¡Hola! Aquí vengo con otro fic..., pero debo decir que va a ser uno largo n.nU Sólo depende de vosotras/os de si lo siga o no... (más bien publicándolo, tengo varios capis hechos ya...)
Sólo digo una cosa, el Tenimyu me inspiró en este fic xD No, no preguntéis...
Disclaimer - Prince of Tennis no me pertenece, sino Sakuno ya tendría más protagonismo y habría más Ryoma x Sakuno ¬.¬ Todo le pertenece a Konomi Takeshi, sólo la idea del fic es mía u.u
'On my way.'
Capítulo 1: 'Sustituta'
Observó el reloj de pared que había en la habitación, ya era la quinta vez que lo miraba. ¿Dónde se habrá metido? Pensaba más de una vez. Alguien que permanecía allí junto a ella se percató de su inquietud, sabía que se estaba demorando, aunque no era la primera vez.
-Cálmese, Ryuzaki-san- Tranquilizó el chico. –Recuerde que Eiji y Momoshiro también se están retrasando-
-Por eso mismo estoy así Oishi, no es sólo uno¡sino ahora son TRES!- Exclamó perdiendo la paciencia la mujer. –Entiendo que Ryoma se retrase, es muy habitual en él. Pero que Eiji y Momoshiro también… ¡Por Dios!-
De pronto, la puerta se abrió dejando ver a los causantes del mal humor de la mujer.
-¡Llegáis tarde!- Gritó algo irritada. Momoshiro y Eiji rieron nerviosamente y entraron temerarios a la habitación. La anciana no logró ver al que faltaba, Ryoma. -¿Eh¿Y Ryoma¿No os lo habéis cruzado?-
-Echizen llega de camino, venía muy despreocupado, bastante relajado y lo dejamos atrás…- Excusó el ojivioleta. –Aunque tampoco iba tan atrás…, debería de estar al llegar-
Y en efecto, la puerta se abrió una vez más apareciendo el chico tras ella. Observó su alrededor como si nunca hubiera roto un plato, fijó su vista en la mujer y tragó saliva.
-Buenas…- Saludó vagamente y dio media vuelta dispuesto a salir nuevamente de la habitación, pero siendo impedido por Sumire que lo agarraba de la camiseta.
-¿Ryoma…¿Adónde crees que vas?- Preguntó con tono amenazador. –Ésta vez te has excedido en el retraso, así que te quedarás ensayando el tiempo que hayas perdido¿entendido?-
Él tan sólo suspiró esperándose aquello. –Qué remedio…-
-¡Hagámoslo lo mejor que podamos!- Gritó entusiasmado el pelirrojo arrojándose sobre el más joven. -¡Vamos, vamos!-
El único hijo de los Atobe propuso hacer un teatro musical haciendo participar a ciertos jóvenes que para él eran sus rivales, en todos los aspectos. Ya habían hecho otros trabajos, como mini series e incluso otros musicales anteriormente. Al que principalmente quería hacer competir era al grupito que pertenecía Tezuka Kunimitsu, que al parecer Atobe piensa que todo lo que hace le parecen perfecto, ningún fallo. A lo que cada cierto tiempo, ya que antes de ser un idol juvenil ya estaba adinerado, organiza algún que otro evento para poder superarlo y por lo visto que aún no ha logrado conseguir, aunque cabe decir que el chico tiene su propio club de fans.
Del grupo de Tezuka el más joven era Ryoma, con veintiún años, le seguirían Momoshiro Takeshi, mejor amigo de Ryoma aunque éste no lo reconozca, y Kaidoh Kaoru con 23, el resto son de casi 25 años. Hay veces que tienen trabajos individuales, pero en este tipo de musicales casi siempre los llamaban a todos juntos. Sumire era la que se encargaba que todo estuviese en orden y que cumpliesen con los ensayos, la verdad que perdía la paciencia cada vez que Ryoma trabajaba en algún musical ya que se lo tomaba muy en calma, demasiado.
-¡Dios¡Haced el favor de echaros esa cosa en otra parte!- Kaidoh se encontraba entre Kikumaru y Momoshiro, los cuales se echaban un spray para el pelo y lo hacían toser.
Momoshiro paró un segundo, pero seguidamente volvió a echarse del spray ignorando las quejas de la 'víbora', incluso empezaba a echarle en la cara.
-¡Ah¡Maldito¡¿Quieres pelea?!-
-¡Olvídame!-
-¡Nyaah, no os peleéis!-
Kaidoh se levantó de mala gana y se alejó de ellos buscándose otro asiento para terminar con lo suyo.
-Si son sólo ensayos no sé porqué os arregláis tanto…- Murmuró Ryoma sentado en el último asiento del vestuario apoyado en la pared, junto a él se encontraba Tezuka.
-No nos dio tiempo hacerlo en casa, se nos hizo tarde- Respondió Momoshiro arreglándose el pelo. -¿Y tú, Echizen?-
Ryoma se encogió de hombros y miró hacia otro lado. –A mí no me hace falta…-
-Engreído y encima modesto- Rió Syusuke entrando en la habitación. –Por cierto, Sumire me dijo que avisara a Momo, Eiji y Echizen para que bajaran, tenéis que recuperar el tiempo perdido por llegar tarde-
Momoshiro se levantó rápidamente seguido de Eiji y salieron por la puerta, Ryoma se desperezó y bostezó antes de dar marcha hacia la puerta con ambas manos detrás de la cabeza a paso lento.
Fuji lo miró sonriente y abrió sus ojos. –Veo que te lo tomas muy en calma- Ryoma lo miró y suspiró.
-No hay porqué estresarse…- Seguidamente salió por la puerta rápidamente al escuchar un grito por parte de la mujer. Syusuke rió por lo bajo y miró a Tezuka.
-Neh, Tezuka¿no bajas?- Él terminó de limpiar sus lentes, seguidamente se las puso.
-Ve tú primero- Se levantó y miró a su alrededor como buscando a alguien. -¿Dónde está Inui?-
-Creo que está con Ryuzaki-san- Respondió Kaoru. –Oishi-sempai y Kawamura-sempai también están con ella-
Uno, dos, tres pasos. Media vuelta, manos alzadas y pirueta hacia atrás. Subidos en aquel escenario, por ahora vacío, tan sólo se escuchaba las zancadas de los pies al dar un paso y las explicaciones de Sumire de cómo se debían mover, aunque verdaderamente estaba siendo algo estricta ese día.
En la parte de dar un salto hacia atrás Momoshiro falló cayendo al suelo y maldijo por lo bajo. –Mecachis…-
-Debes de practicar más esa parte Momoshiro, fíjate en Kikumaru- Al mirar hacia su lado vio al pelirrojo hacer más de una vez aquella parte, haciendo piruetas muy fácilmente. Momo frunció el entrecejo.
-¡Pero él lo ha estado haciendo toda su vida¡No soy como él!-
-Eso son excusas, vuelve a intentarlo- Ryoma se encontraba al lado de la mujer, observando lo sucedido.
-Hai, deberías dar más de ti, Momo-sempai- El ojivioleta volteó hacia el peliverde que tranquilamente se tomaba un Ponta de uva, Sumire arqueó una ceja.
-¡¿Y tú qué haces ahí tan tranquilo?!- Gritaron a la vez Momoshiro y Sumire bastante irritados por la actitud del chico.
-Ah…-
Demasiada calma, afirmó Oishi observando a Echizen.
Fuji, Tezuka y Kaidoh llegaron en ese momento dispuestos a seguir con el ensayo, Sumire dejó a Tezuka al cargo, ya que tenía que hablar con el productor.
-¡Ah!- Paró en seco Sumire ya fuera de los escenarios. –Se me olvidó decirles… Bueno, no creo que tenga algún problema- Y siguió su camino tranquilamente.
Su nieta, Ryuzaki Sakuno, iría a verla por petición de la misma Sumire. Al principio se negaba, poniendo excusas inútiles para no ir, sabía muy bien en qué trabajaba su abuela, cualquier chica que estuviera en su lugar iría con mucho gusto pero en el caso de Sakuno es que era algo tímida y más si se trataba con los chicos, que ni miraba a la cara.
Sakuno recién había cumplido los diecinueve años, a esa edad aún no había salido con ningún chico, ni siquiera tenía deseos de hacerlo. Siempre llevaba pantalón largo, vaqueros ajustados, su cabello recogido en dos largas trenzas que la hacían ver aún más infantil, era una chica atractiva, Sumire se lo recordaba, pero al parecer Sakuno tenía una opinión negativa de sí misma. No se gustaba. Por eso ponía excusas para no llevar faldas o vestidos.
A Sumire le preocupa esa actitud en la chica, lleva bastante tiempo con esa opinión en sí misma y no era nada bueno, siempre ha tratado de llevarla algún sitio de donde trabaja para que hablase con la gente, pero no era por mucho tiempo ya que en pocos minutos se largaba del sitio. Era de comprender, eran personas algo más mayores, pero ésta vez eran jóvenes idols por lo que tendrían que tener algo en común con alguno, abrirse a la gente y hacer más amigos.
Se adentró al edificio, informando ser la nieta de Ryuzaki Sumire, al saber en qué planta debería ir fue en busca del ascensor. Maldijo por lo bajo al ver que estaba averiado, tendría que subir escaleras, cosa difícil para ella teniendo en cuenta que había tres caminos. ¿Cuál escoger?
-¿Ahora qué hago?- Iba caminado por los pasillos fijándose en las tres alternativas, en la pared había una flecha señalando uno de los caminos. -¿Ore-sama?- Leyó por encima de la flecha.
Justo cuando iba a subir aquellas escaleras escuchó algunas voces provenientes de la planta baja. Se iba acercando lentamente mientras más se hacía notar esas voces que comenzaban a ser gritos.
Algo alarmada, bajó rápidamente las escaleras pensando en lo peor, la violencia no es buena, no señor, pensó Sakuno.
'¡No pienso hacerlo¡Olvídame!'
'¡Nooo, eso no¡Es asqueroso!'
Se plantó delante de la puerta antes de abrirla, se llevó una mano al pecho y con la otra agarró el pomo para girar. ¿Estaría bien lo que iba a hacer?
'¡Tú también tienes que hacerlo¡No huyas!'
'¡Déjame en paz¡No quiero!'
'¡No escaparás tan fácilmente!'
Al escuchar aquello abrió la puerta rápidamente esperando que no haya sido demasiado tarde.
'¡Ay!'
¿Eh?
Parpadeó varias veces perpleja mientras se humedecía el labio viendo el interior. Todas las miradas estaban puestas en ella, un silencio invadió el lugar y al bajar su mirada se encontró con lo que había golpeado con la puerta al abrirla.
-Ah…-
-¡Ja¡Te dije que no escaparías, Echizen!-
Sintió escalofríos y bajó más su mirada topándose con una ambarina que la observaba desde el suelo con una ceja arqueada y sobándose la nariz. Parece enfadado, pensó Sakuno.
El caso es para menos, le había golpeado con la puerta en sus narices, deben de pensar que era una maleducada por no llamar antes a la puerta, pero aquellos gritos la alteraron. Al observar el interior de la sala agrandó sus ojos y comenzó a ponerse más nerviosa.
Un escenario…
Se mordió el labio inferior y volvió su mirada en el chico que se incorporaba del suelo, en ese momento quiso que se le tragara la tierra. ¡Era una actuación! Y ella los había interrumpido pensando en lo peor. ¿Qué haría?
-N-no sabía…- Comenzó a hablar, se puso bastante roja por la vergüenza mirando al suelo mientras con sus manos agarraba el extremo de su camiseta, notando así su nerviosismo.
-¡Ah!- Interrumpió Oishi. -¿Acaso no serás…?-
-¡Lo siento muchísimo!- Se disculpó alzando la voz sorprendiendo a los presentes. –H-había oído unos gritos y pensé que… N-no sabía que era… ¡L-lo siento, debería haber llamado antes de entrar!-
-Eso es cierto-
-¡Calla Echizen!- Regañó Momoshiro al notar el nerviosismo de la chica. –No le hagas caso, es así a veces…-
Sakuno no decía palabra, ni siquiera los miraba, tenía la mirada perdida en el suelo aún con sus manos sobre la camiseta y bastante roja. Oishi pudo percatarse de que la veía temblar de vez en cuando.
Posó sus manos en los hombros de Sakuno llamando así su atención y le sonrió amablemente. –No te preocupes, no has interrumpido nada. Lo cierto es que los gritos… eran de verdad- Dijo mirando de reojo a Momo y Ryoma. –Pero no los tengas en cuenta, gracias por preocuparte de todas formas-
-¡Neh¿Y cómo te llamas?- Eiji se había acercado a ellos. -¿También trabajas en este musical?-
¿Musical?
-Yo…-
-¡Sakuno!- La chica miró hacia atrás y se encontró con su abuela entrando a la sala. -¡Oh, vaya¡Veo que ya os habéis conocido!-
-La verdad es que no- Respondió Oishi. –Justo le preguntábamos su nombre- Posó su mirada en Sakuno y sonrió. –Al verte tenía una ligera idea de quién podías ser. La nieta de Ryuzaki-san¿verdad?-
Todos observaron con sorpresa a Sakuno y Sumire, como si fuera imposible.
-¡Nyah¡No se parecen!-
-¡Eiji!- Regañó Oishi.
-La edad hace mucho…- Respondió Ryoma con ambos brazos tras su nuca. Sintió un leve golpe en la cabeza por parte de Momo. –¡Ittai¿Qué haces Momo-sempai?-
-Respeta a los mayores, mira la cara de Ryuzaki-san…- Dijo en un murmullo intentando que no se enterase Sumire.
-No importa…- Sumire intentaba disimular su notorio enfado por los comentarios. –En fin… Como ya veis, ella es Sakuno, mi nieta-
-E-encantada…- Decía apenada. –E-esto…, perdón ¿eh?- Hizo una leve reverencia, se acercó a su abuela susurrándole algo y seguidamente salió del sitio. Sumire suspiró ladeando la cabeza.
-En fin, Momoshiro, Eiji- Ambos posaron su mirada en Sumire. –Idme a buscar a Kawamura y el resto, se acabó el descanso- Ordenó Sumire dirigiéndose a la puerta. –Vuelvo enseguida- Y así cerró la puerta tras ella.
Se quedaron en silencio por unos segundos preguntándose qué había pasado con la chica que salió repentinamente del sitio bastante apurada. Oishi y Tezuka habían oído sobre la nieta de Sumire, sólo que nunca la habían visto personalmente, sabían algo al respecto de Sakuno, de su opinión de sí misma, Sumire lo comentaba algunas veces cuando tenía algún problema con lo mismo y aquellos dos estaban presentes.
Había ido rápidamente al servicio, se sentía muy avergonzada y aunque aquel chico le hubiera dicho que todo estaba bien y no se preocupara, era imposible no sentirse de esa manera.
Se lavó la cara un par de veces, como si así disminuyera su sonrojo. Alzó su mirada aún empapada topándose con el espejo, viendo su rostro reflejado en él.
Posó una mano sobre su mejilla deslizándola sobre la misma, tornando su rostro triste y suspiró.
Era él…
Nunca imaginé poder verlo de nuevo…
-Soy una idiota…- Volvió a echarse agua tratando de olvidar lo sucedido.
La puerta del servicio se abrió de repente haciéndose notar una voz conocida para ella. -¡Sakuno!- Sumire se acercó a la chica que levantó el rostro para verla. -¿Por qué has salido así tan de repente?- De su bolsillo sacó un pañuelo y se lo tendió. –Anda sécate y volvamos-
-P-pero… Yo…- Sumire sonrió dulcemente y ladeó la cabeza. -¿Eh?-
-Sea lo que haya pasado, olvídalo. Además…- Se acercó más a ella para susurrarle al oído. –Eres fan de algunos de estos actores¿verdad?-
Sakuno se sonrojó y Sumire rió divertida ante ello.
Su abuela se adelantó saliendo del baño y Sakuno, después de secarse la cara, buscó algo entre su bolso y se lo colocó. Sus lentes.
-Así está mejor…- Por así decirlo, se sentía más segura con ellos puestos.
Salió rápidamente del baño alcanzando a su abuela para así volver donde los demás. Nuevamente pasaron por aquellas escaleras en las que una flecha, donde ponía Ore-sama, señalaba las mismas. Sakuno sintió curiosidad en ese momento. ¿Qué habrá allá arriba?
'¡Taka-san!'
'¡Kawamura-sempai!'
Aquellos gritos alertaron a ambas mujeres y bajaron apresuradamente las escaleras. En ellas habían cajas tiradas y al final del trayecto había una persona agarrándose la pierna con dolor, habían tres chicos aún desconocidos junto con los otros de antes a su alrededor. Sakuno se llevó una mano hasta su boca, sorprendida por lo que ha pasado, parece ser que cayó por las escaleras intentando cargar aquellas cajas, pensó.
-¿Qué ha pasado?- Preguntó Sumire preocupada acercándose al chico. -¿Kawamura?-
-¡Ryuzaki-san!- Dijeron aquellos tres chicos, uno de ellos llevaba una camiseta bastante llamativa.
-¡Intentamos ayudarle, pero no dejó!- Excusó el chico de una ceja.
-Calma Horio. Tenemos que llevarlo al hospital… Tal vez se le haya fracturado…- Decía Oishi bastante preocupado.
-No, no pasa nada- Kawamura sonrió intentando convencer a Oishi y a los demás de que estaba bien. Apoyándose en la barandilla de las escaleras pudo levantarse y mantenerse en pie. -¿Veis?- Al intentar dar un paso hizo una mueca de dolor que no pasó desapercibido para Tezuka.
-De todos modos…- Tezuka se interpuso entre ellos observando la pierna de Kawamura. –Irás a que te vea un médico-
Sakuno estaba un poco más atrás, escuchaba lo que decían en silencio, sólo esperaba que no fuera nada grave y que solo fuese una simple torcedura.
-Echizen-
¿Eh?
Ante el nombre dio un respingo saliendo así de sus pensamientos. Seguidamente notó como alguien posaba una mano sobre su hombro.
-Con permiso- Dijo. Sakuno volteó un poco la mirada y notó que impedía el paso a aquel chico.
Sus mejillas se tornaron rosadas y tímidamente se echó a un lado dejándole pasar.
No hago más que estorbar…
Se dijo dando un suspiro. Levantó su mirada posándose en el chico, Echizen, que atentamente escuchaba lo que le explicaba Tezuka. Ella sólo observaba, cada expresión que mostraba a cada frase.
'Soy afortunado de estar aquí el día de hoy y tener amigos quiénes me apoyan en cada momento.'
Aquellas palabras resonaron en su mente mientras mostraba una sonrisa melancólica.
-¿Sakuno?- Llamó Sumire haciéndola volver a la realidad. –Sakuno, quédate aquí, iré a acompañarles a llevar a Kawamura al hospital- Ella pestañeó un par de veces.
-P-pero, abuela… Yo…-
-Estaré aquí enseguida- Sonrió y observó a los demás con advertencia. –Cuidad de mi nieta hasta que vuelva¿entendido?-
-¡Abuela! Yo puedo cuidarme sol…-
-¡Claro!- Afirmó alegre Eiji interrumpiendo a la chica. -¡Déjela con nosotros que estará en buenas manos!- El pelirrojo pasó un brazo alrededor del cuello de Sakuno acercándola a él amistosamente, lo que hizo sonrojar bastante a la chica poniéndola nerviosa. -¿Neh, Sakuno-chan?-
Y Sakuno se zafó del agarre de Kikumaru bastante roja alejándose un poco de él, lo que lo dejó algo confundido por su reacción. Sumire rió por lo bajo ante la actitud de su nieta y seguidamente, antes de irse, dejó al cargo de Inui las prácticas.
-Tezuka y Oishi irán conmigo, así que Inui se queda vigilando… las prácticas- Posó su mirada en Ryoma que estaba apoyado en la pared de brazos cruzados. –Y Ryoma…- Se acercó a él. –Haz el favor de ser amable¿de acuerdo?- Al decir esto señalaba con la mirada a Sakuno que aún estaba algo apartada. –Bueno, hasta más tarde- Ryoma tan solo arqueó una ceja interrogativo.
Sakuno acompañó al resto hacia la sala donde tendrían los ensayos. Se sentía muy intimidada al estar rodeada de hombres, sabía que no todos eran iguales, pero lo que pasó en su infancia no podía evitar sentir miedo hacia ellos. En el colegio, al ser la chica más callada la veían como un bicho raro y claro, sabiendo que alguien como ella no tendría el suficiente valor como para defenderse iban a por ella directamente. Pocos amigos tuvo, muchos de ellos solo estuvieron con ella hasta acabar el curso, que al pasar al siguiente ya la veían como si nunca hubieran tenido alguna amistad.
Empezó a desconfiar de la gente, solo se acercaba a aquellas personas que pasaban por lo mismo que ella, que por lo visto serían chicas nuevas integradas al colegio. Su problema, no quererse a sí misma debido a los abusones de su clase u otros del sitio, diciéndole crueles palabras a su persona, sobre ella misma, su aspecto. De una vez y otra, viendo como demasiados chicos le decían lo mismo, acabó creyéndoselo y que actualmente le está siendo un gran problema. Sólo hubo una persona que se quedó con ella, apoyándola en cada momento y defendiéndola de cada abusón, su mejor amiga, Osakada Tomoka, que al contrario de Sakuno, Tomoka era bastante atrevida y no se avergonzaba ante nadie, si tenía algo que decir sobre algo que no le agradaba lo decía sin más.
Levantó la mirada y observó a su alrededor, no se había dado cuenta del momento en que empezaron con las prácticas. Sólo veía a Momoshiro y Eiji dando piruetas, Inui los observaba y a su lado había una pequeña mesa con una jarra y varios vasos de plástico, Sakuno se preguntaba qué contenía aquella jarra.
Volteó a su izquierda y se encontró con Fuji Syusuke, de mirada tranquila aunque algo misteriosa y que siempre mantenía aquella imborrable sonrisa en su rostro. Permanecía observando a sus compañeros bastante entretenido, a su lado estaban aquellos tres chicos, Horio, Katsuo y Kachirô, los tres eran de la misma estatura pero no eran muy altos.
A su derecha, un poco más al fondo, estaba aquel chico al que llamaban 'Víbora', Kaidoh Kaoru, y un poco más a su izquierda, sentado en una silla apoyado en la pared y de brazos cruzados, Echizen Ryoma.
Ryoma-kun…
Agrandó un poco sus ojos ante tal mencionado y sacudió levemente su cabeza.
¿Estará bien que lo llame de esa forma?
Todos le llaman Echizen…
-¿Hay algo interesante?-
Sakuno se sobresaltó y volteó rápidamente hacia su izquierda encontrándose con el misterioso Fuji, que aún con sus ojos al descubierto, mostrando sus ojos azules, no apartaba esa sonrisa de sus labios.
-¿N-nani?-
-Oh, gomen- Syusuke cerró sus ojos mostrando una sonrisa más profunda. –No pretendía asustarte-
Sakuno parpadeó varias veces y se humedeció el labio, rápidamente negó con la cabeza. –P-para nada…- Fuji se incorporó y nuevamente observó a Momoshiro y Eiji.
-Aunque los veas con esas caras de pocos amigos, son buena gente. Pero de pocas palabras- Al notar que la chica estaba algo confundida rió un poco. –Me refiero a Kaidoh y a Echizen-
-Oh…- Sakuno bajó la mirada sonrojada, aquel chico era muy observador.
Pudo escuchar como Inui llamaba a Echizen y Kaidoh, éste último se levantó del sitio y fue directamente sin rechistar, Ryoma iba más lentamente.
Justo pasando por Fuji y Sakuno, ésta bajó aún más la mirada y se sonrojó. Syusuke pudo percatarse de ello y observó a Ryoma que se acercaba a Inui.
-Sakuno-chan- Llamó Fuji.
-¿S-sí?-
En ese momento, la puerta se abre de repente entrando Oishi por ella.
-¿Oishi?- Eiji se acercó a él extrañado. -¿Qué haces aquí¿Y Taka-san?-
-Calma Eiji- Oishi se adentró al lugar y miró al resto. –Tezuka y Ryuzaki-san están con él. Sólo es un esguince y estará por un tiempo así…-
-¿Eh¿Pero y qué pasa con…?-
-Momo, a eso voy- Interrumpió nuevamente Oishi. –Taka-san no podrá actuar y su puesto se lo tendremos que ceder a otro…- Miró de reojo a Sakuno que seguía junto a Fuji. –U otra-
¿Eh¿Otra?
Continuará…
Bueno, hasta ahí. Espero que os haya gustado..., advierto que soy de las que hacen los capítulos algo largos, o al menos me parece a mí... casi 10 páginas de word son muchas o pocas? xD
Actualizaré si veo que os gusta..., advierto que tendrá muchas sorpresas xDDD Y... ¿Quién será ese del "Ore-sama"? Ooh... quién será u.uU
Y.. Cómo es que Sakuno conoce a Ryoma si éste ni si quiera le ha mirado ni comentado un "Hola, cuanto tiempo" bleh, aunque eso no va con él. En el próximo se aclaran algunas cosas x)
Recordad! Reviews si os ha gustado! Aunque sea un "Me gusta, síguelo" muy leve..., porque no sé quiénes leen, les gustan y ni siquiera lo dicen xD en fin.
Hasta la próxima!