de embarazo, y que seguramente sean dos.

Casi con miedo, Akane dirige la vista hacia su esposo y hacia su mejor amiga. Puede ver, en sus rostros tan parecidos, la misma sonrisa de exaltación extrema. No le extrañaría nada que empezaran a dar saltos alrededor de la habitación, de la emoción. De hecho, Ranko lo hace. Dando palmas, además. Ranma sólo es capaz de acercarse a su esposa, con los ojos brillando como soles, y posar con reverencia la mano sobre su estómago. Ella no puede evitar romper a reír hasta llorar. Ukyo también, pero lo oculta un poco, por que Ranma no se sienta ofendido.

- Menuda vida me espera… - Se sonríe Akane. Toma la mano de su marido y la desliza por su vientre abombado, para que la acompañe en la caricia a las dos pequeñas vidas que crecen dentro de ella.


Bueno, esto SÍ es el final. A mí se me ha hecho corto. Como os comento en el último capi, si queréis ver el "otro" final, pedid ;)

De verdad, si no fuera por toda la gente que sé que ha leído esta historia y le ha gustado, no habría acabado este fic nunca. Os lo debía T^T Muchas gracias a todos por vuestro apoyo, aunque sólo haya sido una lectura más del fic, para mí ha contado todo T.T *se va a llorar a una esquina* OS QUIEROOOO! (grita desde lejos)