Disclaimer: Naruto, sus personajes, escenarios, bla, bla, bla, noson creación mía. Son producto de la imaginación y el trazo de Masashi Kishimoto.

Pequeña aclaración antes de leer: Desconozco cuántos miembros componen exactamente el Akatsuki, pero en mi historia, es una organiación bastante extensa. Hablamos de unos doscientos hombres, más o menos. Por lo demás, creo que he sido bastante fiel al canon original.

Y ahora sí. Antes que nada, me presento. Soy Lyann Jade y no sé si será un suicidio escribir un ItachiXSakura, ya que no sé si tendrá muchos adeptos esta pareja. Aún así, me encantan estos dos personajes, así que ahí va el primer capítulo.

PASAD Y LEED

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CAPÍTULO I

Sakura cruzó los brazos ante el pecho mientras Naruto comenzaba a gritar cosas incoherentes a voz de pulmón. Sai fue el único que permaneció en su posición.

Tsunade alzó una mano pidiendo silencio a Naruto que, a regañadientes, interrumpió su monólogo para dejar hablar a la Hokage.

-No ha sido sencillo para nadie –sus ojos enfocaron levemente a Sakura-, pero debemos aceptar el hecho de que Sasuke Uchiha ha vuelto.

-¡Pero por qué tiene que volver a estar en nuestro equipo¡Nos traicionó¡Eligió a Orochimaru¡Pues que se quede con él! –exclamó Naruto, mientras su respiración se volvía más agitada a cada segundo que pasaba. Podía percibirse la furia del rubio en cada rincón de la estancia.

Sakura mantuvo los brazos cruzados mirando a su maestra, sin atreverse a intervenir. Tsunade colocó ambos brazos sobre la mesa que la separaba de los muchachos y prosiguió.

-En realidad, nunca nos traicionó al cien por cien, Naruto. Simplemente se marchó en busca de poder. Nunca hizo nada en contra de nuestra villa, ni intentó atentar contra ella –Naruto apretó las mandíbulas-. Mató a Orochimaru y no podemos negar que ha vuelto convertido en un ninja de élite. Ahora mismo, Sasuke Uchiha es un aliado estupendo.

-No estoy de acuerdo, Tsunade –intervino Sakura por primera vez, interrumpiendo a Naruto, que parecía dispuesto a saltar de nuevo-. Sasuke nos abandonó hace cinco años. Y ahora que ya ha conseguido lo que quiere, vuelve a nosotros. Nos utiliza a su antojo sin importarle los sentimientos de los que le rodean. Él tan sólo busca venganza. Y eso deberías saberlo.

Habló tranquila y calmada, pero cualquiera que conociese medianamente a la pelirrosa sabía que en su interior la rabia recorría sus venas. Sai soltó un chasquido, pero no dijo nada.

-Además –corroboró Naruto-¿qué pasa con Sai¿Va a quedarse fuera del equipo?

El aludido alzó la cabeza y contempló brevemente a la Hokage.

-Por supuesto que no. Él es vuestro compañero. Pero Sasuke Uchiha también lo es. O lo era, si más no. Seréis un equipo de cuatro miembros –dijo Tsunade pausadamente.

Los tres muchachos permanecieron allí, intercambiando miradas nerviosas, sin encontrar ningún argumento que convenciese a la Hokage de que Sasuke no debía estar en su equipo. Tsunade suspiró y entrelazó los dedos de ambas manos.

-Escuchad, sé que esto no es fácil. Pero Sasuke ha vuelto. Sasuke, vuestro compañero, vuestro amigo. Se marchó con la intención de volverse más fuerte y lo ha conseguido. Quizás sus métodos no fueron los mejores, pero... ¿Por qué no le dais una oportunidad? A fin de cuentas, vosotros dos –señaló a Sakura y a Naruto con el dedo- erais los que deseabais su regreso más que nada en este mundo.

-Las cosas han cambiado. Él mismo nos dejó muy claro a quién guardaba lealtad y lo que significábamos nosotros para él –dijo Sakura con resentimiento. Sin darse cuenta, había comenzado a alzar la voz a su maestra y los ojos comenzaban a picarle peligrosamente.

-Vamos, Sakura –dijo sai, agarrándola por el brazo.

Miró a Tsunade un momento antes de salir por la puerta arrastrando a su compañera, que se resistía a irse. Sabía de sobras que la mujer no iba a cambiar de opinión. Naruto permaneció allí, desafiante, observando a la Hokage con los ojos muy abiertos.

-Naruto –lo llamó Sai desde la puerta

El rubio apretó los puños y salió de allí dando un portazo. Tsunade respiró hondo y apoyó la cabeza en la mesa. No le gustaba hacer sufrir a sus ninjas, y menos a una alumna suya, pero debía hacerlo. Sabía que Sakura había sufrido mucho por el Uchiha, pero la villa lo necesitaba. Sus habilidades eran extraordinarias y su sharingan se había vuelto mucho más poderoso. Teniendo en cuenta la latiente guerra entre los Akatsuki y Villa oculta de la Hoja, el regreso de Sasuke era lo mejor que podía pasar. Aunque no todo el mudo lo viese de ese modo.

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Sakura se apoyó la espalda contra la pared y se dejó caer, quedando sentado en el suelo. Sai posó una mano sobre su hombro mientras intentaba calmar a Naruto, que daba vueltas en círculo diciendo cosas poco agradables hacia Tsunade y el Uchiha.

-¿Cuál es el problema? Será nuestro compañero y nada más. Cooperaremos con él en las misiones y punto.

-No es tan sencillo, Sai –dijo Sakura con voz queda-. No puedes llegar a imaginarte el daño que me hizo cuando se fue, el dolor que me invadía cada día al no verle a mi lado... Y ahora que comenzaba a estar bien, ahora que empezaba a acostumbrarme a estar sin él, vuelve. Está derrumbando el mundo que cinco años me ha costado construir.

Una rebelde lágrima brotó de su ojo y resbaló lentamente por la mejilla de la ojos de jade. Naruto lanzó una maldición al aire y se rascó el cabello rubio nerviosamente.

-A ver, intentemos tranquilizarnos –dijo Sai, sin saber muy bien qué decir en una situación como aquella.

Quiso decir algo reconfortante, pero las palabras no salían de su boca. Fue una suerte que el equipo diez apareciese en aquel preciso instante por la esquina de la calle. El muchacho les lanzó una mirada suplicante, que la rubia captó al instante. Los tres muchachos se acercaron hacia donde estaban ellos.

Ino reparó rápidamente en los rastros de lágrimas de la cara de Sakura y la rabia de Naruto, por lo que intentó alegrar un poco la situación, aunque no sabía muy bien qué podía haber pasado.

-¡Frentuda¡Alegra esa cara¿Te ha dejado el novio o qué? –bromeó

-Sasuke ha vuelto –dijo con un hilo de voz.

-Oh –la sonrisa de la rubia se borró al instante. Shikamaru dejó de mirar las nubes para fijar sus ojos en la pelirrosa y Chouji se atragantó con una patata que se estaba comiendo-. Así que era eso.

Sakura alzó los ojos hacia Ino sin disimular su asombro.

-¿Lo sabías? –le preguntó incrédula.

-Lo sabe toda la villa. Es vox populi –intervino Shikamaru, ahogando un bostezo.

-¡Genial! –gritó Naruto-. ¡Lo que faltaba!

-Esto no puede ir peor –dijo Sakura con amargura mientras se levantaba del suelo.

Una figura solitaria cruzó la misma esquina que minutos atrás habían cruzado Chouji y sus compañeros. Al verlos allí, se paró en seco, mirándoles con aire desafiante.

-Creo que sí puede ir peor –dijo Ino mientras Sasuke se acercaba a ellos.

Inconscientemente, Ino y Sai se colocaron delante de Sakura y Naruto tensó todos los músculos de su cuerpo. Si las miradas matasen, hubiese habido varios muertos.

-¿No vais a saludarme? –inquirió de manera burlona el Uchiha mientras apoyaba un hombro en la pared-. ¿Es que no me habéis echado de menos?

Chouji y Shikamaru tuvieron que sujetar a Naruto para evitar que se abalanzase sobre él. Sakura permaneció respaldada por Ino y Sai, aunque tampoco hizo ademán de moverse. Clavó sus ojos verdes en los oscuros de Sasuke.

-Vaya, parece que no me habéis extrañado mucho –dijo con una media sonrisa al ver la reacción de Naruto.

Aquello fue la gota que colmó el vaso. No se conformaba con destrozar la tranquilidad que tanto le había costado encontrar, sino que además se atrevía a burlarse de ellos en su cara. Sakura dio un paso adelante, pero Sai le puso un brazo por delante.

-¿A qué has vuelto, Sasuke¿Ya has abandonado tus grandes planes de venganza? –lo desafió Sakura con un brillo malicioso en los ojos

La sonrisa burlona del Uchiha se borró en el acto y su semblante volvió a tornarse frío e inexpresivo.

-Yo nunca abandono. Pero ya he conseguido todo lo que podía conseguir estando con Orochimaru. Él no puede ofrecerme nada más.

Y dicho esto activó su sharingan amenazadoramente. La pelirrosa no hubiese sabido decir qué tenía de diferente ahora, pero estaba claro que no era el mismo. Era más... intimidante, por así decirlo de alguna manera. Y a juzgar por las expresiones de sus compañeros no era la única que había notado el nuevo peligro que comportaba aquella técnica. Inconscientemente, todos retrocedieron un poco. No cabía duda de que Sasuke se había tornado mucho más poderoso.

El Uchiha desactivó su sharingan y volvió a sonreír cínicamente.

-Voy a quedarme aquí porque el Akatsuki le tiene la guerra declarada a Villa Oculta de la Hoja. Es sólo cuestión de tiempo que mi hermano se deje ver por aquí.

Y dicho esto giró sobre sus talones y siguió su camino por donde había venido. Antes de doblar la esquina se volvió un momento hacia ellos y paseó los ojos de Naruto a Sakura varias veces.

-No habéis cambiado nada. Lo cual es patético.

Naruto logró soltarse de Chouji, pero Shikamaru lo sujetó por el brazo, impidiéndole correr hacia su compañero. Sakura, por su parte, había saltado hacia delante, presa por la necesidad de hacerle daño, pero Ino la agarró del vestido y Sai por la muñeca. Sasuke desapareció tal y como había venido pero la tensión se palpaba en al aire. Pasaron varios minutos antes de que pudiesen soltar a Sakura y a Naruto. Ambos chicos respiraban con dificultad y temblaban de rabia.

-Es un imbécil –dijo Ino como si aquello lo resumiese todo.

Nadie contestó. Naruto caminaba de un lado para otro y Sakura tenía la vista fija en la esquina por la que Sasuke había desaparecido.

-¿Por qué no vamos a tomar un bol de ramen? Tener el estómago vacío no nos va a ayudar en nada...-sugirió Sai en un intento de apaciguar la situación.

Todos asintieron energéticamente. Incluso Naruto, que continuaba temblando de furia, se vio incapaz de rechazar la invitación. Pero Sakura negó lentamente con la cabea mientras echaba a andar calle arriba.

-¿Adónde vas, Sakura? –le preguntó Naruto a su amiga

-Necesito estar sola –se limitó a contestar la ojos de jade-. Disculpad

Todos intercambiaron una mirada nerviosa, pero nadie la detuvo. Comprendían cómo se sentía en aquel preciso instante y agradeció que nadie hiciese el intento de detenerla. Caminó sin rumbo fijo y cuando tuvo la certeza de que los ojos de sus amigos ya no podían verla, corrió. Corrió como nunca antes había corrido.

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La espesura del bosque le impedía ver más allá de sus narices. Por suerte conocía el camino de memoria, por lo que no le preocupó demasiado. El sonido de las hojas de los árboles moviéndose al compás del viento logró calmarla un poco. El bosque de Konoha era un sitio que siempre lograba tranquilizarla. Se había convertido en costumbre refugiarse en él cuando algo iba mal. Y en aquella ocasión, lo necesitaba más que nunca. Continuó caminando sin detenerse hasta que sus pies llegaron al borde de un pequeño precipicio de considerable altitud. Dirigió la vista hacia abajo y sus ojos enfocaron lo que andaba buscando. Unos metros más abajo, un pequeño hueco entre dos rocas del acantilado formaba una pequeña cueva. Sonrió para sí.

Siempre que necesitaba soledad se refugiaba allí, viendo las horas pasar, contemplando la espesura del bosque desde aquel pequeño hueco. La cuevecita era bastante húmeda y no demasiado grande, pero pasaba una brisa muy agradable por ella.

La descubrió por accidente, todo sea dicho. Cuando era pequeña tropezó en aquel mismo acantilado. Por fortuna, cayó por aquel pequeño hueco, saliendo totalmente ilesa del accidente. No quería pensar qué pudo haber sucedido si no hubiese habido allí dos rocas salientes que le sirvieron de cueva. Posiblemente habría caído al vacío y se habría matado. O, si más no, se hubiese hecho mucho daño.

Concentró chakra en sus pies y comenzó a caminar por el acantilado con insultante facilidad. Cuando llegó al pequeño agujero que le servía de entrada, se dejó caer por él sin pensárselo. Cuando sus pies tocaron la tierra mojada que cubría toda la cueva, sus músculos se relajaron y cerró los ojos. Le gustaba mucho aquel olor. Inspiró y expiró varias veces, intentando relajarse. No pensar era lo mejor que podía hacer.

Pero un pequeño ruido proveniente del fondo de la cueva la sacó de su ensimismamiento. El hueco entre las rocas era bastante pequeño, por lo que la luz que se filtraba era escasa.

Sakura parpadeó un par de veces en un vano intento por adaptar sus ojos a la oscuridad.

-¿Hay alguien ahí? –preguntó con más temor del que le hubiese gustado.

Nadie respondió, pero hubo otro leve crujido. El corazón de Sakura latía violentamente. Era poco probable que hubiese alguien allí. A no ser que, por accidente, hubiese caído por el acantilado y hubiese ido a parar allí.

-¿Hola? –volvió a preguntar.

Sus ojos comenzaron a distinguir una forma que se agazapaba al fondo de la cueva. Era, sin duda, una figura humana. Se movía levemente, pero no pronunciaba sílaba alguna.

Aún con los nervios a flor de piel, Sakura se adentró en la oscuridad, acercándose a la silueta con paso calmado. Ahora que se encontraba más cerca, se dio cuenta de que era un hombre.

-Oye¿estás bien? –le preguntó la pelirrosa, que comenzaba a hartarse de la falta de comunicación por su parte.

Sus pies se adentraron en un pequeño charco. Miró hacia el suelo, pues la presencia de agua allí era algo poco habitual. Quizás la humedad hubiese ido en aumento. Pero sus ojos se abrieron de par en par al comprobar que no era agua lo que pisaban sus pies.

"Sangre", pensó horrorizada.

Olvidando la prudencia corrió hacia la figura del hombre, que tenía apoyada la espalda en la pared de la cueva. Le pasó ambas manos por las axilas y lo arrastró hacia una zona algo más iluminada, pues era incapaz de ver nada. Notaba un líquido caliente resbalando por entre sus manos y no le costó mucho deducir de qué se trataba.

Un tenue rayo de luz se filtraba por la cueva y Sakura colocó el cuerpo del hombre bajo él, casi a la entrada. Vestía una túnica negra que le cubría prácticamente todo el cuerpo y una máscara del mismo color en la cara.

La pelirrosa le abrió la túnica bruscamente y comprobó que todo su torso se encontraba bañado en rojo.

"Joder"

Le agarró la muñeca para comprobarle el pulso. Era débil. Demasiado débil.

Volvió a contemplar la sangre del pecho del hombre y agudizó la vista, intentando distinguir la herida.

Allí estaba. Un corte vertical que cubría prácticamente todo el torso del hombre. A juzgar por la forma de sangrar, era muy profundo. Pero había algo más. Acercó su rostro a la herida y se horrorizó al comprobar que, entremezclado con la sangre, algo de color verde brotaba.

"Veneno", pensó con horror.

No era una visión muy agradable que digamos. Pero a fin de cuentas, ella era médico y su obligación era salvar vidas. Se recogió el pelo en una rápida coleta y comenzó a concentrar chakra en sus manos. No había tiempo de trasladarlo a la villa. Era imposible que en su estado aguantase un viaje como aquel.

Lo primero que necesitaba era extraer el veneno. Llevaba cinco años estudiando con Tsunade, por lo que era capaz de hacerlo hasta con los ojos cerrados (modestia aparte). Colocó ambas manos sobre la herida. El hombre profirió un leve quejido. Sakura cerró los ojos y se concentró lo más que pudo. Sus manos comenzaron a desprender calor. El hombre volvió a quejarse en la inconsciencia. En el momento que una sustancia verdosa comenzó a subir hacia las manos de Sakura, el hombre profirió un grito que pudo haberse oído hasta en la Villa Oculta de la Arena. La pelirrosa se vio obligada a inmovilizarlo, pues se convulsionaba tanto que le era imposible trabajar. Maldició el hecho de no tener anestesia, pues el dolor debía ser insoportable. Se sacó una pequeña botella de agua que llevaba en al bolsillo de su chaqueta y empapó un pañuelo con ella. Lo colocó sobre la cara del hombre, esperando que lograse relajarlo aunque fuese tan solo un poco.

Volvió a posar sus manos sobre el corte y la sustancia verdosa comenzó a brotar de la herida, saliendo disparada hacia las manos de Sakura, que la dejó en el suelo de la cueva. El hombre volvió a gritar.

La ojos de jade repitió la operación cerca de diez veces más. El veneno fue saliendo cada vez en menores cantidades, hasta que finalmente, nada más parte de sangre brotó de la herida.

Se secó el sudor de la frente con el dorso de la mano y exhaló un sonoro suspiro. Se sorprendió al comprobar que la herida había dejado de sangrar en el momento en el que el veneno había desaparecido del cuerpo. Pero aún así, había perdido mucha sangre. Tardaría bastante en recuperarse. Depositó parte de su chakra en el cuerpo del hombre para estabilizarlo, se quitó la chaqueta y la colocó sobre la herida modo de vendaje.

Cuando hubo terminado, se dejó caer sobre el suelo y extendió los brazos. Su trabajo había sido impecable. Inconscientemente, su mente evocó las últimas palabras de Sasuke.

"No habéis cambiado nada. Lo cual es patético."

Apretó los puños y la rabia volvió a crecer en su interior. No era la misma y nunca más volvería a serlo. La niñita de doce años inútil y desamparada había muerto y iba a demostrárselo.

El hombre, tumbado a su lado, exhaló un suspiro y Sakura esbozó una sonrisa. Parecía que ya no agonizaba. Se incorporó y le retiró el pañuelo empapado de la cara. El hombre mantenía los ojos cerrados, pero su mueca no era de sufrimiento. La pelirrosa constató entonces por qué le gustaba tanto ser médico.

Reparó en la máscara que le cubría parcialmente el rostro. Era exactamente igual a la de Kakashi y la curiosidad la asaltó. Pasó la yema de los dedos por la máscara y estuvo tentada de retirársela, pero se contuvo. Dudó un par de segundos más y finalmente posó los dedos sobre la tela. A fin de cuentas, no había nada de malo en que un médico conociese la cara de su paciente. Con cuidado se la retiró y descubrió unas facciones que le resultaban de lo más familiares. Le pasó un dedo por la frente y descendió hacia la mejilla. ¿De qué diablos le sonaba aquella cara? La imagen de Sasuke surcó su mente como una flecha.

Y entonces, el terror se apoderó de ella y se apartó del hombre presa del pánico.

"Itachi Uchiha"

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¿Y¿Qué os ha parecido?

Intentaré actualizar una vez por semana. Estoy a punto de empezar mi primer año de bachillerato, pero aún así, espero poder sacar algo de tiempo para escribir. Espero que me apoyéis.

Sin lectores, la historia deja de existir. Opiniones/críticas/consejos/apoyo/etc... comunicádmelo en un review, please.

Lyann