Hola gente!!

Que milagro!!! Jajaja Ahorita me tardaré más en actualizar porque vienen mis exámenes extraordinarios :S y tengo que estudiar para pasarlos a la primera oportunidad… Entonces tardaré un poco más en actulizar!
Bueno, a contestar reviews!

Jesse: No, tampoco me agradan las marysues nones! Para nada! Y ya sé en qué terminará mi fic… aunque todavía no concreto la idea… Y será todo menos esperado, puedes estar segura ;)

Mery: jajajaaj Sí! Ese Espina!! Jajajajaa es medio babosín XD pero ese fue el chiste del mes XD jajajajaaja

Bueno, los dejo con la continuación…


-…Aunque todavía no prende ningún huevo,- continuó diciendo el rey,- Estoy seguro de que lo hará… Mi candidata…,- el rey hizo una pausa al momento en que los generales intercambiaban miradas de disgusto,- Así es, señores, es una mujer… Acepto que incluso yo llegué a pensar diferente acerca de ellas, y ustedes lo saben…,- aceptó.- Pero sin duda con entrenamiento será incluso igual de buen jinete que Murtagh,- siguió mientras Murtagh tenía la mirada baja, pensando.- Es casi seguro que el huevo prenderá, ya que desciende de una larga generación de jinetes… Y ahora se preguntarán¿quién es esta joven? Bien, es nada más y nada menos que la hija de Waël,- un murmullo de sorpresa recorrió la mesa, mientras Murtagh comprobaba sus temores y se estremecía al recordar cómo se había hecho él jinete.- Como recordarán, Waël fue, junto con Morzan, uno de mis más cercanos colaboradores, y cuando repentinamente murió, me encargué de su esposa y su hija… ,- dijo Galbatorix mintiendo.- Esperando algún día reestablecer a los Jinetes de Dragón con ayuda de los hijos de mis amigos,- añadió mirando a Murtagh,- Hoy que Sheila cumple 18 años, la presentaré ante el huevo que aún queda por prender…-dijo con suspicacia.- Aunque su ascendencia de jinetes de dragón hacen que sea casi seguro que prenda ante ella. Su tatarabuelo, su bisabuelo, abuelo y padre fueron jinetes, por lo que no dudo que el huevo vaya a prender con ella, y cuando eso pase…- añadió haciendo una pequeña pausa.- Haremos lo mismo que hicimos para el crecimiento de Espina,- dijo dirigiéndose a Murtagh.- Tú te encargarás de enseñarle todo y el dragón aprenderá con Espina. Además, desde que nació sus padres me concedieron saber su nombre… su nombre verdadero,- dijo esto con astucia, provocando que los generales sonriesen con admiración y Murtagh entornara los ojos en una mezcla de sorpresa y compasión.- De esa manera tenemos ganada la guerra contra los enemigos del Imperio….,- añadió con orgullo.- Es todo. Se pueden retirar señores,- dijo levantándose de su asiento, al mismo tiempo que los demás se levantaban.

Murtagh se levantó rápidamente, siendo el primero. Y ya estaba a punto de salir por la enorme puerta de cedro, cuando el rey lo llamó.

-Murtagh, tengo que hablar contigo.

Murtagh dio la media vuelta para encarar al rey en silencio.

-Deberás entrenar a la chica,- comenzó.- En 5 días empezará su entrenamiento… Le daremos unos días a su dragón. Luego haremos que crezca. Quiero que sea entrenada igual que tu. No tengas piedad y asegúrate de que sea un entrenamiento que valga la pena, que sea castigada cuando sea necesario y en caso de que se equivoque. Tú ya sabes como es…

Murtagh recordó cuando entrenaba y que cada error le costaba ser azotado en la espalda.

-Sí, señor.

-De igual manera empezarán en la mañana. Tendrá que ser entrenada en el manejo de las armas y en la magia¿entendido?

-Muy bien.

-Puedes irte.

Murtagh caminó ágilmente hacia la salida cuando…

-Ah! Por cierto… Sólo como precaución… Necesito tu juramento… Harás exactamente lo que te dije…

El joven asintió con pesadez y murmuró un juramento en el idioma antiguo.

Al terminar, salió rápidamente del reciento, donde hablaba con Espina.

"No podré hacerlo",- dijo el jinete.

"Por supuesto que sí, ni que la conocieras tanto…".- respondió su dragón escarlata.

"Aún así… Además es una chica… Crees que alguien merece algo así?"

"No."

"Además sabe su nombre. No podemos hacer nada."

"Sólo obedecer."

"Sólo obedecer,- coincidió,- y seguir el juramento…"

Murtagh siguió caminando por el pasillo de regreso a su habitación distraídamente y con demasiadas cosas en la cabeza, todavía enojado consigo mismo y la terrible situación en la que se encontraba cuando sintió cómo chocaba contra alguien.

-Perdón.- dijo molesto sin observar a quien pasaba a traer y siguiendo caminando.

-Debes de llevar mucha prisa,- le respondió con sarcasmo una voz de chica.

Murtagh alzó la vista y se encontró con los oscuros ojos de Sheila, quien a juzgar por su vestido largo y formal, ya se dirigía a encontrarse con el rey. El joven le lanzó una mirada molesta y siguió caminando, dejándola parada.

-¡Hombres!,- murmuró la chica y siguió caminando con orgullo haciendo caso omiso al castaño.

Sheila recorrió varios pasillos hasta llegar a donde le habían dicho cenaría con el rey. Se encontraba ante una enorme puerta de caoba y llamó con los nudillos antes de entrar.

-Adelante,- respondió la voz grave del rey al otro lado de la puerta.

Sheila entró en la habitación donde se encontraba una larga mesa con un juego de cubiertos y platos a cada lado de la mesa. En el centro se encontraban varios candelabros de oro con varias velas encendidas adornando e iluminando el lugar.

En un lado de la mesa se encontraba ya sentado el rey en una enorme silla de madera con reposa-brazos de piel. Como siempre, el rey se encontraba con la cabeza en alto, orgulloso y prepotente. Sus ojos negros penetraban a Sheila, quien bajó la cabeza en señal de respeto. Odiaba inclinarse ante cualquier persona, algo que siempre le había traído problemas, sobre todo dentro de la corte real. Su madre solía decirle que tenía la obstinación de su padre.

Sheila hizo una reverencia al tiempo que decía:

-Buenas noches, señor.

-Toma asiento, toma asiento,- la animó.

Sheila caminó con cautela hacia el asiento libre, cuando salieron un par de criados, cada uno a pararse detrás de cada comensal. El que estaba detrás de ella empujó la silla para que se acomodara.

Una vez servida la exquisita cena, ambos se sirvieron y comieron en silencio, sin que Sheila se atreviera a ser la primera en romper el silencio. Terminando de cenar los dos, el rey comenzó a hablar.

-Hoy cumples 18 años, Sheila…

-Así es, señor.

-Has pasado de ser una niña a convertirte en una mujer… Como desearía que tus padres estuvieran aquí para poder ver tu crecimiento… Fue lamentable cuando perdimos a tu padre, recuerdo que tú….

-Perdone, Su Majestad, pero a mi padre casi no lo veía. Él nunca desempeñó un papel de padre para mí.

-Pero debes de saber que él se encontraba muy ocupado sirviendo al Imperio. Trataba de construir un mundo en el que su amada hija pudiera habitar en un futuro… Y cómo olvidarnos de nuestra querida Cecille… Fue una verdadera pena que la perdieras tan pronto…

-Mi madre fue la única persona que demostró amor hacia mí. Lloré su muerte.

-Es comprensible, por supuesto. Fue una gran dama. Sin embargo, creo que subestimas a tu padre, Sheila.

Sheila alzó la cara sin comprender.

-No lo entiendo, Majestad.

-Es sencillo. Verás, cuando naciste tu padre, como mi buen amigo, me pidió un favor. Me dijo de que en caso de que él muriera, me encargara de tu educación. Yo sigo guardándole respeto a Waël como no tienes idea, además de ser un buen amigo, fue un leal servidor al Imperio… Ahora sólo te haré una pregunta… ¿Recuerdas a los jinetes de dragón?

-Por supuesto. Fueron grandes hombres todos ellos, incluso mi padre y Morzan. Fueron los mejores. Fue una lástima que se extinguieran…

-Así fue. Hoy que ya tienes 18 años, te tengo una propuesta que hacer…

-¿A mí?

-Así es. Tengo un plan. Un plan que quiero cumplir con Murtagh y contigo para el bien del Imperio. Tengo una visión. Una visión en la que restauramos a los jinetes de dragón. Con Espina y tu dragón…

-Pero yo no tengo ningún dragón, no soy jinete.

-Eso está por cambiar.

Sheila dirigió una mirada de cortés incredulidad.

-Antes necesito hacerte una pregunta… ¿Estás dispuesta tú, hija de mi amigo a ayudarme a construir un Imperio libre de corrompedores y anarquistas? Los dragones volverán a su esplendor, y los jinetes igual. Yo ya no lo podré hacer. No puedo hacer otra cosa que darles mis consejos. Pero tú junto con Murtagh serán los primeros jinetes de una nueva era, una era en la que el Imperio logrará estabilidad y no serán controlados por los elfos. Ya no más. Serán libres y podrán juzgar con justicia y defender las causas que crean justas.-

Sheila no lo podía creer. Era una visión increíble. Aunque Waël fue un mal padre, siempre lo admiró por ser jinete.

-Por supuesto, señor. Estoy dispuesta a servirle,- aceptó la joven bajando la cabeza.

Galbatorix sonrió amablemente.

-Ahora lo esencial. Tal vez te preguntarás ¿cómo hacer posible esta visión? Bien, no tengo duda de que gracias a tu linaje puro de jinetes de dragón el huevo prenderá ante ti.

-De verdad me presentará ante el último huevo, señor?,- respondió la morena con escepticismo.

-Debo admitir que he eliminado todo tipo de malas opiniones hacia las mujeres. Hay mujeres que vale la pena recordar. Y con entrenamiento tú pronto serás una de ellas.

-¿Entrenamiento? Creo que soy lo suficientemente hábil con la espada, señor.

-No sólo en el manejo de la espada, sino en la magia. Como sabes, un jinete es extremadamente hábil en la magia.

Sheila asintió.

-Ya que está todo acordado, tengo un regalo que hacerte…

El rey tronó los dedos y enseguida uno de los sirvientes apareció a un lado de Sheila con una caja alargada de fina madera grabada.

El hombre la abrió y la joven se quedó sin habla.

Ahí, envuelta en tela de terciopelo estaba Andlát, la espada de su padre, tan imponente como la recordaba. Era una espada larga con fina empuñadora de oro y un gran ópalo en el centro del mango de la espada con la hoja impecablemente pulida y plateada. Sheila vaciló entre si tomarla o no y miró a Galbatorix dudando.

-Tómala, es un regalo. Ahora es tuya. Tu padre me encargó que te la diera en caso de que él muriera. Me parece correcto por la situación en la que estarás que sea tuya.

Sheila recordaba la última vez que había visto esa espada. Sin duda había sido la última vez que había visto a su padre. Su madre le había dicho que se había perdido cuando él murió.

La joven miró embelesada la espada.

-Debo admitir que me tomó tiempo recuperarla. Pero estarás de acuerdo que una espada de tan buena manufactura élfica no se podía perder. La encontraron mis hombres cerca del sitio en el que Waël fue asesinado por Brom.

Sheila respiró profundamente y tomó la espada esperando sentir un gran peso en su brazo derecho. La levantó lentamente y se sorprendió al ver que el peso era mínimo. La hizo girar en su mano y miró con detenimiento los detalles de la empuñadura. La espada "Muerte". Había causado la muerte de varios enemigos y la de su propio dueño, ya que Brom había matado a Waël con su propia espada, así como lo hizo después con Morzan.

La regresó a su funda de piel azulada y la tomó con ambas manos, al momento en que el sirviente se retiraba en silencio.

-Espero que te guste,- dijo el rey.

-Estoy sin palabras y muy agradecida con usted, milord.

-No hay nada que agradecer, esto te pertenece por derecho de nacimiento. Ahora, si no es problema, me gustaría que vayamos a la Sala del Trono, donde está el huevo.

-¿Ahora? Pero no creo estar preparada.

-No hay nada que preparar. Vamos.

El rey se levantó y lo mismo hizo Sheila. Salieron por una de las puertas para entrar a la Sala del Trono, que estaba custodiada por varios guardias.

Justo a la derecha del enorme trono del rey se encontraba en un estante un huevo de un extraño color azul claro.

Sheila caminó detrás del rey, quien se posicionó detrás del estante de mármol y observó el huevo.

-Tómalo,- ordenó con avaricia en los ojos.

La joven se mordió el labio inferior y tomó el huevo con ambas manos…


Uhhh!! MUAJAJAJAJA!! Soy mala!! Sí, muy mala XD jajajajaaja me encanta dejar los capítulos así, además de que es más probable de que alguien regrese a leerlo cuando se actualice XD jajaja ¿Qué pasará prenderá el huevo?? Eso nadie lo puede saber más que yo :S XD Como estamos seguros de que prenderá... Un dragón esocge a alguien por su corazón XD jajaja palabras sabias de la película de Eragon XD Sheila tiene corazón?? No lo sabemos... Aún..

Uhhh!! Que bonita espada!!! Cómo me costó buscarle un nombre!!! Al final encontré el de Andlát, que según Paolini y su gramática élfica significa Muerte... Me pareció oportuno...

Ese Galba es malvadoo!!! Ya recordarán una situación similar con lo de Murtagh! Pero como ya decían por ahí, a Galba me lo imagino como una persona que habla de tal manera que si te dice que te tires de un edificio lo haces, con un megapoder de convencimiento… Entonces, ahí está!

Y esa actitud de Murtagh, DON'T WORRY, ya luego se le pasará XD Tenía que ser hombre!! XD jajajaja todos son iguales ¬¬ XD jajaja sigo de ardida, perdónenme jaja

Bueno, los dejo que se supone que estoy estudiando :S

Saludos y dejen reviews!!!!