N/A: Viñeta minúscula, así como lo es mi capacidad narrativa, así como lo es mi cerebro. (?)

SPOILER DE DEATHLY HALLOWS

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Tres segundos.

Es increíble todo lo que puede descubrirse en un lapso de tiempo tan ridículamente breve.

Lo curioso es que, realmente no es suficiente para aprender siquiera a balbucear y aún así resulta tiempo de sobra para comprender los secretos que permiten transcender el límite entre este mundo y aquel.

Tres segundos no son suficientes para saborear un bocado de alimento, y aún así resulta tiempo más que suficiente para degustar lo exquisito de la estructura universal.

Una ráfaga intensa, que refresca y aún así no es viento, un torrente enérgico que realmente no es agua.

Un verdor intenso que sosiega el alma, que sorprende pero no aterra porque, por increíble que resulte, son esos últimos segundos de claridad inusitada los que prevalecen sobre una existencia poblada por las densas tinieblas de la incertidumbre.

Es realmente curioso el hecho de que aquellos problemas que lo atormentaron durante toda su existencia le parezcan tan diminutos en este instante, y es que puede verlo todo con absurda claridad.

Aquella luz verde no se conforma con poseer una formidable intensidad, tal vez mayor a la que irradian mil soles. Es una aurora hermosa pero demandante, codiciosa, incluso perversa, pues no le importa robar el brillo de sus ojos, aquél que creía perdido hace tiempo, con tal de refulgir solo un poco más.

Resulta un tanto irónico que pueda sentirse más joven y lleno de vitalidad, que su alma se sienta más ligera que nunca, que en tan triste circunstancia pueda ver finalmente a aquellos que le obsequiaron los pocos recuerdos felices que conserva.

Que inmutable ante el manto de oscuridad que sigue a esa luz que arrasa y devora todo a su paso, su estrella brille intensa, intacta, perfecta.

Sirius.

Tres segundos son los que tarda Dolohov en gritar "¡Avada Kedavra!" y la mayor de todas las ironías es que mientras el verde arrasador lo golpea de lleno en el pecho, Remus Lupin se siente más vivo que nunca.

Fin