Guerra por el amor
Prologo
(Capitulo 1)
-Estas equivocado no, no es lo que tu crees- le había dicho ella.
Pero sus palabras al parecer no eran escuchadas por el hombre que solo la miraba con furia en los ojos, aquel que se había entregado tantos veces por amor, no solo en cuerpo si no también el alma.
Y cual fue su recompensa. Terminar con el corazón roto.
Se volvió acomodar en el asiento, rozando accidentalmente su brazo con su acompañante de vuelo. Un anciano simpático de nombre Ian Carlo Rosset que por dos horas le había hecho olvidar su miedo a volar, hasta que se quedo dormido.
Sonrió con ternura y dirigió su vista a la ventanilla cerrada. Cerró los ojos tratando de despejar su mente el resto del vuelo, sabia que no iba a poder dormir a causa del miedo.
Cinco años atrás, no le hubiera costado nada dormir un poco y mucho menos temblar de miedo en cuanto fuera consiente de que pisaba suelo japonés. Cinco años atrás seguramente se encontraría excitada con la idea de regresar a Japón, tan solo para verlo a el.
Cinco años atrás podría jurar que en cuanto la viera Shaoran Li, se abalanzaría sobre ella como un animal hambriento, haciéndole el amor con la boca hasta excitarla y volverla loca de deseo.
Aun recordaba como los primeros meses se despertaba a mitad de la noche, excitada a causa de los sueños en donde el le hacia el amor con tanta pasión. Los primeros meses habían sido una total pesadilla para ella. Con el corazón hecho añicos, sin trabajo y con poco dinero, pero sobre todo humillada, se obligo a si misma a iniciar desde cero.
Poco a poco fue recuperando su vida. Al igual que fue reconstruyendo su corazón, aunque aun había heridas que se empeñaban en seguir abiertas, se obligo a cerrarlas por igual.
Comenzando a trabajar en un hotel como ayudante de un chef, y gracias al empeño que ponía fue escalando hasta llegar hacerse gerente del hotel.
Su sueldo se volvió considerable poco a poco se fue haciendo de sus propiedades. Primero el apartamento que se encontraba en un plaza elegante, en unos de los pisos mas altos y con una vista espectacular a gran parte de la ciudad italiana. Un año después fue el carro, que aunque no le gustaba tener que manejar, le era indispensable para el trabajo.
Y ahora su mas reciente ambición y pronta adquisición, un edificio abandonado estilo colonial, que la había cautivado desde que lo vio. Le gustaba su trabajo, pero siempre había querido tener algo que fuera suyo, y ese inmueble lo iba hacer. Lo transformaría, dedicaría su vida a ese lugar, transformaría aquel edificio destartalado en el mejor restaurante de la zona.
Sin embargo y a pesar de que su economía no tenía nada que desear, necesitaba todavía gran parte del dinero para comprar el lote. No quería ni pensar que alguien mas lo obtuviera, estaba puesto en venta a un precio considerable según los abogados gracias al estado del lugar.
Y si para obtener ese dinero tenia que volver aquel país y reclamar la herencia que acababa de recibir.
Lo haría.
Aunque para ello se tuviera que enfrentar a Shaoran Li, al hombre que le rompió el corazón años atrás.
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-¿Te encuentras bien?
Shaoran Li, levanto la cabeza de los papeles que tenía regados sobre el escritorio del estudio de su casa. Al ver a un joven recargado en la puerta, volvió su mirada a los documentos, sin contestar la pregunta.
-¿Qué dijo el abogado?- pregunto. Entrando en la habitación y cerrando la puerta tras el.
-El testamento de leerá pasado mañana en la tarde, y toda la familia necesita estar reunida- dijo, sin despegar la mirada de los papeles.
-¿Toda la familia?
-Si.
-Entonces habrá que avisarle a Sakura-opino.
-Ella no es una Li- dijo otra voz.
Ambos jóvenes miraron a la persona que dijo aquello. Sorprendidos por el cambio de la persona que tenían ante ellos. No cabía duda que Meiling Li había cambiado desde su última estadía en Japón. De aquella muchacha de cabellos recogidos en coletas, faldas debajo de las rodillas, blusas que cubrían todo rastro de su piel y lentes y de personalidad tímida no quedaba nada.
En cambio ante ellos, había toda una mujer, sus cabellos negros se encontraban sueltos, acentuando los perfectos pómulos con los que contaba ahora llevando un maquillaje ligero encima que nunca antes hubieran jurado ambos chicos se hubiera atrevido a usar, su ropa ahora se ajustaba perfectamente a su cuerpo, llevando encima unos pantalones cortos y una blusa que dejaba muy poco a la imaginación de ambos hombres presentes.
-Esta incluida en el testamento- dijo una voz ronca.
Que Meiling reconoció enseguida como la de su primo Shaoran.
-¿Entonces vendrá?- pregunto el otro joven. Con voz extraña.
-Si- afirmo este sin despegar la mirada de Meiling.
-Con premiso- y salio de la habitación.
Ninguno de los dos, dijo e hizo nada ante el extraño comportamiento del otro. Solo después de unos minutos en silencio y sin despegar sus miradas, sonrieron mutuamente con complicidad.
-¿Estarás bien?- dijo ella.
-¿Y tu?
-Ya lo he superado.
-También yo- contesto el.
Y nuevamente dedico su atención a los documentos. Meiling sonrió y abandono la habitación.
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-Cuanto tiempo, Sakura.
La voz le sobresalto, y sintió como todo su cuerpo se tensaba, no pensaba volver a verlo después de lo que paso. Sintió miedo, estaba segura que se encontraría con Shaoran, aunque en su interior aun guardaba la pequeña esperanza de no verlo en los pocos días que estuviera allí.
Pero encontrarse con Eriol Hiraguizawa no era algo con lo que contara.
Sabía que en la lectura del testamento se tenía que encontrar reunida toda la familia.
Pero Eriol solo era el mejor amigo del heredero del imperio Li y aunque la madre de Shaoran lo apreciara dudaba que después de lo sucedido hace años, fuera aun bienvenido en aquella casa, lo ultimo que supo de el, fue que regreso a Inglaterra el mismo día que ella abandono Japón. Ambos se habían encontrado en el aeropuerto y sabían a donde se dirigía el otro, sin embargo en ningún momento el trato de tener contacto con ella, ni ella con el.
Tenía ganas de gritar, acababa de llegar su vuelo y solo quería un maldito taxi que la pudiera sacarla de la multitud de aquel lugar, y la pudiera llevar a un hotel. El único taxi que se encontraba en las filas se lo gano un hombre robusto y con una cicatriz en la cara, quiso reclamarle, pero cuando vio sus ojos le dieron temor. Así que enfadada tomo sus maletas en ambas manos y comenzó a caminar hacia la avenida principal.
No esperaba que la reconocida familia Li enviara alguien por ella, claro que no, quien le daría una calurosa bienvenida a la perversa mujer que traiciono a Shaoran Li. Solamente un loco se dijo a si misma.
Se obligo a reunir todo su autocontrol y encarar al hombre que se encontraba atrás de ella.
-Hola Eriol- dijo ella con formalidad.
Vio como el fruncía el ceño.
Mantener una conversación normal era lo mejor que podía hacer, para ocultar el miedo que gobernaba su cuerpo.
Pronto se vio acorralada entre unos brazos fuertes y anchos. Eriol la estaba abrazando como cuando eran adolescentes y ella se refugiaba en sus brazos por miedo. O cuando el solo la abrazaba para darle muestras de su cariño.
El miedo que sentía para sorpresa de ella se vio sustituido por una armonía y su cuerpo se volvía a relajar de nuevo, mientras correspondía el abrazo, le daba gusto saber que después de todo lo que paso, tal vez ellos podrían reanudar la amistad que se vio interrumpida por las intrigas.
-Siento interrumpir- dijo una voz llena de frialdad.
Sintió como el cuerpo de Eriol se tensaba y separaba lentamente, pensó que era para apartarse de ella por completo, deseo con todas sus fuerzas tener los brazos mas grandes para cubrirle toda la espalda para impedirle que se alejara de ella. Aun no estaba preparada para enfrentar a Shaoran Li.
Pero sus ideas estaban equivocadas Eriol, no solo no se aparto de ella, si no todo lo contrario la hizo a un lado quedando de frente al hombre, rodeándole con un brazo la cintura.
Las tres miradas se cruzaron. Tres miradas que decían mucho mas, de lo que podrían decir las palabras.
Una de superioridad.
Otra de frialdad mezclada con ¿deseo? O era ¿apatía?
Y la otra de miedo, disfrazada de seguridad e indiferencia.
-Hola Sakura.
-Hola Shaoran.
Sakura pudo ver las duras facciones de su rostro. Clara señal de que nada bueno iba a salir de aquello.
Pero ella ya no era la misma de hace años y no se iba a dejar que la humillara nuevamente.
-Veo que tuviste una muy cálida bienvenida- dijo burlonamente.
En la guerra y en el amor todo se vale. Le había dicho su amiga cuando recién le acababa de decir que tenía que volver a Japón.
Si Shaoran Li quería guerra. Guerra le iba a dar.
Una guerra que ninguno de los dos iba a olvidar.
Y una victoria que los dos siempre iban a recordar.
¡¡¡!Hola a todos!!!!
Bien pues esta es una nueva historia, no tiene nada que ver con la magia, ni con las cartas Clow.
Espero sea de su agrado y la disfruten.
Espero sus comentarios ya sean buenos o malos.
Dejen sus reviews.
Nos vemos el próximo capitulo.
Besos.
Celebraiant O. D.