Aclaraciones:

-Diálogos-

-"Pensamientos"-

//Flash Back//

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Capitulo 11: Tiempo de espera.

Los días pasan rápido cuando tu quieres que lo hagan, los minutos y las horas no importan cuando estas completamente sumergida en la soledad. Bueno, casi. Si no fuera por él aun estaría tendida en el suelo de un callejón, si no fuera por él su corazón ya habría dejado de latir. ¿Por qué dolía tanto? Aun se preguntaba. Si es cierto, ya le había pasado antes, pero nunca sintió un vacío en su corazón como lo sentía ahora.

–Sakura, ¿estas bien?- era lo primero que escuchaba todas las mañanas por parte del moreno. Siempre era lo mismo, él traía el desayuno o a veces lo traía Suigetsu; muy raras veces salía de su recamara y cuando lo hacía no tardaba mucho en regresar a su propia prisión. En las tardes, cuando salía, se la pasaba sentada (similar a una estatua), cerca de las grandes ventanas de la mansión, su pesar no disminuía pero las brisas veraniegas le relajaban el cuerpo. Mientras que por las noches, con temor de quedarse de nuevo absorbida por la penumbra y la soledad, acudía al último de los Uchiha quien siempre tenía un espacio de más en su cama tamaño king.

Sasuke se mantenía incomodo con esta situación, tubo que bajar su orgullo en más de una ocasión al demostrar una severa preocupación por la pelirosa. Tratando de ser amable al hablarle, de decirle que todo había quedado en el pasado y que no debía maltratar su cuerpo en las condiciones en que estaba.

Habían pasado cuatro meses desde que Sakura huyó de Suna. Y en cuatro meses todo puede cambiar.

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-¿Han encontrado algo?- nunca supo cuantas había preguntado lo mismo.

-Lo siento- dijo el Jounin bajando la cabeza- hicimos todo lo que pudimos, tal vez mañana…

-¿Tal vez mañana? ¡No me jodan!- grito exasperado y golpeando el escritorio- ¡Quiero que la encuentren de una buena vez!- su cuerpo sucumbió a su propio peso dejándose caer en su sillón.

-Kazekage-sama, hacemos todo lo que podemos-.

-Vete y tráeme noticias de ella-.

El ninja se esfumó, como lo hacía todos los días cuando terminaba la jornada, dejándolo a él lleno de desesperación. Las ojeras volvieron a aparecer, opacando sus ojos verdes. La palidez de su piel demostraba lo descuidado que estaba desde hace tiempo. De no ser por Matsuri, no comería, ni descansaría las pequeñas dos horas que él mismo se permitía.

-Por Dios- dijo con las manos cubriendo su rostro-¿En donde estas?-.

Bajo su cansada mirada hacia un objeto brillante en su escritorio, era el pequeño relicario con la foto de aquella chica.

Siempre tuya, Sakura.

Y él creyó que iba a ser así, ¿Por qué se había ido? Ni siquiera en Konoha sabían en donde se encontraba, no se la pudo tragar la tierra ¿O si?; suspirando como usualmente lo hacía, volvió a guardar aquel objeto que le traía dolorosos recuerdos.

-Gaara-kun- mencionó Matsuri al entrar en la oficina.

-Déjame solo- contestó fríamente.

-No puedo dejarte Gaara-kun, debes irte a dormir-.

-Lo haré cuando sepa algo de ella-.

Matsuri no comprendía el fallo en su plan, creía ciegamente en que si los separaba, su amado sensei se fijaría en ella. Uchiha, había desaparecido con Sakura Haruno tal y como se lo había ordenado. Pero hasta hace unos días recibió una carta de él diciéndole algo que ella no se esperaba. Volvió a fruncir el seño e insistió.

-Vamos no te hagas el difícil conmigo- la mirada del pelirrojo se elevó pero su posición era la misma de antes, con los brazos apoyados en el escritorio y con las manos unidas en puños, haciéndolo ver algo escalofriante.

-Matsuri- él no descansaría hasta saber algo mínimo de Sakura.

La alumna se puso nerviosa, esa mirada inquisidora no le agradaba. Cuanto había cambiado Gaara durante esos últimos cuatro meses, ya no reía como antes, ya no había felicidad en sus ojos. Volvía a ser el mismo chico de doce años, cuyo unico sentimiento que poseía era el del odio. Pero esta vez se odiaba a si mismo, Gaara tenía una laguna mental provocada por Matsuri y él no sabía el por que la huida de la pelirosa.

-N-no dejare de insistir- dijo temerosa-, por favor descansa ya Gaara-kun- incluso a ella se le estaba haciendo difícil soportar tanta tensión en el ambiente.

-No entiendes, yo no puedo-.

-Si puedes, es solo un capricho el que tienes- dijo cada vez elevando la voz- ¡Acéptalo Sakura Haruno no volverá!-.

¡¡¡Ploof!!!

No supo el como, pero un dolor en su mejilla había llegado tan rápido en cuanto termino la última frase. Gaara la había abofeteado. Unas lágrimas corrieron silenciosas por el rostro de la chica.

-Nunca vuelvas a decir eso- la mano de Gaara aun permanecía levantada- ¡Jamás! ¿Me entendiste?-.

Salió de su oficina para retirarse a su habitación, dejando a la chica arrodillada en el suelo. Como todas las noches después de la partida de Sakura, encontraba su habitación oscura y fría, la luz de la luna se colaba por las cortinas para cuando se sentó en la cama a reflexionar.

¿Qué había hecho?

Siempre su mente le decía que una pieza faltaba y al intentar armar el rompecabezas descubrió que algo no cuadraba, lo que decía su alumna no podía ser verdad. Según ella, Sakura había desaparecido un día antes de que él obtuviera el medallón pero hasta donde recordaba él había llegado a la casa para esperar a Sakura, después de eso... su alumna aparecía de la nada informándole que ella había desaparecido un día ilógico. Él sabía que algo debía estar relacionado uno con lo otro, pero ¿Cómo? Matsuri no era capaz de traicionarlo, así que no podía buscar otra solución, él debía ser el culpable de que ella se fuera. Debió de haber hecho algo horrible. Pero entonces aparece de nuevo el medallón en su mano, y la pregunta de siempre: ¿Cómo llegó a mí?

Las mismas preguntas, durante las mismas noches. Pues para Gaara, era la misma pesadilla todos los días, aun no podía comprender como en un momento había probado la felicidad con la persona que amaba y en otro estar completamente desesperado y solo. No, no lo comprendía.

Y ahora, ¿Qué hago?

En las mañanas se despertaba con esa pregunta, mientras que la rutina se iba haciendo parte de su vida.

-Señor- anunció el mismo Jounin que lo mantenía informado acerca de los progreso, hasta ahora nulos. Se encontraba en el balcón y con algo entre sus manos.

-¿Encontraste algo?-.

-Según lo que hemos estado investigando, usted dijo que lo último que recuerda después de que la señorita Haruno se fuera, es que Matsuri se encontraba ahí-.

-Así es- dijo levantándose de la cama.

-Estuvimos siguiendo a la joven Matsuri desde entonces- dijo acercándose al Kage- y recibió una carta de un remitente desconocido, hace mas o menos una semana-.

-Eso no me interesa, si no esta relacionado con Sakura no es importante para mí-.

-Lo se señor, pero creo que debería leerla- dejo la carta sobre una repisa- Eso es todo, pido permiso para retirarme- mencionó y Gaara alzó su mano en señal de habérselo concedido.

Miró la carta para después dejarla en su sitio-Tks, los asuntos de esa niña no me incumben- se fue al cuarto de baño en el cual no duró más de diez minutos. Con el cabello aun húmedo, salió de la habitación vistiendo unos vaqueros negros y una camisa azul cuyos dos primeros botones estaban desabotonados. Y en el cuello, llevaba consigo aquel antiguo relicario plateado.

-Esta vez te encontraré, pase lo que pasé lo haré-.

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-¿Han sabido algo de ella?- preguntó la Godaime.

-Los Anbu no han encontrado nada aún- contestó Shizune bajando la mirada.

-Que sigan buscando- dijo con calma.

Shizune asintió y salió de la oficina. Tsunade se encontraba muy deprimida al no saber de su alumna, pues más que una alumna era una hija para ella. Hace ya mucho tiempo que recibió una carta, Naruto la traía de su última misión en Suna; en ella decía que su querida Sakura estaba desaparecida y hasta el sol de hoy no recibía noticias de ella.

-Oye vieja, ¿puedes darme una misión de búsqueda?- dijo Naruto entrando en su despacho, él tampoco se daba por vencido y cada dos días preguntaba lo mismo.

-Ya sabes mi respuesta Naruto-.

-¡Pero es que no veo resultados!, si en verdad ya se han movilizado ¿por que ella no esta aquí?-.

- Solo se paciente, además Sakura sabe cuidarse sola- ella vio como el brillo en los ojos de Naruto se apagaba de nuevo-, así que todavía queda la posibilidad de que ella no quiera regresar-.

-Eso es imposible, ¿Qué razones tiene Sakura-chan para no regresar?-.

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-Ya te dije que no voy a tomar eso- mencioné irritada, como todos los días Juugo intentaba hacerme tragar un medicamento.

-Chiquilla, no seas necia y tómatelo- él se encontraba sentado en mi cama, con un vaso de agua en una de sus manos.

-¡Que no me llames así!- como me molestaba ese apodo que me había dado desde que llegue-, además yo no necesito eso-.

-Claro que si, por que sino tu cuerpo se va a debilitar- esta vez dijo Suigetsu entrando a la habitación-, y tu no quieres que eso suceda ¿o si?-.

Lo mire con el ceño fruncido para después dirigir mi mirada a la tableta que tenía Juugo. Rápidamente se la arrebate de las manos junto con el agua y me trague la dichosa pastilla, por más que lo negara me importaba mi salud. Cuando había llegado, todo resultaba nuevo para mí, nuevos amigos y una nueva familia. Había aprendido a confiar en ellos y viceversa, claro que con la excepción de cierta pelirroja. Karin aún actuaba grosera cuando estaba con Sasuke y simplemente no soportaba que hasta Suigetsu me tratara mejor que a ella.

Varias semanas habían pasado y ya para cuando había tenido un mes en esa cueva subterránea, enfermé. Al principió creímos que era un virus o un simple malestar, pero después empeoré, tenía vómitos y cualquier cosa que ingiriera la expulsaba por completo. Me debilité y fue hasta que Karin mencionó algo que me dejó en shock por un instante:- ¿No será que estas embarazada?-.

Hasta ese momento no había caído en cuenta de que hace más de un mes no me venía. Sasuke ordenó a Karin a traer a un médico del pueblo más cercano y fue éste quien confirmo las sospechas que teníamos. Yo estaba embarazada. Al principio lo negué, no quería tener un hijo de ese bastardo que me había traicionado y luego caí en la depresión, él había hecho su propósito y conseguiría el cargo fijo de Kage al enterarse de mi condición.

Decidí que cuidaría al ser que crecía en mí, él no tenía la culpa y yo no lo culparía jamás por ser hijo de Gaara. Quizás no nacería bajo el techo de una familia armoniosa y quizás no tenga un padre que lo críe, pero me tendrá a mí, mi protección y mi amor. Le prometí a Sasuke que sería fuerte en esta nueva etapa de mi vida, aun que es difícil por el dolor de los recuerdos, sin importar lo que suceda en un futuro quiero que este niño crezca feliz.

Así que decidimos mudarnos cerca del pueblo, en una mansión que llevaba varios años desocupada. Así tendríamos cerca al farmacólogo y a los doctores en caso de una complicación; me instalaron en una de las habitaciones del primer piso y cerca de la principal en donde dormía el Uchiha. Suigetsu y Karin dormían en las habitaciones del segundo piso, mientras que Juugo dormían en la planta alta.

-Sakura, ¿Quieres dar una vuelta?- dijo Suigetsu- el día esta asoleado y caminar por los jardines de la casa te hará bien-.

-Mmm, creo que tienes razón- dije con una leve sonrisa- ¿En donde esta Sasuke?- pregunté, ya me había resultado raro que él no estuviera rondando por mi habitación.

-Salio hacer un trabajito- dijo Juugo sin la menor importancia- creo que necesitaba arreglar un asunto pendiente-.

-Bueno- susurre- espero que regrese pronto-.

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Cuando los anbu llegaron a mi oficina, no esperaba que me trajeran ese tipo de noticias. ¿Sasuke Uchiha en las puertas de Suna?, eso si que era una novedad. Aunque no me interesaba en lo absoluto el porque de su llegada, tampoco era que iba a dejar pasar a uno de los sujetos más buscados en el país del fuego. Según el informante venía solo, sin sus ya conocidos compañeros Hebi así que si formaba problemas tendría que mantenerme firme y luchar contra él.

-Kazekage-sama, Uchiha se encuentra esperándolo afuera- .

-Hágalo pasar-.

Uchiha entró con el seño fruncido, hmp, como si fuera extraño verlo de esa manera, tan engreído como siempre. Si quería hablar, que lo hiciera rápido pues no tenía tiempo para este tipo de cosas.

-Sabaku no Gaara- dijo cruzándose de brazos- tanto tiempo sin saber de ti, oh bueno, ni tanto- dijo sonriendo de medio lado.

-¿A que vienes a Suna Uchiha?-.

-Ok, sin rodeos ¿no?- lo mire fijamente y creo que entendió mi respuesta- Sakura esta embarazada, no me importa si el niño es tuyo solo se que en cuanto nazca me casaré con ella y le daré mi apellido al bebe, solo venía a informarte y avisarte que no quiero volver a verte cerca de ella-.

Creo que la tensión se me había bajado, era lo más probable. El bolígrafo que sujetaba en mis manos fue a parar en el piso; mi quijada estaba descolocada y mis ojos fuera de orbita, un sudor frío me atravesaba la piel y las manos me comenzaron a temblar. ¡¿Sakura embarazada?! Esta era una sucia broma del Uchiha, tenía que serlo. Pero esa mirada de prepotencia y seguridad fue lo que me desarmo. No se como había llegado tan rápido, pero justo ahora me encontraba alzando al Uchiha por el cuello.

-¿Dónde esta Sakura?-.

-Eso es algo que jamás te diré- apreté con más fuerza y solo logre que éste se riera y me golpeara dejándome tirado en el suelo.

Me lancé contra él y concentré toda mi fuerza en mi agarre, lo envié contra una de las paredes de mi oficina-rompiendo todos los objetos de la repisa, claro esta-, se levanto limpiándose la sangre que corría por su nariz y volviendo a sonreír descaradamente.

-No importa lo que hagas, ella no regresará a ti- mencionó.

Con la respiración algo agitada pregunté-¿Por qué lo dices?-.

-Mmm, creo que eso no me lo debes preguntar a mí- dijo señalando hacia la puerta- es mejor que se lo preguntes a ella-.

Y en cuanto me volteo las puertas de mi oficina estaban abiertas, con Matsuri en medio de ellas. Me le quede viendo extrañado ¿Por qué Sasuke Uchiha decía aquello? Y fue donde todo empezó a encajar, las piezas del rompecabezas ya estaban completas.

-Un momento- salí corriendo hacia los cajones de mi escritorio, recordé que después de salir de mi habitación, había regresado para buscar la carta y leerla después.

-Gaara-kun- mencionó con un hilo de voz.

Y en efecto, en la carta decía lo que había sucedido ese día; el como Uchiha había sido… ¿contratado por Matsuri?, así que todo esto esta sucediendo por ella ¿no es así? Levante mi rostro después de leer la carta, ella lloraba en silencio y con temor en los ojos. Con los años aprendí a controlar mi mal genio, de no ser por eso y por que habían quitado al shukaku de mi interior, ella ya no existiría.

-Ahora quiero que me expliques el porque Matsuri- hablé con el tono más calmado y serio que pude hallar en mi ser.

Ella fue retrocediendo poco a poco, pero justo cuando iba a huir mis hermanos ya estaban impidiendo su paso, parados bloqueando la puerta.

-Ah no, esto lo quiero oír- escuche a decir a mi hermana.

-Vamos niña que no tenemos todo el día- dijo Kankuro para luego dirigirse a Sasuke- por cierto Uchiha, luego sigues tu-.

-Matsuri- fije mis ojos en ella y en ese momento se desplomo sobre sus pierna, quedando arrodillada en el suelo.

-No soportaba ver que fijabas tu atención en esa asquerosa kunoichi- dijo de repente alzando su rostro- ¿Qué no te das cuenta? Ella no es para ti, la única que te merece soy yo, la única que siempre estuvo contigo y hasta incluso llegue a pensar escogerías era a mí- su semblante cambio a uno sombrío-, pero tenía que llegar ella y su grupito desde Konoha para arruinarme la felicidad-.

-¿A eso le llamas felicidad?- pregunto mi hermana- pero que mente tan retorcida tienes-.

-¿Qué no lo ves Gaara-kun?- volvió a mirarme sin tomar en cuenta el comentario de Temari- Yo si te amo, no como esa que de seguro ya se anda revolcando con él- dijo señalando a Sasuke y tuve que volver a aventarlo hacia la pared pues estuvo apunto de atacar a Matsuri con un chidori.

-No te atrevas a insultar a Sakura- dijo Sasuke recuperándose- no sabes todo lo que ha sufrido por tu culpa- ¿Qué él defendiera a Sakura? Eso si que me sorprendió, ¿Cuánto había cambiado él? Y ¿Cuánto había sufrido mi Sakura?

-Por tu propio bien Matsuri, por haber sido mi alumna y mi compañera durante estos años- me detuve un momento y ella alzó su rostro-, te doy el exilio-.

-¡¿Qué?!- grito exasperada.

-Atacaste al Kazekage y realizaste un jutsu prohibido, también hiciste daño a Sakura, siendo otro ya hubieras sido llevada con los anbu para que te silenciaran, así que agradece mi generosidad y vete de Suna-.

-Pero Gaara-kun yo…-

-Es mejor que te vayas Matsu-mocosa, no querrás ver a mi hermano enojado- dijo Temari.

Ella solo se me quedo mirando, con las lágrimas en sus ojos para luego fruncir el seño y acercarse a mí- Esto no se queda así- termino por decir para luego marcharse. Me dirigí a Sasuke y le pregunte de nuevo en donde estaba Sakura, con la ayuda de Kankuro y Temari logramos hacer que nos dijera a la final. Pedí a uno de mis sirvientes que ensillara a uno de los caballos más rápidos que tenía en el establo, no podía darme el lujo de ir corriendo hacia ella como normalmente lo haría en una misión ninja, tenía algo de prisa esta vez.

Monte aquel semental negro, junto Uchiha que estaba en otro caballo de color marrón ambos iniciamos el trayecto por el desierto a todo galope, raramente hacíamos una parada y era para dar de beber a los animales. Pasaron las horas y ya nos adentramos en el bosque, cerca de los límites con la aldea de la lluvia, Amegakure. Entramos en una pequeña población y el Uchiha me condujo entre las calles, pero la sorpresa nos invadió cuando al llegar al lugar y éste estaba completamente destruido. A lo lejos veo a tres personas, dos hombres y una mujer, estos se acercan rápidamente a nosotros y Sasuke los reconoce.

-Suigetsu, Juugo, Karin ¿Qué sucedió aquí?- preguntó.

-Sasuke-kun, tratamos de detenerlo pero simplemente se apareció y…-

-Y se llevo a la chiquilla- completo Juugo interrumpiendo a Karin.

-¿Quién se llevo a Sakura?- pregunté desesperado, pensé que al fin la había encontrado después de cuatro meses.

-Fue él, Sasuke- dijo Suigetsu quien se encontraba algo malherido- Al no encontrarte aquí se la llevo a ella como pretexto para que lo enfrentes-.

-¿Quién?- pregunte de nuevo ya casi perdiendo la razón-.

-Mi…hermano, Itachi Uchiha-.

Continuará…

Belex-chan: ¡Hooola mis queridas lectoras!, siento mucho haber tardado tanto en actualizar pero como toda estudiante que soy estaba algo ocupada con los exámenes y novelas que me mandaban a leer en el colegio, en fin añadiendo que mi falta de inspiración no ayudaba mucho que digamos jajaja.

Gracias por dejarme reviews, eso es lo que me motiva a continuar, sin sus comentarios los escritores pueden llegar a pensar que la historia no es buena y ese tipo de cosas –lo se por experiencia- así que si les gusto este capitulo o no, si la historia se puso aburrida, si quieren que muera Matsuri xD, o si quieren reconciliación rápido… déjenmelo saber =D

En el proximo capitulo veremos a Saku-chan con el sexy Itachi, ¿Qué pasará? Jajaja.

Hasta pronto, esta vez si actualizare rápido por que ya salí de vacaciones wiii! Y si no lo hago, piensen y sean amables conmigo, tengo otras historias que actualizar y es muy difícil que la inspiración te llegue xD

Xoxo B.